¿Qué son los mandalas? Un Mandala es básicamente un diagrama, un gráfico o un dibujo geométrico que representa el cosmos o el universo. Asimismo, puede simbolizar el “yo” como un microcosmos del universo. El psicoanalista suizo Carl Jung (1875-1961) sentía fascinación por los Mandalas, que consideraba “una representación del yo inconsciente”. Jung estudió los mandalas de las tradiciones hinduista y budista e incluso creó y coloreó sus propios diseños. El arte espiritual de los mandalas se originó en la India, y es una herramienta considerada fundamental para la meditación. Su nombre “Mandala” en sánscrito. El idioma clásico de la India quiere decir “circulo”. En tibetano KYLKHOR (KYL: centro, KHOR: circulo) Literalmente sería “ El centro de los alrededores)Un mandala posee tres partes básicas: el punto central, la irradiación de ese punto y el limite circular exterior. El dibujo de un mandala actúa directamente sobre la psiquis unificando por su centro y equilibrando por su ámbito; atrae la vista hacia el punto central o bindu, hacia la unidad, hacia lo divino, hacia nuestro interior. Si observamos que el Universo, vemos que está organizado de forma circular y alrededor de un centro veremos que se encuentra lo demás en interrelación permanente. Es así como análogamente con la naturaleza e inspirados en ello, los mandalas acompañan al hombre desde tiempos inmemoriales presentes en todas las culturas. El hombre primitivo buscaba la manera de comprender esta fuerza y unirse a ella. Ellos solo podían comprobar la forma redonda de todas las cosas; el Sol y los planetas que giran a su alrededor, el centro de una fruta, la flor, el centro de un árbol, en una tela de araña, en el ojo humano, la Luna y sus ciclos, las mareas, el retorno de la estaciones, los territorios de los animales, un cristal en su estructura básica; todo es círculo, es un centro vital, es el comienzo, el origen, espiral, ciclo y evolución girando en torno a un eje y más allá de su definición como palabra, desde el punto de vista espiritual es un centro energético de equilibrio y purificación que ayuda a transformar el entorno y la mente. A.C. Gustav Jung (1875-1961) se le atribuye el término Mandala en Occidente, dedico parte de su obra a estudiar estos símbolos donde realiza un profundo estudio sobre los mandalas y su influencia en el inconsciente. Jung solía interpretar sus sueños dibujando un mandala diariamente, en esta actividad descubrió la relación que éstos tenían en su centro, y a partir de ahí elaboro una teoría sobre la estructura de la psique, teoría que hoy es avalada por la ciencia y los estudios sobre la funcionamiento de la mente. . Simbología del mandala. Independientemente de la cultura o religión, los Mandalas simbolizan el encuentro de lo humano con lo divino, simbolizan las fuerzas universales, del cielo, de la tierra, del agua, del fuego. Representan aquellas verdades divinas, sobre las cuales los hindúes, los taoístas, los cristianos, los sufíes, los budistas y tantas otras culturas milenarias se hallan en total acuerdo. Algo que nos habla de verdades universales y de significados últimos, algo que toca la esencia fundamental de la condición humana. Nuestros ancestros se dedicaban a la investigación de las estaciones del año, de las repeticiones, de los ciclos, de los períodos fértiles, del día y de la noche, así como la marea creciente y la marea entrante y los ciclos de la Luna, de la astrología, de las estaciones del año, etc. El círculo se convierte así en un símbolo religioso esencial. Estas verdades de naturaleza universal constituyen el legado de la experiencia de la humanidad, y que en todo tiempo y lugar han llegado a un acuerdo sobre verdades referidas a la condición humana y su relación con lo divino. En toda cultura, religión y filosofía llevan la búsqueda espiritual apunta al conocimiento de sí mismo, y al encuentro con nuestro yo profundo, donde se encuentra la verdad. El conocimiento de “si mismo” requiere de un prolongado viaje al interior. Para muchas personas a menudo las prácticas espirituales están tildadas muchas veces de esotéricas, pero para nada cierto, fue Carl Jung, quien descubrió el rol reequilibrarte de estas imágenes soñadas o creadas espontáneamente por pacientes en vías de curación El centro o punto original del Mandala en todas las culturas se refiere a que en las profundidades del alma se encuentra a Dios, como al Único, al Original, al Misterioso, el Metafísico, el centro de toda naturaleza, como se quiera llamar es ahí donde se produce el encuentro con lo divino. Al igual que el cuerpo humano produce universalmente pelo y que la mente produce universalmente ideas, el espíritu humano también produce universalmente símbolos. Donde las estructuras mentales profundas son extraordinariamente similares. Jung constató su presencia en numerosas personas que los dibujaban espontáneamente, sin haber tenido ningún conocimiento sistemático previo. Este descubrimiento permitió a Jung descubrir en el mandala el germen de la sanación psíquica, o por lo menos una fértil vía de exploración terapéutica, en la medida en que esta pasa por la búsqueda de la totalidad o conciliación de los opuestos; una conciliación que no puede consistir en una asunción racional de los mismos y que guarda, por consiguiente, una estrecha analogía con el curso circular del tao y su intento por reconciliar unitariamente vida y conciencia. Mandalas en los niños. El estrés, la ansiedad, el miedo y algunas otras emociones similares son cada vez más frecuentes en los niños y jóvenes, los cuales cada vez con más frecuencia suelen enfrentarse a información y problemas que antes no se tenían. El uso de internet, las películas, la televisión, los padres que están fuera de casa por mucho tiempo o conviven escasamente con los hijos, provoca que los niños tengan que manejar con su pequeña comprensión la información y experiencias que escuchan, ven y sienten cada día. Con la utilización de mandalas además de lograr la relajación en quien los pinta, se comienza a manifestar un cambio interno dándole la posibilidad de expresar aquello que no podemos expresar verbalmente, el uso del mandalas favorece notablemente a la armonización de las emociones logrando una mayor concentración, al no requerir ninguna disciplina expresa, el niño se siente en plena libertad, utilizando los colores según su propia percepción, los colores vibran y la combinación de estos son estímulos cerebrales que activan redes neuronales que a veces permanecen dormidas, los beneficios que el mandala aporta por su forma como por los colores son múltiples, por experiencia propia puedo decir que vi el cambio que se produjo en los niños con el cual compartí los últimos años y no tan solo en ellos sino en su medio circundante. Los mandalas ayudan a: Descubrir su propia creatividad. Descubrirse a sí mismo y la nueva realidad que le rodea. Vencer la rutina y al estrés más fácilmente. Tranquilizando y ganando confianza y seguridad. Trabajar en meditación activa. Expresarse mejor con el mundo exterior. Contactarlo con su esencia. Despertar los sentidos. Descubrir sus emociones. Desarrollar la paciencia. Desarrollar la creatividad. Simbología de los colores. Cada color posee un aspecto positivo y un aspecto negativo, por eso es esencial la auto observación. El estudio objetivo de nosotros mismos equivale también a aceptar, aquellos aspectos propios, que tal vez no nos gusten. El mandala es una especie de reflejo interior. La posibilidad de cambio esta siempre presente. Se trata de mirar con los ojos del alma. Los colores hablan. Vibran con una frecuencia determinada. Cuando un color es integrado a otro, son como las notas musicales que juntas producen una sinfonía. Su complejo mensaje llega de forma instantánea a nuestra comprensión intuitiva. La mejor lectura de un mandala se lleva a cabo con las "sensaciones" que este despierta en quien lo observa. Rojo, Primer Chakra: Es el color del amor, la pasión, la sensualidad, la fuerza, resistencia, independencia, conquista, impulsividad, ira, y odio. Impulsa la fuerza vital a todo el cuerpo. Incrementa la confianza y seguridad en si mismo, permite controlar la agresividad y evitar querer dominar a los demás. En el aspecto físico proyecta energía la parte inferior del cuerpo, suministra fuerza a los órganos reproductores. Esencia de supervivencia. Naranja, Segundo Chakra: Energía, optimismo, ambición, actividad, valor, confianza en sí mismo. Fomenta la tolerancia para socializar y proyectarse con toda la gente. Incrementa la autoestima, ayuda a enfrentar todos los retos para la evolución de la persona. Enseña a utilizar los éxitos o fracasos como experiencias y aprendizajes. Propicia energía positiva para llevar a cabo los proyectos o las metas. En el aspecto físico proyecta energía al intestino delgado y colon, todos los procesos metabólicos y los ganglios linfáticos inferiores. Amarillo, Tercer Chakra: Es la luz, el sol, alegría entendimiento, liberación, crecimiento, sabiduría, fantasía, anhelo de libertad, envidia, superficialidad. Ayuda liberar los miedos internos. Permite manejar con balance el ego, las desilusiones, todo lo que afecta emocionalmente. Ayuda a canalizar mejor la intelectualidad. En el aspecto físico proyecta energía al aparato digestivo, hígado, vesícula, páncreas, bazo, y riñones. Verde, Cuarto Chakra.Equilibrio: Crecimiento, esperanza, perseverancia, voluntad, curación, integridad, bienestar, tenacidad, prestigio. Falta de sinceridad, ambición, poder. Proyecta tranquilidad y balance en lo sentimental. Permite expresar los sentimientos más libremente. Expande el amor interno hacia uno mismo y los demás. Ayuda a liberarse del apego a las posesiones o las falsas excusas. Es el filtro del equilibrio en todo el cuerpo. Ayuda a controlar el sentido de posesión y los celos. En el aspecto físico, proyecta energía vital al sistema circulatorio, cardiovascular, corazón. Azul, Quinto Chakra: Calma, paz, serenidad, seguridad, aburrimiento, paralización, ingenuidad, vacío. Ayuda a exteriorizar lo que se lleva por dentro, permitiendo evolucionar a medida que se van dando cambios en la vida de la persona. Evita la frustración y la resistencia para comunicarse con la gente, permite tener tolerancia a los pensamientos de los demás. En el aspecto físico proyecta energía a los pulmones, garganta, tráquea, ganglios linfáticos superiores y ayuda a evitar las alergias y padecimientos de la piel. Indigo, Sexto Chakra: Ayuda a comunicarse con el ser interno, abriendo la intuición. Permite aprender a dejar fluir los mensajes del cerebro, conectando directamente a la inteligencia de la conciencia cósmica. Fomenta el control mental y expande los canales de recepción para percibir la verdad en cualquier cosa o nivel de vida. Estimula la confianza en ser guiado por su propio sentido interior. En el aspecto físico, proyecta energía vital al cerebro, sistema nervioso, sistema muscular y óseo. Violeta, Séptimo Chakra: Mística, magia, espiritualidad, transformación, inspiración. Pena, renuncia, melancolía. Proyecta el contacto del espíritu con la conciencia profunda del cosmos. Expande al poder creativo desde cualquier ángulo, música, pintura, poesía, arte, permitiendo a la persona expresar su visión de la realidad y su contacto con la fuente primordial, el creador del universo. Ayuda a no ser extremista o absolutista, con el fin de expandirse explorando las dimensiones de la imaginación y el conocimiento. Rosa: Amistad, sociabilidad, comunicación, imaginación, humor, encanto, egoísmo, necesidad de reconocimiento. Envía estímulos de equilibrio total en todos los niveles. Amor universal, bondad. Paz interna, autovaloración. Equilibra las emociones, ayuda a liberar los resentimientos, el enojo, la culpa, los celos. En el aspecto físico, proyecta energía al corazón y te ofrece una curación completa en todos los niveles a través del rayo rosa. Simbología de las formas. Para Carl Jung, las imágenes arquetípicas siempre llevan consigo una valencia personal y aparecerán en un contexto específico. No hay distinción entre lo personal y lo colectivo pues la imagen arquetípica señala la articulación donde se encuentra lo interior y lo exterior, lo personal y lo colectivo. Percibir su significado requerirá prestar atención a su particularidad y no solo a su generalidad. Las imágenes arquetípicas se nos muestran como básicas, necesarias y generativas. Parecen dar energía y orientación. Dan lugar a asociaciones y nos conducen a otras imágenes y por ello las experimentamos como dotadas de resonancia, complejidad y profundidad. Ellas, de algún modo son independientes de nuestra previa experiencia personal, inexplicables a partir de nuestro conocimiento consciente. Es estar en contacto con algo hasta ahora desconocido y a menudo nos asombra descubrir paralelos entre las imágenes y motivos que aparecen en nuestros propios sueños y ensueños y aquellos que se destacan en mitos y leyendas de los que nada sabíamos. Las representaciones de los mandalas son una constante a nuestro alrededor. La vida se mantiene en contacto permanente con ellos en infinidad de objetos que se entrecruzan a diario. En formas que resultan familiares; en representaciones y proyecciones de la mente que en su contenido encierran la forma esencial de los mandalas. Según él, esta práctica le permitía acceder a las imágenes y la energía de su inconsciente, lo que favorecía su crecimiento espiritual y psicológico. Jung definía el inconsciente como un almacén de arquetipos universales, es decir, de temas e imágenes recurrentes en todas las épocas y culturas. Los arquetipos se manifiestan en temas universales como el nacimiento, la muerte, el matrimonio o la traición, que nutre los sueños, los mitos, los cuentos de hadas y otros simbolismos. Algunas formas y su significado: Círculo: movimiento, lo absoluto, el verdadero yo. Cuadrado: procesos de la naturaleza, estabilidad, equilibrio. Rectángulo: rendimiento del intelecto; La vida terrenal. Triángulo: hacia abajo: agua, inconsciente. Hacia arriba: vitalidad, transformación. Hacia el centro: agresión hacia uno mismo. Pentágono: silueta del cuerpo humano; tierra, agua, fuego. Hexágono: unión de los contrarios. Cruz: unión del cielo y la tierra; vida y muerte; lo consciente y lo inconsciente. Espiral: vitalidad. Energías curativas. Corazón: sol, amor, alegría, felicidad. Estrella: símbolo de lo espiritual, libertad, elevación. Mariposa: auto-renovación del alma, transformación. Laberinto: implica la búsqueda del propio centro. Mandalas para colorear.