CAMPAMENTOS EDUCATIVOS: La Educación Pública “mueve el país” El Proyecto “Campamentos Educativos” recoge la responsabilidad de la formación del ciudadano y contribuye a la integración social desde la perspectiva de los derechos humanos y de los valores democráticos y, asigna recursos y esfuerzos desde el Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, para diseñar un tiempo y un lugar para “aprender a vivir juntos”. Prioriza como población objetivo a niños y jóvenes rurales; a niños y jóvenes de contextos difíciles y a aquéllos que por alguna razón han dejado de concurrir a las aulas y están en proceso de inclusión. En la elaboración del proyecto surgió más de una vez la evocación del cuento de Morosoli “El viaje hacia el mar”, en tanto refleja magistralmente la distancia no solo geográfica, sino también sicológica y cultural que separa la vida del Uruguay “profundo” con la dinámica de los paisajes “turísticos” como las sierras o la costa atlántica, las termas, el Litoral y las playas del Río de la Plata. Campamentos Educativos, es hoy una realidad que la Educación Pública posibilita a sus alumnos. En estos tres años han convivido durante tres días y dos noches, más de 35.000 estudiantes de los cuatro Subsistemas (CEIP, CES, CETP y CFE) y cerca de 5.000 docentes. Se caracteriza por su interinstitucionalidad y por posibilitar una práctica intergeneracional. Es un proyecto de construcción colectiva, innovador, en tanto coparticipan instituciones públicas y privadas, coactuando docentes de la educación formal y no formal en el que hay muchas personas trabajando con convicción y compromiso. Son 11 Instituciones privadas distribuidas en 15 sedes a lo largo y ancho del país. Es en este ámbito en donde se tiene la oportunidad de formar parte de otro grupo que no sea el familiar, experimentando la vida cooperativa, ayudando a crear el concepto de pertenencia a una comunidad dada y a desarrollar el sentido de responsabilidad hacia ella, adquiriendo sanas costumbres sociales que le permitan relacionarse satisfactoriamente con sus pares. Partimos de un enfoque que hace de la convivencia la matriz constitutiva –cimiento de los centros educativos, los escenarios naturales donde se desarrollan los procesos de enseñanza y aprendizaje. El acampante encuentra la posibilidad de aprender, de trabajar en equipo, asumiendo responsabilidades, solucionando problemas, aceptando las decisiones que la mayoría toma sin sentirse derrotado. De esta forma se realiza un trabajo con niños y adolescentes “sustentado en el reconocimiento de sus derechos procurando, entonces, oportunidades y condiciones para la demanda, la propuesta, la autonomía y la responsabilidad. Confrontará, por eso, no sólo con los relatos expiatorios, sino también con los propios niños y adolescentes, dado que muchos de ellos han asumido, junto a la exclusión que estructura su vida cotidiana, la inevitabilidad de un recorrido marginal de horizontes empobrecidos…” (Débora Kantor, “Variaciones para educar adolescentes y jóvenes” p.27) . Desde esta perspectiva que venimos desarrollando los campamentos encuentran el sentido y la proyección de aquello que habilitamos como valores, como prácticas y como oportunidades que son relevantes en términos de participación activa. Asimismo estimulan y promueven en niños, adolescentes y jóvenes capacidades para desplegar prácticas más complejas que permiten decidir acerca de las situaciones haciéndose cargo de ellas de manera integral y verdadera. Es en este marco que cobra relevancia la confianza y la autoridad adulta en el sentido de responsabilidad para advertir cuándo, cómo y por qué es conveniente discutir ciertas demandas, respetarlas con firmeza o bien ofrecer otras alternativas. Confianza en tanto disposición para propiciar y aceptar opciones y criterios opuestos a los nuestros. Y la convicción de que, niños, adolescentes y jóvenes pueden construir, junto con nosotros, condiciones bajo las cuales se enriquezcan sus oportunidades y sus experiencias de convivencia, a la vez que su autonomía se consolide desde el ejercicio de un protagonismo que los/las hace crecer.