JAPAN EXTERNAL TRADE ORGANIZATION Telefs.: Fax: E-mail: Página web: Vol. VII – No. 009 440-6010 / 441-5175 440-0527 akunigami@jetro.org.pe http://www.jetro.go.jp 30 de Enero, 2007. EN CASO DE UN VIAJE DE NEGOCIOS AL JAPÓN Continuando con el tema de “Cómo comunicarse con los japoneses en el Mundo de los Negocios”, le adjuntamos un articulo publicado por el Profesor Bernardo Astigueta. Profesor de Historia del Pensamiento Español e Hispanoamericano, y de Didáctica aplicada del Español como Lengua Extranjera del Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad Sofía de Tokio de 1995 a 2005 1) Conocimientos básicos sobre diferencias culturales Cuando visitamos un país con una cultura milenaria como la de Japón lo primero que nos llama la atención son las grandes diferencias culturales. Esto se nota particularmente en la comida, en la arquitectura, en el vestido, en las costumbres y sobre todo en la lengua. Es normal que entonces comencemos a comparar esa cultura con la nuestra, y al mismo tiempo que comencemos a pensar cuál es mejor. Si bien es normal hacer comparaciones, también es cierto que, como dice el refrán, "toda comparación es odiosa" porque lo que puede ser bueno para una cultura puede ser malo para otra. Por eso es mejor pensar que en realidad no existen culturas mejores o peores que otras, sino simplemente que cada cultura es diferente y cada cual tiene sus cosas positivas y negativas. Es ese sentido, el mejor modo de acercarse a otra cultura no es por medio de comparaciones sino más bien percibiendo las diferencias, es decir de forma respetuosa, con apertura, con deseos de conocer y aprender todo lo positivo que hay en las culturas diferentes de la nuestra. Sucede también que a veces llegamos a un país extranjero con algún conocimiento o algunas imágenes aprehendidas por medio del cine o la televisión. Podemos pensar que conocemos ya cómo es ese país, y cuáles son sus costumbres. A veces hasta pretendemos imitar esas costumbres sin cerciorarnos de antemano si verdaderamente la gente se comporta de esa manera. Esto es lo que se llama comúnmente "ideas fijas". El peor error es querer imitar esas imágenes que traemos pensando que así seremos mejor aceptados, porque a veces parece que estuviéramos analizando la cultura ajena. Por ejemplo, algunos extranjeros saludan con una reverencia en Japón, pero imitando un estilo de saludo que es más propio de la India, lo cual resulta un poco absurdo, e inclusive para algunas personas puede resulta ofensivo. Por ello la mejor forma de acercarse a otra cultura es con una actitud de escucha y atención que permita una mayor comprensión mutua. Para ello es necesario un poco de humildad, es decir, admitir la ignorancia frente a lo desconocido e interesarse por conocer y aprender, preguntando y observando respetuosamente. 1 Pero no todo son diferencias cuando se trata de un viaje de negocios, porque en definitiva tenemos objetivos comunes, buscamos lo mismo y compartimos los mismos conocimientos en este campo. Esto hace sobre todo que la comunicación sea más fácil y haya un verdadero interés por establecer buenas relaciones. 2) Aspectos particulares sobre diferencias culturales Hay algunos elementos particulares de la cultura japonesa que contrastan con las culturas occidentales, en especial con las culturas latinas. Uno de ellos es el "sentido del tiempo". En Japón la puntualidad y el cumplimiento de los plazos son de suma importancia. Pero por otro lado, las decisiones importantes requieren de largos plazos de información y consultas. Es decir, en Japón las decisiones finales toman tiempo. En tal sentido, el occidental suele sentirse impaciente con las demoras en la toma de decisiones y el japonés a su vez, con la flexibilidad y falta de rigor de los occidentales en el cumplimiento de pautas temporales tales como los horarios o los plazos. Otro de los elementos que contrasta con las culturas de habla hispana es el modo de expresarse. En términos generales los japoneses son menos espontáneos, más reservados y no dejan transparentar sus sentimientos en la conversación. Para el occidental esta reserva propia de los japoneses a veces puede malinterpretarse como frialdad o desinterés, y la diferencia entre lo que se expresa y lo que se siente como una forma de hipocresía. Una sonrisa en Japón no siempre significa complacencia o agrado. En algunas ocasiones puede ser más bien una forma de ocultar incomodidad o desagrado, pues manifestar tales sentimientos puede resultar ofensivo o incómodo para la otra persona. En el idioma japonés hay muchas expresiones para significar aceptación o negación, y según el contexto un simple “si” o un “no”, pueden no tener mayor significado ni indicar asentimiento o rechazo a algo en particular. Por tal motivo, a menudo el “si” o el “no” de un japonés produce equivocaciones. Finalmente la cultura japonesa también contrasta con las culturas latinas por la distancia que se guarda en las relaciones personales. Es sabido que en Japón por lo general los saludos no conllevan un tacto físico directo, como por ejemplo estrecharse la mano, o intercambiar un beso o un abrazo. El saludo suele ser una suave inclinación de la cabeza sin mayor efusividad de palabras. La familiaridad en el trato no es bien vista en los comienzos de una relación, por lo cual conviene ser cuidadoso en el lenguaje y en gestos que den la impresión de un abuso de la confianza. La familiaridad, la simpatía, la confianza o el afecto, en Japón quizás se expresan de forma muy diferente de como suelen hacerlo los "latinos". 3) Limitaciones de comunicación Un viaje de negocios a Japón impone al menos dos limitaciones importantes que es preciso tener en cuenta de antemano. En primer lugar la limitación de tiempo. En un viaje concertado desde Japón, el cronograma de viaje estará estipulado desde la llegada hasta la salida del aeropuerto, con un cronograma muy meticuloso de actividades que no suele dejar demasiado tiempo libre. Esto resulta fatigoso para quien llega a Japón luego de muchas horas de vuelo. Todas las actividades están fijadas de antemano y por lo general no se admiten innovaciones luego que se ha convenido una agenda de trabajo. A los japoneses, por lo general, no les gusta "improvisar". Por tal razón un viaje de negocios impone enojosas limitaciones de tiempo. 2 La segunda y mayor limitación es la lengua. El japonés es una lengua sumamente difícil y pocas cosas tiene en común con las lenguas europeas. Existe la creencia que en Japón el inglés es como una segunda lengua. Nada más lejos de la realidad. Hay muy pocos lugares en los que uno pueda comunicarse en inglés con las personas, más allá de vocablos sueltos, salvo en hoteles de categoría o en ambientes universitarios. A esto cabe agregar que, a diferencia de otros países, el extranjero no puede transitar por las ciudades de Japón fiándose en las señales públicas dado que en su mayoría están escritas en japonés. Para ello necesitará casi siempre de la ayuda de un nativo que lo guíe. Los empresarios japoneses tienen suficiente manejo de la lengua escrita como para leer y comprender documentos comerciales en inglés, y para el uso del lenguaje técnico siempre que sea por escrito. Pero en general carecen del dominio de la comunicación oral. Para cierto nivel de negociaciones hay que recurrir a intérpretes y confiar más en el lenguaje escrito que en la comunicación oral. De todos modos ciertas expresiones básicas, como se ofrecerán en otro apartado, pueden ser de gran utilidad y una ayuda para la comunicación. 4) Actitudes apreciadas Por último, si bien lo dicho en este apartado no se limita a la cultura japonesa, hay algunas actitudes en particular que son muy apreciadas y se recomiendan a quienquiera que realice un viaje de negocios. En primer lugar la paciencia y discreción frente a los muchos contratiempos e inconvenientes que surgen de las diferencias de costumbres, el desentendimiento por causa de la lengua y otros factores. Se recomienda más bien disimular los inconvenientes que incurrir en quejas y reclamos. Estas pueden producir un efecto a corto plazo, pero la paciencia y buena voluntad generan buenas relaciones a largo plazo. Igualmente es de mucho estimar la honestidad. La claridad en las transacciones comerciales, y la honestidad en los términos de trabajo, cláusulas, condiciones, contratos, etc., así como la franqueza, siempre y cuando no resulte agresiva, generan confianza, que es la base fundamental de toda relación, incluyendo las relaciones comerciales. Copyright (C) 1995-2007 JETRO All rights reserved 3