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Luis Guillermo Ramos D.
luisguiramos@gmail.com
LA CASA ENCANTADA DE LA HACIENDA PALMIRITA
En 1.972 yo trabajaba en la hacienda Holanda de propiedad de Pepe
Estella, en la ministra1 , don Pepe tenía otra hacienda llamada Palmirita,
ubicada en Puerto Tejada, en la vía que comunica con el corregimiento
del Ortigal.
La casa principal de la hacienda Palmirita, decían que estaba encantada
y llevaba más de 40 años sin que nadie pudiera dormir en ella. La casa
era de estilo colonial, muy bonita, tenía antejardín, una sala grande,
amplios pasillos y como 12 piezas.
En el día la casa tenía dos trabajadores, el vigilante y el encargado del
aseo y del arreglo de los jardines, cuando llegaba la noche ellos salían
corriendo de esa casa.
El dueño de la hacienda, en ese tiempo pagaba en plata de ahora, como
unos 20 millones de pesos a la persona que se atreviera a quedarse a
dormir en esa casa, pero, ninguna persona de la región se atrevía
porque sabían que esa casa estaba encantada.
Un día llegó a Puerto Tejada un paisa y cuando le contaron la historia de
la casa y la oferta de la plata, dijo que él se ganaba esa plata, que a él
ningún encanto lo asustaba.
El paisa buscó al dueño, confirmaron la oferta y se pusieron de acuerdo
para que el paisa se quedara una noche en la casa.
Cuando llegó la noche del día acordado, el paisa entro a la casa, a las
siete de la noche, cerro la puerta y se acomodó en la sala, entonces el
sintió que le abrieron la puerta, salió al pasillo y no vio a nadie, volvió y
la cerró y volvieron y se la abrieron. Entonces el paisa no cerró más la
puerta y se acostó a dormir en una cama que estaba al lado de la sala.
El paisa se había llevado una botella de aguardiente, ya la llevaba por la
mitad, y vio que por la casa se paseaban unos perros negros, grandes
arrastrando unas cadenas que hacían un ruido infernal.
1
Oficios varios
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El paisa que era muy vivo y ya estaba borracho, dijo que el compromiso
era pasar una noche en la casa, entonces se tomó rápido la otra parte
del aguardiente, acostado en la cama y se quedó dormido y privado, de
tal manera que en esas condiciones no había encanto que lo pudiera
asustar.
Al otro día se despertó con un guayabo horrible, pero estaba muy
contento porque ya había pasado la noche y él se había ganado los 20
millones, pero, cual no sería su sorpresa cuando abrió los ojos y vio que
con cama y todo lo habían sacado de la casa y estaba acostado a pocos
metros de la carretera.
Desde esa fecha la casa siguió ahí sin que nadie pudiera dormir en ella,
hasta que en el 2.006 el ingenio Cauca compró la hacienda, demolió la
casa y al lote lo sembró de caña.
Portador: JOSE DE JESUS MATTA
Investigado por: Luis Guillermo Ramos D.
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