Compañeros y compañeras, un cordial saludo. Soy Ayala Puente San Juan, trabajadora metalúrgica, miembro del Comité de Empresa de la planta que la multinacional TRW tiene en Pamplona y, desde el pasado mes de enero, responsable de empleo, igualdad y comités de empresa europeos en la Comisión Ejecutiva de la MCA de Navarra. Así que soy nueva en tareas de dirección sindical y estoy muy agradecida por la posibilidad que se me ha dado de intervenir en este gran acto de la UGT, pero también muy impresionada ante semejante audiencia. Y voy al grano, que se acaba el tiempo. Somos una empresa de componentes del sector de automoción con 650 trabajadores, a los que, como en tantas otras empresas, la Dirección nos puso entre la espada y la pared: o se asumía una reducción de costes del 30%, o sea, o aceptábamos un hachazo a nuestros salarios o iban 250 personas a la calle. Estábamos ante el chantaje empresarial perfecto, con la crisis como coartada y la reforma laboral apuntándonos a la nuca. ¿Y qué hicimos? Pues poner en práctica lo que hemos aprendido en la UGT: responder combinando firmeza e inteligencia. O lo que es lo mismo, movilización y negociación. No sólo querían degradar nuestras condiciones de trabajo hasta extremos completamente inaceptables, es que se estaban cargando el marco de relaciones laborales que tradicionalmente había existido en nuestra empresa. Por tanto, lo primero era defender ese marco, recuperar la negociación como única fórmula para afrontar y resolver los problemas. Así que, a principios de 2013, tuvimos que hacer nueve días de huelga y obligar a la empresa a sentarse a negociar. Y lo segundo fue abordar un proceso negociador con inteligencia, buscando un acuerdo equilibrado, que conjugase las necesidades de la empresa para ser competitiva con nuestras prioridades sindicales: plan industrial, inversiones y garantías de empleo. En dos meses alcanzamos un acuerdo que dejaba la reforma laboral fuera del recinto de nuestra fábrica, que garantizaba el empleo de toda la plantilla fija y que comprometía un plan industrial con nuevas tecnologías y nuevas líneas de producción para un periodo de aproximadamente diez años. Logramos un convenio con ultraactividad, que impide la modificación unilateral de condiciones y la inaplicación por parte de la Dirección, es decir, que obliga al acuerdo entre las partes, y en el que aceptamos moderación salarial, no rebajas, y proporcionamos flexibilidad a la empresa, posibilitando la mejora de la productividad y de la calidad. Por tanto, es un acuerdo en la mejor tradición sindical de la UGT, que apuesta por la rentabilidad de la empresa, que es la mejor garantía de futuro para nuestros puestos de trabajo, y que crea las condiciones adecuadas para atraer nuevas inversiones. De momento, hemos conseguido 30 millones de euros en productos líderes en tecnología, que incluso podrían generar a medio plazo nuevos puestos de trabajo. Tengo que decir que lo que hemos hecho en nuestra empresa es plenamente coherente con la actuación que la UGT está desarrollando en el sector de automoción de Navarra -y el Convenio y la evolución de Volkswagen Navarra son el mejor ejemplo- y en el conjunto del sector del Metal, cuyo convenio sectorial es un auténtico dique de contención frente a la reforma laboral y nos dota a los representantes sindicales de un montón de herramientas para impedir que se establezca en nuestras fábricas la dictadura empresarial. En nuestra empresa y en otras muchas, lo que está haciendo nuestro sindicato es defender el tejido industrial. Y lo estamos haciendo en una situación de enorme soledad sindical y sin la más mínima ayuda de los diferentes gobiernos. Y acabo con un mensaje que a mi Sección Sindical le gusta mucho repetir: SE PUEDE. SÍ, SE PUEDE. Se puede poner coto a los abusos empresariales. Se puede frenar la reforma laboral. Se puede defender el empleo digno. Lo que hace falta es unidad de los trabajadores, compromiso sindical, convicción, firmeza e inteligencia a la hora de defender nuestros derechos y nuestros intereses. Y eso es lo que representa hoy la Unión General de Trabajadores. Muchas gracias y un abrazo, compañeras y compañeros.