Universidad Técnica de Manabí Boletín # 122 - Portoviejo, 25 de agosto de 2011 Factores de riesgo para la violencia juvenil La violencia que afecta a la juventud es multicausal y puede ser interpretada de muchas formas. Sin embargo, son los factores de riesgo los que nos ofrecen una manera de ver cuáles circunstancias, características y contextos están relacionados con la violencia y, por lo tanto, deben ser abordados para reducir la probabilidad de la violencia. Los factores de riesgo corresponden al contexto familiar, comunitario, cultural, social, político y económico. Son las condiciones que aumentan las posibilidades de violencia, y generan un caldo de cultivo en donde desarrollarse con más facilidad una conducta violenta. Pero no la determinan, es decir, una persona podría vivir inmersa en un entorno que presente todos los factores de riesgo relacionados con la violencia, y aun así podría no manifestar una conducta violenta. Por otro lado, se debe también prestar atención a los factores de protección, esto son, las circunstancias, características personales y colectivas, y los contextos que favorecen la posibilidad de que los jóvenes puedan evitar ser víctimas (o victimarios), aun cuando se encuentren presentes algunos factores de riesgo. Pueden agruparse tres categorías de riesgos: a)factores inmediatos en el entorno familiar, b)factores sociales y culturales en el entorno comunitario, y c)factores históricos, económicos y políticos en el contexto nacional. Como factores de riesgo inmediatos en el entorno familiar podrían resumirse así: La inestabilidad y los cambios en la configuración familiar, que debilitan el vínculo afectivo entre adultos e hijos; La violencia verbal, psicológica, física y sexual en el hogar, que victimiza directa o indirectamente a los niños y adolescentes. Pobreza y problemas económicos, los cuales afectan la capacidad de los adultos de atender las necesidades materiales y emocionales de los niños y las niñas en el hogar, Universidad Técnica de Manabí especialmente cuando está relacionado con el desempleo, o dependencia de la economía familiar de actividades ilícitas como el tráfico de drogas; La dependencia y abuso de drogas y alcohol por parte de las personas adultas en el hogar; y, La comunicación disfuncional y falta de apoyo para el desarrollo integral de adolescentes en el hogar. Entre los factores sociales y culturales tenemos los siguientes: Comunidades violentas y disfuncionales. La existencia de comunidades donde no existen espacios públicos, se carece de ordenamiento territorial y condiciones urbanísticas adecuadas, con viviendas precarias y hacinadas; Ausencia de una vida comunitaria positiva en la que la juventud encuentre apoyo para su desarrollo en la escuela, iglesia, deporte, arte, esparcimiento sano y participación en el desarrollo comunitario; Un sistema educativo que expulsa o estigmatiza: adolescentes y jóvenes desertan de la escuela por muchas razones, que incluyen presiones económicas familiares. Falta de empleo y trabajo decente para jóvenes que se incorporan al mercado laboral aumenta aún más los riesgos antes mencionados. Como factores económicos y políticos se pueden anotar los siguientes: Guerra civil, disponibilidad de armas de fuego, uso de la violencia para resolver conflictos personales, sensacionalismo con que los medios de comunicación masiva presentan los actos violentos, y las culturas importadas que presentan la violencia como entretenimiento; Desigualdad y discriminación: la desigualdad de poder para determinar sus propias condiciones de vida, o de participar en decisiones que les afectan directamente, crea conflicto social donde unos grupos de poder suelen utilizar la violencia para mantener su posición, mientras que los grupos oprimidos también han recurrido a la violencia para sobrevivir; Criminalización: etiquetar grupos enteros como antisociales, lo cual genera el menoscabo de sus derechos humanos fundamentales; y, Una historia de impunidad y corrupción estatal: la histórica permisividad o promoción de un Estado que ejerce la voluntad por encima de la ley, no solo violenta y permite violencia directa de parte del Estado, sino que reafirma la percepción de adolescentes y jóvenes, de que tener poder es poder abusar de ello. Autor: Dra. Catalina Castro Llerena