SER TERAPEUTA FLORAL PROFESIONAL La Terapia Floral, como terapia del alma, es una terapia de servicio y cuidado, que utiliza a las esencias florales como fuerzas benéficas de la Naturaleza para crear salud y como una herramienta de liberación del dolor y el sufrimiento. Las flores de Bach, son preparados naturales de 38 flores silvestres, cuyas propiedades terapéuticas fueron descubiertas por el Dr. Edward Bach. Estos concentrados ayudan a comprender, transformar y superar los estados de animo negativos propios del ser humano, como por ejemplo, miedo, impaciencia, culpa, complejos, depresión, tristeza, inseguridad, angustia, duda, ansiedad, etc, en positivos, contribuyendo a restaurar el equilibrio psicoemocional. Los remedios florales los podemos encauzar hacia el autotratamiento y también, se los podemos dar a las personas de nuestro círculo cercano: pareja, hijos, amigos, compañeros, mascotas y plantas, contribuyendo con ello al bienestar personal y al del entorno familiar, siendo un método curativo tan sencillo que potencia de manera considerable emplearlo en nuestro hogar. ENFOQUE PROFESIONAL Y VOCACIONAL También podemos tener en cuenta un enfoque profesional, al considerar a la Terapia Floral como una medicina, si entendemos por medicina aquello que nos ayuda a sanar. Puede ser también considerada como una psicoterapia en tanto que trata con los desarreglos de la mente y de la emoción, situándose cercana a la perspectiva de las actuales psicoterapias humanistas y a la psicoterapia transpersonal. La Terapia Floral profesional va ganando terreno día a día en el campo de la salud, por su acción terapéutica enfocada al bienestar emocional, mental, corporal y espiritual del ser humano. Su cualidad de ser inocua y haber obtenido el reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud, contribuye a su creciente expansión. Ser terapeuta floral profesional es una vocación basada en el deseo de ayudar al otro. Una vocación relacionada tanto con el arte terapéutico como con el desempeño de un oficio y que va siempre de la mano de una concepción trascendente de la naturaleza humana. Es un privilegio pero también una responsabilidad que exige una adecuada cualificación como es, conocer técnicas y estrategias terapéuticas que nos ayuden a adquirir habilidades que capaciten al alumno para ejercer la Terapia Floral en un contexto profesional. Profundizar en el encuadre de la consulta, la dinámica de la conversación terapéutica, el desarrollo de habilidades de escucha verbal y no verbal, el establecimiento de un adecuado vinculo con el cliente, los cuadros mas frecuentes en consulta, la prescripción floral, la ética del profesional, nociones básica de psicopatología, etapas de la vida y el estudios de casos clínicos, son algunos de los temas a tratar. Conocer no solo la filosofía y los fundamentos del Dr. Edward Bach, sino también reflexionar y ahondar en las filosofías orientales que la sustentan, profundizando en los conceptos de alma y espíritu, reencarnación, el karma y el dharma, encuentro con la sombra y otros conceptos esenciales de la Terapia Floral Transpersonal. Dominar y comprender técnicas complementarias que nos ayuden a mejorar y enriquecer la consulta, como son la visualización creativa, la meditación y técnicas de respiración y relajación. Las cualidades esenciales de una persona que se plantea, o se siente inclinada a ser terapeuta floral, son para Bach el amor y la compasión. Estas cualidades han de ser unidas inevitablemente al genuino deseo de ayudar al otro. EL DESEO DE AYUDAR AL OTRO El deseo de ayudar al otro, ha de ser considerado como la motivación primaria de un terapeuta floral. Es conveniente analizar la naturaleza de este deseo en profundidad y preguntarnos cuales son las emociones internas que nos llevan a este deseo. EL AMOR INCONDICIONAL El amor hacia el otro al que se refiere Bach, toma forma en una aceptación incondicional hacia el paciente y de los temas o dificultades que trae a la consulta. El terapeuta debe lograr aceptar, apreciar y valorar al individuo integro, sin juzgar, ni criticar ni condenar los pensamientos, opiniones o ideas que pueda tener, dándole incondicionalmente seguridad y estabilidad en las relaciones, creando un entorno seguro que el paciente necesitará para correr el riesgo de explorar nuevos sentimientos, actitudes y conductas. Una mirada hacia la aceptación incondicional nos remite por tanto a una serie de requerimientos o capacidades que el terapeuta con voluntad y a través de su trabajo y práctica, podrá ir progresivamente enraizando en su personalidad, para conseguir que el paciente se sienta cómodo con el terapeuta, porque le va a confiar sus secretos mas íntimos y personales, sus problemas mas profundos, es decir, dudas, inquietudes, debilidades que quizás no haya podido confiar a ninguna otra persona. Bach decía “nunca dejéis que alguien pierda la esperanza de ponerse bien”. Este es nuestro trabajo, ayudar a despertar en el paciente la esperanza y la seguridad para enfrentar una prueba, para encontrar el significado de su dolor y para ver la luz al final del túnel en mitad de una crisis. En el Gabinete Cromer ofrecemos una sólida formación profesional para el Terapeuta Floral centrada en un contenido esencial y necesario para poder ponerse al frente de una consulta privada, focalizando la misma en dos puntos fundamentales para ayudar a un paciente, y es estimular y fortalecer su individualidad enseñándole a mirar hacia delante en su vida y, proporcionarle paz, esperanza, alegría y fe. Nos interesa enfatizar desde esta Escuela de Formación, el sentido último y profundo de la Terapia Floral, su dimensión espiritual, en definitiva su carácter transpersonal, para no quedarnos perdidos o enredados en las limitadas corrientes que transmiten una visión de la misma casi alopática, por su primordial centramiento en el tratamiento del síntoma físico o en aquellas otras que la restringen exclusivamente a la armonización de los estados emocionales negativos, porque no olvidemos que el trabajo con las emociones es esencialmente un camino que nos llevará la conexión con el Espíritu, comprendiendo que la esencia misma de la vida es asumir nuestra Divinidad. El curso de formación de Terapeutas Florales que comienza en el Gabinete Cromer el primer domingo de octubre de 2012 hasta junio 2013, es para enfatizar la recomendación que Bach nos deja a los terapeutas florales: “Abrir los ojos al que puede e iluminarle sobre la razón de su existencia, inspirarle esperanza, consuelo y fe que le permitan dominar su enfermedad”. Carmen López Vázquez Gabinete Cromer Espacio Humano octubre 2012