ARTE EGIPCIO -FUNDAMENTOS DEL ARTE EGIPCIO. La civilización del Egipto antiguo ha aportado una religiosidad elevada, avances científicos y un arte de gran originalidad. Examinemos, en primer termino, algunas dimensiones de esa civilización enigmática, que influyen en sus creaciones estéticas. a) Religión. El culto a los dioses y las ideas sobre la vida de ultratumba impregnan todas las manifestaciones del arte egipcio y de manera más relevante su arquitectura, limitada a una finalidad religiosa y funeraria (templos y tumbas). Se presta más atención a la mansión de los muertos que a la vivienda de los vivos. En principio, se redujo a creencias fetichistas, que otorgaban a un objeto o a un animal poderes sobrenaturales. Así aparecen considerados como animales sagrados leones, gatos, buitres, bueyes, y en alguna población se otorga tal carácter a alguna especie de plantas. En un proceso de antropomorfización, los dioses terminan adoptando formas y cualidades humanas, tras un período mixto en el que se combina la forma humana y animal; HORUS en principio se representa como un halcón y en la VI Dinastía es una figura sentada y con barba. En una serie de cosmogonías ( en Hermopolis, Heliopolis, Menfis) se explica cómo nacen los diferentes dioses y cómo se relacionan con los hombres. El mito más bello, el de OSIRIS, que resucita, implica un proceso de democratización, la posibilidad para todos los hombres de alcanzar la inmortalidad, aunque según Gordon Childe sólo benefició a las clases adineradas, las únicas que podían pagar las costosas prácticas de embalsamamiento, imprescindibles para la conservación del cuerpo y para que el alma dispusiese de un soporte físico, de un lugar de residencia. La revolución que EJNATÓN, acomete en la XVIII Dinastía, al sustituir la pluralidad de dioses por uno superior(henoteísmo) y providente, preocupado por el bien de las criaturas, como se refleja en el "Himno al Sol(Atón)" ejerce un gran impacto en un arte más realista y humano. b) Influencia del vivir agrario. Desde HERODOTO a MORET, todos los historiadores que se ocuparon del Egipto antiguo han resaltado que se trata de una civilización fluvial, de base agraria; las crecidas periódicas del Nilo han permitido a lo largo de su curso los centros de población, el río es fuente de fertilidad. Aunque la historiografía más reciente ha invertido los términos, llegando a la conclusión de que los egipcios con su trabajo salvaron al río de su encenagamiento (Wilson), la relación río-sociedad se mantiene, y la influencia de la economía agraria no es menor, en las formas artísticas, que la de las concepciones religiosas. En el mundo agrario nace la geometría, la medida, el catastro. Estos nuevos hábitos mentales enmarcan la arquitectura, su disposición de planos cuadrangulares, son aparejo de losas geométricas, y enriquecen los temas de la pintura, con plantas y flores, se introducen en los elementos arquitectónicos (capiteles con hojas) y refuerzan el sentido de las 1 proporciones de la estatuaria. Los mismo hábitos mentales que inclinan a los egipcios a la matemática y a la agricultura, a la medida de las parcelas innovan los ritmos plásticos; los escultores no se limitan a representar las telas con pliegues monótonos, sino que diseñan ondas y perfilan los miembros con ángulos. c) Monarquía divina. Desde que MENES unifica el Alto y Bajo Egipto hacia el año 3400 a.C. el faraón tiene carácter sagrado, es un dios en la tierra, y la supervivencia en la vida de ultratumba depende de su proximidad. Sólo así se explica la existencia de un pueblo que vivió para construir las tumbas de sus reyes. Asombra la desproporción entre la magnitud de las pirámides y su función de simple tumba de la familia real, pero más asombrosa ha resultado la comprobación de que tan colosales construcciones se realizaron con precarios medios técnicos, sin conocimiento de la rueda (introducida mucho más tarde por los hicsos), es decir sin poleas ni rodillos, lo que exigió una mano de obra numerosa y un sentido colectivo de la disciplina, incompatible con otra estructura política menos centralizada. Wilson ha observado que las mastabas se van separando de las pirámides a partir de la V Dinastía; con el proceso de secularización del faraón, que pierde su carácter divino, los sacerdotes y nobles dependen menos del favor real en este mundo y en consecuencia no necesitan situar sus sepulcros al lado del faraónico, porque tampoco en el otro define la proximidad al faraón la suerte ultraterrena. 2