DISCRIMINACIÓN EN EL ACCESO AL EMPLEO: ESTUDIO DE LAS CUESTIONES DE GÉNERO EN LAS REFORMAS LABORALES DE 2010 Mónica Polo Mercader Universidad de Girona Profesora Asociada. Personal laboral docente e Investigador Del departamento Organización, Gestión Empresarial y Diseño de producto Área: Organización de Empresas Facultad de Ciencias Económicas i Empresariales RESUMEN. Con el reconocimiento constitucional del principio de igualdad formal como principio informador del ordenamiento jurídico español, la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, (en adelante LOI), tiene como finalidad eliminar los obstáculos reales que tienen las mujeres como consecuencia de los estereotipos históricos que ha desarrollar la sociedad española, desarrollando el principio de igualdad real en todos sus ámbitos. Consiguientemente la LOI es una ley transversal cuya característica o novedad principal que incorpora la norma es que pretende establecer el derecho a la igualdad en todos los ámbitos de la vida de las personas. La LOI no sólo quiere igualar las personas, hombre y mujer, y permitir la diferencia de trato cuando sea una diferenciación objetiva, razonable y de consecuencia proporcionada, sino que pretende conseguir la igualdad real o efectiva, ya que, como recoge su Exposición de Motivos, la violencia de género, la discriminación laboral, la discriminación en las pensiones de igualdad, el mayor desempleo femenino, la falta de mujeres en puestos de responsabilidad política, social, cultural y económica, o los problemas de conciliación entre la vida personal, laboral y familiar, nos muestra cómo la igualdad plena, efectiva, entre mujeres y hombres es todavía una asignatura pendiente que requiere de nuevos instrumentos jurídicos. Por otro lado, la Encuesta de Población Activa (EPA), en el último trimestre de 2006 nos muestra que la tasa de actividad laboral femenina está por debajo del 50%, lo que significa que está a más de 20 puntos por detrás de la masculina y de la media de los países más avanzados de la Unión Europea. Más del 95% de las personas inactivas aducen tareas de cuidados como causa de esta situación. Más del 90% de los casos de abandono del mercado de trabajo son por razones familiares, haciendo referencia a las mujeres. Encontramos que a las mujeres se las “encorseta” en empleos que son una prolongación del ámbito privado y doméstico, de manera que los trabajos de cuidado, tanto formales como informales, son ejercidos mayoritariamente por ellas, respecto al reparto del tiempo de las personas activas, un 92,7% de las mujeres dedican su tiempo diario a hogar y familia, con una duración media de 4 horas y 45 minutos. Por el contrario, sólo un 70% de los hombres reconoce dedicar algún tiempo a estas actividades con una media de 2 horas y 8 minutos, lo que se transforma en la famosa "doble o triple carga" que soportan las mujeres trabajadoras. En referencia a los datos antes mencionados y entrando de lleno en la materia objeto de esta comunicación, se pretende mediante la misma, realizar un análisis de la regulación legal de la prohibición de discriminación por razón de genero en el acceso al empleo, incluyendo en el mismo las Reformas laborales que se han aprobado el presente año, así como su configuración normativa internacional. Específicamente por lo que se refiere al acceso al trabajo, la igualdad de oportunidades que debe garantizarse de acuerdo con la normativa existente, podría concretarse en la prohibición de discriminación en tres momentos diferentes que se producen de forma encadenada, cuáles son: el de las ofertas de empleo, el del proceso de selección, y el mismo acto de contratación. En lo que respecta a la prohibición de discriminar en las ofertas de trabajo, y una vez analizada la jurisprudencia nacional e internacional, lo único que justifica que una determinada oferta de trabajo se refiere implícita o explícitamente a un sexo en concreto, es la naturaleza de la prestación laboral o las condiciones específicas en la que se tenga que desarrollar. Sin que se pueda tener en cuenta, a tal efecto, la consideración social que tradicionalmente haya tenido la ocupación a cubrir, la costumbre, o cualquier otra causa no identificable, en esencia, con la misma. Asimismo, la oferta de empleo suele ser, por regla general, el acto previo a cualquier contratación laboral. Pues bien, se realice o no la oferta de empleo, lo que sí parece que se producirá de forma previa a la contratación del trabajador es el acto de selección. La problemática en este caso se producirá en relación con la demostración de que el motivo por el que se ha optado por un trabajador y no otro, ha sido el de su pertenencia a un género determinado. Ni siquiera los indicios ayudan a demostrar, en la mayoría de estos supuestos, que ha sido el sexo y no otro, el criterio determinante de la no contratación, o de la selección de una persona y no otra. La prohibición de discriminar en este momento concreto previo a la contratación, tal como la doctrina ha apuntado, se concreta en una triple limitación: 1. Imposibilidad de utilizar, como criterio de selección, el sexo de los candidatos, salvo que se trate de una de las actividades profesionales respecto de las que las Directivas permite a los Estados miembros exceptuadas del principio de igualdad de trato. 2. Imposibilidad de recurrir a diferentes criterios, requisitos o condiciones de selección para hombres y mujeres, salvo que se trate de una diferencia sexual relevante en el aspecto del físico de la persona. 3. Imposibilidad de utilizar, en general, procedimientos de selección que excluyan a un número mayor de mujeres o de hombres, salvo que se justifiquen bajo los juicios de necesidad e idoneidad para la empresa. Los procesos de selección comprenden una serie de operaciones, generalmente opacas, que deben ser examinadas. En primer lugar, hay que definir las vías de contratación, los lugares donde se selecciona (escuelas, universidades, ETT, ...); en segundo lugar hay que revisar los sistemas que utiliza la empresa para pedir y obtener información de los demandantes de empleo, especialmente, formularios de solicitud de empleo, ofertas de trabajo (Internet o prensa) entrevistas o exámenes, y finalmente, hay que aclarar los requisitos que la empresa exige a sus empleados, es decir, el perfil. Una vía para poder realizar este análisis y que la propia LOI establece como su principal novedad, son los Planes de Igualdad. Así mediante el diagnóstico previo a la elaboración del plan de igualdad en la organización empresarial, obtenemos una “foto real” de la misma, pues la Propia Ley 35/2010, de 17 de septiembre, de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo, introduce modificaciones en el Estatuto de los Trabajadores, de manera que la prácticas de las empresas han de ajustarse a criterios y sistemas que tengan como objeto garantizar la ausencia de discriminación directa o indirecta entre mujeres y hombres. Para diagnosticar la adecuación de las políticas de reclutamiento y selección de personal a los principios de la igualdad de oportunidades es conveniente: - Revisar el método que se utiliza en la descripción de los perfiles profesionales y puestos de trabajo de la empresa. - Revisar los canales que se utilizan para dar a conocer las vacantes que se producen en la empresa. - Revisar el lenguaje y el contenido de las ofertas de empleo. - Revisar el lenguaje y las cuestiones que en los formularios de solicitud de empleo utilizados en la empresa. - Revisar los criterios que se utilizan en las diferentes fases o etapas de la selección de personal. - Revisar los contenidos de las pruebas, tests, etc., que se utilizan durante los procesos de selección. - Revisar las preguntas que se realizan y los temas que se tratan en las entrevistas de selección. - Revisar las razones que suelen determinar la contratación del personal (nivel de formación, experiencia, disponibilidad, carné de conducir, etc.). - Revisar la composición por sexo de los equipos encargados de realizar la selección de personal, así como su grado de formación y sensibilización hacia la igualdad de oportunidades. -Revisar los mecanismos que se utilizan para fomentar la incorporación de mujeres en la empresa. La LOI no hace ninguna mención al diseño y valoración de los puestos de trabajo; la Ley hace hincapié en la necesidad de tener mediante el procedimiento de diagnóstico, una foto real de la situación de la empresa, para identificar aquellos puntos o ítems discriminatorios. Choca esta alusión, teniendo en cuenta que, incluir los mapas de puestos de trabajo y sistemas de valoración en los convenios colectivos puede contribuir a mejorar la objetividad en la gestión de los recursos humanos en las organizaciones empresariales. El análisis del puesto de trabajo mide el contenido en el trabajo y la importancia relativa de las diferentes obligaciones y responsabilidades del mismo, además, también resulta útil para la contratación, selección, evaluación del rendimiento, remuneración, formación y desarrollo de las carreras profesionales, materias que coinciden con las establecidas en el artículo 46.2 de la LOI. Si utilizamos estas indicaciones, podríamos afirmar que para conseguir la igualdad y no discriminación en el seno de las empresas, se debería establecer un diseño y una evaluación de puestos de trabajo no sexuados, porque no sólo son un instrumento para detectar la discriminación sino también para combatirla, porque el simple hecho de que su finalidad sea evaluar puestos y no personas, ya es un elemento antidiscriminatorio importante.