Palabras de despedida de la generación 2008-2010 Profesora Sofía Batthyany A mí no me gusta mucho el lugar de los discursos, me siento más cómoda en el lugar de la escucha. Muchos de los que hoy egresan me conocen mucho, otros poco y algunos menos. A pesar de este rol que no me va muy cómodo, quería a esta generación en especial, decirles algo que les devuelva un poco todo lo que me dieron. Cuando ustedes entraron en cuarto, yo me estaba dando otra oportunidad, no sólo en la docencia sino también en la vida, que en mi caso es la misma cosa... y ese camino que se inició para muchos en el 2008 y al que luego se sumaron otros y que hoy empieza a terminar ha sido un camino de mucho aprendizaje. Los humanos somos humanos porque aprendemos a serlo, nacemos prematuros, indefensos, necesitamos del otro porque carecemos del instinto animal que nos permita sobrevivir. De esa falla nace la inteligencia que a diferencia de lo que le pasa a los animales no es adaptación, sino que podríamos definirla como “desadaptación creativa”. Porque si la inteligencia fuera adaptación, los seres más inteligentes sin duda serían las cucarachas. En el desafío por hacernos humanos necesitamos del otro. Ese espacio que se genera es el “entre”, lugar donde se desarrolla este aprendizaje: el de humanizarnos. Siempre aprenden todas las partes: el bebé aprende a ser bebé humano y la mamá a ser mamá del humano. Igual pasa en la educación, en ese “entre” aprendemos los docentes y los alumnos a desadaptarnos creativamente. El adolescente por excelencia es el que está más lejos de la adaptación y más cerca de la creatividad, por eso lo que se genera aquí en el Sanfe, espacio de adolescentes por definición, está lleno de creatividad y de intentos de no adaptarse, de no bajar los brazos y seguir pensando que algo de lo que soñamos podemos hacer realidad. Construyéndonos así, en mejores humanos. De esto se trata el desafío que se instala acá y que intentamos día a día y año a año construir juntos. Especialmente en esta oportunidad, quería agradecerles porque junto con un nuevo plan de evaluación, una nueva currícula y una nueva opción para elegir en el bachillerato, ustedes estuvieron ahí interpelándonos para poder realizar mejor nuestras prácticas, permitiéndonos ser no solo mejores docentes sino también mejores personas. Hoy les pediría, si me lo permiten, que como futuros adultos no olviden esa capacidad de desadaptación creativa que tienen, que sigan interpelando al mundo que les tocó, que sigan repensándolo, dando lo mejor de ustedes. Esto también implica esfuerzo, trabajo y sobretodo mucho “pienso”. Una vez leí que la respuesta es la tristeza de la pregunta. Una cierra y la otra abre. Hoy ustedes por suerte, están llenos de preguntas que posibilitan el pensar... pensar que está anclado en el deseo, deseo de hacer posible algo de lo imposible. Esto los hace sabios, no renuncien, no dejen de indignarse, no se adapten, sigan habilitándose como personas pensantes, sigan preguntándose. La generación de ustedes, estigmatizada por la repetición y otras yerbas, logró construir la posibilidad de convivir con dignidad junto al otro y supieron construir un nosotros, éste es el saber del adolescente. Saber que los adultos a veces olvidan. Quería decirles además que una de las pocas cosas que los humanos no podemos mirarnos solos, es la cara... para eso necesitamos de la mirada del otro, cuando los miramos a ustedes en las clases y vemos que sus ojos brillan pensamos: debemos lucir bien, se debe notar que nos gusta mucho lo que hacemos sino no brillarían así esos ojos, no necesitamos entonces espejos, ustedes nos devuelven con vuestra mirada, esa imagen que nosotros... los docentes...solos... no alcanzamos. Gracias Diciembre 2010.-