M.D. Elsa Amalia Kuljacha Lerma Subdirectora de la Facultad de Derecho, Campus Mexicali, de la Universidad Autónoma de Baja California. Interpretación y Métodos de Integración en la Resolución de Conflictos Derivados de Contratos Comerciales Internacionales En este artículo se harán algunas consideraciones sobre la interpretación y métodos de integración en la resolución de conflictos, tema que es de vital importancia en el tráfico jurídico internacional. Nuestro interés se centra en la resolución de conflictos derivados de las operaciones comerciales internacionales y la problemática que se presenta, tratándose del supuesto en el cual las partes que contratan no eligieron el Derecho aplicable, ni pactaron cláusula arbitral, o cuando habiéndolo hecho, resulta ineficaz, principalmente cuando no existe norma para el caso que se presenta. Abordaremos el problema a partir de la Convención de México y la importancia que ésta reviste para la aplicación de los llamados principios UNIDROIT. 1. La Convención de México y las reglas que fijan el Derecho aplicable a los contratos internacionales. La Convención de México (1994), es una de las fuentes más importantes para la interpretación de los contratos comerciales internacionales. Para efectos de este ensayo, los logros de la Convención, se pueden resumir en: Se consagra la autonomía de la voluntad como principio rector para la determinación del Derecho aplicable a los contratos internacionales, Como conexión subsidiaria, para el caso de que las partes no hubieran elegido el Derecho aplicable o si su elección resultase ineficaz, el contrato se regirá por el derecho del Estado con el cual tenga los vínculos más estrechos, Dispone que el Tribunal tomará en cuenta todos los principios generales del Derecho comercial internacional y, Se aplicarán cuando corresponda, las normas, las costumbres y los principios del Derecho comercial internacional, así como los usos y prácticas comerciales de general aceptación con la finalidad de realizar las exigencias impuestas por la justicia y la equidad en la solución del caso. 1 El reconocimiento que se hace en esta convención a los principios generales del Derecho comercial internacional, aceptados por los organismos internacionales no 1 Artículos 9 y 10 de la Convención, citados por Marina Vargas Gómez-Urrutia. Contratación Internacional en el Sistema Interamericano. Colección Estudios Jurídicos Oxford. México, 2000, p. 78. 1 gubernamentales, impulsa a los árbitros a recurrir a las reglas de interpretación e integración establecidas en los Principios UNIDROIT, por lo que se harán las referencias que se estiman necesarias para este análisis, en el siguiente apartado. 2. Los Principios UNIDROIT, como instrumento de interpretación e integración en el Derecho comercial internacional Los Principios UNIDROIT, tienen como fuente la lex mercatoria, expresada en forma escrita y sistemática y, aunque no tienen carácter legislativo, son reconocidos en el seno de los grupos y organismos internacionales no gubernamentales, como un instrumento para completar o interpretar el Derecho internacional uniforme, por lo tanto, son aplicables al Derecho comercial internacional cuando los particulares los hacen suyos en sus transacciones jurídicas internacionales, por virtud del principio de la autonomía de la voluntad, convirtiéndolas en reglas obligatorias entre los contratantes, aunque no lo son para los sujetos públicos de Derecho internacional. La Convención de México y los Principios UNIDROIT son complementarios, aunque siguen métodos distintos para la consecución de la armonización del Derecho comercial internacional. La primera, en cuanto instrumento convencional que pretende obtener certeza sobre cual sea el Derecho aplicable a una relación jurídica determinada, cuando dos o más derechos pudieran entrar en juego, y los segundos como instrumento que sirve no sólo para establecer reglas generales aplicables a los contratos mercantiles internacionales, sino también como instrumentos para interpretar o completar un texto internacional uniforme. 2 Esto es, los Principios pueden y han sido utilizados para interpretar una convención internacional. 2.1. Libertad de contratación Tanto la convención de México como los Principios UNIDROIT, descansan en una regla básica: Las partes son libres para celebrar un contrato y para determinar su contenido, porque consagran la autonomía de la voluntad libre, como premisa rectora de las operaciones comerciales que están orientadas al libre comercio y la competitividad. Desde luego esta libertad no tiene un carácter absoluto; tiene limitaciones por razones de interés público, razones que lleva a un Estado a excluir de la libre competencia determinadas transacciones comerciales de carácter internacional; así se establece en el artículo 1.4 de los Principios UNIDROIT, relativo a las reglas imperativas, al disponer que: “Estos principios no restringen la aplicación de reglas imperativas, sean de origen nacional o supranacional, que resulten aplicables conforme a las normas pertinentes de Derecho internacional privado”, o bien, se 2. Ibidem p. 79, 80 2 ve limitada por los propios Principios, cuando se establece en el artículo 1.5 que las partes pueden excluir su aplicación, modificar o derogar sus efectos, ya que sus reglas son de carácter dispositivo, salvo que se establezca lo contrario; no obstante, algunas de sus disposiciones son imperativas como las contenidas en el artículo 1.7 que señala que, aún cuando no exista disposición específica en los Principios, las partes deben conducirse de acuerdo a la buena fe y observando la lealtad comercial. Los Principios como reglas de comportamiento común, reflejan disposiciones de carácter imperativo que generalmente son observados en la mayoría de los ordenamientos jurídicos positivos. 2.2 La interpretación y el método de integración en los Principios UNIDROIT Analizando los artículos 1.6 y 1.8, referentes a la interpretación e integración de los Principios, encontramos que resulta conveniente hacer una distinción entre la interpretación de los Principios y la del contrato al cual serán aplicables, tomando en cuenta que si bien, los Principios solo sujetan a las partes cuando los incorporan al contrato, son normas autónomas que se han elaborado con el propósito de aplicarse uniformemente a los contratos que se celebren en diversas partes del mundo y por lo tanto, los principios deben interpretarse de distinta forma, que las cláusulas de cada contrato. Para su interpretación, los Principios UNIDROIT establecen sus propias reglas, en las que sobresalen los siguientes criterios: Tener en cuenta su carácter internacional para no darle un significado que tradicionalmente se tiene al amparo de un ordenamiento jurídico de un país determinado. Considerar su finalidad, esto es, no debe atenderse al sentido estricto y literal de las palabras, sino al propósito de cada disposición y a los Principios en su conjunto. Cuando surja una laguna, debe buscarse la solución, siempre que sea posible, dentro del conjunto de normas de los Principios (por analogía), antes de recurrir a la legislación nacional, que por supuesto, las partes siempre tendrán la libertad de integrarla a las reglas de los Principios y, Tratándose de interpretación, hay que señalar la importancia que tienen los usos que hayan convenido o que sean ampliamente conocidos y observados en forma regular en el tráfico internacional (dentro de lo razonable) y las prácticas que hayan establecido entre ellas. Cuando un contrato comercial internacional es claro en sus cláusulas, no ofrece mayor problema ya que éste será aplicado en sus términos literales, pero cuando el significado de los términos de un contrato resulta dudoso, se presta a confusiones y habrá que recurrir a los métodos de interpretación para desentrañar su sentido o alcance. 3 En materia de Derecho internacional uniforme, los Principios UNIDROIT, establecen dos métodos, uno de interpretación, que señala las reglas a seguir en la interpretación de términos, declaraciones o expresiones poco claros y el otro, de integración, cuando el contrato adolece de éstos, es decir cuando nos enfrentamos a las llamadas lagunas en el contrato. 2.2.1. Interpretación de los contratos. En sentido estricto, es decir, para determinar el significado que deba dárseles a los términos que resulten poco claros, los Principios UNIDROIT establecen los criterios siguientes: Prevalecerá la intención común de las partes, para determinar el significado de un elemento el contrato, en su defecto, Se interpretará conforme al significado que le habrían dado personas razonables, de la misma condición de las partes, con excepción de las cláusulas estándar, las que deben interpretarse de acuerdo a lo que establecen la mayoría de los usuarios, Las declaraciones y otros actos de una parte, se interpretarán conforme a su intención, siempre que la otra parte la haya conocido o no la haya podido ignorar (aplicable generalmente en el proceso de formación del contrato), si esto no es procedente, prevalecerá el significado que le hubiese otorgado una persona razonable de la misma condición que la otra parte, El criterio de razonabilidad, se determina considerando las circunstancias pertinentes al caso – negociaciones previas de las partes, prácticas establecidas entre ellas, actos realizados por los contratantes con posterioridad al contrato, naturaleza y finalidad del contrato, significado común que se le atribuye en el ámbito comercial a los términos y expresiones utilizadas y los usos - Artículos 4.1, 4.2 y 4.3. El contrato debe ser interpretado en su conjunto, conforme a la totalidad de sus términos, incluyendo declaraciones y expresiones utilizadas, La interpretación debe orientarse a dar un efecto a los términos del contrato, antes de privar de efectos a alguno de ellos, Si los términos dictados por una de las partes no son claros, se preferirá la interpretación que perjudique a esa parte, En caso de discrepancia en la redacción, cuando se hace en dos o más versiones de leguaje, prevalecerá la versión original. 2.2.2. Lagunas del contrato y la necesidad de integración. Estamos en presencia de lagunas en el contrato, cuando las partes no se hayan puesto de acuerdo acerca de un término importante para determinar sus derechos y obligaciones, de acuerdo al artículo 4.8 de los Principios, con un término 4 apropiado a las circunstancias, el término más apropiado puede ser determinado, considerando la intención de las partes, la naturaleza y finalidad del contrato, la buena fe y lealtad negocial así como el sentido común. Los elementos omisión o lagunas se presentan cuando después de celebrado un contrato, surge una cuestión que las partes no regularon en su contrato, ya sea porque no quisieron discutirlo o porque no lo previeron. Los principios prevén soluciones, expresadas en los diversos artículos que los integran, por ejemplo, cuando tratan sobre la determinación del precio, la calidad de la prestación, secuencia y lugar de cumplimiento, obligaciones implícitas, entre otros; sin embargo, no siempre se pueden colmar las lagunas, dependiendo de las circunstancias concretas en vista a las expectativas de las partes o el tipo especial del contrato de que se trate, al caso es de aplicarse el artículo 4.8. 3. Los métodos de interpretación y de ordenamiento legal interno. integración en el Como se anunció al inicio de este ensayo, tratamos de analizar el supuesto en el cual las partes contratantes no eligieron el derecho aplicable o habiéndolo hecho, su elección resulta ineficaz. Considerando la Convención de México, el contrato se regirá por el derecho del Estado con el cual tenga los vínculos más estrechos, por lo que, abundaremos en lo relativo a los métodos de integración en materia comercial en nuestro país. 3.1 Interpretación de los contratos En la práctica cotidiana de las labores jurisdiccionales, surgen en forma reiterada problemas en la aplicación de la ley y los motivos más frecuentes son porque en ésta, encontramos oscuridad y vacíos o lagunas en los ordenamientos legales que se pretenden o deben aplicarse. Estos problemas los abordamos a través de métodos de interpretación e integración de la norma jurídica. Para resolver cualquier problema se recurre al análisis de los métodos entre sí, y el orden con que deben de aplicarse, recordando que las propias disposiciones legales nos indican el cómo poder arribar a las conclusiones que buscamos. El artículo 14 Constitucional. Este precepto nos impone la aplicación de la ley para la resolución de conflictos del orden civil y nos autoriza el método de interpretación jurídica a falta de letra, con el propósito de desentrañar el sentido axiológico de la ley, pretende descubrir la finalidad o bien jurídicamente tutelado por la norma. Disposición que se reproduce en el artículo 19 del Código Civil para nuestro Estado, similar en toda la república. Como premisa tenemos que el supuesto y la consecuencia esta prevista en la ley, aunque no de manera clara. Entonces, lo que interpretamos es obviamente lo que existe en el texto legal. En el caso de resolución de conflictos, los problemas de 5 interpretación los encontramos en cualquier momento del juicio, desde la demanda hasta el cumplimiento de la sentencia. El Código de Comercio. La disposición constitucional citada se reproduce en el artículo 1324 del Código de Comercio que dice: Toda sentencia debe ser fundada en la ley y si ni por el sentido natural ni por el espíritu de ésta se pueda decidir la controversia, se atenderá a los principios generales del Derecho. De tal precepto entendemos que antes de acudir a los principios generales del Derecho, se deben atender tres cosas: La ley, la interpretación de la ley y su integración. 3.2 Métodos de integración. La integración de la ley aborda el problema que suscita la falta de regulación de una hipótesis determinada; esto es, trata de solucionar el vacío de la ley, básicamente, lo que le diferencia del método de interpretación. Ante ello, habremos de estudiar cuáles son los métodos que utilizamos para resolver las cuestiones procesales y sustantivas que se nos presentan, cuando la letra de la ley no es suficiente, o bien, es omisa. Cuando el método de interpretación de la ley no es suficiente porque no hay texto legal que subsane las oscuridades, los vacíos o las lagunas legales, tenemos que recurrir a otros métodos, debido a la exigencia del artículo 1328 del Código de Comercio, que dispone que los jueces y los tribunales no podrán bajo ningún pretexto aplazar, dilatar, omitir ni negar la resolución de las cuestiones que hayan sido discutidas en el pleito. El método de integración de la ley en materia mercantil funciona por vía de analogía o de supletoriedad. 3.2.1 Método analógico. A la analogía se acude cuando el método de interpretación nos lleva a la conclusión de que la cuestión planteada no está prevista en la norma. A través de este método de integración de la ley, no estamos creando una norma, sino que la estamos complementando con otra preexistente que regula un caso similar (fuente directa). Para acudir a este método, es necesario que se actualicen los siguientes requisitos: Que el supuesto no previsto y objeto de la indagación no esté contenido en las normas previstas ni deducido de la interpretación de éstas; Que el supuesto sea diferente al previsto en la ley, pues de ser igual no habría analogía y, Que el supuesto no previsto coincida en sus elementos que constituyen la ratio juris 6 de la norma. 3.2.2 Método de la supletoriedad. La supletoriedad es un método de integración subsidiario, que se utiliza cuando la interpretación es insuficiente para cubrir una laguna legal y el ordenamiento omiso no contiene disposición analógica y entonces corresponde a quien aplica el Derecho, acudir a otro ordenamiento legal para extraer de él, la norma que pueda cubrir el vacío. Concluyendo, en la analogía lo que ocurre es que se descubre una norma preexistente en el mismo ordenamiento legal y se aplica al caso imprevisto; mientras que en la supletoriedad, se acude a un ordenamiento diverso al que presenta el vacío y de él se extrae la norma indispensable para el trámite de cualquier cuestión procesal o sustantiva. En el aspecto sustantivo, el artículo 2 del Código de Comercio indica que a falta de disposiciones en dicho ordenamiento y en las demás leyes mercantiles, serán aplicables a los actos de comercio las del Derecho común, contenidas en el Código Civil aplicable en materia federal. Así tenemos que considerar como referencias normativas los artículos 1851 a 1857, del Código Civil para el Distrito Federal, de los que se puede obtener: Si los términos de un contrato son claros y no dejan dudas sobre la intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas. En este caso no hay problema, éste surge cuando la expresión de la voluntad es ambigua, poco precisa o contradictoria. Aquí podemos recurrir a la regla establecida por el artículo 1851 párrafo primero, que es congruente con el artículo 14 constitucional y 19 de la Ley Sustantiva Civil que establecen el principio de legalidad. Cuando las palabras fueran equívocas – contrarias a la voluntad de los contratantes – o los términos del contrato no son claros, habrá que averiguar el propósito de los contratantes. Aquí estamos ante la posibilidad de interpretar, bajo las reglas establecidas en la propia ley. La interpretación de los contratos será restrictiva, no deberán tenerse comprendidas en el cosas distintas y casos diferentes de aquellos sobre los que los interesados se propusieron contratar. Conforme al artículo 1853, si alguna cláusula de los contratos admitiere diversos sentidos, deberá entenderse en el más adecuado para que produzca efectos. La interpretación debe ser integradora, esto es, las cláusulas del contrato deben interpretarse, por disposición del numeral 1854 de la Ley Sustantiva Civil “las unas a las otras, atribuyendo a las dudosas el sentido que resulte del conjunto de todos” La interpretación debe procurar la realización del propósito de los contratantes. 7 El uso y la costumbre se considerarán para completar o aclarar el sentido de la voluntad contractual. Si la duda persiste, no obstante la interpretación, se atenderá a las reglas establecidas por el artículo 1857 de la Ley en cita. Tratándose del proceso mercantil, las bases jurídicas de la supletoriedad, además de lo dispuesto por el artículo 1328 de la ley mercantil, las encontramos en esencia en su artículo 1054, que las indica en un orden de prelación y preferencia. En efecto, el mencionado artículo 1054 establece que en caso de no existir convenio de las partes sobre el procedimiento ante tribunales, salvo que las leyes mercantiles establezcan un procedimiento especial, o una supletoriedad expresa, los juicios mercantiles se regirán por las disposiciones del propio Código de Comercio y en su defecto, se aplicará la ley del procedimiento civil federal, esto es con reforma al Código de Comercio de junio de 2003, pues antes se remitía a las legislaciones procesales locales. Para interpretar los supuestos previstos en el artículo 1054 citado debemos considerar: Las normas convencionales sobre procedimientos mercantiles pactadas entre las partes. Es decir, las normas de procedimiento convenidas por las partes prevalecen sobre cualquier otra. El presupuesto es que las partes son quienes mejor pueden decidir que procedimiento les acomoda o conviene para ventilar sus diferencias. Con la reforma de 1996, se excluyó el compromiso arbitral y actualmente alude únicamente al procedimiento convencional ante tribunales, lo que es comprensible por la creación del Título Cuarto, relativo al arbitraje comercial que se aplica tanto al nacional como al arbitraje internacional. Mediante la interpretación sistemática y considerando lo dispuesto por el artículo 1051 de la propia ley comercial, se llega a la conclusión de que también el procedimiento arbitral es preferente a cualquier establecido por la ley, toda vez que éste establece que las partes pueden convenir libremente el procedimiento a seguir, ya sea ante tribunales como a través de un procedimiento arbitral, figura heterocompositiva, porque deja la solución del conflicto a un tercero ajeno al conflicto. Las leyes mercantiles que establezcan procedimientos especiales. En este aspecto primero se debe determinar cuando una ley es de carácter mercantil y hecho lo anterior, si en ellas encontramos procedimientos especiales, deben aplicarse en forma preferente en este orden de prelación. Por ejemplo, tratándose de la prenda, se aplicará preferentemente la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito. Las leyes supletorias que de manera especial y expresa establezcan los ordenamientos mercantiles. En este orden de prelación debemos acudir a aquellas leyes que expresamente dispongan las leyes mercantiles. Por ejemplo, la Ley de Concursos Mercantiles en su artículo 8º, señala como leyes supletorias, en orden de prelación: Al Código de Comercio, a la 8 legislación mercantil, a los usos mercantiles especiales y generales y a los códigos sustantivos y de procedimiento civil en materia federal. Las disposiciones del libro quinto del Código de Comercio. En cuarto orden procede aplicar las disposiciones del Libro Quinto del Código de Comercio. Aquí encontramos la analogía, a la que ya se hizo referencia; es decir, resolver los vacíos legales mediante la aplicación analógica de otras disposiciones del mismo Código de Comercio; consecuentemente, son aplicables por analogía los procedimientos especiales contemplados en esta ley, a los juicios ordinarios y viceversa. Por ejemplo, para la admisión de la prueba testimonial, es requisito el proporcionar el nombre de los testigos, situación que queda clara en la regulación de los juicios ejecutivos, más no en los ordinarios (artículos 1401 y 1378) donde no se señala la consecuencia de no proporcionar los nombres. Aquí se aplica analógicamente porque los supuestos son similares y tienen la misma ratio legis. De acuerdo a criterios sustentados por la Corte, los casos excluidos de la analogía son: Cuando se trate de disposiciones excepcionales, Cuando la ley esta redactada en forma numerativa, Cuando se trata de leyes penales. La ley de procedimientos civiles. Para recurrir a esta ley, es necesario agotar la posibilidad de aplicar los ordenamientos legales que anteceden en el orden de preferencia y los métodos de interpretación e integración analógica de dichas leyes. El Código de Comercio remite expresamente al Código Federal de Procedimientos Civiles, en los artículos 1054, 1393 y 1414, y en el 1387, tratándose de pruebas documentales y supervenientes, a la ley procesal de la entidad federativa que corresponda. El problema de la supletoridad es de técnica, tanto legislativa como jurisdiccional. A la primera corresponde dar bases para la redacción de la norma de remisión y a la segunda le corresponde utilizar esa norma para lograr la finalidad del artículo 1328 ya aludido. Los Tribunales Federales han sostenido que para que opere la supletoriedad se deben dar los siguientes requisitos: Que el ordenamiento que se pretende suplir lo admita expresamente, Que se prevea la institución jurídica de que se trate, Que no obstante la previsión, las normas jurídicas de ese cuerpo normativo sean insuficientes para la aplicación a la situación concreta presentada, por carencia total o parcial de la reglamentación necesaria, 9 Que las disposiciones y principios con que se llene la deficiencia, no contraríen de algún modo las bases esenciales del sistema legal de sustentación de la institución suplida. 3 3 Tesis I.4º.C.J.58, Tribunales Colegiados de Circuito Gaceta del Semario Judicial de la Federación, Octava Época, pp. 33, 308 del Semanario Judicial de la Federación, tomo XIII, Abril de 94. 10 En conclusión: En la resolución de conflictos derivados de las operaciones comerciales internacionales y la problemática que se presenta, tratándose del supuesto en el cual las partes que contratan no eligieron el Derecho aplicable, ni pactaron cláusula arbitral, o cuando habiéndolo hecho, resulta ineficaz, se debe considerar: Abordar el problema a partir de la Convención de México y el reconocimiento que se hace en ésta a los principios generales del Derecho comercial internacional, aceptados por los organismos internacionales no gubernamentales. Es decir, en primer término, debemos atender a la voluntad de los contratantes, y si éstos no eligieron el Derecho aplicable, se aplicará el Derecho interno del Estado con el que se tengan los vínculos más estrechos, debiendo el tribunal tomar en cuenta las normas, costumbres y principios generales del Derecho comercial internacional, así como los usos y prácticas comerciales de general aceptación. Como consecuencia, recurrir a las reglas de interpretación e integración establecidas en los Principios UNIDROIT, como fuente la lex mercatoria, expresada en forma escrita y sistemática, que a pesar de no tener carácter legislativo, son reconocidos en el seno de los grupos y organismos internacionales no gubernamentales, como un instrumento para completar o interpretar el Derecho internacional uniforme, y aplicables al Derecho comercial internacional cuando los particulares los hacen suyos en sus transacciones jurídicas internacionales. 11 Fuentes Consultadas Bibliográficas Arce Gargollo, Javier Contratos Mercantiles Atípicos Editorial Porrúa, S.A. Séptima Edición México, 2000 Oviedo Alban, Jorge Introducción a los Principios UNIDROIT Contratos Comerciales Internacionales Editorial Colex Madrid España, 2003 Perez Nieto Castro Leonel Derecho Internacional Privado Editorial Oxford. Séptima edición México, 1998 PEREZ NIETO CASTRO LEONEL Y SILVA SILVA, JORGE ALBERTO Derecho Internacional Privado. Parte Especial Editorial Oxford. Primera edición México, 2000 Santos Belandro, Rubén Arbitraje Comercial Internacional Editorial Oxford. Tercera edición México, 2001 Vargas Gómez Urrutia, Marina Contratación Internacional en el Sistema Interamericano Colección Estudios Jurídicos Oxford México, 2000 Electrónicas Principios UNIDROIT Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado Segunda impresión corregida, traducida por el Profesor Alejandro Garro http/www.unidroit.org. Tesis y jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia y Tribunales Colegiados CD-ROM 2003. http://www.scjn.gob.mx 12 Normativas Código Federal de Procedimientos Civiles Código de Comercio Código Civil para el Distrito Federal Código Civil para el Estado de Baja California Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Baja California Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías. 1987 Convención Interamericana sobre Derecho aplicable de los contratos internacionales. México 1994 13