Linfoma, un enemigo en crecimiento Se incrementó un 80% en los últimos 35 años; se diagnostica un caso cada nueve minutos Es el cáncer de la sangre más frecuente, incluso más que la leucemia El actor Rob Lowe, cuyo padre tuvo linfoma, encabeza la lucha por la mayor información sobre esta patología NUEVA YORK.- A partir de ahora, cada 15 de septiembre será el Día Mundial del Linfoma, un emprendimiento de la Coalición Linfoma, una organización sin fines de lucro que reúne a grupos de pacientes de varios países y que tiene como propósito despertar más conciencia acerca de esta enfermedad, que ha crecido un 80% en los últimos 35 años y se ha convertido así en la afección oncohematológica más frecuente (se diagnostica un nuevo caso cada 9 minutos), mas aún que la leucemia, aunque menos conocida que ésta entre la gente y, a menudo, entre los propios médicos. El rostro visible de la Coalición Linfoma ( www.lymphomacoalition.org ) es el del actor de cine y series de TV Rob Lowe, que justamente ayer organizó los festejos del cumpleaños número 65 de su padre, Jack, un abogado que en 1990 sorprendió a toda la familia con una noticia que en ese momento tuvo visos de tragedia: le habían diagnosticado linfoma no Hodgkin, la forma más frecuente de esta enfermedad, y debió sortear un tratamiento basado en cirugía, quimio y radioterapia para superarlo. Lowe, de 41 años, habló ayer en la Academia de Ciencias de esta ciudad y dijo, con los ojos húmedos y enrojecidos, y la voz cascada por la emoción, que la enfermedad de su padre había sido un momento muy difícil para toda la familia, pero que antes de eso jamás había escuchado hablar del linfoma. "Por eso mi propósito -afirmó el actor a LA NACION- es informar; no se trata de asustar a la gente, sino de decirles que si tienen ciertos síntomas y éstos duran más de lo habitual deben consultar con el médico." El profesor Philippe Solal-Celigny, jefe del Jean Bernard Cancer Center de Le Mans, Francia, dijo que el rápido aumento de esta enfermedad está asociado "a mejores diagnósticos y al incremento de la expectativa de vida, pero también a condiciones que debilitan el sistema inmune, como el uso de terapias supresoras de la inmunidad, como ocurre entre quienes se someten a un trasplante, y de enfermedades como el sida o la hepatitis C, que incrementan 100 veces el riesgo de padecer linfoma". El profesor francés agregó que la contaminación y los pesticidas también han contribuido al aumento de la enfermedad, "por eso hay muchos casos entre trabajadores rurales", aclaró. Dijo también que una de las grandes dificultades "es que los médicos clínicos o generalistas no siempre tienen la información para reconocer y diferenciar qué sintomatología merece ser estudiada para llegar a un diagnóstico certero y el tratamiento apropiado". Y todo esto, claro está, siempre en el menor tiempo posible, ya que en este caso, como en el de cualquier otro cáncer, la detección temprana es crucial para hablar de mayores posibilidades de éxito terapéutico. "Síntomas como fiebre, tos, fatiga, transpiración profusa o ganglios aumentados de tamaño son a menudo demasiado inespecíficos -dijo Solal-Celigny-. Por eso decimos que no se trata de un solo síntoma, sino de la combinación de varios de ellos y, sobre todo, de la persistencia de esos síntomas por un tiempo considerable, por ejemplo de dos a cuatro semanas. Una gripe difícilmente dure tanto?" "Durante más de seis meses me sentí cansada, transpiraba mucho de noche y tosía. Creyeron que tenía un resfrío, una gripe, neumonía? Sólo después de una cirugía de tórax me diagnosticaron linfoma, pero antes de llegar a esa certeza habían pasado muchos meses y tuve que visitar seis médicos", relata Amy Maraone, una canadiense que recibió su diagnóstico de linfoma en 2001 y ahora, después de un tratamiento agresivo y de mucho apoyo familiar, continúa trabajando como empleada y espera quedar embarazada para formar una familia junto a su marido. Sistema linfático Linfoma es, en realidad, un nombre genérico que se le da a este cáncer del sistema linfático, un protagonista principal del sistema inmune. Pero este fiel ejército puede, en algunos casos, dejar de responder normalmente: cuando eso ocurre, las células del sistema linfático se alteran y pueden formar tumores y dar lugar a una enfermedad maligna. "Hay dos tipos principales de linfoma -explica el doctor Gustavo Milone, jefe de la Unidad de Trasplante y del Servicio de Medicina Transfusional de Fundaleu, de la Argentina-. La enfermedad de Hodgkin o de Reed-Stemberg, que es el nombre del científico que descubrió en qué célula del sistema linfático se origina, y el linfoma no Hodgkin, que se gesta en los linfocitos T o B, que también son células de los ganglios linfáticos." En tanto que la enfermedad de Hodgkin causa alrededor del 20% de todos los casos de linfoma, el no Hodgkin origina el 80% restante, pero, a su vez, existen unos 35 subtipos de linfoma no Hodgkin, que se diagnostica con una biopsia de ganglio linfático o, eventualmente, de médula ósea. Si bien en muchos casos estos ganglios aparecen agrandados y en lugares fácilmente visibles, en otros, en cambio, la enfermedad ataca ganglios internos, y es entonces allí donde la sospecha sólo aparece cuando otros síntomas hacen evidente que "algo ocurre" y a veces se hace necesaria una intervención quirúrgica para hallar los ganglios enfermos. El doctor Milone agrega que en tanto la enfermedad de Hodgkin tiene un doble pico de incidencia "alrededor de los 15 a 20 años y cerca de los 40", el linfoma no Hodgkin es habitualmente una enfermedad de la edad adulta, alrededor de los 50 a 55 años. "Hay más posibilidades de curación en la enfermedad de Hodgkin -dijo el especialista argentino-, aunque en términos generales más de la mitad de los pacientes con linfoma de cualquier tipo alcanza la curación. Todo depende del estadio en el momento del diagnóstico y también de la velocidad de crecimiento del tumor, que puede ser más o menos agresivo." Fuente: Diario La Nación http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=636392