Conclusiones, Carlos Haehnel, Presidente del 46º Coloquio Anual Cuando decidimos ponerle a este Coloquio el título de CONSENSOS PARA EL DESARROLLO esperábamos que algunos de tales consensos fueran surgiendo con el transcurrir de los paneles. Y en tal medida podemos decir TAREA CUMPLIDA. Ciertamente, no podemos aspirar a que del Coloquio surgieran todos los CONSENSOS para hacer de la Argentina un país desarrollado, pero tal vez sí algunos acuerdos iniciales trascendentes. El aporte de los panelistas internacionales, tanto los que nos acompañaron durante las cenas (Aznar y Tabaré) como los que participaron de los paneles del viernes, nos confirmaron que la SITUACIÓN INTERNACIONAL (y la de nuestros vecinos) nos abre una OPORTUNIDAD EXCEPCIONAL para que el desarrollo esté a nuestro alcance. En un mundo de fuertes incertidumbres, el crecimiento de los países emergentes luce menos discutido que el liderazgo americano y del dólar o que la capacidad de Europa de mantener el Euro y la solvencia fiscal al mismo tiempo. Claro está que dicha OPORTUNIDAD debe ser honrada. Y eso nos genera o nos otorga una RESPONSABILIDAD aún más fuerte. Debemos trabajar con una visión global. No como mecanismo de expiación: Varios panelistas lo mencionaron cuando dieron una mirada retrospectiva de por qué el desarrollo es todavía una tarea pendiente en la Argentina: “FUIMOS NOSOTROS”. Las culpas o responsabilidades no deben buscarse fuera del país. Tal como lo atestigua el éxito de alguno de nuestros vecinos. Durante la mañana del Jueves, discutimos el ROL DEL EMPRESARIO con el objetivo de que surgieran algunos LINEAMIENTOS de cómo podemos colaborar cada uno de nosotros, desde nuestras empresas o desde las entidades empresarias de las que participamos, en la CONSTRUCCIÓN DE CONSENSOS PARA EL DESARROLLO. Surgieron entonces cuestiones pendientes hacia delante pero también algunos “logros” que permiten ser optimistas respecto de esa tarea pendiente. ENTRE LO PENDIENTE surgió de manera evidente un nivel de FRAGMENTACIÓN de la representatividad empresaria que conspira contra la construcción de consensos. La fragmentación impide incluso que los intereses sectoriales sean eficazmente defendidos y no permite que a partir de una defensa legítima de tales intereses se construya progresivamente el bienestar general. Entre los motivos para mirar hacia delante con OPTIMISMO, se destacó la REVALORIZACIÓN de la ESTABILIDAD MACROECONÓMICA y de la CUESTIÓN INSTITUCIONAL como elementos aglutinantes del empresariado argentino. La combinación de una fuerte fragmentación y la indiferencia frente a la cuestión institucional, sumada a la falta de visión de largo plazo, conspiraron fuertemente para que los empresarios influyeran positivamente en la formulación de consensos para el desarrollo. Y es aquí donde el EJEMPLO dado por el campo y sus asociaciones empresarias durante el conflicto planteado por la Resolución 125 toma aún más relevancia. La ACCIÓN CONJUNTA DE LAS 4 asociaciones muestra que la fragmentación puede reducirse y que se pueden consensuar lineamientos básicos que hacen a lo institucional y al diseño de un modelo de país en el largo plazo. Por su parte, el surgimiento de NUEVOS EMPRENDEDORES, si bien en menor número que lo deseable (o al menos en menor número que en otros países con éxito económico), demuestra que a pesar de la falta de un contexto institucional adecuado, SE PUEDE. Pero, la tarea de construcción colectiva requiere no sólo de los empresarios (de los viejos y de los jóvenes) hace falta que el Estado, el mundo del trabajo y la sociedad civil encuentren canales de diálogo donde se debata qué modelo de país queremos (dónde queremos ir) y las políticas públicas que nos permitirían alcanzar dicho modelo de país consensuado entre todos (cómo queremos ir). En ese sentido también hubo ACUERDO EN LA NECESIDAD DE FORTALECER LA SOCIEDAD CIVIL como mecanismo de contención del Estado y como ámbito propicio para el debate y la formulación de tales políticas públicas. Entre esas políticas, la inmigración y la salud ocupan un lugar central. Nos ocupamos de tales cuestiones durante el jueves por la tarde. Idea trajo el tema de la INMIGRACIÓN porque la Argentina fue, es y será un país de inmigrantes. En ese panel surgió que es tan importante ocuparse de la migración interna hacia el gran Buenos Aires, como de la inmigración de países vecinos y que probablemente ésta (y sus consecuencias sobre el empleo y sobre la provisión de bienes públicos) se encuentre sobre valorada por la opinión pública. Por su parte, una visión histórica del tema (tal como la que nos dio Devoto) recomienda DARLE UNA OPORTUNIDAD A LA NUEVA INMIGRACIÓN: integrando y educando a los nuevos inmigrantes tal como se hizo hacia finales del XIX y principios del XX. La elevada INFORMALIDAD de la economía argentina surgió en numerosas oportunidades como uno de las factores sobre los cuales hay que ponerse a trabajar de una buena vez. La informalidad CONSPIRA CONTRA LA INTEGRACIÓN SOCIAL, EMPOBRECE Y MARGINA. Y también tiene impactos muy negativos sobre la provisión de servicios de salud. Los recursos fiscales provenientes del trabajo resultan aún más insuficientes para financiar la seguridad social y la salud cuando la informalidad laboral tiene los niveles que hoy muestra en la Argentina. Mejorar la calidad de la salud requerirá también de una participación activa de todos los actores involucrados: los demandantes de salud, los prestadores privados, los sindicatos y sus obras sociales y el Estado. Explicitar los costos de la salud, aumentar la transparencia y la competencia del sistema surgieron como puntos de partida necesarios para mejorar la calidad de la atención médica. A lo largo de los 2 días de Coloquio, hubo un acuerdo generalizado en la necesidad de INCREMENTAR LA CALIDAD, EFECTIVIDAD Y TRANSPARENCIA DE NUESTRAS INSTITUCIONES FUNDAMENTALES, incluyendo el Estado (y sus tres ramas de gobierno), el sistema democrático y los mecanismos de mercado. Esto requiere de un plan estratégico con objetivos de corto, mediano y largo plazo, en el que tiene que estar involucrado el conjunto de la sociedad argentina. En este sentido, el SECTOR PRIVADO tiene un PAPEL FUNDAMENTAL que cumplir, sobre todo en el aliento permanente al DEBATE DE IDEAS y proyectos, en la FORMACIÓN DE RECURSOS HUMANOS y en renovar y ajustar la AGENDA ESTRATÉGICA del desarrollo. Uno de los aspectos más importantes en dicha agenda es, sin duda, la POLÍTICA DE INTEGRACIÓN de la Argentina al mundo, que debe ser visto como una oportunidad y no como una amenaza. Es que pocas veces el escenario se ha presentado tan propicio para los PAÍSES EMERGENTES. Y la posibilidad de COOPERACIÓN con nuestros vecinos, especialmente con BRASIL, constituye una posibilidad concreta que permitiría minimizar los riesgos y maximizar los beneficios. Allí también quedan asignaturas pendientes, como el planteo de una agenda mucho más concreta y agresiva en materia de integración bilateral, incluyendo cuestiones como la infraestructura, la energía, el financiamiento del desarrollo y la conformación de asociaciones específicas en materia de recursos humanos y proyectos de investigación y desarrollo. La integración lograda con Brasil constituye un paso importante en términos de construcción de confianza mutua. Pero resulta insuficiente y superficial si lo que en verdad queremos es profundizar el vínculo y aprovechar las oportunidades y beneficios de una integración más profunda y genuina. Hay una gran oportunidad también para MEJORAR LA DISTRIBUCIÓN del ingreso gracias al alto crecimiento que viene experimentando el país desde comienzos de esta década. Pero hay MALA CALIDAD DEL GASTO PÚBLICO Y LA INFLACIÓN afecta sobre todo a los sectores más pobres. Se han implementado políticas importantes, como el ingreso universal por hijo, pero esto no alcanza para generar mecanismos efectivos de inclusión y movilidad social ascendente. En este contexto, propuestas como la de REPARTIR LAS GANANCIAS de las empresas deben ser debatidos con mucha seriedad y responsabilidad. En primer lugar, pues debe ser consistente con el conjunto del cuerpo CONSTITUCIONAL y no sólo con un artículo (tal como lo puntualizó Alberto García Lema). En efecto, algunos de los proyectos actualmente en discusión pueden no superar los test básicos de constitucionalidad. En segundo lugar, porque los problemas de la informalidad y de la pobreza estructural podrían acentuarse con una ley de estas características. Atravesando prácticamente todas estas cuestiones y todos los paneles surgió la necesidad de mejorar la CALIDAD DE LA EDUCACIÓN. La educación (junto con la salud) es el punto de partida insoslayable para la IGUALDAD DE OPORTUNIDADES y es además el mecanismo más eficaz para potenciar la MOVILIDAD SOCIAL y mejorar la distribución del ingreso. Asimismo, individuos más educados valoran más la libertad y la democracia y tienden a participar de manera más activa de la vida ciudadana, de la construcción institucional y, en un mundo globalizado y tecnológico como del hoy, del desarrollo de una cultura emprendedora. Por último, existe un acuerdo importante sobre la forma en que debe darse el DEBATE en torno a los consensos para el desarrollo y a las políticas públicas que surjan del mismo. Estas cuestiones deben debatirse con una PERSPECTIVA SISTÉMICA, INTEGRADORA Y CON UNA VISIÓN ESTRATÉGICA DE MEDIANO Y LARGO PLAZO, Y NO COMO RESULTADO DE PRESIONES CORPORATIVAS Y CON CRITERIOS ELECTORALISTAS Y DE CORTO PLAZO. Este ha sido el Coloquio del BICENTENARIO y de los 50 años de IDEA. Es nuestro deseo que algunos de los ACUERDOS O LINEAMIENTOS, que hemos expresado y que han surgido en estos dos días de intenso diálogo, se vayan materializando en políticas que permitan que el DESARROLLO no sea sólo una aspiración sino una realidad palpable y concreta.