SESIÓN 8 INTELIGENCIA EMOCIONAL OBJETIVO: “La Inteligencia Emocional”, texto del tórico Daniel Goleman ha causado un gran impacto desde 1995. Hoy día cuenta con treinta y cuatro ediciones lo que habla de su éxito. Esta obra revolucionaria de Goleman, nos muestra ideas sencillas y prácticas que resultan de gran utilidad para entender y comprender el por qué de nuestro comportamiento. En este libro el autor plantea que las estrategias pueden ayudar a erradicar la violencia y otros rasgos negativos que son los causantes de males existentes en la sociedad y en las familias. En nuestro segundo capítulo, vimos algunos procesos del cerebro, ahora veremos cómo se manejan las emociones desde el mismo. Evolución del cerebro. Los tamaños relativos del mesencéfalo y prosencéfalo difieren notablemente entre pez, reptil y mamífero. Ya se había mencionado en el tema dos que después de la concepción, el cerebro se asemeja a una llanta con chichones y se le divide en tres partes que son: PROSENCÉFALO, MESENCËFALO Y ROMBOENCÉFALO. Conforme se da el desarrollo estas áreas se expanden y al momento del nacimiento, el PROCENCÉFALO, que es pequeño al principio, supera ya muchas otras regiones. La evolución del cerebro nos dice que el cerebro humano consta de tres cerebros que es el reptiliano, el mamífero y la neocorteza o corteza cerebral. Habíamos mencionado anteriormente que la corteza cerebral sólo es vista en los animales superiores, todos los anfibios, como ranas, tortugas y peces no tienen corteza, los mamíferos como los perros y los gatos tienen corteza pequeña, en cambio, los chimpancés y los seres humanos, tenemos la corteza más desarrollada. Cuando el niño nace, su corteza es pequeña, va de un 45% del área adulta a la edad de un año, hasta el 70% cuando tiene dos años (R.S. Wilson, 1978). Conozcamos brevemente el Tálamo “este es un conjunto de racimos de cuerpos celulares ubicados en el prosencéfalo, en forma parecida a dos balones de fútbol americano. Casi la totalidad de información sensorial proviene de afuera y llega hasta el centro; una de las principales funciones del tálamo es transmitir la información sensorial a las zonas sensoriales primarias de la corteza. Los mensajes del olfato son la excepción a esta regla; el sistema sensorial olfativo (el que maneja la información acerca de los olores) tiene su propia ruta directa al cerebro. El tálamo desempeña papeles adicionales que los neurocientíficos apenas empiezan a comprender; está implicado en el registro de información, en la dirección de la atención hacia sucesos importantes, en activar o integrar funciones del lenguaje y en el control del sueño y la vigilia*. SISTEMA LÍMBICO Sistema límbico o Cerebro reptíl. “Los centros límbicos fueron de las primeras regiones del prosencéfalo en evolucionar. El prosencéfalo del cocodrilo está integrado casi en su totalidad por el sistema límbico y es tan complejo como el nuestro. Sin embargo, a diferencia de nuestro sistema, el de los cocodrilos y otros reptiles simples están enfocados de manera primordial al análisis de olores ( su intensidad, dirección y tipo). Estas criaturas dependen del olfato para orientarse en el apareamiento con la pareja adecuada, en el acercamiento hacia amigos y en el ataque o escape de enemigos el momento oportuno. Los circuitos límbicos humanos se parecen a los del cocodrilo en ciertos aspectos. En los humanos también desempeñan un papel muy importante en el olfato y están implicados de modo crucial en la expresión de la motivación y la emoción. Controla, junto con la corteza cerebral el apetito, la sed, el sueño y la vigilia, la temperatura corporal, el sexo, la agresión, el miedo y la docilidad. Contribuye a recordar lo que ha sucedido (Murray y Mishkin, 1985); también es central para la habilidad de hacer representaciones de nuestro entorno y para analizarlas cuando sea preciso ubicarse(O´Keefe y Nadel, 1978). En resumen, el sistema límbico orienta la conducta que contribuye a la supervivencia personal y de la especie. A diferencia del sistema límbico del reptíl, el de los humanos ejerce control sobre las actividades sociales: cuidado por parte de los padres, juegos y el llamado del bebé cuando está aislado (característico de todos los bebés mamiferos) (MacLean, 1982). Estas observaciones sugieren que en las estructuras límbicas subyacen los sentimientos sociales, aquellos que son la base de la familia y la convivencia en grupo, y quizá de los ideales con respecto a la unión de los humanos *. El hipotálamo también es parte del cerebro mamífero. “El hipotálamo desempeña una función dominante en la regulación del ambiente interno; imagínese que los nutrientes, el nivel del líquidos o la temperatura corporal bajaran mucho. Los neurocientíficos creen que el hipotálamo percibe el cambio y funciona a dos niveles: conductual y fisiológico. A nivel conductual, provoca que las personas se sientan hambrientas, sedientas o que sientan frío; de alguna manera nos instiga a tomar medidas para satisfacer las necesidades corporales. A nivel fisiológico, acelera la actividad tanto del sistema nervioso autónomo como la del sistema endocrino. El hipotálamo ejerce control a través de la glándula maestra, la pituitaria, que se encuentra en la base del cerebro, justo debajo del hipotálamo*. El cerebro mamífero o límbico, es el de la emoción y está formado por la amígdala, el hipocampo y el hipotálamo. De la corteza cerebral se habló ampliamente, está dividida por los hemisferios, izquierdo y derecho. El modelo de Herrmann se tiene en cuenta el lado izquierdo y el lado derecho. Por lo tanto, se presentan cuatro cuadrantes: -La parte cerebral izquierda (cuadrante A) donde el procesamiento que se produce es: lógico, racional, cuantitativo y analítico. -La parte límbica izquierda (cuadrante B) donde el procesamiento es: metódico, práctico, organizado y detallado. -La parte cerebral derecha (cuadrante D) donde el procesamiento es visual, sintetizador, integrativo y metafórico. -La parte límbica derecha (cuadrante C) donde el procesamiento es: emocional, intuitivo, sensorial e interpersonal.