LOS AMIGOS DEL RESUCITADO EL PASO DE LA MUERTE A LA VIDA Cómo quedan después de la muerte MARÍA MAGDALENA María recorre el camino al sepulcro en una especie de búsqueda desesperada, por la pérdida del amigo, del amado... Va sin rumbo, envuelta en su propia tristeza, en esa especie de viaje interior de sí misma y en el que no encuentra más que su propia soledad. Incapaz de reconocer los signos del crucificado-resucitado: tumba vacía, ángeles vestidos de blanco... Pero ¡sigue en búsqueda! Confiada tal vez, en el fondo de su ser dolorido, en que el amado no puede faltar a la cita! CLEOFÁS Y MARÍA, esposa de Cleofás Después de la muerte de Jesús, dos discípulos abandonan el grupo y hacen el camino de vuelta. Se van para su aldea, Emaús. Los efectos de la muerte de Jesús han creado en ellos una profunda desesperanza, considerando que todo su tiempo anterior ha sido un fracaso, ante el que no queda otra solución que el volver a casa, a su primer oficio, en una especie de vuelta a empezar la vida sin ningún sentido TOMÁS Estuvo ausente en el primer encuentro del Señor resucitado con los discípulos. La situación de Tomás es de gran escepticismo, no aceptando el testimonio de sus compañeros y pidiendo -exigiendo- pruebas para creer. LOS DOCE El grupo de los discípulos en su conjunto participan de sus miedos paralizantes que les llevan a estar encerrados a cal y canto, sin ninguna ventana ni puerta abiertas a la vida, a la misión. El recuerdo de lo que los judios han hecho con Jesús los llena de miedo porque con ellos podrían hacer los mismo. Qué cambio produce en ellos el encuentro con Jesús resucitado Jesús va desbloquendo la situación, conduciendo a María desde la ceguera total, pasando por una identificación todavía incompleta -confundiéndolo con el jardinerohasta el reconocimiento total. Buscad y hallaréis: hallaréis De ahí que al nombrarla por su nombre: ¡María! Ella lo reconoce como Maestro: ¡Rabonni! El proceso que siguen Cleofás y María (la de Cleofás) va pasando de la ausencia de Jesús provocada por su muerte y sus consecuencias a la experiencia del resucitado, interpretando personalmente las Escrituras y ya, al final, del camino, a la comprensión del misterio, al compartir de manos de Jesús el pan de vida. ¡Yo soy el Camino! Del corazón de los discípulos brota un gesto de hospitalidad, invitándolo a quedarse con ellos. Jesús pasa de huésped a anfitrión: preside la mesa y comparte con ellos el pan. Gesto confirmatorio de que Jesús está vivo. El grupo de los discípulos se encuentra de nuevo con las puertas cerradas, ahora por la incredulidad de Tomás. Jesús vuelve a introducirse en medio de ellos y cede a sus exigencias mostrándole sus manos y su costado para que los palpe con sus propias manos, cayendo así rendido ante la evidencia y confesando a Jesús como su Dios y su Señor: ¡Señor mío y Dios mío! Todo lo que por la muerte de Jesús había quedado oculto bajo el manto del dolor, se vuelve ahora a esclarecer y a recuperar por la presencia cálida y amorosa del Señor resucitado. El encuentro finaliza con un ENVíO para contar a otros su experiencia del resucitado. ¡Ve... y diles! Ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Recibid el Espíritu Santo. Id por todo el mundo y anunciad la Buena Noticia a toda la creación.