infecciones bacterianas invasivas en urgencias de pediatría en la

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PRESENTACIÓN DE LAS INFECCIONES BACTERIANAS INVASIVAS PEDIÁTRICAS
EN URGENCIAS
M Herrero, M Alcalde, JL Hernández, J. Benito, B.Gómez, S. Mintegi
Objetivos: describir la forma de presentación de los pacientes diagnosticados en Urgencias de
Pediatría de infección bacteriana invasiva (IBI) en la era de la vacunación conjugada
neumocócica heptavalente.
Métodos: estudio retrospectivo de los niños menores de 14 años diagnosticados de una IBI
mediante cultivo bacteriano y/o reacción en cadena de polimerasa para N.meningitidis y S.
pneumoniae en sangre o líquido cefalorraquídeo (LCR) en un servicio de urgencias pediátrico
(SUP) de un hospital terciario entre el 1-01-2008 y el 31-12-2009.
Resultados: durante el periodo de estudio, 59 pacientes fueron diagnosticados de IBI (22;
37.2% menores de 1 año). De ellos, 11 (18.6%) presentaban alguna patología de base grave.
Los diagnósticos más habituales fueron: sepsis 23 (38.9%; 6 de ellos con meningitis asociada,
3 con neumonía y 1 con ITU), bacteriemia 14 (23.7%), neumonía sin sepsis 8 (13.5%),
meningitis sin sepsis 6 (10.1%). El 54.2% de los pacientes acudió en las primeras 12 horas tras
el inicio de la fiebre. La mayoría asociaba síntomas inespecíficos, generalmente clínica catarral
leve o vómitos aislados. El 64.4% presentaba un triángulo de evaluación pediátrica (TEP)
normal a su llegada al SUP y el 32.2% una exploración física anodina, siendo las petequias o
equímosis el hallazgo de interés más frecuentemente detectado (22.0%).
Siete pacientes (11.8%) habían consultado previamente por el mismo episodio. Tres acudieron
al inicio del cuadro, en las 6 primeras horas tras la aparición de fiebre, reconsultaron por
aparición de exantema petequial y fueron diagnosticados de sepsis por N. meningitidis B. Hubo
además un caso de meningitis neumocócica que reconsultó por decaimiento. Los otros tres
correspondieron a una bacteriemia y dos neumonías. En ninguno se había practicado analítica
sanguínea en la visita previa y fueron manejados ambulatoriamente con instrucciones.
Ingresaron inicialmente 43 de los 59 pacientes (72.8%), 25 de ellos en la Unidad de Cuidados
Intensivos Pediátricos. Los otros 16 fueron contactados telefónicamente tras la llegada del
cultivo. A 15 de ellos se les había pautado tratamiento antibiótico en la visita a Urgencias en la
que se practicó el hemocultivo (5 neumonías, 3 ITU, 6 síndromes febriles y una celulitis). En
un paciente con síndrome febril no se inició antibioterapia por parámetros analíticos no
alterados y exploración física anodina. Nueve de los 16 se encontraban afebriles o habían
reconsultado por iniciativa propia, al resto se les hizo acudir al SUP para nueva valoración.
Ninguno de los pacientes falleció ni presentó complicaciones.
Conclusiones: la mayoría de los pacientes con IBI consultaron por procesos de corta evolución,
con síntomas inespecíficos asociados y un TEP normal a su llegada. Una parte importante
tienen patología de base seria. Las instrucciones de observación de los niños febriles atendidos
en Urgencias proporcionadas a los familiares deben contemplar la reconsulta ante signos o
síntomas de alarma.
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