Cómo afecta el divorcio a los hijos A pesar de lo difíciles que puedan ser las circunstancias de una pareja, el divorcio es una decisión que trae gravísimas consecuencias para los hijos, no importa la edad de éstos. En todas las separaciones, los más afectados resultan ser los hijos, pues para ellos es vital la unidad de sus padres y por ende la de su familia. Imagine lo que es para un niño tener que digerir la realidad de que uno de sus padres ya no está más con él, y que ahora cuentan con tiempo limitado para compartir juntos porque el padre que se fue ya no pertenece a esa casa. Numerosos estudios revelan que la separación de los padres trunca el proyecto educativo de una familia. Hace que los hijos crezcan con temor, se vuelven desconfiados e inseguros y creen que en cualquier momento pueden ser excluidos de su círculo social. De alguna manera, los niños sienten que han sido en parte responsables del divorcio de sus padres, y eso hace que manejen un sentimiento de culpabilidad que los obliga a vivir a la defensiva. Incluso cuando forman sus propios hogares, pueden estar acompañados del trauma de que su matrimonio se pueda derrumbar cada vez que se presenta un conflicto. Vale la pena recalcarles a los hijos que la unidad matrimonial es algo que debiera cultivarse y mantenerse tan saludable como sea posible para que no se vuelva vulnerable, pues su deterioro envuelve a muchas personas en un dolor que algunas veces puede evitarse. ¿Qué efectos provoca el divorcio en los hijos? Ninguna persona reacciona de igual forma frente a circunstancias traumáticas como ésta, sin embargo, hay ciertos patrones comunes de comportamiento: * Sensación de inestabilidad, desasosiego, angustia, incertidumbre. * Estrés, depresión, tristeza, aislamiento, inseguridad, pérdida de autoestima. * La imagen del hogar desunido produce malestar en los hijos, provocando incluso un desequilibrio emocional. * Cambios de comportamiento, variaciones del estado de ánimo y alteraciones en el sueño. * Resentimiento, irritabilidad, susceptibilidad, sobre todo en adolescentes. *Actos agresivos y reacciones violentas, culpando a uno de los padres de su desunión. *Aparición de dificultades en el proceso de aprendizaje escolar, el cual puede ser transitorio mientras se da la readaptación. Cuando estos síntomas adquieren manifestaciones exageradas o se percibe que el hijo está más afligido de lo normal, conviene contar con ayuda profesional de un psicólogo, orientador familiar y/o educador. Errores inadmisibles de los padres No es el objetivo reprochar la conducta de los padres que están pasando por una situación de separación, sino, invitarlos a observar su manejo del problema y su forma de proceder ante los hijos. Para lograr que hijos salgan lo menos lastimados posibles de esta situación, los padres deben evitar los siguientes errores: Ocultarles lo que está sucediendo. Los hijos tienen derecho a saber lo que está sucediendo en casa, ellos no deben estar engañados por una situación que tarde que temprano tendrán que afrontar. Se debe hablar con ellos desde un primer momento, escucharlos, comprenderlos y responderles a todas su preguntas: ¿qué será de mí?, ¿dónde vivirá papá?, ¿cuándo podré estar con mi papá/mamá?. Se finaliza el matrimonio pero nunca el rol de padre. Ser padre es vitalicio e inherente. El hecho que ya no se comparta el mismo techo con la pareja, no quiere decir que sus obligaciones como mamá/papá han culminado. Los hijos no tienen por qué sufrir las consecuencias de los problemas de sus padres, pero lamentablemente muchas veces, ellos son los que más pierden. Incitar a los hijos a tomar partido. Es injusto que los hijos se vean entrometidos en una situación donde sean presionados para escoger por alguno de los padres. Utilizar a los hijos de manera consciente o inconsciente. Usarlos como chantaje para dominar, perjudicar o vengarse del otro y hasta como trofeo de victoria, es un error fatal que provoca terribles daños en ellos. Convertirlos en mensajeros. Eso de estar enviándole razones al ex esposo(a) con los hijos es inaceptable, y menos cuando son para desprestigiar al otro. Hay que tratar los conflictos como personas adultas y civilizadas. Hablarles mal del ex esposo(a) a los hijos. Lo que pase como esposos no tiene por qué afectar la relación padre-hijo. Él/Ella seguirá siendo el papá o la mamá y eso no debe cambiar a pesar de que ya no estén juntos. Emitir mensajes distintos. Por el bien de los hijos, padre y madre se tendrán que poner de acuerdo en la educación y tomar decisiones conjuntas. Es dañino que el papá apruebe algo que la mamá no ha autorizado y viceversa. Se tendrá que buscar la manera de buscan la unión de criterios. Colaboración: Gloria Serrano, Equipo Consultorio Familiar LaFamilia.info Fuentes: solohijos.com, revista Selecciones, psicologiainfantil.com