SEÑOR SUPERINTENDENTE DE COMPAÑÌAS: La presente tiene por objeto hacer llegar a usted un resumen de los criterios que sobre “El Anteproyecto de Ley para controlar el Abuso de la Personalidad Jurídica” se han emitido en el seno de la Academia Ecuatoriana de Derecho Societario, los mismos que esperamos sean de alguna utilidad para el propósito que anima a la Superintendencia de Compañías. Partiendo del hecho que el eje central o hilo conductor del anteproyecto en mención es el reconocimiento de la acción procesal de develamiento de la personalidad jurídica de las compañías y demás entes colectivos, nos vamos a detener en primer lugar en la misma, sin perjuicio de referirnos después a las reformas que se proponen introducir a la Ley de Compañías, Código Civil, Ley de Instituciones del Sistema Financiero, Ley de Mercado de Valores, etc. 01. El develamiento de Personalidad Jurídica de las Compañías y demás entes colectivos.- Este mecanismo jurídico fue adoptado por la jurisprudencia anglosajona como un arbitrio fundado en la equidad para impedir los abusos y fraudes a los acreedores que, amparándose en la diferenciación del patrimonio societario con el de sus socios, en virtud del reconocimiento de la personalidad jurídica independiente de la primera, no podría hacerse extensiva a los segundos, generalmente socios mayoritarios o sociedades matrices que quedaban liberadas de responsabilidad por tales hechos. Es decir, que se trataba de un recurso excepcional adoptado para evitar el fraude a la ley, a los socios o terceros, que implantó la jurisprudencia adoptando una doctrina fundamentada en la equidad; esto es, en la aplicación de la justicia a un caso concreto, que inicialmente se caracterizó por carecer de un criterio rector o normas precisas para aplicarla; que con el devenir de los tiempos se fueron delineando de manera más precisa. Se ha sostenido, con razón que “siendo la sociedad un medio técnico” que el Derecho suministra a los seres humanos para actuar mancomunadamente y “la persona jurídica” un atributo conferido por la ley teniendo en miras un interés general, cada vez que los individuos que recurren a la forma jurídica societaria lo hagan apartándose de esos fines que tuvo presente el legislador, la imputación de los derechos y obligaciones no se hará ya a la sociedad sino directamente a los socios, desestimándose o prescindiendo de la “personalidad jurídica” (Otaegui.- Revista Derecho Comercial y de las Obligaciones – Año 4, 1971, pàgs. 136-149). 1 La inoponibilidad de la personalidad jurídica no prescinde de la persona jurídica sino que impide que pueda ser opuesta a los terceros perjudicados, produciendo como efecto principal la responsabilidad conjunta, directa, ilimitada y solidaria del titular (Moisá – Primeras Jornadas de Derecho Societario, pág. 223). En nuestro país la jurisprudencia también se ha apoyado recientemente en el develamiento de la personalidad jurídica concedida o reconocida a los entes colectivos para paliar los efectos negativos del abuso de la personalidad jurídica; y, para el efecto ha acudido, en respaldo, a los principios del derecho universal (art. 18 #7 C.Civil) a la teoría de la buena fe y del abuso del derecho, cuando no al Art. 17 de la Ley de Compañías, de vieja data en nuestra legislación mercantil (1911), el mismo que de manera lacónica pero efectiva, reconoce la teoría del develamiento de la personalidad jurídica, al sostener: “Art. 17.- Por los fraudes, abusos o vías de hecho que se cometen a nombre de compañías y otras personas naturales o jurídicas, serán personal y solidariamente responsables: 1. Quienes los ordenaren o ejecutaren, sin perjuicio de la responsabilidad que a dichas personas pueda afectar; 2. Los que obtuvieren provecho, hasta lo que valga éste; y, 3. Los tenedores de los bienes para el efecto de la restitución.” Como puede observarse, la legislación ecuatoriana contempla, desde hace cerca de cien años, la posibilidad de oponer a la barrera de la personalidad jurídica de la sociedad u otras personas jurídicas, a través de las cuales se han cometido fraudes u otros ilícitos, la acción de responsabilidad contra sus reales actores o beneficiarios, sin necesidad de desconocer la personalidad jurídica; pues, como sostiene Halperin (Halperin Isaac, Sociedades Comerciales, Parte General, pág. 90) “el derecho aplica este remedio técnico mientras se mantenga dentro de los fines lícitos perseguidos y previstos por la ley. Cuando se aparta, la ley y el juez deben prescindir de tal personalidad, porque no puede emplearse con fines ilícitos, de engaño o fraude. Lo dicho no significa, propiamente, un desconocimiento de la existencia misma de la personalidad jurídica, por cuanto “la desestimación de la forma de la persona jurídica debe quedar limitada a casos concretos y verdaderamente excepcionales, pues - cuando el derecho ofrece los cuadros de una institución y le atribuye determinadas consecuencias jurídicas, el daño que resulta de no 2 respetar a aquellas, salvo casos excepcionales, puede ser mayor que el que provoca el mal uso que de ella se haga. “En consecuencia, mediante la aplicación de este recurso no se trata de negar la existencia de la persona jurídica, de destruir la entidad moral, ni de cercenar los derechos de la sociedad, sólo se trata de preservar la finalidad que el ordenamiento jurídico tuvo en mira al establecer la ficción de la personalidad jurídica y preservar los derechos de la comunidad o de terceros”; pues, como sostiene Rolf Serik, gestor de esta doctrina “quien niega la personalidad societaria es quien abusa de ella, quien lucha contra semejante desvirtuamiento, afirma tal personalidad.” (Apariencia y Realidad en las Sociedades Mercantiles, pág.133). De lo antes expuesto podemos colegir algunas conclusiones previas: 1) En nuestro país existe el fundamento legal y jurisprudencial para la aplicación de la doctrina de la penetración de la personalidad societaria y de otras personas jurídicas; 2) Que la mencionada doctrina se ha aplicado en casos concretos y de carácter excepcional y generalmente por vía jurisprudencial, adoptando criterios de equidad; 3) Que la generalización de la medida, por el mal uso de la misma, puede provocar más daños que los beneficios que con ella se pretenden alcanzar; pues, podría ocasionar inseguridad jurídica, capaz de ahuyentar la inversión societaria, aparte de que el levantamiento del velo societario puede perjudicar por extensión a accionistas que no han participado del acto ilícito o contrario al orden público. Es mandatorio proceder con extrema cautela y prudencia en la aplicación de esta doctrina; pues, el remedio puede ser más grave que los males que se pretende evitar con ella. 4) Que si bien algunos países han legislado sobre la aplicación de la referida doctrina, existe dificultad para adoptar un criterio rector o normas precisas de cuándo aplicarlas, por lo que sería preferible dejar a la prudencia y sagacidad de los Jueces la aplicación de dicha medida correctiva para los ilícitos que se ejecuten amparados en la persona jurídica. 5) El recurso de penetración de la personalidad jurídica para perseguir las ocultaciones de bienes u otros casos fraudulentos puede obtenerse utilizando otros mecanismos como la acción pauliana, la simulación y hasta la acción colusoria; y, debe aplicarse exclusivamente para aquellos actos fraudulentos cometidos a nombre de la sociedad, pero jamás al acto de constitución de la misma, que en el supuesto de existir, debería ser objeto de la acción de nulidad por tener objeto o causa ilícita. 3 No obstante lo dicho, consideramos que el Art. 17 de la Ley de Compañías es susceptible de alguna modificación, en orden a aclarar o ampliar su alcance, lo cual volvería innecesaria la creación de una acción especial como la prevista en la ley. Al efecto, nos permitimos sugerir una eventual reforma al referido artículo 17, con el siguiente texto: Art. 17 de la Ley de Compañías, agregar: “En general, la actuación a través de la personalidad jurídica que encubra la consecución de fines no compatibles u opuestos a su objeto o constituya un mero recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o para frustrar derechos de terceros, se imputará directamente a los socios o a quienes la hicieron posible, los cuales responderán solidaria e ilimitadamente, por los perjuicios causados.” Otra alternativa podría ser la de considerar la redacción de los artículos 189 y 190 de la Ley 16060 Sociedades Comerciales (1989) del Uruguay *, que dice: Sección XV De la Inoponibilidad de la Persona Jurídica. Art. 189.- Podrá prescindirse de la personalidad jurídica de la sociedad, cuando ésta sea utilizada en fraude a la ley, para violar el orden público, o con fraude y en perjuicio de los derechos de los socios, accionistas o terceros. Se deberá probar fehacientemente la efectiva utilización de la sociedad comercial como instrumento legal para alcanzar los fines expresados. Cuando la inoponibilidad se pretende por vía de acción, se seguirán los trámites del juicio ordinario. Art. 190.- La declaración de inoponibilidad de la personalidad jurídica de la sociedad, sólo producirá efectos respecto del caso concreto en que ella sea declarada. A estos efectos se imputará a quien o a quienes corresponda, conforme a derecho, el patrimonio o determinados bienes, derechos y obligaciones de la sociedad. En ningún caso, la prescindencia de la personalidad jurídica podrá afectar a terceros de buena fe. Lo dispuesto se aplicará sin perjuicio de las responsabilidades personales de los participantes en los hechos, según el grado de su intervención y conocimiento de ellos. * Nota: Sería necesario, de considerar estos artículos, ampliar su aplicación a todos los entes que tienen personalidad jurídica, y no limitarlo solo a las sociedades y menos a las sociedades comerciales 4 exclusivamente. Además habría que aclarar el contenido o alcance del inciso segundo del Art. 190. 02. Reformas a la Ley de Compañías y otras leyes.En cuanto a las otras reformas sugeridas a la Ley de Compañías nos permitimos opinar que muchas de ellas son convenientes; aun cuando quizá sería preferible que constaran en un proyecto de ley separado, a menos que se acojan algunas de nuestras sugerencias últimamente esbozadas que concretan las reformas exclusivamente a la Ley de Compañías. Sin embargo, consideramos de utilidad realizar precisiones sobre algunas reformas sugeridas en el anteproyecto. 02.1. Objeto Único.- La propuesta de que las compañías tengan un objeto único, referido a una categoría determinada de actividad económica, como mecanismo para evitar las compañías de objeto múltiple que suelen adoptar las llamadas “compañías de papel”, es decir, aquellas que se venden en el mercado para cualquier propósito, plantea algunos inconvenientes que conviene considerar antes de adoptarla. En primer lugar la dificultad que generará en el órgano de control la adopción anual de dichas categorías económicas y la inseguridad jurídica que ello conlleva para las compañías ya existentes; en segundo lugar, la existencia de compañías con más de un objeto, pero de real ejecución; y, en tercer lugar, la eventual multiplicación de pequeñas compañías, para cada actividad económica. A fin de cumplir el propósito del proyecto, éste podría alcanzarse subiendo sustancialmente el mínimo de capital que debe tener una compañía anónima al tiempo de su constitución o talvez fijándolo para cada actividad a la que sus socios desean dedicarla. La adopción de cualquiera de estas alternativas desincentivaría el llamado “comercio de venta de compañías”, aparte de que permitiría que las personas que no cumplan con el requisito del capital mínimo constituyan o se transformen en compañías de otras especies; y, lo que es mejor, que disminuya el número de compañías sujetas al control de la Superintendencia de Compañías, de manera tal que ésta solo quede para el control de las compañías de mayor capital y pueda cumplir de manera más efectiva con su cometido. 02.2. El agregado al art. 107 del Código de Procedimiento Civil pretende establecer un procedimiento especial para el juzgamiento de la acción de penetración de la personalidad, a través de la cual se modifican las reglas de la competencia por el lugar donde se produce el daño; cuando debiera ser el juez del domicilio de la compañía. Por otra parte se introduce la facultad de solicitar providencias preventivas, sin el cumplimiento de los requisitos actualmente 5 exigidos por el Código de Procedimiento Civil para la procedencia de las mismas. El procedimiento sugerido para la acción de penetración de la personalidad es sumarísimo. Los términos son brevísimos (contestación-prueba-dictación de la sentencia-apelación, etc.), propios de los juicios de ínfima cuantía, con graves sanciones en caso de incumplimiento (prevaricato). La facultad atribuida a la Superintendencia de Compañías para practicar inspecciones a los libros de las compañías no controladas por ella rebasaría el límite de sus atribuciones y virtualmente convertiría a esta Institución en órgano de pesquisa societaria; más aún, si se le otorga a este órgano de control facultades ilimitadas para realizar inspecciones en orden a establecer indicios de abusos de la personalidad societaria, y hasta para designar Interventor en la compañía cuando se encuentren indicios de tal abuso, todo ello sin mediar una sentencia en firme expedida por la función jurisdiccional que establezca el develamiento de la personalidad de la sociedad para evitar el fraude a la Ley, a los socios o terceros. Adicionalmente, se expone gravemente el sigilo comercial que con contadas excepciones impide la revisión indiscriminada de sus libros de comercio, sigilo que se vería burlado al permitir que los informes de la Superintendencia de Compañías tengan el carácter de públicos para estos casos. Otro elemento que debe considerarse es la cantidad de personal que requeriría una pesquisa de tales dimensiones, que más que fiscalizar complicaría el trabajo y sus resultados. Pero aun suponiendo que la investigación condujera a resultados exitosos, es de advertir, que las resoluciones de la Superintendencia de Compañías son de carácter administrativo y, en consecuencia, de acuerdo con el Art. 173 de la Constitución Política del Estado, pueden ser materia de impugnación ante los correspondientes órganos de la función judicial, lo cual significa que en última instancia son los jueces los que van a decidir en forma definitiva sobre los casos de abuso de la personalidad jurídica. 02.3. Las reformas sugeridas al Código Civil no nos parecen convenientes; pues, la actual clasificación de las personas jurídicas privadas sin fines de lucro en corporaciones y fundaciones, de antigua data en nuestra legislación, jurisprudencia y producción bibliográfica, no amerita su sustitución por una modalidad ajena como la propuesta, de origen anglosajón, de dividir a las corporaciones con o sin fines de lucro, englobando en las primeras a las sociedades civiles y comerciales. Es de advertir que la Ley General de Instituciones del Sistema Financiero legisla sobre unas “corporaciones de inversión y 6 desarrollo” que deben constituirse bajo la forma de una compañía anónima, pero este caso excepcional no amerita la generalización propuesta, por las consecuencias adversas indicadas. Dada la extensión de este informe, no vamos a referirnos a las demás reformas contenidas en el Anteproyecto de ley comentado, muchas de las cuales nos parecen convenientes, pero consideramos que deberían ser objeto de un tratamiento separado. Consideramos importante destacar el trabajo prolijo y meritorio que significa un proyecto de reformas como el articulado, con el propósito de tratar en extenso los abusos de la personalidad jurídica. Es un hecho que las reformas obedecen a principios y criterios que sensiblemente no están establecidos. Respecto a esto, consideramos que siguiendo el orden de realización de una concepción, es importante, antes, establecer los fines y criterios que motivan la idea a ponerse en práctica y esto es lo que nos ha permitido considerar, que gran parte de estas reformas podrían reducirse sustancialmente, alcanzando según nuestro modesto parecer, un plan práctico de reformas que deje suficiente espacio para que los jueces, al aplicarlas vayan creando la jurisprudencia casuística que exige toda Ley. Señor Superintendente, la Comisión designada por la Academia Ecuatoriana de Derecho Societario cree, con este conciso análisis del Anteproyecto de Ley para combatir el Abuso de la Personalidad Jurídica, haber contribuido al debate que debe desarrollarse sobre tan importante tema, agradeciéndole la confianza que ha dispensado a nuestra Institución al invitarla a opinar al respecto. Muy atentamente, Ab. César Drouet Candel Dr. Roberto León Vargas Dr. Jorge Egas Peña Presidente de la Academia Ecuatoriana de Derecho Societario C/C: Señor Intendente de Compañías de Guayaquil 7