INFECCIONES URINARIAS EN UN HOSPITAL GENERAL DE ADULTOS: ABORDAJE CLINICO BIOQUIMICO BACTERIOLOGICO. Dres. Carlos Dufrechou, Gustavo López, Ricardo Leiro, Santiago Cedrés, Verónica Delucchi, Andrés Silvera, Juan Carlos Bagattini. Clínica Médica 2. Presentado en : - XXX CONGRESO NACIONAL DE MEDICINA INTERNA 6-10 Noviembre 2001 – IMM. - 11as JORNADAS DE ACTUALIZACION EN MEDICINA AMBULATORIA Publicado: -Libro del XXX Congreso Nacional de Medicina Interna – Tema Oficial La infección urinaria (IU) es la infección bacteriana más frecuente del ser humano. Se define como la inflamación de los tejidos del aparato urinario desde la corteza renal hasta el meato uretral , determinada por un agente infeccioso (1). La IU ocurre en toda la población y en todas la edades. Es responsable de un importante número de consultas en el servicio de emergencia e ingresos hospitalarios (4). Los pacientes hospitalizados constituyen una población particular desde el punto de vista epidemiológico, patogénico y etiológico. Hemos tenido dificultades en pacientes hospitalizados por cualquier causa en definir diferentes situaciones clínicas vinculadas a la patología infecciosa de la vía urinaria. Es notorio que la multiplicidad de situaciones clínicas exceden las pautas diagnósticas definidas en la literatura, existiendo una zona gris en la que el clínico no puede definir con certeza si es necesario un tratamiento antimicrobiano. Con el objetivo de conocer la prevalencia de IU en pacientes hospitalizados y ensayar una clasificación operativa basados en datos clínicos, bioquímicos y bacteriológicos, se efectuó el presente estudio. Se efectuó un estudio de tipo transversal y observacional en el que durante 10 días se recogieron datos de nuestra población hospitalaria: historia clínica, detección de estearasas leucocitarias mediante el método de las tirillas reactivas y urocultivo con antibiograma. En base a los datos obtenidos elaboramos nuestra clasificación dividiendo los pacientes en tres grupos: aquellos con una infección urinaria que consideramos definida , los que consideramos que no tenían una IU: infección descartada y un grupo intermedio de pacientes dudosos. El primer grupo tiene en común el desarrollo monomicrobiano de más de 10 5 UFC/mL o polimicrobiano reiterado . Al hallazgo bacteriológico se le asocia la respuesta inflamatoria de la vía urinaria evidenciada a traves de síntomas y/o piuria ( estearasas leucocitarias positivas). El grupo de IU descartada está constituído por un lado por aquellos pacientes en quienes se obtuvo un urocultivo positivo, pero en los cuales no se demostró respuesta inflamatoria ( clínica y estearasas leucocitarias negativas ): bacteriuria aislada o “colonización de la vía urinaria” y por otro por pacientes con urocultivo negativo que sólo tenían síntomas urológicos inespecíficos o piuria aislada (en éste último caso siempre que no hubieran recibido tratamiento antibiótico que pudiera falsear el urocultivo ). El grupo con IU dudosa subdividido a la vez en tres categorías de acuerdo a nuestra apreciación subjetiva de la mayor o menor probabilidad de encontrarse infectados está compuesto fundamentalmente por pacientes que estaban bajo tratamiento antibiótico y que tenían además clínica positiva, o estearasas leucocitarias o antecedentes de patología nefrourológica, que hacían presumir la posibilidad de encontrarnos frente a urocultivo negativizado por el tratamiento antibiótico. Otro subgrupo que no había recibido antibióticos presentaba clínica positiva y piuria por lo que era concebible que la posibilidad de encontrarnos frente a un urocultivo falso negativo. CONCLUSIONES: en primer lugar destacamos la importancia de considerar la complicación infecciosa urinaria como un “convidado de piedra” en pacientes hospitalizados, dado que encontramos 15% de ellos con IU definida en algunos de los cuales no se sospechaba la existencia de la misma, y además un 12% de pacientes con probabilidad alta o media de infección, totalizando un 27% de los hospitalizados por cualquier causa. Si consideramos además que hay un grupo de pacientes con la vía urinaria colonizada por bacterias potencialmente patógenas que constituye el 4% de los mismos y que por lo tanto presentan un importante riesgo de volverse infectados a corto plazo (dadas las características de las poblaciones hospitalarias en las que existe alta prevalencia de inmunodeprimidos , candidatos a instrumentación de la vía urinaria , etc.) totalizamos un 31% de pacientes con infección actual demostrada o dudosa o en riesgo inminente de presentarla . 1) Rügnitz E.. Infección urinaria. En: Infecciones y Medicina Interna. Montevideo: Oficina del Libro AEM, 2000;23-31. 2) Lombardi R. Infección Urinaria. En: Mazzuchi N: Temas de nefrología. Montevideo: Oficina del libro . AEM, 1996; 67-93 3) Tolkoff-Rubin NE, Cotran RS, Rubin RH. Urinary tract intection, pyelonephritis, and reflux nephropaty.En: Brenner & Rector’s: The Kidney Chapter 31 . Philadelphia: W.B. Saunders, 2000; 1449-1589. 4) Infectious disease clinics of North America. Urinary Tract Infections. 1997.11(3): 647- 661. 5) Managment of urinary tract infection. In: Mandell. Principies and practice of infectious diseases, 5th ed. 2000.