CUARESMA 2013 – Pequeñas Comunidades: Semana 3 (máximo 2

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CUARESMA 2013 – Pequeñas Comunidades: Semana 3
(máximo 2 horas, pero podría ser menos)
1. Bienvenidos. Comencemos..... (Tal vez con algo de música meditativa mientras la gente llega.)
2. Apagar la música. Tres minutes de silencio... sólo silencio... quietud. Para ayudarte a permanecer enfocado,
repite una palabra que pueda inspirarte (ej. “Jesús” o “Jesús ten misericordia”; “Jesús te amo”; “Sé mi padre” o alguna otra palabra o
frase similar) No pienses, sólo date cuenta de la presencia de Dios.
3. Compartir qué ha sido lo remarcable de mi semana
(por favor ser breve; dos minutos por persona)
Tratemos siempre de mantener confidenciales las conversaciones de estas reuniones. Por favor respeten esto.
4. Lectio Divina: a) Éxodo 3, 1- 15
Este extraordinario encuentro de Moisés con la Presencia de Dios es nuestra meditación. Orar y encontrarse con Dios es un
encuentro Santo y debemos “sacarnos los zapatos” porque ¡estamos en terreno Santo! Dios puede ser encontrado, pero Dios
permanece [siendo] un profundo misterio. Por medio de la fe conocemos a Dios pero al mismo momento continuamos buscándolo.
b) Lucas 13, 1 – 9
San Lucas relata unos pocos eventos de su tiempo, tal como si los leyéramos hoy en el periódico. Aparentemente algunos galileos sufrieron alguna
especia de tragedia. (No conocemos los detalles) Una torre colapso y cayó sobre la gente. Jesús nos dice que esa tragedia podría ocurrir en
cualquier momento y que necesitamos estar en estado de gracia, sabiendo que podemos enfrentar problemas cualquier día.
a. Releer la guía de la lectio Divina antes de leer el texto bíblico.
(Prefiero que cada uno use su propia
biblia en lugar de copias impresas de los textos. Esto inducirá a los católicos al acto de abrir el libro y leerlo…Imagínatelo?!!!) Pueden
usarse varias traducciones, esto permitiría una conversación más interesante).
b. Comenzar la Lectio Divina
5. Mientras la gente piensa en su servicio, poner un interludio musical de algún CD inspirador..
6. Tiempo de oración comunitaria. (Este es un momento de oración espontánea. Por turno … como lo
deseen. Se hace en dos partes)
a. Oración espontánea de gratitud, alabanza y bendiciones. (Por ejemplo : Te doy gracias, Señor, por…
Alabado seas Señor, por… Bendito seas Señor, por… )
b. Oración de intercesión (Por ejemplo: Te pido Señor por… Te suplico Señor por …situación…)
7. Leer la meditación para la semana (no discutirla, sólo leerla)
8. El encuentro ha terminado. Es la hora de volver a casa hasta la próxima reunión. No debería haber
café ni galletas al final del encuentro.
Contemplación: Semana 3
Jesús es burlado, Coronado de espinas. Jesús carga su Cruz; Jesús cae
Los soldados y quienes allí estaban se burlaban de Jesús. La burla es algo terrible. Noticias recientes [cuentan
que], una joven de los Estados Unidos fue burlada y sufrió el “bullying” en tal grado que [terminó] cometiendo
suicidio. Podrás recordar el incidente. Burlarse es una cosa terrible. Todos tenemos egos muy frágiles y
fácilmente somos heridos. Odiamos “ser apartados” por algo negativo. El éxito de la industria de la moda se
sostiene con el miedo de la gente a “lucir como el diferente”. La gente tiene terror a ser comparada
negativamente con los demás. Nos ocultamos, sentimos vergüenza, sólo queremos “lucir como todos los
demás”. Rara y contrariamente, debemos admitir que en ocasiones, nos gusta “lucir mejor que los demás”. Si
lo piensas, el problema de raíz es el mismo. Odiamos ser burlados. [Pero] no nos molesta burlarnos de otros.
¡Y es el mismo miedo el que motiva a ambos! Jesús fue ridiculizado públicamente y castigado frente a la
multitud. Él nunca había despreciado a los demás. Él era un hombre humilde. Ciertamente, entendía nuestro
propio miedo a que se rían de nosotros.
Los soldados lo coronaron con espinas, fue ridiculizado como “falso rey”. Qué heridas terrible habrá tenido en
la cabeza. Porque sabemos que la cabeza sangra profusamente, la sangre debe haber corrido por todos lados.
Sus energías se habrán debilitado terriblemente después de la flagelación, las patadas, las espinas y todo el
abuso físico. El Señor así está en solidaridad con tantas mujeres, hombres y niños que experimentan el abuso
físico, la violencia, la violación y que son aterrorizados en todas las formas.
Y después la Cruz. La Cruz es el símbolo singularmente más importante del sufrimiento humano. Ese dolor,
que sin embargo, se intersecta con la Cruz signo de la Bondad Divina. Llevamos nuestra cruz. El Señor camina
amorosamente a nuestro lado con la suya. Las cruces son de todas las formas y tamaños: dolor físico,
sufrimiento emocional, tragedias familiares, terrores financieros. Todos cargamos cruces. Pueden ser
terriblemente pesadas. Y a través de todo ésto, la presencia de Jesús es muy profunda y cercana. Él sufre y
camina con nosotros en todo esto. Su presencia no siempre es obvia, pero Él está ahí. La Divina Presencia
camina con quienes son torturados, con quienes son asesinados injustamente, con el que solloza, con el que
tiene miedo, con el solitario y con quien sufre. El dolor humano y la bondad divina se dan un beso.
Jesús cae bajo el peso de la Cruz. Él cae... una, dos y tres veces. Eso es lo que dice la tradición católica. Él
camino la Vía Dolorosa. Jesús cayó. A diferencia de lo que alguno de nosotros piensa, Jesús no caminó
directamente desde el lugar de la flagelación al Calvario. Ese no era el modo como los romanos hacían las
cosas. Ellos querían marcar un aterrorizador ejemplo para la gente de Jerusalén mostrándoles que debía
comportarse acorde o de otro modo se arriesgarían a ser crucificados también. Él prisionero era conducido a
través de muchas de las calles de la ciudad, ida y vuelta, para que su sufrimiento pueda ser visto por todos los
ciudadanos. No había ipods, de modo que la gente no lo podía ver “virtualmente”. Los romanos querían que la
tortura se viera en vivo. La gente se sentaba en el costado de la calle y veía al prisionero sangrar y ser
flagelado cuando se tropezaba. Así el miedo los mantenía atrapados, eso también les podría pasar a ellos.
Este hombre muy joven, Jesús, cargaba su cruz, de ida y vuelta por las calles. ¿De dónde sacaba fuerza para
continuar? La gente se mofaba, aunque tal vez por dentro estuvieran escandalizados. ¡Peor! No tenían idea
que [Él] era la Palabra hecha Carne, Dios en medio de Su pueblo. Él era su creador. Él era el creador de toda la
belleza del mundo en que vivimos, devenido en la carne y estaba aquí experimentando tal humillación.
Nosotros también luchamos y caemos. Nuestros amigos caen. Tienen cargas difíciles de llevar. Gritan y lloran.
¡A veces nosotros gritamos! ¡Por qué me pasa esto a mí! Por qué tengo este sufrimiento en mi corazón. Por
qué me duele el cuerpo. Y nos hacemos desagradables para con los demás. Somos impacientes y les gritamos.
Nuestra cabeza duele, nuestro cuerpo duele. A veces parece imposible continuar.
Cristo está caminando con nosotros. Nos sentimos abandonados, pero Él está allí. Cuando caemos, cuando
maldecimos, cuando nos sentimos impotentes, Él nos agarra fuerte. Él está a nuestro lado en la silla de ruedas.
Él porta nuestro dolor en sus llagas. Él carga nuestras acciones y pensamientos pecaminosos en sus heridas. Él
nos lava y limpia cuando se lo pedimos. Él agoniza cuando somos humillados. Él entiende. Cristo mira nuestras
“estaciones de la cruz”. Él nos ama. Él camina a nuestro lado.
Meditación
Piensa en alguien que como Jesús carga con una cruz muy difícil. ¿Dónde está el Señor? San Pablo nos dice:
“completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia”
(Col. 1,24)
Permanece algunos momentos pensando en esa persona e imagina a Jesús a su lado. Haz un acto de fe en la
bondadosa presencia del Señor.
Termina con un Padrenuesto…
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