1 2.- BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y EL DEPORTE Autor: ADRIANO LOPEZ.- Profesor Emérito de la U.C.A.-Académico-. Colegiado de Honor. La realización regular y sistemática de una actividad física ha demostrado ser una práctica sumamente beneficiosa en la prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, así como un medio para forjar el carácter, la disciplina, la toma de decisiones y el cumplimiento de las reglas beneficiando así el desenvolvimiento del deportista en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Hoy en día este punto de vista ha sido aceptada por muchos: la mayoría de las personas pueden beneficiarse de realizar una actividad física de forma regular. Sin embargo, es frecuente que la gente piense que hace suficiente ejercicio en su trabajo, otros opinan que son demasiado viejos para empezar, o que su forma física ya es demasiado mala para intentar recuperarla. Obesidad, diabetes, hipertensión, o padecer alguna discapacidad física, pueden ser las razones que desanimen al sujeto para comenzar a realizar actividad física. Pero en muchas ocasiones son simplemente la pereza, o las expectativas de fatiga y dolor las que impiden que ni siquiera llegue a intentarse. Porque en la actualidad puedo afirmar con evidencia suficientemente probada que aquellos que llevan una vida físicamente activa pueden obtener una larga lista de beneficios para su salud, que comentaré de manera somera a continuación: * Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en general y en especial de mortalidad por cardiopatía isquémica o ictus cerebral. Actúa de manera favorable con la corrección de otros factores de riesgo conocidos. Y así, previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos. Asimismo mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL), disminuye el riesgo de padecer diabetes no insulino dependiente y mejora la regulación de la glucemia. Incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control del peso. Ayuda a establecer unos hábitos de vida cardiosaludables en los niños y jóvenes, y a 2 combatir los factores (obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, sedentarimo, tabaquismo, etc.) que favorecen el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en la edad adulta. *Mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal. Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de colon, uno de los más frecuentes y sobre el que al parecer existe una mayor evidencia. *Referente al aparato locomotor, ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional para realizar todas las actividades físicas de la vida diaria. Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones. La actividad física de intensidad moderada, como la recomendada con el fin de obtener beneficios para la salud, no produce daño articular y por el contrario puede ser beneficiosa para la artrosis. La actividad física y de forma especial aquella en la que se soporta peso, es esencial para el desarrollo normal del hueso durante la infancia y para alcanzar y mantener el pico de masa ósea en adultos jóvenes y mayores, demorando así la aparición de la osteoporosis, pudiendo evitar por completo su aparición y siendo útil en su tratamiento, tanto las causadas por sedentarismo, senilidad o la postmenopaúsica, según la O.M.S.(Organización Mundial de la Salud). *Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño. Mejora la imagen personal y permite compartir una actividad sana y lúdica con la familia y amigos, como excursiones, paseos, juegos, deportes varios, etc. Sabemos que ayuda a liberar tensiones y mejora el manejo de las situaciones estresantes, así como a combatir y mejorar los síntomas de la ansiedad y la depresión, aumentando en general, el entusiasmo y el optimismo. *Ayuda a controlar y mejorar la sintomatología y el pronóstico en numerosas enfermedades crónicas (Cardiopatía isquémica, Hipertensión arterial, Enfermedad pulmonar obstructiva crónica, Obesidad, Diabetes, Osteoporosis, etc.). Y puede modificar favorablemente los efectos perjudiciales de los malos hábitos, como tabaquismo, dietas inadecuadas o desequilibradas, obesidad, sedentarismo, etc. *Disminuye la mortalidad tanto en adultos jóvenes como en los de mayor edad, siendo incluso menor en aquellos que tan sólo mantienen un nivel de actividad física moderado que en los menos activos o sedentarios. Estudios rigurosos demuestran que la vida sedentaria aumenta a más del doble el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular (infarto de miocardio, infarto cerebral, etc.) y disminuye en igual proporción en la medida que aumenta la actividad física de manera continuada. 3 *En adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento, como estudiaremos con más detenimiento. De esta forma mejora su calidad de vida y aumenta su capacidad para vivir de forma independiente. *Por último, todos estos beneficios tendrán una repercusión final en la reducción del gasto sanitario. Este es un argumento de peso para que tanto las administraciones públicas como privadas apoyen la promoción de la actividad física en todos los estamentos de nuestra sociedad. CONCRETANDO Y EN RESUMEN: Sabemos que el organismo humano como consecuencia del entrenamiento físico regular, presenta en sus diferentes aparatos y sistemas modificaciones morfológicas y funcionales que denominamos adaptaciones, las cuales van a permitir por una parte prevenir ó retrasar la aparición de determinadas enfermedades y por otra parte mejorar la capacidad de realizar un esfuerzo físico. Una persona entrenada físicamente será capaz de correr a la parada del autobús sin cansarse demasiado, jugar con sus hijos con mayor vitalidad e incluso hacer algún alarde con los amigos en un partido de fútbol. Indudablemente el ejercicio físico regular nos permite desde el punto de vista psicológico afrontar la vida con mayor optimismo y mejor disposición, a la vez que socialmente es un medio de integración en distintos grupos humanos. El deporte permite que las personas como entes individuales tengan la vitalidad, el vigor, la fuerza, la energía fundamental para cumplir con su deber en el ámbito social en que se desenvuelven. En los deportes o actividades físicas competitivas se produce un proceso de enseñanzaaprendizaje en equipo, de la necesidad de ayuda, del cumplimiento de las reglas y el respeto por el contrario, de la subordinación de los triunfos y galardones individuales por el buen nombre y el triunfo del equipo. Quien practica un deporte en forma organizada suele ser una persona optimista, persistente en la lucha por el logro de sus metas, que muestra respeto mutuo, honradez y sentido de responsabilidad. La actividad física regular al producir una mejoría en las funciones orgánicas, parece producir una sensación de bienestar psíquico y una actitud positiva ante la vida, lo cual a su vez repercute en forma positiva en 4 el área somática. Al desarrollar un mejor dominio del cuerpo, una mayor seguridad y confianza en su desenvolvimiento ante las tareas cotidianas. Se ha determinado que quienes practican en forma regular cualquier ejercicio o actividad física, tienen una mejor respuesta ante la depresión, angustia, miedo y decepciones, y por otro lado, se fortalecen ante el aburrimiento, tedio y cansancio. El fortalecimiento de la imagen del propio cuerpo y el concepto personal fortalecen la voluntad en la persistencia de mejorar y le ofrece a la persona, una sensación de realización, independencia y control de su vida, a la vez que se estimula la perseverancia hacia el logro de fines. PREVENCIÓN DE POSIBLES EFECTOS SECUNDARIOS: Entre los posibles problemas derivados de la práctica de actividad física, el más frecuente es el riesgo de lesiones musculoesqueléticas. Este es fácil de evitar si no se cometen excesos y el nivel de actividad aumenta de forma lenta y progresiva hasta alcanzar el deseado y tolerado. Por otro lado, si bien es cierto que el ejercicio físico intenso aumenta considerablemente el riesgo de eventos cardiovasculares (infarto agudo de miocardio o muerte súbita cardíaca), tanto en individuos previamente sedentarios como en aquellos que realizan actividad física de forma regular, incluso como profesionales del deporte, el riesgo global sigue siendo claramente inferior en estos últimos, pero indudablemente existe, como hemos podido conocer recientemente en algún futbolista en activo. Para aquellos que tengan intención de empezar un programa de actividad física aunque no sea intensa ni competitiva, todos, pero especialmente si tienen algún tipo de enfermedad crónica (Cardiopatía isquémica, más o menos sintomática; Miocardiopatía; Hipertensión arterial; Diabetes mellitus, etc.), antecedentes personales o familiares de “síndrome sincopal”, lo que conlleva el riesgo de padecerlo; y para las mujeres de más de 50 años y varones de más de 40 años, es aconsejable pasar un examen médico previo serio. Si la actividad física a realizar es intensa, competitiva, con antecedentes, o para los profesionales del deporte, el estudio especialmente cardiovascular debe ser más técnico, profundo y por personal especializado. La participación en actividades físicas y deportes, puede provocar en contadas ocasiones, emociones negativas indeseables, como miedo, ira, agresividad, que pueden llevar el llamado juego “sucio” o duro. Si bien, es 5 verdad, que el deporte puede y debe proporcionar al participante las herramientas para hacerles frente, aprendiendo a controlar sus emociones. El deporte es una forma de aprender a vivir, al enfrentarse a su parte negativa en forma cívica, en la lucha no solamente con los demás, sino consigo mismo, con nuestras apetencias, defectos y virtudes. Cádiz, 2010-04-09 Fdo.: Adriano López