UN ESTADO EN LA HAMADA: La vida en los campamentos de refugiados en Tindouf (Argelia) Los campamentos de refugiados están situados en la parte occidental del desierto argelino, cercanos a la frontera entre Argelia y la RASD. Están divididos en 4 distritos (wilayas) que tienen los nombres de El Aaiun, capital del Sáhara Occidental; Esmara, la ciudad sagrada; Dajla, la ciudad portuaria más importante y Auserd, una pequeña ciudad del interior del país. Cada campo está subdividido en 6 ó 7 pueblos (dairas), cada pueblo en 4 barrios. La organización de los campamentos, está prácticamente en manos de las mujeres. La mayoría de los hombres no viven en los campamentos, están en el ejército. Los hombres, mujeres y niños del Sáhara Occidental han vivido aquí durante 20 años en una de las regiones más inhóspitas del mundo. Cuando llegaron a esta región, donde la temperatura en verano supera los 50 grados a la sombra y en invierno el frío llega a congelar, no encontraron nada más que arena. Únicamente gracias a la sólida estructura organizada y a los grandes sentimientos de solidaridad, característicos de este pueblo, fueron capaces de construir una sociedad organizada en este desierto. Casi todos los veinteañeros han nacido en estos campamentos. No han tenido una gran oportunidad y muy poco a que recurrir. En primer lugar, la tasa de mortalidad ha sido muy elevada, especialmente en los niños. Pero gracias a un fuerte avance en la higiene, el pueblo Saharaui fue capaz de evitar las epidemias y controlar la alta tasa de mortalidad infantil. Como resultado de la política adoptada con la alimentación infantil, prácticamente no han habido más casos de malnutrición. La mayor atención está enfocada en la prevención por el Comité de Salud, pero el tratamiento también ha tenido importancia. En los campamentos las mujeres han sido preparadas para ser auxiliares de enfermeras y ayudar en los dispensarios, y un número de estudiantes están siendo preparados en el extranjero para ser enfermeras o doctores. El Ministerio de Salud ha continuado realizando progresos. Un nuevo hospital nacional acaba de inaugurarse. Dentro del edificio, hay salas de operaciones y posibilidades para dar tratamientos, tanto físicos como psicológicos. En el momento de la invasión marroquí, la tasa de analfabetismo entre los Saharauis era del 95%, una herencia de la colonización española. Actualmente, después de más de 20 años de exilio, los Saharauis han progresado revirtiendo este dato y así el número de personas capaces de leer y escribir son ahora el 90%. En cada pueblo (daira), hay guarderías , y en cada provincia hay escuelas primarias. Para la educación secundaria han construido internados. Un cierto número de estudiantes va a la Universidad en Argelia. Algunos países amigos también ofrecen la Enseñanza Superior. Es la constante queja del Ministerio de Educación el mejorar el potencial de la población Saharaui, no sólo crear las mejores posibilidades en los campos, sino sobre todo estar mejor preparados para la reconstrucción de su propio país después de su independencia. Se ha realizado un gran esfuerzo en la campaña para la eliminación del analfabetismo. La mayoría de los adultos tienen la oportunidad de aprender a leer y escribir. Son cursos de alto nivel que dan lugar a un alto nivel de educación. Aquí resulta esencial la Unión Nacional de Mujeres Saharauis que subraya la importancia de estas campañas. La participación futura en la reconstrucción y la administración de su país por estas mujeres Saharauis, depende de las posibilidades de mujeres capaces. Para las mujeres, un cierto número de "escuelas para mujeres" fueron creadas. La escuela "27 de Febrero" fue la primera. Cada año hay unas 300 mujeres que vienen con sus familias y plantan aquí su tienda para ir a la escuela. Desde Septiembre en adelante, siguen un curso que dura 10 meses: gestión, enseñanza, cuidado médico o tejer. Para sus niños, hay proyectos para guarderías y escuelas primarias. Para cada tienda hay un bloque sanitario y una cocina que ha sido construida para posibilitar a estas mujeres en la combinación de estudiar y cuidado de la familia. Lo que es relativamente nuevo, es la importancia dada al Ministerio de Cultura. El pueblo Saharaui cuenta con canciones, historias orales, dibujos y pinturas que perpetran sus tradiciones y su historia a las generaciones más jóvenes. La guerra y la construcción de los campamentos han causado una ruptura en este ciclo. "Todos los ancianos que mueren son como una biblioteca que desaparece". El Ministerio de Cultura quiere maximizar las oportunidades que se dan a las generaciones jóvenes para ser competentes en este campo. El pueblo Saharaui debería estar preparado, después de la independencia, para desarrollarse utilizando elementos importantes tomados de su propia tradición y cultura. Todo ha sido realizado para poner en marcha un sistema de vida como normal dentro de lo posible bajo las difíciles circunstancias. Todas las disposiciones han sido llevadas para sobrevivir durante un eventual pero largo tiempo en el desierto. A la vez, todas sus esperanzas se fundan sobre un eventual retorno a su propio país. EMBAREK MOHAMED LAMIN