Bioacumulación de mercurio en organismos acuáticos de Almadén (Ciudad Real, España) M.Lacal,1* M.A.Lominchar,1 E.García,2 M.J.Sierra,1 J.Rodríguez-Alonso,1 R.Giaggio,3 S.Díez,3 J.Loredo,2 R. Millán,1. 1. Centro de Investigaciones Energéticas y Medioambientales (CIEMAT). Av. Complutense, 40.28040 Madrid (España) 2. Universidad de Oviedo. Av. Independencia, 13. 33004 Oviedo (España) 3. Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). C/ Jordi Girona, 18-26. 08034 Barcelona (España) *Contacto autor: margarita.lacal@ciemat.es. Tlf: 0034 914962586 La comarca de Almadén (Ciudad Real, España), lleva impresa en su historia la actividad minera, desde hace más de dos mil años. Aunque han existido en la zona diversas explotaciones polimetálicas de plomo, zinc, cobre o níquel, su recurso natural por excelencia es el mercurio (Hg). La formación del cinabrio, mineral del cual se extrae el Hg, se originó hace unos 430 millones de años, cuando la caprichosa naturaleza decidió crear las condiciones ambientales necesarias que marcarían posteriormente la evolución de este territorio. Entre los yacimientos de Hg más conocidos se encuentran: El Entredicho, Las Cuevas, La Concepción Vieja, La Concepción Nueva y principalmente las Minas de Almadén que fueron incorporadas el 29 de junio de 2012 a la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, cuyo comité reconoció su valor como las minas de Hg más grandes del mundo y ejemplos únicos de explotación de este metal a lo largo de los siglos. Desde el año 2002, estas minas se encuentran clausuradas debido a la caída de precio del Hg a nivel mundial, y a las Directivas promulgadas por la Unión Europea sobre la extracción, uso y exportación de este metal a causa de su toxicidad. Desde el punto de vista medioambiental, resulta muy interesante cuestionarse si las elevadas concentraciones naturales de este metal y/o la removilización de Hg por las actividades mineras, podrían generar un riesgo en los organismos que sustentan la cadena trófica. La curiosidad de la comunidad científica por investigar esta temática en la zona de Almadén, queda avalada desde hace más de una década por los numerosos proyectos realizados desde el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), y la Escuela de Minas de Oviedo (UNIOVI), encaminados a investigar la posible transferencia de Hg entre el suelo/planta, la emisión a la atmósfera, y su posible afección sobre algunos animales de este ecosistema. En una nueva etapa y profundizando el estudio sobre la toxicidad de este metal, se inició un nuevo proyecto en el año 2012, dirigido hacia la bioacumulación y biomagnificación de Hg, en tres eslabones inferiores de la cadena alimentaría, mediante el uso de bioindicadores acuáticos (biofilm, macroinvertebrados y cangrejos). Estos ejemplares, fueron recolectados en cinco puntos, a lo largo de un tramo de 30 Km en el río Valdeazogues, principal cauce de recogida de efluentes provenientes de la minería, marcándose como objetivo determinar no sólo la concentración de mercurio total (HgT) presente en los organismos, sino su forma química más preocupante el metilmercurio (MeHg). En el momento actual, se presentan los datos de HgT cuantificado mediante espectrometría de absorción atómica, usando el analizador avanzado de mercurio AMA 254/LECO. Los rangos de concentración obtenidos para HgT, en peso seco, oscilan entre los siguientes valores: 2.21-133.70 mg/kg en biofilm, 0.3-20.6 mg/kg para macroinvertebrados, 0.6–861.70 mg/kg en cangrejos. Estos resultados indican una elevada bioacumulación en los organismos recolectados en una única campaña de campo, y por tanto, deberán ser corroborados en futuras campañas de muestreo previstas. Los altos valores obtenidos junto con la cuantificación de MeHg, serán la base para la determinación de la relación entre ambas formas de este elemento y su posible incidencia en la cadena trófica.