La revolución de la misericordia “Nuestra revolución pasa por la ternura, por la alegría que siempre se hace cercanía y compasión. Y lleva a implicarse y servir a la vida de los/as otros/as”. (Papa Francisco en la última misa durante su visita a Cuba (Folha de São Paulo- 27.09.2015) Con el sentido de esta frase y la convocatoria para el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, el Papa Francisco inaugura un nuevo tiempo en su caminar misionero, ancorado en el mensaje central de su proyecto de pastor de la Iglesia: la Misericordia y la Compasión. Él hace un llamado a la Iglesia, a “abrir las puertas de la misericordia”, con carácter de revolución. Es una revolución que está basada en el Evangelio, en la práctica de Jesús que siempre estuvo al lado y del lado de las personas mais empobrecidas y excluidas. Esta postura revela su misión fundamental. Él siempre va más allá de la ley y comparte la mesa con aquellas personas que la ley consideraba pecadoras. Francisco, salvando las distancias, intenta seguir su proyecto de vida. La misión de Jesús hoy más que nunca, toma también esa dimensión revolucionaria, para las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor. La interpelación es fuerte: Ser esa “Iglesia en salida” que rompe con estructuras y esquemas de misión aprendidos y muy queridos, que desinstala y saca de seguridades, que le urge a continuar el proceso de relectura de la práctica de la institución y de la coyuntura actual, a la luz del Evangelio: la Buena Nueva de la Misericordia.. Esto lleva a las hermanas a vivir y testimoniar una espiritualidad de la Misericordia, hecha profecía en acción, porque va a contramano, en un sistema socioeconómico, político y cultural (Capitalismo Neoliberal) excluyente e inhumano, que viola sistemáticamente los derechos de las mujeres empobrecidas en situación de prostitución o de trata con fines de explotación sexual y de las mayorías excluidas en este sistema. Esa espiritualidad compromete a las hermanas de la Congregación a ser “misioneras de la misericordia”, según la propuesta del Papa. Él parafraseando Is 61, 1-2 dice que, este año de la misericordia, trae la riqueza de la misión de Jesús que resuena en las palabras del profeta: Llevar una palabra y un gesto de consuelo a las personas pobres, anunciar la liberación a las que son prisioneras de las nuevas esclavitudes de la sociedad contemporánea, devolver la vista a aquellas que ya no consiguen ver porque viven encorvadas sobre sí mismas y restituir la dignidad de aquellas que les fue robada.” (Cfr. “El Rostro de la Misericordia”, pág. 24) Y para concluir quiero recordar estas palabras de los documentos congregacionales, mediante las cuales las hermanas Oblatas son enviadas a: “Promover la justicia. Practicar la Misericordia. Experimentar y compartir la salvación” (Conclusiones del Capítulo de 1989) Hna, Manuela Rodríguez Piñeres, osr