RESEÑA HISTÓRICA SOBRE LA VIDA Y LUCHA DE TAITA LEONIDAS PROAÑO 1 “Tenemos que reconocer, no con vergüenza, reconocer con valor, con aprecio, yo me atrevería a decir, con orgullo, que tenemos sangre indígena, y que, juntamente con ella, hemos recibido de los indígenas, admitámoslo o no, valores culturales indígenas”... Mons. Leonidas Proaño,2 1. SOBRE LA VIDA Un día como hoy, hace 106 años, nace en este querida parroquia de San Antonio de Ibarra, un guagua singular de estas tierras, a quien sus amados padres, mama Zoilita y taita Agustín, le pusieron el nombre de Leonidas Eduardo. Igual que Jesús de Nazareth, este niño nació en un hogar pobre y en un pueblo marginal; pobre era entonces este pueblo y la mayoría de sus habitantes, y no es que la pobreza se haya erradicado pues aún hoy hay empobrecimiento creciente. Cuarto hijo de ese hogar de muy escasos recursos económicos, el niño Leonidas creció sin hermanos, pues sus tres ñaños mayores, murieron tempranamente. El 31 de agosto retornó a su hogar celestial y sus restos -por pedido expreso en su lecho de agonía- fueron sembrados en la que ahora es capillita de tierra de Pucahuaico, cuesta arriba, a escasos pasos de esta plaza. Una constante fundamental, a lo largo de toda la vida, de Monseñor Proaño es la POBREZA, que la abrazó desde su infancia; la adoptó como su fiel compañera como joven seminarista, como sacerdote y como obispo, y desde la misma pobreza optó por amar y entregarse con fidelidad inexcusable a los pobres, especialmente a los indígenas con un amor de predilección. Son miles los gestos y acciones desarrollados por Taita Leonidas, en los que se puede constatar con diafanidad ese amor a los pobres, amor que también se puede verificar -sin pisca de prepotencia sino en plenitud del ejercicio de la humildad- en todos sus discursos y homilías, en todos sus escritos, en todos los encuentros, conferencias y talleres. Es extraordinario leerlo y comprobar el regocijo que sentía por ser pobre y por estar incondicionalmente al lado de los pobres. Uno de los textos del Evangelio preferido por el obispo de los indios y por el cual como Jesús exultaba de gozo es “Yo te bendigo Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos de este mundo y las has revelado a los pequeñitos” y en su etapa de obispo expresaba una y otra vez, “Ese amor y respeto a los pobres, particularmente a los indígenas, llegó a formar parte de mi propia existencia. Por eso he dicho más tarde que no he querido nunca ser traidor a los pobres, pues nací en un hogar pobre y aprendí en ese mismo hogar a amar a 1 Conferencia sustentada por Nidia Arrobo Rodas, en el acto conmemorativo en homenaje al cumpleaños 106 de Monseñor Leonidas Proaño, Acto organizado por la Secretaría Nacional de Gestión de la Política, en San Antonio de Ibarra. 2 Discurso pronunciado el 12 de enero de 1.986 en la Esperanza-Cotopaxi los pobres”, en el libro fundamental de su vida “Creo en el hombre y en la Comunidad” consta esta proclama y también esta otra: “Supe, como todos los pobres, lo que es padecer de necesidad y de hambre. Pero aprendí también a soportar privaciones, sin quejas ni envidias. Aprendí lo que es la sencilla fraternidad entre pobres: poner en práctica una generosa y delicada ayuda mutua entre vecinos”3 . Fiel a sus orígenes y a su esencia, Taita Leonidas es ante todo un ser humano total, integral con un corazón grande para amar, con un corazón fuerte para luchar; es un cristiano cabal, profundamente solidario; un ecologista; un PROFETA del siglo veinte valiente, coherente, imperturbable, con enorme presencia de ánimo; un ser profundamente respetuoso de las personas, de las organizaciones y de los procesos sociales; un luchador incansable e insobornable, entregado sin reservas a la causa de liberación de los empobrecidos especialmente de los pueblos y comunidades indígenas. Tenía una capacidad infinita de escuchar, de creer en el pobre y oprimido; de dar y recibir amistad; de vivir el evangelio hasta convertirse en otro Cristo; de asumir el ser autoridad eclesial como auténtico servidor sin sombra de prepotencia ni abuso del poder. En sus grandes ejecutorias él se destaca por su fe y su grandiosa humanidad, como MAESTRO- educador, amigo, eclesiólogo; como defensor de los derechos humanos, y de los derechos de los pueblos indígenas; como comunicador y poeta; como ser dialogante; como mentor de la Teología de la Liberación y padre de la Iglesia Latinoamericana; como internacionalista, como el buen PASTOR que da la vida por sus ovejas… En el libro Creo en el Hombre y en la Comunidad, Mons. Proaño describe los grandes y a la vez sencillos valores que animaron su ser: la pobreza; el trabajo; el amor al pobre; la honradez; el amor a la verdad; la libertad; la valentía y algunas enseñanzas prácticas recibidas por su padre que le ayudaron en su vida ya como sacerdote ya como obispo. De la misma manera narra con gran sentido crítico y autocrítico con los que siempre actuaba, lo que él llama, los aspectos negativos de su personalidad, entre los que anota: el actuar en su juventud con sentido de competencia, en la búsqueda de ser el primero tanto en el juego como en los estudios; la terquedad en sus decisiones; el ser hombre de pocas palabras y poco comunicativo… Refiriéndose a sí mismo se autodefine “me creo de temperamento reflexivo, amante de la soledad, del silencio, de la contemplación”4… Todo esto perfiló la vida de Taita Leonidas como ese ser excepcional, único, auténtico revolucionario de la única revolución valedera, la revolución del poncho, la del amor eficaz y según su propio criterio concluye que esos valores humanos están en la base de lo que para él son “mi opción por los pobres, mi estimación a los trabajadores; mi postura inflexible en relación con la verdad y con la justicia, una permanente apertura unida a un inconformismo en relación con la conquista de la libertad; la capacidad de compromiso arriesgado al servicio del bien de los demás; y en la proclamación de los valores trascendentales del hombre. Los años 3 4 Mons. Leonidas Proaño, “Creo en el Hombre y en la Comunidad” pág. 18 Idem página 42 de mi infancia –afirma- fueron una lejana preparación para la misión y tareas que Dios me destinaba”.5 Como buen sanantonense, como buen hijo de estas tierras fue aficionado a la pintura, “yo quería ser pintor” sostiene en sus escritos, por eso en su adolescencia experimentó el enfrentarse al dilema: dedicarse por toda la vida al arte, o a la vida sacerdotal… pero luego del discernimiento en plena libertad, optó por el llamado de Jesús y en su accionar se convirtió en el sacerdote ejemplar, en el paradigmático buen pastor que da la vida por sus ovejas; en el Obispo con olor a oveja, como reclama ahora para el episcopado mundial, nuestro querido Papa Francisco. “Me parece ver que Dios a través de la vida, me ha ido llevando a lo largo de este proceso”6 sostiene Taita Proaño, y ese proceso fue progresivo entre el esfuerzo de vivir los valores que asumió en su hogar, en el de vivir el Evangelio e irse haciendo cristiano; en el esfuerzo de asumir la pobreza, de responder a las grandes necesidades sentidas de los empobrecidos y de los pueblos indígenas; en el esfuerzo de una lucha permanente en la defensa de los derechos humanos y de los derechos de los pueblos indios y de asumir como suya, la lucha social, la lucha indígena. 2. SOBRE LA LUCHA Múltiples luchas desarrolló Taita Leonidas a lo largo de su vida. Se puede decir sin sombra de duda que él es un HOMBRE DE LUCHA, que su vida ha sido lucha y que la lucha ha sido su vida. “Toda mi vida he luchado por la Verdad, por la Vida, por la Libertad, por la Justicia”,7 expresa en su testamento abierto. Sin afán de agotar el análisis de la cantidad de luchas que libró durante su vida Mons. Proaño señalaré las siguientes: 2.1 Por vencerse a sí mismo, por seguir el Evangelio Liberador y vivir la fe “Solo venciéndote, vencerás” parece que fue el lema de la vida de Mons. Proaño en lo personal, o mejor “Todo lo puedo en Aquel que me conforta”, con estos lemas, el mismo sostiene: “la fe es ante todo una vivencia, un compromiso, una práctica de cada día, una lucha permanente contra el mal, contra la mentira, contra la injusticia, contra el odio, en donde quiera que se encuentren, en nosotros, en la sociedad, en el sistema capitalista, en el sistema comunista”8 2.2 Por la defensa de los derechos humanos “Es la hora mis queridos amigos, de levantar la bandera de los Derechos Humanos, de la solidaridad, de la fraternidad en nuestro país y en el Continente, para que vaya desapareciendo el hambre, la desnudez, la falta de trabajo, la muerte prematura, la falta de libertades, para que vayamos 5 Idem, página 34 Idem página 47 7 Idem página 262 8 Idem página 244 6 conquistando un nuevo mundo, una nueva sociedad y haciendo un hombre nuevo”. Y añadía…“como muchísima gente se encuentra en una situación de inconsciencia, fruto del aplastamiento producido por el sistema, hay que contraponer a esta inconsciencia todo un trabajo de educación liberadora que lleve a los hombres a adquirir una conciencia crítica y de superación de los problemas. Es fundamental educar al pueblo. Es indispensable que esta educación no siga siendo lo que ha sido hasta ahora, una domesticación, sino una promoción del hombre en todas sus capacidades” 9 La base de su lucha a favor de los derechos humanos la encuentra en la misma Biblia cuando sostiene: “Dios condena con palabras terribles, con amenazas y con castigos, todo lo que significa injusticia, todo lo que significa opresión del pobre, de la viuda, del huérfano, del obrero, del trabajador. Todo lo que significa esclavitud. Dios no está contento con que haya hombres esclavos. Dios repudia todo lo que significa, por lo mismo, dominación de unos hombres sobre otros. Dios repudia todo lo que significa Imperialismo, porque es una dominación de un pueblo sobre una multitud de pueblos”. 10 2.3 Por la defensa de la vida de los indígenas, sus Comunidades y Pueblos y sus derechos ancestrales “Tenemos que ser aguerridos para defender el pueblo indígena con todos sus valores”11 clamaba Taita Leonidas. Desde su entrada en la Diócesis de Riobamba como Obispo, cuando tenía tan solo 44 años de edad, dedicó sus mejores esfuerzos y luchas para alcanzar la dignificación de los indígenas a quienes encontró en condiciones inhumanas, deplorables, indignantes. Cuánto sufrimiento le acarreó el primer acto de JUSTICIA realizado a favor de los indígenas al devolverles las 36.000 hectáreas de tierras de las que la Iglesia de Riobamba era propietaria, fruto del injusto reparto colonial. Hecho inédito en América Latina, pues la devolución de tierras se realizó antes de la primera Reforma Agraria. Esa fue sólo su primera lucha luego se sucedieron muchísimas… UNA AUTÉNTICA REVOLUCIÓN se inicia con una revolución agraria integral porque sin tierra, sin territorio no hay vida. La creación del Sistema de Escuelas Radiofónicas Populares para el desarrollo de programas de alfabetización en kichwa… Radio desde la cual se impartían programas de derechos humanos, de capacitación, de educación popular-liberadora, de concientización progresiva, de evangelización. Insistentemente denunciaba que a los pueblos indígenas “No se les concede territorio, nunca se les ha reconocido territorio y se les ha reducido a la nada. Todo pueblo -para mantener su identidad- tiene derecho a su 9 Mons. Leonidas Proaño en “Comisión de Derechos Humanos”, Ambato, julio 9 de 1985. Cassette # 39. Archivo de la Fundación Pueblo Indio del Ecuador 10 Monseñor Leonidas Proaño, “Fe y Política” 20 de octubre de 1983, páginas 4 y cinco 11 Monseñor Leonidas Proaño, tomado del Encuentro de Estudio del Documento de Bogotá sobre Pastoral Indígena, 13 al 16 de enero de 1.986 propio territorio... es tremenda injusticia negársele”12 “Quitar la tierra a Los indígenas es lo mismo que matarlos, que asesinarlos”13 Insinuaba por doquier respecto al territorio “Quiero proponer…. Que se hable, desde ahora, de devolver a las nacionalidades indígenas un territorio suficiente para que puedan desenvolverse, para que puedan vivir como tales, como nacionalidades indígenas. Si no tienen territorio, se les está matando, es otra manera de atentar contra su vida, contra su existencia. …Este pedido se puede fundamentar en el hecho de que los indígenas fueron los primeros dueños de estos territorios…”. 14 Y respecto a la cultura: “Para rescatar toda una cultura indígena hace falta una autodeterminación política de las nacionalidades indígenas. Frente a la cultura envolvente nos faltan actitudes fuertes, agresivas con programas bien planteados. Un ejemplo sería deslindar la Escuela Indígena del Estado…15 2.4 Por una iglesia pobre y de los pobres Pareciera que actualmente el Papa Francisco recoge el quehacer y sentir de Taita Leonidas cuando nos pide que construyamos una iglesia pobre y para los pobres, como la auténtica Iglesia de Jesucristo. Insistentemente Mons. Proaño dice en sus escritos “Trabajen en la edificación de la Iglesia desde los pobres y con los pobres” porque “El Evangelio es la Buena Nueva de salvación para los pobres”. Para lograrlo expresa: “Comprendí que la Iglesia debía sufrir una transformación radical, que los obispos debíamos realizar grandes esfuerzos por transformar una Iglesia de imagen piramidal en una Iglesia comunitaria… Comprendí que los sacerdotes habíamos sido acaparadores de todos los carismas en la Iglesia, que nos habíamos convertido, en vez de servidores, en dominadores del pueblo y que los laicos estaban llamados a jugar un papel preponderante”16…. En esta iglesia pobre y de los pobres, “El sacerdote declericalizado, llegaría a ser más auténtico en su actuar, en su querer, en su ser”17 ...en la auténtica Iglesia de Cristo, todos estamos llamados a ser activos, todos servidores, todos constructores, desde el instante y por el hecho de haber recibido el bautismo”. Y Taita Leonidas no se detiene va incluso más allá… se despoja de todo el lujo y ostentación propio de los obispos, se reviste del poncho indígena y se hace indio con los indios. Su última lucha, su último sueño fue expresado así “Se trata de promover una auténtica Iglesia indígena, con organización propia, con Filosofía y Teología indígenas, con Simbología y Liturgia indígenas. Sin embargo se trata que esta Iglesia con nítida identidad indígena se desarrolle en comunión de Fe y de Amor con todas las demás Iglesias particulares y con la 12 Idem Mons. Leonidas Proaño , “La Tierra es Vida”, Discurso en la Esperanza, Situación actual de los Indígenas, 12 de enero de 1986; página 17 13 14 Discurso de Mons. Proaño pronunciado ante la Comisión Especial de Nacionalidades Indígenas del Congreso Nacional, en Quito, mayo de 1987 15 Monseñor Leonidas Proaño, tomado del Curso de Formación de Misioneros Indígenas, del 21 al 24 de octubre de 1.985). 16 17 Mons. Leonidas Proaño en “Creo en el Hombre y en la Comunidad” Página 100 Idem página 165 Iglesia presidida por Pedro” (18). “…una Iglesia –indígena- que no se queda tranquila, contenta con la situación, sino una Iglesia que trabaja para cambiar la sociedad y vivir cristianamente”. 2.5 Por el cambio de estructuras, contra el sistema capitalista Taita Leonidas fue contundente en su discurso y en su práctica anticapitalista, el año 83 exclamaba: “El capitalismo es frío, como es frío todo lo que es metálico. No le importan los hombres ni los pueblos. Le importan las ganancias. Y solamente le importan los hombres y los pueblos en la medida en que éstos le proporcionan ganancias. Para poder devorar ganancias, devoran hombres y pueblos. Es frío no tiene corazón. La voracidad de ganancias que experimenta el capitalismo es la raíz gruesa y profunda de este árbol que está produciendo frutos tan amargos para el pueblo ecuatoriano, particularmente para los pobres. … Pero el monstruo del capitalismo no habita sólo en el extranjero, en los países llamados desarrollados, en Estados Unidos y Europa: habita también dentro de los países latinoamericanos, dentro de nuestro propio país. Esa raíz gruesa y profunda tiene ramificaciones. Este monstruo tiene tentáculos aquí, dentro de nosotros. …En efecto, el Estado ecuatoriano mantiene introyectado el modelo capitalista. Nuestros gobernantes, o bien se han puesto conscientemente al servicio del capitalismo, o bien se han visto en la incapacidad de sacudirse de su dominio. …Nuestro país, como tanto otros países de América Latina, ha caído, desde mucho tiempo atrás, en las garras de este monstruo. Dependemos de él de múltiples maneras. Somos su juguete. Nos hace pensar como él piensa. Nos hace actuar como él quiere...” 19 2.6 Por una SOCIEDAD NUEVA “Sueño en la posibilidad de una sociedad nueva. Clamaba permanentemente el Profeta y concluía, “por esto veo la necesidad de crear conciencia también en las organizaciones urbanas, veo la necesidad de una práctica económica, educativa y política que sea convergente con el caminar del movimiento indígena, de modo que no se produzcan competencias y conflictos, sino más bien colaboraciones complementarias."20 “Comprometámonos en la edificación de la Sociedad Nueva”. …“La salvación en términos políticos tiene que venir del pueblo” Y afirmaba "No pretendan ser constructores de un mundo nuevo sin contar con la fuerza del pobre, del indígena, del hombre que ha sido menospreciado durante siglos”. 2.7 Por la construcción de la PATRIA GRANDE A lo largo de sus años Mons. Proaño constató que “América Latina no es libre: está terriblemente atada al capricho de los países poderosos”. Por eso sostenía “Miremos con ancha mirada el Continente Latinoamericano…tenemos 18 Monseñor Proaño, “Plan Nacional de Pastoral Indígena”, Riobamba 22 de febrero de 1.986 Mons. Leonidas Proaño, en El profeta del Pueblo, “Crisis del Capitalismo y reflexión cristiana, Riobamba 24 de marzo de 1983 páginas 118 a 120 20 Mons. Leonidas Proaño en Creo en el Hombre y la Comunidad. Pág. 232 19 que aspirar a hacer del Continente Latinoamericano nuestra PATRIA GRANDE, que se destruyan también los egoísmos, los motivos de pelea, y de descensión entre países y que caminemos hacia una América Latina sólidamente unida…. que, desde el punto de vista cristiano, sea UN NUEVO MUNDO, UNA NUEVA SOCIEDAD” 21 2.8 Por la PACHAMAMA la MADRE TIERRA: A sus veinte y seis años ya podemos ver en Taita Leonidas su vocación ecologista y su valoración y defensa de la madre tierra, en su juventud escribió estos versos: “Hijo, si como yo fecundo quieres ser en la vida, sé como yo, tierra y nada más que tierra, sin vanas pretensiones, sin quejas, sin envidias”22 Y más tarde refiriéndose a la vocación del planeta clamaba...”Dios creó el mundo para todos los hombres, no para unos poquitos hombres privilegiados... ...Dios creó a los hombres para que se amen, para que amándose, se ayuden mutuamente a crecer”23. “Sin embargo creo que estamos en la última hora que nos permite todavía detenernos a reflexionar para examinar si lo que llamamos progreso no es una carrera loca hacia la destrucción y la muerte y si nos estaríamos obligados también en este caso, a volver a las fuentes para redimir la vida”24 Y en Alemania expresó con fuerza este clamor que aún hoy nos estremece y compromete: “Busco en todas partes luchadores por la paz y por la vida. Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde, antes de la ambición y locura de unos pocos, convierta a este planeta tierra en una luna muerta… en un cementerio del espacio”25 Todas estas luchas y muchísimas más las realizó el profeta de los pobres, “con un pie en la fe y otro en la política”, porque sostenía que hay que caminar con los dos pies… A lo largo de toda su vida trabajó apoyándose en el método VER, JUZGAR Y ACTUAR que lo consideró el método de la liberación y desarrolló toda esa fecunda caminata aportando como nadie en los procesos de concientización, evangelización y política. Finalmente como defensor y motivador de la organización popular posibilitó y apoyó el crecimiento de las genuinas organizaciones del pueblo y el nacimiento de otras que son vitales para la lucha indígena como el ECUARUNARI, el Movimiento Indígena del Chimborazo, la CONAIE en cuya base fundacional estuvo presente y a las que apoyó desinteresada e incondicionalmente durante toda su existencia. Sigamos tras las huellas del maestro de las luchas por la vida y de la vida de las luchas, esforzándonos por vivir los valores que él encarnó y asumiendo la solidaridad entendida en uno de sus poemas como “Compartir los peligros en la lucha por vivir en justicia y libertad, arriesgando en amor hasta la vida”. 21 Idem, página 123-124 Mons. Leonidas Proaño, “Quedan los árboles que sembraste” Poema Madre Tierra, página 66 23 Mons. Leonidas Proaño, en Fe y Política, Riobamba, 20 de octubre de 1983, página 5 24 Mons. Leonidas Proaño,en “La Cultura Indígena”, La Madre Tierra, discurso pronunciado en la Universidad de Saarland , Alemania, 26 de octubre de 198, página 11 22 25 Idem, página 13