Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 El medio en el mensaje (I). La autorreferencia en la televisión generalista The Medium in the message (I). Self-reference in broadcast television Alicia de Lara González – Universidad Miguel Hernández - a.lara@umh.es Raúl Rodríguez Ferrándiz – Universidad de Alicante – rrodriguez@ua.es Cande Sánchez Olmos – Universidad de Alicante – cande.sanchez@ua.es Resumen Los medios de comunicación, cuyas funciones clásicas eran “informar, formar y entretener” están dando protagonismo creciente a la autorreferencia: hablar de sí mismos casi en cualquier circunstancia. Es cierto que la tríada de funciones citada descuida el papel de la publicidad, que ha sido también creciente, y sin la cual la supervivencia de la mayoría de los medios estaría comprometida. La autorreferencia es siempre una forma (abierta o encubierta) de autopublicidad, de manera que el medio compromete espacios (en la prensa) o tiempos (en la radio y la televisión) para anunciarse a sí mismo, dejando de anunciar bienes y servicios de otra naturaleza, que son los que le reportan ingresos, pero también disminuyendo espacios y tiempos dedicados a hablar o mostrar realidades (o ficciones) que nada tienen que ver con el propio medio, y que son el mandato derivado de su dimensión social y cívica). Hemos elegido como campo de pruebas a la televisión, que es el medio todavía hegemónico a pesar de la competencia de otras pantallas y dispositivos, pero estudios similares que hemos avanzado en prensa y en radio arrojan resultados consistentes, y vienen a confirmar una tendencia que atraviesa todo el sistema mediático. El artículo que presentamos analiza este fenómeno, con minuciosos estudios empíricos sobre el registro de 24 horas de programación en las tres cadenas de televisión generalistas con más cuota de pantalla, obtenidos el 15 de abril de 2011. Abstract The mass-media, whose traditional functions were "to inform, educate and entertain", are giving increasing prominence to self-reference: to talk about themselves regardless of the topic at hand. The three functions mentioned certainly forget the role of advertising, which has also been growing. Without it, the survival of most of the media would be in danger. Self-reference is always a form (overt or covert) of self-advertising, so that the medium devotes spaces (in press) or time (on radio and television) to advertise itself. The medium may be the message in McLuhan’s sense of technological determinism, but undoubtedly the medium is in the message as a topic of conversation proposed to the receivers, a definitely selfish and self-promotional reference. This paper aims to study this phenomenon empirically, with detailed analysis in three nationwide TV stations, developed over a 24 hours period, to obtain representative and comparable results. The study will consider the ownership of the media, since self-reference may also be found between media belonging to ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 1 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 the same media conglomerate, in a synergic way. Television stations chosen, sorted from highest to lowest rank (according to the latest data of General Media Survey 2011), are TVE1, Tele 5 and Antena 3. Palabras clave: publicidad, medios, television, industria de comunicación Keywords: advertising, mass media, television, communication industry Sumario: 1. La autorreferencia en los medios; 1.2. La autorreferencia en los medios como autopublicidad; 1.3. Hipótesis de la investigación; 1.3.1. Hipótesis generales; 1.2.3. Hipótesis específicas; 2. La autorreferencia en televisión: marco teórico específico; 3. Metodología; 4. Resultados; 4.1. Tiempo dedicado al contenido autorreferente por cadenas; 4.2. Tiempo autorreferente emitido dentro y fuera de la programación; 4.3. Autorreferencia fuera de programas sobre el total de la publicidad; 4.4. Autorreferencia en contenido editorial sobre la programación; 4.5. Tipos de autorreferencia según los niveles establecidos; 4.6. Principales formatos; 5. Conclusiones; 5.1. Conclusiones específicas; 5.2. Conclusiones generales. Summary: 1. Self-reference in the media; 1.2. Self-reference in the media selfadvertising media 1.3. Research hypotheses; 1.3.1. General assumptions; 1.2.3. Specific Hypothesis; 2. Self-reference on TV: specific theoretical framework; 3. Methodology; 4. Results; 4.1. Self-reference time for channels; 4.2. Self-referential time in and out of programming; 4.3 Self-reference program out of the total advertising; 4.4. Editorial content self-reference in programming; 4.5. Types of self-reference according to the established levels; 4.6. Main formats 5. Conclusions; 5.1. Specific findings; 5.2. Overall conclusions. 1. La autorreferencia en los medios Partimos de la base, que hay que recordar porque la situación presente nos hace olvidarla demasiado a menudo, de que los medios de comunicación de masas, sea su función informativa, educativa o de entretenimiento, son (deberían ser) precisamente eso, medios, o intermediarios entre unos hechos (reales o ficcionales) y unos receptores a los que se alcanza en gran número. La metáfora del medio como megáfono que amplifica el mensaje sin alterarlo, o como espejo que representa algo que necesariamente existe en algún lugar (Casetti, 1992: 45-51), se demostraron ingenuas, y los medios fueron calificados no tanto como transmisores o espejos cuanto como modeladores o directamente constructores de realidad (Luhmann, 2000). Ahora bien, el compromiso del medio, sea una cosa o la otra lo que hace (bien reflejar y transportar, bien construir haciendo pasar la construcción por reflejo y transporte de algo ya dado), era desaparecer como tal medio, no interponerse ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 2 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 entre esa realidad real o construida que nos hace llegar y nosotros que somos sus destinatarios. Quizá sea una ingenuidad recordarlo, y más aún reclamarlo, pero parece obvio que no sólo el medio debía garantizar (o fingir que garantizaba) la transparencia de lo que a través de él leíamos, escuchábamos o veíamos, sino que el propio mensaje en sí debía naturalmente apuntar a una otredad (Nöth y Bishara, 2007: 5-6) distinta de sí mismo, distinta del canal tecnológico que permitía la comunicación y distinta del emisor o enunciador concreto. ¿Qué dice el periódico de hoy sobre la política internacional, las farmacias de guardia, las ofertas de empleo?, ¿qué han dicho las noticias sobre la situación económica, el tiempo, los deportes?, ¿qué narra esta serie de televisión ambientada en la posguerra española, o en el tardofranquismo y la transición, o en la España del Siglo de Oro, o sobre vampiros de instituto, o sobre publicistas en la Nueva York de los años sesenta?, ¿qué tiene que decirnos este entrevistado sobre el cáncer, el cambio climático, la crisis de la deuda soberana, la inteligencia emocional? Esas eran las preguntas “referenciales” que esperábamos respondieran los medios: que nos trajeran algo exterior a ellos, algo que sucedía en el mundo (fuera el mundo real, fuera un mundo ficcional más o menos verosímil, pero ante el que practicábamos la “suspensión temporal de la incredulidad” de la que habló Coleridge). Algo, en definitiva, que no se vería afectado por el hecho de ser transmitido, que habría sucedido idealmente igual aunque no hubiera sido retransmitido (el género informativo), o que, siendo resultado de una puesta en escena para nuestros ojos (en el caso de las ficciones), borraba cuidadosamente las huellas de su producción y nos trasladaba a modelos de mundo alternativos, pero otros mundos en cualquier caso. Para el caso que nos ocupa esa “referencia” –además de las definiciones no del todo coincidentes de la lógica (Frege), la lingüística (Jakobson) y la semiótica (Peirce)- podemos entenderla casi en el sentido vulgar del término, como en la frase “se requieren referencias para el puesto”. Se supone que esas referencias serán tanto mejores no sólo o no tanto por lo elogiosas que sean (todas los son), sino precisamente porque sean “de terceros”, es decir, de alguien ajeno lo más posible a contratador y a candidato. Pues bien, cuando los mensajes en los medios de masas se vuelven autorreferentes no podemos por menos de decir que le fallan a esa tercera instancia (en este caso, medio y anunciante coinciden), se vuelven enfáticos, egolátricos. El medio, que es sin duda soporte para prescripciones de todo tipo, se autoprescribe. Pero en esa prescripción su posición no es como la de los anunciantes que son sus clientes, es una posición privilegiada. Parece obvio, como apuntan Nöth y Bishara (2007: 12), que un mensaje que renunciara por completo a referirse a algo que lo trasciende absolutamente y que apunta a un mundo exterior y a una ubicación en las coordenadas espaciotemporales, parecería cortocircuitar en cierto modo su función social, volverse tautológico y ensimismado. Tanto más si hablamos de mensajes de los medios ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 3 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 de comunicación de masas, que son medios precisamente por esa labor de mediación que conlleva, implícita o explícitamente, deberes y responsabilidades asociados, compromisos informativos con una realidad exterior o compromisos de marcar con la suficiente explicitud, precisamente, su no compromiso (en las ficciones mediáticas, que en cualquier caso apuntan a aquella realidad desde posiciones más o menos verosímiles). Pero, de cualquier modo, parece que referencia (o alorreferencia, como ha sido también llamada, como si lo raro, lo marcado, fuera referirse a otra cosa) y autorreferencia no pueden ser valores absolutos, sino cuestiones de grado, y ningún mensaje de los medios (como ninguno en general) puede sustraerse a participar, en proporciones diversas que habrá que evaluar, de una y la otra. La cuestión es si, en estos últimos años, el balance entre referencia y autorreferencia en los medios se ha visto alterado, y en qué sentido. En otras palabras: se trata de constatar empíricamente y poner en cifras una sensación compartida por muchos lectores, oyentes o telespectadores: que los medios cada vez menos relatan o refieren cosas que suceden fuera de ellos mismos, cosas que habrían sucedido igualmente de no haber estado allí presentes ellos para mostrárnoslas. Y en cambio conceden creciente protagonismo a sí mismos, a lo que sucede en sus programas, a cómo se hacen sus concursos y sus series, no a lo que cuentan sus páginas o muestran sus cámaras o recogen sus micrófonos, sino al hecho de contarlo, mostrarlo o recogerlo, a sus magníficos índices de audiencia o de difusión, a la profesionalidad de sus presentadores, conductores o colaboradores, al despliegue técnico que ponen a nuestro servicio (casi cada programa tiene su making-off, que nos será mostrado), incluso a los gazapos, errores que cometen (el blooper-reel, otro subproducto audiovisual y radiofónico): a una continuidad autorreferencial en definitiva, a un flujo al que pretenden que nos sumemos con puntualidad y fidelidad bien mediante citas de lo pasado (una función analéptica o anafórica, de recuerdo, bien de lo reciente o de lo remoto, como memoria o nostalgia) y una expectativa de lo porvenir (una función cataléptica o catafórica, pero sin duda también promocional, de tráiler, de teaser). 1. 2. La autorreferencia en los medios como autopublicidad Cuando, como suele suceder en la autorreferencia mediática, el medio destaca sus éxitos de audiencia o de difusión, o recomienda enfáticamente la compra del siguiente ejemplar del periódico por la promoción que lo acompaña, o el visionado del próximo programa de la cadena, o la escucha del espacio de radio siguiente, o muestra el elenco de sus estrellas (de la información general, de los espacios deportivos, del tiempo, de sus series de ficción, de sus programas de humor, de sus concursos o de sus magazines), todo eso es publicidad. ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 4 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 En una situación de competencia feroz en el mercado de las comunicaciones un negocio cuyos titulares se nutren básicamente de los anunciantes que pueden captar en función de las audiencias que garantizan- cualquier cita o alusión de un medio al propio medio no puede ser entendida sino con una finalidad promocional. Esas citas o alusiones a sí mismo son tanto más significativas cuanto que restan espacio o tiempo o ambos a los dos contenidos alo-referenciales básicos de cualquier medio: 1) hablar de otras cosas distintas de sí mismo (con función informativa, formativa, o de entretenimiento) y 2) vender espacio y/o tiempo para que los anunciantes, a través de aquellos profesionales en quienes delegan, comuniquen sus mensajes comerciales. Los medios, en general, se encuentran en esa encrucijada entre dar contenidos atractivos para sus audiencias y vender esas audiencias a los anunciantes. Es la retroalimentación y el balance óptimo entre esas dos exigencias la que determina el éxito empresarial de un medio masivo. Y ello porque el lector, espectador y oyente quiere contenidos (y soporta más o menos resignadamente la publicidad) y el medio necesita imperiosamente anunciantes (con los que sufraga la producción de aquellos contenidos). Ninguna de las dos exigencias presupone sin más esa tercera, autorreferencial, de hablar de sí mismos, pero parece obvio que el medio también es una empresa que compite con otras, y necesita ostentar una imagen de marca definida. En otras palabras, el medio también puede 3) mostrarse no sólo como medio y como emisor, sino como objeto de la comunicación (el medio en el mensaje, por parafrasear a McLuhan), representarse y encarecerse a sí mismo y mostrarse como titular de intereses –legítimos- tanto en nosotros como receptores como en los anunciantes. Las dos primeras situaciones ideales suponen que el medio se ausenta como tal, es decir, está presente pero hace como si no estuviera (tan sólo por la mosca, que desaparece, eso sí, durante los bloques publicitarios). La tercera supone que el medio se manifiesta, se hace presente, adquiere protagonismo. Todos los medios recurren a esa práctica, que incluso está regulada en algunos de ellos, pero qué duda cabe que la apertura del mercado de la comunicación a operadores privados, y el aumento consiguiente de la oferta, es un acicate para esa autorreferencia promocional del medio . 1.3. Hipótesis de la investigación Esta investigación ha partido de un estudio seminal sobre la autorreferencia en la prensa local alicantina (De Lara, 2010) y avanza ampliando miras tanto en cuanto a cobertura mediática (ámbito nacional) como a medios analizados (no sólo prensa, sino también radio y televisión). Aquí nos limitamos a plantear la cuestión general de la autorrefererencia en los medios y en el medio televisivo en particular, y mostramos y analizamos los resultados obtenidos para los registros de las cadenas de televisión generalistas seleccionadas, pero el presente estudio se complementa con resultados que apuntan en la misma ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 5 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 dirección, relativos a prensa y radio y todavía inéditos. Para esta investigación hemos partido de las siguientes hipótesis, que desglosamos en generales y específicas: 1.3.1. Hipótesis generales La autorreferencia es un fenómeno mediático de un alcance y de una trascendencia, en tiempo y en espacio, muy superior al interés que ha merecido tanto en los estudios académicos como en los estudios profesionales sobre análisis de contenido de los medios. 2. La autorreferencia no atañe sólo a los espacios autopublicitarios, explícitamente promocionales, del propio medio, sino que se introduce de formas muy variadas en el propio contenido “programático”, “editorial”, de los medios (del mismo modo en que la publicidad de anunciantes ajenos al medio ha sabido ocupar no sólo espacios publicitarios declarados, sino introducirse también en los programas, criterio que, entre otros, está en la base de la diferencia entre publicidad above y below the line). 1. 1.3.2. Hipótesis específicas La televisión es un medio de masas clave para analizar la presencia de la autorreferencia: a pesar de que pierde peso relativo en su competencia con otras pantallas y otros dispositivos, sigue manteniendo una posición hegemónica como suministrador de información y ocio domésticos (penetración del 88.1, más del doble que Internet, y 230 minutos por persona y día según datos de la EGM disponibles previos a la muestra: Año móvil abril 2010-marzo 2011)1. 2. La televisión exige un abordaje específico para analizar la autorreferencia, porque posee rasgos distintivos: su carácter de medio de flujo (frente a la prensa, por ejemplo), la planificación de dicho flujo en un macromontaje discursivo que desborda ampliamente la noción de programa y de género, la competencia entre cadenas y la necesidad de exhibir y/o referirse constantemente a la marca de la propia, la importancia de los killer formats que atraviesan toda la programación y sirven como nexo unificador de la misma… 3. La televisión practica la estrategia de trasladar la autorreferencia desde los formatos declaradamente autopublicitarios (promos, cortinillas, caretas, sintonías) a recursos de autorreferencia inserta en los propios programas, en el propio contenido (menciones, citas, imágenes de 1. 1 El estudio disponible inmediatamente posterior a la muestra (año móvil octubre de 2010-mayo de 2011) mantiene esos números con ligeras variaciones al alza: 88.4 de penetración de la televisión, 234 minutos de media por espectador y día. ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 6 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 archivo, conexiones al hilo del programa que estamos viendo), una autopublicidad encubierta pero no menos efectiva. 4. La centralidad de la empresa televisiva y de las cadenas en concreto objeto de nuestro estudio (TVE1, Telecinco, Antena 3)2 en el seno de los conglomerados multimedia en los que participan (para los casos que nos ocupan: TVE1 en la Corporación Radiotelevisión Española S.A., Telecinco en el grupo Mediaset España Comunicación, Antena 3 en el Grupo Planeta), así como el escenario abierto por la implantación de la TDT y su oferta de cadenas (muchas de ellas arracimadas bajo la misma matriz empresarial, aunque diferenciadas programáticamente y en cuanto a la identidad y corporativa), convierte a estas cadenas en un campo de pruebas óptimo para apreciar la magnitud de la autorreferencia cruzada con otras cadenas y otros medios de los grupos respectivos, es decir: las sinergias promocionales de las que las cadenas estudiadas son núcleo o pivote fundamental. 2. La autorreferencia en televisión: marco teórico específico Para centrar el fenómeno de la autorreferencia en televisión, sin duda el marco teórico más pertinente es el que describe, analiza y evalúa el paso de una paleotelevisión a una neotelevisión. Los rasgos definitorios de la neotelevisión, apuntados por Umberto Eco a principios de los ochenta (Eco, 1986: 200-223), habían sido anticipados en un trabajo de Raymond Williams de mediados de los setenta (2011 [1974]). Williams, que no utiliza el término “neotelevisión” pero la caracteriza de manera premonitoria, ya apuntaba que una de las formas innovadoras de la televisión era la propia televisión, devenida verdadero topic del mensaje, dada la presencia imponente de los modos de la realización televisiva y de las convenciones del medio en la transmisión de contenidos tenidos por independientes de su retransmisión (2011: 103). Vale la pena recordar la argumentación de Williams. El autor se proponía desmontar el prejuicio crítico según el cual la televisión (o la radio, antes) estaría constituida por programas que se suceden y que corresponderían a géneros bien caracterizados por la tradición sea periodística, literaria (el “programa” de las representaciones teatrales o del music-hall) y más tarde propios de la radio-teledifusión. Ahora bien, lo interesante de la hipótesis de Williams no es tanto la segunda parte, subsidiaria al fin y al cabo –la revocación 2 El orden refleja la posición en el share según el último Estudio General de Medios disponible antes de la toma de la muestra (año móvil abril de 2010-marzo de 2011): TVE1 (20.5%), T5 (17%) y A3 (13.9%). La última oleada del EGM publicada antes de cerrar este trabajo (año móvil octubre de 2010-mayo de 2011) mantenía las posiciones: TVE1 (20.3%), T5 (16.7%) y A3 (13.7%). El ligero descenso de las tres primeras quizá pueda explicarse por el aumento de las temáticas de la TDT (que pasaron del 11.7% al 13.6% en ese mismo periodo). TVE1 mantiene la primera posición desde 2009, tras un periodo largo de hegemonía de las privadas (T5 en 2004 y 2008 y A3 entre 2005 y 2007, según datos de la EGM). ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 7 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 de la cuestión de los géneros, que ahora todo el mundo suscribe inmediatamente, al tiempo que proliferan los estudios sobre la hibridación, el sincretismo, los programas contenedor- sino la auténtica ruptura teórica en aquel momento: en pocas palabras, que la televisión, a pesar de lo que nos hacen pensar los avances de programación publicados en periódicos y revistas y más recientemente en el propio teletexto en pantalla, no está formada por programas. Por una costumbre que se remonta a los orígenes del medio televisivo tendemos a pensar que los programas forman unidades cerradas, completas, separadas por intervalos bien señalizados, y sin embargo esa impresión es falsa, acaso imputable precisamente a la titulación y a la sinopsis del registro escrito de la programación tal y como aparece publicado. La verdadera organización característica de la televisión es el flujo planificado, y ésta es la única que puede definir la radiodifusión al tiempo como tecnología y como forma cultural (2011: 115-126). Por un lado -razona Williams- está la experiencia común del televidente, que suele emplear la expresión “ver la televisión” (u “oír la radio”), evidenciando así que entiende la acción como un todo general y no específico. Pero por otro, y más decisivo, está lo que revela el estudio minucioso de los fragmentos televisivos: un “programa” a la antigua –un telefilme, el episodio de una teleserie, por ejemplo- es interrumpido constantemente, en intervalos cada vez más breves conforme se acerca a su desenlace, no sólo por inserciones publicitarias, sino también por avances impactantes de los programas por venir, sea de forma inmediata o en las próximas horas o días. Entre el programa presente y las interrupciones de diverso tipo se producen resonancias muy variadas que subtienden la programación “declarada”, pero que no son en absoluto casuales, que no están menos planificadas que ésta. Lo importante, en todo caso, es capturar al televidente al inicio de la programación de máxima audiencia e ingeniárselas para suscitar la expectativa de una secuencia, interrumpida pero prolongable, en la convicción –tantas veces frustrada por la voluntad del espectador- de que se mantendrá fiel a esa cadena: “fidelizarlo” en definitiva3. La dinámica de los flujos sin duda fue favorecida por la ampliación del horario de emisión, la proliferación de cadenas comerciales en situación de competencia feroz, la dependencia de las inserciones publicitarias y la generalización del mando a distancia. Todo ello llevaba a Williams a proponer sustituir la obsoleta noción de programación ordenada por géneros y contenidos y caracterizada por la discontinuidad, por la fértil noción de flujo planificado de imágenes y de sensaciones, donde priman en cambio las 3 Williams estudió pormenorizadamente la articulación del flujo en los informativos de varias cadenas británicas y norteamericanas, no sólo en la secuencia de noticias-publicidad-noticiasavances de la cadena-noticias, etc., sino dentro de cada una de éstas (secuencia de noticias, de anuncios, de avances), describiendo convincentemente los hilos más o menos sutiles que pespunteaban los fragmentos de palabras e imágenes (2011:127-151). Es esta experiencia del “flujo” la que escapa -en tiempos de Williams, pero hoy día nos tememos que también- tanto al crítico de televisión como al sociólogo de la comunicación, que siguen haciendo recensiones o análisis relativos a programas (esta telecomedia o aquel concurso o tal documental). ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 8 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 nociones de ritmo, de velocidad y aceleración/ralentización, de variedad en la continuidad sin puntos y casi sin comas. Algo más de una década después del estudio de Williams, la autorreferencialidad televisiva fue objeto de atención en España por Jesús González Requena, quien la consideraba una de los corolarios ineludibles de la entronización, en la televisión, de un contexto espectacular (más que uno referencial), de la función fática que domina el discurso televisivo, de la apelación o, directamente, la mostración de un espacio off heterogéneo (la tramoya escenográfica de los programas: cámaras, grúas, el backstage), de ciertos tipos de programas que no conceden lugar al contexto referencial, al constituirse en “universos espectaculares cerrados indemnes a cualquier relación con una realidad extracomunicativa”, como los concursos, los musicales y –añadiríamos hoy- ese macrogénero que hoy llamaríamos realityshow y que más propiamente podríamos llamar docu-game (Gónzalez Requena, 1988: 96-97). Dice el autor: “No sólo los programas se remiten unos a otros en un denso tejido de citas internas, no sólo los contenidos de la información social y política tienden a convertirse en acontecimientos televisivos […], sino que […] las horas de máxima audiencia televisiva (la cena y la sobremesa) son ocupados por segmentos, de cada vez mayor duración, que tienen por único objeto publicitar los programas que serán ofrecidos a lo largo de la semana. Es este un fenómeno que, por su contundencia, debe ser analizado en su literalidad: en el tiempo potencialmente más intenso de la emisión televisiva – aquel en que la comunicación podría ser más eficaz cuantitativa y cualitativamente- no se ofrece información alguna sobre el mundo sino, tan sólo, sobre la propia televisión constituida en referente –espectacularabsoluto” (ibid., cursivas en el original). La dicotomía paleo-neotelevisión se afinó y prolongó con términos más recientes, como metatelevisión (Olson, 1987; Carlón, 2006: 28-29 y 279-299) o postelevisión (Missika, 2006; Imbert, 2007) que, lejos de discutir o relativizar los rasgos aquí apuntados sobre la autorreferencia televisiva, los enfatizaban: sin poner en cuestión la evolución paleo-neo, los recientes análisis destacan el nuevo panorama de convivencia polémica o sinérgica, según los casos y las coyunturas, entre las clásicas cadenas hertzianas, públicas o privadas, las cadenas por cable o satélite, los canales premium y las plataformas digitales, que abren un abanico de opciones desconocido y unas formas de acceso a los contenidos televisivos (y no sólo de recepción en el ámbito de la cobertura de la señal) inéditas. Y apuntan que la inicial tendencia neotelevisiva a balancear la exhibición egolátrica de la televisión con el “convite” a los públicos para que participaran (la “era del espectador”: Lacalle, 2001, Rodríguez Ferrándiz, 2001: 161-182) ha sido desplazada por una atención exclusiva hacia el propio medio: del vecino de al lado al programa o a la cadena de al lado (Tous, 2011: 71-77)4. 4 De manera que la programación televisiva en su conjunto no sólo es un macrotexto o un supertexto (Jensen, 1997) que responde a una voluntad de pertinencia y coherencia digamos, ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 9 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 Pues bien, esa egolatría que sugirieron los teóricos de la televisión, desde el estudio seminal de Williams, pasando por Umberto Eco (1986), Eliseo Verón (1983), Francesco Casetti (1988, 1994, Casetti y Odin, 1998), Jesús González Requena (1988), entre otros, es un componente esencial de lo que aquí consideramos como autorreferencia. La autorreferencia en televisión, o en cualquier medio de comunicación de masas, puede calificarse como enunciación enunciada: el medio cada vez menos refiere cosas del mundo exterior, sujetos, procesos o acciones que tienen su sede en una realidad digamos “extramediática”, y cada vez más tiende a reflejarse a sí mismo, es decir, hacer de su propio decir la sustancia de lo dicho, hacer del quién habla el contenido del qué dice. Y ello empleando diversas estrategias, que son las que pormenorizamos y cuantificamos más abajo. La cuestión es que en nuestro país no había datos empíricos sobre el peso relativo de esta autorreferencia sobre el conjunto de las emisiones. Sí hay estudios cualitativos, en cambio, sobre la gestión de la continuidad en el medio televisivo español, es decir, en las estrategias de las cadenas para crear, mantener y en su caso modificar una identidad y una imagen corporativas, una marca televisiva. Pero se trata de estudios basados en entrevistas en profundidad a los responsables de las cadenas encargados de esa continuidad (González Oñate y Fanful Peyró, 2009)5, o estudios sobre el diseño mismo de la marca, de la imagen corporativa de la cadena (Costa, 2005), o estudios profesionales sobre inversión publicitaria en televisión, que se encuentran en sus análisis de contenido con esos formatos “autopublicitarios” que han de hacer constar pero que parecen tener escasa trascendencia económica. Los precedentes más directos de nuestro estudio sobre la autorreferencia televisiva están en el extranjero y son, por un lado, el ya mencionado estudio pionero de Williams, desarrollado durante la semana del 3 al 9 de marzo de transprogramática (la experiencia del flujo), sino que –como decía Jakobson que constituía la particularidad de la función poética del lenguaje- abate el eje paradigmático (el de las selecciones, entre cadenas en este caso) sobre el sintagmático (el de las combinaciones efectivas de programas en una cadena). De ahí la sensación de uniformidad de la programación televisiva entre cadenas rivales, el déjà vu que acomete al espectador: las cadenas componen sus flujos planificados citando y parodiando tanto a sí mismas como a otras cadenas. 5 El estudio de González y Fanjul atiende a los segmentos de continuidad marcados como tales, a los formatos promocionales de las cadenas, al margen de la programación (mosca, cabeceras de programas y copyright final, sintonía corporativa, spot de imagen de la cadena y autopromoción de programas concretos). Aluden sin embargo a otros elementos de continuidad, como los informativos en particular, responsables sin duda de contribuir a la cohesión de la marca y transmitir, a través de los presentadores, la iluminación, los decorados, la imagen de la cadena, pero en ningún caso inquieren o sugieren en sus entrevistas algo relativo a la función autorreferencial de los contenidos de los programas en sí, en su labor de cita, comentario, presentación o prescripción de otros programas de la cadena. ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 10 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 1973 y centrado en cinco cadenas televisivas6. Pero también hemos de considerar el que han realizado mucho más recientemente Pühringer y Siegert y se recoge en la recopilación a cargo de Nöth y Bishara (2007: 195-204)7. Los resultados del estudio de Williams y de los dos presentados por Pühringer y Siegert no son en rigor comparables (se trata de cadenas, países y épocas distintas), así como las metodologías empleadas y la forma de presentar los resultados. Sólo podemos apuntar que Williams cifra el peso de la autopublicidad entre el 1 y el 1.5% del total del tiempo de emisión, mientras Pühringer y Siegert no ofrecen datos de tiempo ocupado sobre el total de las emisiones, aunque sí significativos aumentos de los ítems autorreferentes por hora de emisión. En cualquier caso, la diferencia esencial con respecto a nuestro estudio es el hecho de que tanto Williams como las autoras citadas toman en consideración solamente los formatos publicitarios promocionales (los house ads de las distintas cadenas). Ahora bien, no estudian la autorreferencia contenida en los programas mismos, ínsita en los contenidos, que es el aporte fundamental de este estudio. Consideramos que un estudio académico que tiene como objeto la autorreferencia no puede descuidar todas aquellas fórmulas que –se pague o no por ellas, se cobren o se dejen de cobrar- convierten al propio medio en objeto de la comunicación. Y tampoco puede descuidar aquellas otras fórmulas en las que el medio publicita a empresas de comunicación de su grupo. Pühringer y Siegert clasifican los house ads (repetimos: su único interés) entre aquellos with program reference y aquellos without program reference, es decir, entre promos que apuntan a un programa en concreto y promos que no lo hacen (lo que se llama en otros estudios selfpromotion y ownerpromotion). Dentro de los primeros distinguen entre 1) teaser (se trata de referencias al programa inmediato, que aparecen antes y después de los bloques publicitarios); 2) teaser in split screen (promos de próximos programas en pantalla partida, habitualmente durante los títulos de crédito del programa que está finalizando, o como voz over); 3) episode or serial trailer (promos de próximos episodios de series); 4) traditional program announcement (separado del programa en cuestión); 5) trailer (sustituto en buena medida del anterior y con un formato diferente) y 6) horizontal trailer (resumen de lo que se podrá ver en la próxima semana o mes relativo a un género: series o películas, etc.). En 6 Se trató de tres británicas (BBC1 y BBC2, públicas, e IBA Anglia, privada) y dos norteamericanas (KQED de San Francisco, pública, y Canal 7 (ABC), también de San Francisco). 7 Las autoras analizaron, en un primer estudio realizado entre 1999 y 2000, cinco cadenas (dos austríacas y tres alemanas, de las cuales tres públicas y dos privadas). Grabaron 24 horas seguidas de las cinco en dos muestras, una de un día entresemana y otra de un día de fin de semana, en total 240 horas de grabación. En un segundo estudio, efectuado en 2005, grabaron 250 horas de ocho cadenas suizas (cuatro públicas y cuatro privadas). No se explicitan los días concretos en que se realizaron las grabaciones, ni se evalúa su representatividad. ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 11 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 cuanto a los formatos de la ownerpromotion, tenemos: 1) passage (separa el programa de los anuncios antes y después de los bloques publicitarios, vendrían a ser cortinillas de la cadena); 2) station promos (imagen corporativa de la cadena en un formato más largo), 3) merchandising spots (publicidad de productos o servicios comercializados por la cadena); 4) event advertising (publicidad de acontecimientos -culturales o deportivos habitualmenteorganizados o co-organizados por la cadena) y 5) consumer invitation (invitación a la participación del telespectador con llamadas o visitas a la página web de la cadena). La clasificación mezcla criterios formales con otros diacrónicos y los tipos no resultan del todo perfilados, además no se citan ejemplos que puedan aclarar su alcance. En cualquier caso, y con independencia de la tipología, las autoras contabilizan 1.365 unidades de autorreferencia en el estudio de 1999-2000 y 2.713 en el estudio de 2005, lo cual habla de una saturación de 5.7 unidades autorreferentes por hora analizada en el primer caso y de 10.3 en el segundo. Como se verá, nuestro estudio de 2011 arroja unos datos congruentes con estos, y que vienen a confirmar la continuidad de esta progresión aritmética: en ítems detectados, la ocupación autorreferente se sitúa en nuestro estudio en un rango entre los 14.6 y los 16.7 registros por hora de emisión de media. 3. Metodología La metodología utilizada en la investigación consiste en un análisis de contenido realizado sobre 24 horas de grabaciones de las tres cadenas de televisión con más audiencia en España: TVE1, Tele 5 y Antena 38 con el objetivo de analizar de forma comparada el total de contenidos autorreferentes emitidos a lo largo de un día, concretamente el viernes 15 de abril de 2011. El estudio tiene en cuenta tanto aspectos cuantitativos como cualitativos de los contenidos autorreferentes detectados. De esta manera, no solo se ha contabilizado el total de minutos que las cadenas dedican a referirse a ellas mismas, sino que también se han tenido en cuenta otros parámetros como el objeto concreto de dicha autorreferencia, el formato utilizado o si ésta se encontraba formando parte de la propia programación o de las pausas comerciales. Los resultados aportan datos que demuestran la presencia masiva de la autorreferencia, mucho más allá de los números que manejan otros estudios académicos o profesionales. Y se complementa con investigaciones paralelas que aplican esta misma metodología a la radio y a la prensa en investigaciones paralelas. En concreto en el presente estudio se han detectado entre 350 y 400 items por cadena a lo largo de las 24 horas registradas. La autorreferencia se manifiesta unas 15 veces por hora de media en cada cadena, lo que a su vez 8 Mencionadas de mayor a menor audiencia según Resumen General de Medios, marzo 2011 (AIMC). ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 12 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 supone una vez cada 4 minutos de emisión. La muestra recogida es consistente y representativa del peso que las cadenas destinan a hablar sobre sí mismas, sobre sus programas y sobre otras empresas que también forman parte de su grupo empresarial. La ficha-cuestionario utilizada en el análisis de la muestra seleccionada tiene en cuenta los siguientes parámetros. ►El contenido autorreferente insertado dentro y fuera de la programación. Hemos considerado relevante tener en cuenta si los contenidos autopromocionales estaban más presentes en los bloques dedicados a emitir publicidad o si, por el contrario, formaban parte de la propia programación, convertidos en un contenido más de la cadena. ►Hora de inicio y fin de la autorreferencia. Tener en cuenta el momento exacto que ocupa el contenido autorreferente nos permite conocer a posteriori si el grado de autorreferencia es mayor durante las franjas horarias que ocupan el prime time o no. ►Objeto de la autorreferencia. Este factor se refiere al contenido concreto al que se está haciendo alusión y nos permite conocer, por ejemplo, qué programa es el que en cada cadena genera un mayor trasvase de contenidos. ► El tipo de autorreferencia. A la hora de estudiar los contenidos propios de la cadena, hemos establecido diferentes grados de autorreferencia, dando lugar a círculos concéntricos de menor a mayor radio: ▪ Autorreferencia de tipo 1: cuando el programa muestra o habla de sí mismo, por ejemplo, recurriendo a otras emisiones de días pasados. ▪ Autorreferencia de tipo 2: cuando el programa hace referencia a contenidos propios de otros programas de la cadena. ▪ Autorreferencia de tipo 3: cuando se refiere a la cadena en términos generales. ▪ Autorreferencia de tipo 4: apartado en el que se han incluido los casos de autorreferencia que no tienen cabida en los casos anteriores, especialmente aquellos en los que se hace alusión a otros medios de comunicación o empresas del mismo grupo de comunicación. ► Formatos. Hemos creído conveniente registrar las diferentes formas que adoptan los contenidos propios en cada cadena para comprobar si prima la utilización de imágenes de archivo, si las referencias propias se realizan en directo a través de menciones o si, por el contrario, priman las cabeceras de entrada y salida y las cortinillas corporativas. De esta manera, los doce formatos utilizados por los canales para autopublicitarse, ya sea dentro de lo programas o en los bloques publicitarios, se explican a continuación. Tipología autorreferente fuera de la programación: ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 13 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 - Spot convencional: mensaje producido por la propia cadena con una duración que ronda entre los 10 y los 30 segundos (Castelló, 2004: 8082). En esta ocasión el contenido del mensaje no promociona a una marca o empresa ajena a la cadena, sino, por ejemplo, un libro que pertenece a una editorial del mismo grupo que la televisión analizada. - Promoción de programa: a modo de avance, la cadena elabora una espacio promocionando a un programa, película, serie o telenovela determinado, con duración aproximada a la del spot convencional. - Promoción de la cadena: sigue las mismas características que la promoción de programa, pero en esta ocasión el contenido versa sobre la propia cadena, sobre la marca en general, y no sobre un contenido determinado de la misma. - Patrocinio: acción publicitaria a través de la cual una empresa (el patrocinador) se responsabiliza mediante un acuerdo de la financiación de una actividad a cambio de la mención de su colaboración (Gutiérrez González, 2005: 219). Este formato predomina en los bloques publicitarios, pero también se han registrado ejemplos en los que se utiliza la fórmula del patrocinio en los propios programas, aunque con mucha menos frecuencia. Tipología autorreferente dentro de la programación: - Mención: durante la emisión de un contenido editorial se nombra a una determinada marca o empresa. - Infografía: sobreimpresión que carece de audio y de movimiento autónomo y que aparece durante la emisión de un programa de la cadena. (Martínez Sáez, 2009: 7). - Imágenes de archivo: contenidos editoriales emitidos en un momento pasado por una cadena y que esta misma u otra reutiliza en el programa actual. - Concurso: tipo de promoción en la que la empresa o la misma cadena ofrece un premio a aquel telespectador que demuestre tener cierta habilidad o coner ciertos contenidos. - Colocación de producto o product placement: consiste en disponer un producto de consumo integrado en un guión televisivo o cinematográfico sin que las escenas pierdan naturalidad. (Gutiérrez González, 2005: 257). En esta ocasión es el propio programa el que inserta referencias a productos generados por el grupo editorial, a otros programas de la misma cadena o a la cadena en general, en el transcurso del guión. - Cortinilla: identificativo de la cadena o el programa que sirve de enlace entre un programa y un bloque publicitario o entre dos secciones de un mismo programa. Su duración aproximada es de 2-3 segundos. ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 14 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 - Careta de entrada y de salida: espacio fijo en el inicio y final de un programa de radio o televisión que presenta o despide a dicho contenido (Gutiérrez González, 2005 :51) Cabe señalar que hemos prescindido del tiempo dedicado a los logotipos y manchetas que aparecen de forma continuada durante los contenidos editoriales de las cadenas, ya que de lo contrario el tiempo autorreferencial registrado superaría las 24 horas diarias. En multitud de ocasiones los logotipos y el resto de formatos aparecen a la vez generando dobles casos de autopublicidad en un mismo espacio temporal. 4. Resultados 4.1. Tiempo dedicado al contenido autorreferente por cadenas De las tres cadenas analizadas, Tele 5 es la que más explota la autorreferencia con más de 5 horas diarias. Antena 3 emite casi 2 horas al día y TVE más 3 horas diarias de autocontenidos. Los datos corroboran nuestra intuición inicial sobre que Tele 5 es de los tres canales el que más explota los contenidos propios, sin embargo, el total de tiempo contabilizado en el caso de esta cadena sí supera nuestras previsiones: más de la cuarta parte del material emitido al día alude al propio canal y a sus programas. 05:27:44 06:00:00 04:48:00 03:39:10 03:36:00 02:24:00 01:53:17 01:12:00 00:00:00 ANTENA 3 TELE 5 TVE1 Gráfico 1. Tiempo dedicado al contenido autorreferente Hay que tener en cuenta que la nueva Ley Audiovisual9 limita el tiempo de emisión de publicidad diaria a 19 minutos por hora repartidos de la siguiente 9 Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de la Comunicación Audiovisual. disponible en http://www.boe.es/boe/dias/2010/04/01/pdfs/BOE-A-2010-5292.pdf Fecha de consulta: septiembre de 2011 ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 15 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 manera: 12 minutos máximos de publicidad convencional, 5 para la autopromoción y 2 para la telepromoción. Es decir, cada cadena puede dedicar al día a los contenidos autopromocionales un total de 120 minutos. Según nuestro estudio, Antena 3 se mantiene dentro de la normativa dedicando menos de dos horas a autopublicitarse, pero TVE y Tele 5 superan ampliamente el tiempo límite estipulado: TVE1 los sobrepasa en 1,5 horas y Tele 5 en casi 3,5 horas. 4.2. Tiempo autorreferente emitido fuera y dentro de la programación A continuación se analiza la cantidad de autopublicidad que cada cadena emite, diferenciando entre aquella insertada en la programación y la que forma parte de los bloques publicitarios. Los minutos de autopublicidad emitidos fuera de los programas, es decir, durante los bloques publicitarios convencionales, presentan cifras similares en las tres cadenas: 00:47:49 en el caso de Antena; 00:55:29 en Tele 5 y 01:15:05 cuando se trata de TVE1. Sin embargo, las cifras sí son dispares entre las cadenas analizadas cuando se trata de los minutos de autorreferencia localizados dentro de los bloques de contenido editorial. De nuevo el caso de Tele 5 es el que presenta cifras más sorprendentes: la cadena dedica más de 4 horas y media de su programación a contenidos propios. Antena 3 destina poco más de 1 hora y TVE1 ronda las 2 horas y media. 06:00:00 04:48:00 03:36:00 04:32:15 02:24:05 02:24:00 DENTRO DE PROGRAMA FUERA DE PROGRAMA 01:03:23 01:12:00 00:47:49 00:55:29 01:15:05 00:00:00 ANTENA 3 TELE 5 TVE1 Gráfico 2. Tiempo autorreferente insertado fuera y dentro de la programación ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 16 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 Autorref. dentro de programas Autorref. fuera de programas Antena 3 57,7% 42,3% Tele 5 83,1% 16,9% TVE1 66,8% 34,2% Tabla 1. % autorreferente dentro y fuera de programas sobre el total El caso de Tele 5 es, por lo tanto, el que presenta un mayor desequilibrio entre la proporción de autorreferencia emitida dentro del tiempo dedicado a los programas, que representa más de un 83% sobre el total de contenido autorreferente, frente al escaso 17% detectado en los bloques publicitarios. En esta cadena el grado de redundancia entre los propios programas es muy elevado y, en consecuencia, gran parte de la programación emitida gira en torno a los mismos temas: contenidos del propio programa emitidos una y otra vez los días siguientes de ese mismo programa y que, a su vez, son reutilizados por otros programas con horario de emisión distinto. Algo que ocurre, sobre todo, en los programas de la llamada prensa rosa o del corazón. El hecho de que TVE1 también concentre buena parte de la autorreferencia que emite dentro de los bloques editoriales (66,8% frente al 34,2%) cuenta con una doble lectura: por una parte sorprende el dato, teniendo en cuenta que la totalidad de la publicidad que emite fuera de los programas también es propia. El nuevo Proyecto de Ley de financiación de RTVE obliga a la cadena a que desde el pasado 1 de enero de 2010 renuncie a contenidos de pago y a la emisión de publicidad retribuida10. Por lo tanto, lo lógico sería que ahora la cadena concentrara toda su autopublicidad fuera de los programas, para contrarrestar el espacio que antes ocupaba la publicidad convencional. No obstante también cabe la posibilidad de que al no poder concentrar más autopublicidad de la que ya emite fuera de los bloques editoriales por motivos de saturación, ya que ésta no queda diluida entre los spots convencionales como sí ocurre en las otras dos cadenas, necesita completar su dosis autorreferencial recurriendo a los bloques editoriales. Antena 3 muestra cifras similares entre la autorreferencia que inserta en su programación y la que forma parte de los bloques de publicidad, aunque, como sus cadenas competidoras, también cuenta con algo más de tiempo dedicado a referirse a sí misma y a sus contenidos a través de sus propios programas: 47 minutos fuera de programa, frente a algo más de 1 hora de contenidos autorreferentes insertados en la programación. En términos porcentuales sobre 10 Boletín Oficial de las Cortes Generales. Congreso de los Diputados. Proyecto de Ley de Financiación de la Corporación de Radio Televisión Española, recuperado de http://www.congreso.es/public_oficiales/L9/CONG/BOCG/A/A_027-01.PDF el 15 de agosto de 2011. ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 17 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 el total de autorreferencia emitida: 57,7% dentro de los programas, frente al 42,3% en las pausas comerciales. 4.3. Autorreferencia fuera de programas sobre el total de publicidad Los minutos de contenido autorreferentes emitidos en los bloques publicitarios contabilizan mucho menos tiempo que los que se insertan en los programas editoriales, como se aprecia en el gráfico 3. De las tres cadenas Antena 3 es la que cuenta con más tiempo autorreferente insertado fuera de los programas (11;27 respecto al total de tiempo entre bloques); seguida de Tele 5 (8% de nuevo respecto al total entre bloques). A excepción de TVE1 y, a continuación, el caso especial de TVE1, donde observamos que el tiempo dedicado a los cortes publicitarios coincide con la autorreferencia contabilizada fuera de programas, puesto que la totalidad de contenido emitido en las pausas es propio. 100 11,27 8 80 60 40 88,73 92 100 FUERA DE PROGRAMA TOTAL PUBLICIDAD 20 0 0 ANTENA 3 TELE 5 TVE1 Gráfico 3. Autorreferencia fuera de la programación sobre el total de publicidad La autorreferencia de Antena 3 contabilizada en los bloques publicitarios es la mayor de las tres cadenas y representa el 11,27% del total de publicidad estandar entre programas. Respecto a la franja más ocupada por autopublicidad fuera de programa en este caso, el horario central o ‘prime time’ contabiliza un total de 11 minutos, mientras que, por ejemplo, la franja que ocupa de las 12:30 a las 15:30 suma más de 13 minutos. Es decir, al contrario que en el caso de su competidora, esta cadena distribuye los contenidos autorreferentes de una forma mucho más homogénea a lo largo del día, en lugar de concentrar los contenidos propios en los bloques publicitarios que ocupan el horario central. De la totalidad de tiempo que dedica Tele 5 a emitir publicidad en sus pausas comerciales, tan solo el 8% es autopublicidad. Es decir, el volumen de ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 18 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 publicidad propia en los espacios publicitarios no genera un alto grado de saturación en los bloques publicitarios que contratan sus clientes.Si atendemos a las franjas horarias, descubrimos que el total de autorreferencia fuera de la programación registrado en Tele 5 es mayor en horario prime time: entre las 20:30 y las 23:30 horas se contabilizan más de 11 minutos de contenido propio, mientras que, por ejemplo, en la franja que va de las 12:30 a las 15:30 horas, se contabilizan menos de 6 minutos. Es decir, la cadena concibe su propia publicidad como algo prioritario y no la utiliza para completar bloques publicitarios de otras franjas más despoblados de publicidad convencional. 4.4. Autorreferencia en contenido editorial sobre la programación La tabla 2 recoge las cantidades totales (en minutos) de los diferentes tipos de contenidos que constituyen la emisión total de las cadenas. Se diferencia entre contenido editorial (al que se le ha restado el total de autorreferencia contabilizado dentro de los programas), contenido publicitario (al que se le ha restado la autorreferencia contabilizada fuera de los programas) y, por último, el total de minutos y su correspondiente peso porcentual sobre el conjunto de autorreferencia (separada entre la registrada fuera y dentro de los programas). Cadena TVE1 Tele 5 Antena 3 Tipo de contenido (hrs./%) Cont. Editorial 17,95 75% 10,05 42% 16,02 67% 0 0% 3,97 16% 5,08 21% 3,65 15% 5,45 23% 1,85 8% 2,4 10% 4,53 19% 1,05 4% 24 100% 24 100% 24 100% (Sin autorref.) Cont.Publicitario (Sin autorref.) Cont. Autorref. programa fuera de Cont. Autorref. programa dentro de Total Nota: Las cantidades están representadas en minutos y se ha prescindido de los decimales. Tabla 2. Distribución de contenidos Si analizamos el total de contenido autorreferente que se inserta en los programas relacionándolo con el total de tiempo dedicado a la programación (incluida la autorreferencia emitida dentro de los propios programas), observamos que de nuevo Tele 5 presenta cifras más dispares que las ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 19 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 mostradas por sus competidoras: 18,5% de material propio en los programas respecto al total de contenido editorial, seguida de TVE1 con un 9,4% respecto al total y, en última posición, Antena 3, con el porcentaje más bajo: 5,1%. El caso de Tele 5 merece especial atención ya que casi una quinta parte del contenido editorial que se emite consiste en material que alude a la propia cadena, o lo que es lo mismo: de cada 6 minutos de programación, 1 es autorreferente. 100% 5,1 18,5 90% 9,4 80% 70% 60% 50% 94,9 81,5 40% 90,6 DENTRO PROGRAMA TOTAL CONT EDITORIAL 30% 20% 10% 0% ANTENA 3 TELE 5 TVE1 Gráfico 4. Autorreferencia dentro de programas sobre el total de cont. editorial Según lo expuesto consideramos que el porcentaje diario de casi el 20% de autorreferencia emitida por Tele 5 dentro de su propia programación resulta excesivo. Si sumamos los 12 minutos máximos por hora que la Ley permite emitir a las cadenas de publicidad convencional a los 5 también por hora que permite como máximo dedicar a la autopublicidad, obtenemos un total de 17 minutos por hora de publicidad máxima permitida: 6,8 horas diarias. Sin embargo, si a las horas de publicidad estándar que ha emitido Tele 5 durante el día registrado (alrededor de 4 horas11) le añadimos las también más de 4 horas de autorreferencia dentro de los programas ya comentadas en el gráfico 2 (en concreto 04:32:15) y la hora (00:55:29) de autorreferencia contabilizada en los bloques publicitarios, obtenemos un total de publicidad general de más de 9 horas. El montante de tiempo persuasivo supera ampliamente el límite 11 Datos facilitados por la empresa Arce Media (compañía de investigación de medios dedicada al control de la actividad publicitaria) sobre la publicidad emitida en las tres cadenas estudiadas el viernes 15 de abril de 2011. La empresa contabiliza los minutos de publicidad estándar, es decir, aquella que genera un beneficio económico al medio, pero no contabiliza los minutos autorreferentes. Arce Media es una. ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 20 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 estipulado. Además, sorprende que la cadena dedique prácticamente el mismo tiempo a los cortes publicitarios que a la autorreferencia dentro de los programas. Pero Tele 5 no es la única que suspende en cuanto al tiempo que dedica a la promoción propia en términos generales. En la cadena pública, de cada 10 minutos de contenido editorial emitido, 1 es autorreferente. La proporción es prácticamente la mitad en términos porcentuales (9% de autorreferencia respecto al total de contenido editorial) si la comparamos con Tele 5, pero no deja de ser un porcentaje que merece la pena considerar. Si tenemos en cuenta que en TVE1 los bloques entre programas dedican su contenido inevitablemente a hablar de la propia cadena y su programación, sumar a este tiempo más minutos puede resultar contraproducente. Por ejemplo, el hecho de producir cabeceras de entrada y salida de los programas de larga duración (por ejemplo la careta de entrada de la serie ‘Amar en tiempos revueltos’ tiene más de un minuto y 20 segundos de duración y la de salida más de un minuto y 30 segundos), puede romper el ritmo general de la emisión y hacer decaer el interés del espectador. El caso de Antena 3 se muestra mucho más moderado en sus proporciones al compararlo con sus competidoras: de cada 20 minutos de programación, 1 es autorreferente. Al emitir la mayor parte de su contenido autopromocional en los bloques publicitarios y dejar una proporción mucho menor para los contenidos editoriales, la cadena actúa de una forma más honesta hacia sus televidentes, quienes no encuentran un alto porcentaje de publicidad (aunque se trate de autopublicidad) en los bloques no dedicados a tal fin. 4.5. Tipos de autorreferencia según los niveles establecidos Como hemos avanzado en el apartado dedicado a la metodología, a la hora de estudiar los contenidos propios de la cadena, se establecen diferentes grados de autorreferencia, dando lugar a niveles de menor a mayor grado de ‘narcisismo’: autorreferencia de tipo 1, cuando el programa hace referencia a sí mismo; autorreferencia de tipo 2, cuando habla de otros programas de la cadena; de tipo 3, cuando se refiere a la cadena en términos generales y de tipo 4, que engloba el resto de casos de autorreferencia como, por ejemplo, aquellos en los que se hace alusión a otras cadenas de la misma empresa televisiva o a otros medios del mismo grupo de comunicación. Definidos los 4 tipos de autopromoción observamos que el comportamiento de las cadenas según el tipo de autorreferencia más registrado es diferente en cada caso. ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 21 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 01:36:51 00:18:05 TVE1 01:01:47 00:40:50 01:13:05 00:04:09 TELE 5 01:33:26 02:37:04 00:19:11 AUTORF. TIPO 1 AUTORF. TIPO 2 AUTORF. TIPO 3 AUTORF. TIPO 4 00:23:26 ANTENA 3 00:42:57 00:27:43 00:00:00 00:28:48 00:57:36 01:26:24 01:55:12 02:24:00 02:52:48 Gráfico 5. Autorreferencia según tipología establecida La clase de programa que se nutre de contenidos propios, sobre todo imágenes de archivo de programas pasados, de cortinillas que remiten al propio contenido en emisión cada 5 minutos, caretas de entrada y salida y el autobombo en directo, constituyen todos ellos el tipo de autorreferencia más utilizado por Tele 5. La suma total alcanza más de 2 horas y media. También la autorreferencia de tipo 2, la que se establece entre programas diferentes, cuenta con un peso considerable: más de 1 hora y media de protagonismo. En términos generales, podemos asegurar que Tele 5 opta por dar mayor protagonismo a sus propios programas que a la propia cadena, ya que la autorreferencia de tipo 3 cuenta con cifras muy reducidas (apenas 4 minutos). Respecto al tipo 4, aquel que aglutina al resto de referencias cabe señalar que también cuenta con un protagonismo considerable, que suma casi 1 hora y cuarto. Hemos querido profundizar en este intervalo de tiempo para prestar especial atención al tiempo que dedica Tele 5 a ciertas marcas de su mismo grupo empresarial, es decir, Prisa, a partir de las informaciones facilitadas por Ramón Reig en su última obra (2011: 214-217). De esta manera, el total de minutos en los que se hace referencia al diario El País suma un total de 00:02:16; 00:17:56 a la cadena SER; 00:02:40 a La fábrica de la Tele y poco más de 20 segundos a Digital + y La 7. En lo que respecta a Cuatro (fusionada con Tele 5 desde el pasado mes de diciembre) el total de tiempo dedicado asciende a más de 16 minutos y medio. La suma total de autorreferencia a otros medios y empresas que forman parte del mismo grupo empresarial –sin tener en cuenta la establecida con otras empresas con las que Prisa también mantiene contactos accionariales (como son El Corte Inglés, Banesto, el BSCH, Bankinter, Caja Madrid, Vivendi-NBC y TimesWarner (Reig, 2011: 215), asciende a un total aproximado de 40 minutos, cifra ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 22 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 que representa más de la mitad del total contabilizado por el tipo de autorreferencia 4. En el caso de Antena 3 los diferentes tipos de autorreferencia registrados muestran cifras similares entre sí, siendo el tipo 2 –la autorreferencia entre programas de la misma cadena– la que se aleja más del resto de tipos: 42 minutos, frente a los 27 del tipo 1; los 23 del tipo 3 y los 19 del tipo 4. Es en Antena 3 donde la autorreferencia a la propia cadena en general muestra las cifras más elevadas en comparación con el resto de canales: 23 minutos, frente a los 18 de TVE1 y los 4 de Tele 5. De estos datos se deduce que Antena 3 es de las tres televisiones estudiadas la que invierte más tiempo en mejorar la imagen corporativa de su sello. Esta cadena suele servirse de promociones corporativas en las que los presentadores de los diferentes programas aluden una y otra vez a la marca. Otra prueba de la wonerpromotion la encontramos en el hecho de que muchos programas, en lugar de contar con cabeceras de entrada y salida propias, se sirven de cabeceras genéricas de Antena 3. Como en Tele 5, en el análisis realizado sobre Antena 3 también hemos encontrado ejemplos de autorreferencia a otros medios de comunicación que pertenecen al mismo grupo empresarial, Grupo Planeta. Entre los casos encontrados destaca el tiempo dedicado a Onda Cero, que suma un total de 00:01:33; el dedicado a La Razón: 00:01:03 o a las editoriales del grupo: algo más de un minuto. Todo ello sin tener en cuenta los contactos que, como su competidora, mantiene también con entidades como Caja Madrid, El Corte Inglés, Iberia, British Airlines, Home English, Vueling… empresas que se anuncian en la cadena a través de spots convencionales que sí son retribuidos. Así mismo, resulta lógico que el tipo de autorreferencia más alto en TVE1 sea, a diferencia de los otros dos casos, el 4, (01:36:51, el más alto de este tipo de las tres cadenas), en el cual se engloba la autorreferencia intermedial. TVE1 puede aludir al resto de cadenas sin mostrar tantas reticencias, por ejemplo hacia los canales de su mismo grupo (La 2, Teledeporte, Canal 24 Horas, Clan...), debido a que no rivalizan directamente con ella misma al tratarse de canales temáticos y no genéricos. Pero también puede mencionar y servirse de contenidos propios del resto de medios de comunicación sin tantas reservas porque no compite con ellos por el pastel publicitario. Aunque sí rivaliza por la audiencia, ya que, como cadena que ofrece un servicio público y se costea con dinero de los contribuyentes, está especialmente interesada en ofrecer una programación que atraiga al mayor número de espectadores 3. A excepción de este dato, el comportamiento del resto de tipos de autorreferencia en TVE1 es muy similar al que muestra la cadena Antena. ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 23 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 4.6. Principales formatos El análisis realizado para averiguar los formatos más utilizados por las cadenas para emitir contenido autorreferente camina en paralelo con los datos ya mostrados en los gráficos anteriores. Es decir, si en Tele 5 el tipo de autorreferencia predominante era la de tipo 1, la que alude al propio programa, ahora vemos como el formato predominante en esta cadena es el de las imágenes de archivo, ya que éstas son la mejor manera de aludir a los contenidos de programas anteriores. SPOT CONVENCIONAL PROMO DE PROGRAMA PROMO DE LA CADENA PATROCINIO MENCIÓN INFOGRAFÍA IMÁGENES DE ARCHIVO CONCURSO ANTENA 3 TELE 5 TVE1 COLOCACIÓN DE PRODUCTO CORTINILLA CARETA DE SALIDA CARETA DE ENTRADA 00:00:00 00:14:24 00:28:48 00:43:12 00:57:36 01:12:00 01:26:24 01:40:48 Gráfico 6. Formatos más utilizados para emitir contenidos autorreferentes Continuando con Tele 5, observamos que aparte de las imágenes de archivo, los otros formatos más utilizados son las menciones y las promociones de programa, ambos formatos también utilizados principalmente para promover las autorreferencias de tipo 1 y 2, las más abundante en esta cadena. Antena 3 opta por la infografía, pero en esta ocasión enfocada a promover a la propia cadena en términos generales, confirmando su esencia corporativa y TVE1 se sirve para aludir a sí misma y a sus contenidos, de la mención y de las promociones de programas. La televisión pública, como es lógico, prescinde de los formatos propios de la publicidad convencional, como puede ser el spot o la colocación de productos en los programas. En definitiva, los datos sobre los formatos preferidos para presentar la autorreferencia no hacen otra cosa que corroborar los datos mostrados en el gráfico 5 sobre los tipos de autorreferencia predominantes en cada cadena. ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 24 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 5. Conclusiones 5.1. Conclusiones específicas De las tres cadenas analizadas, Tele 5 es, como se preveía, la que más explota la autorreferencia. Esta cadena se nutre de sus propios contenidos y genera un flujo continuo de referencias a ella misma que avanza entre los diferentes programas, hasta el punto de que cuesta distinguir unos de otros porque muchas de las imágenes e informaciones son las mismas. Es decir, la cadena del grupo Prisa es la que mejor ilustra, en el panorama televisivo español, la estrategia de flujo planificado que Raymond Williams definió en los años setenta del pasado siglo. Podemos especular con que precisamente esa estrategia fue la que le dio réditos de audiencia muy notables durante varios años. En el año 2008 Tele 5 se convirtió en la televisión líder en audiencia, arrebatándole el puesto a Antena 3 y se mantuvo en el primer puesto hasta 2010, cuando fue superada por la cadena pública. Quizá la pérdida del liderazgo se deba a la reiteración y al hastío generado en los telespectadores, al agotar los killer format que sustentaban su gancho (Gran Hermano y otros docu-games que hilvanaban la programación de la cadena durante todas las franjas horarias y todos los días de la semana). No obstante, la retroalimentación entre programas continúa siendo la estrategia de contenido principal en esta cadena. Por ejemplo el programa Sálvame, ya se trate de su edición diaria (Sálvame Diario) o de su edición de fin de semana (Sálvame de Luxe), aprovecha y reutiliza su propio material para rellenar aproximadamente una cuarta parte del total de programa emitido. El grado de autorreferencia que presenta TVE1 era de esperar teniendo en cuenta que el canal debe ahora cubrir una parte de tiempo que antes dedicaba a la publicidad convencional. Esto sucedió a partir del mes de septiembre de 2009, cuando el ente aplicó la decisión gubernamental de eliminar la publicidad. Desde entonces la cadena pública ha pasado por una serie de dificultades, no solo derivadas de la necesidad de cuadrar su presupuesto, sino también a causa de la necesidad de reestructurar su contenido y su programación para que ésta cubra el espacio anteriormente dedicado a los bloques publicitarios. Algo que, según los datos obtenidos, se ha solventando, en buena parte, incluyendo más contenido publicitario propio. El alto volumen de publicidad propia en las pausas publicitarias genera una importante saturación que resta espacio a la publicidad ajena y contribuye a hastiar a la audiencia. Este tipo de congestión generada por la propia cadena no suele ser tenida en cuenta por los anunciantes, más preocupados porque su anuncio sea emitido dentro del horario ‘prime time’. Pero el horario central está en ocasiones saturado. Un exceso que, como hemos visto, se ve fomentado por el propio canal. El formato televisivo evita la utilización de la autorreferencia como una forma de completar espacios despoblados (algo que sí ocurre en el caso del formato impreso donde los anuncios se insertan una única vez. No se reiteran a lo largo de los distintos espacios comerciales) y, en el caso de Tele ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 25 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 5, la sitúa en lugares privilegiados junto a anuncios que han pagado el máximo precio por aparecer en la mejor franja publicitaria. Hay que tener en cuenta que la autorreferencia (entendida como la forma que la propia cadena tiene de publicitarse y que, por lo tanto, constituye un contenido publicitario), cuando se encuentra diluida en los propios programas – algo que ocurre especialmente en el caso de Tele 5, pero también en la cadena pública– provoca en el espectador un doble perjuicio: por una parte, al estar inmersa en los contenidos editoriales, el público no queda avisado de que lo que está viendo es publicidad, a pesar de que la Ley exige que los contenidos publicitarios han de estar siempre perceptiblemente diferenciados. Es decir, se incurre en la falta de identificación y con ello se desatienden los derechos del televidente. Cada vez que se le dedica a la propia cadena o a sus contenidos parte del espacio editorial se está restando tiempo al motivo por el que el que el público se sienta frente al televisor y se le está sumando al otro tipo de contenido –al publicitario- aquél que el espectador no tiene más remedio que soportar. El estudio realizado sobre los formatos más utilizados por las cadenas para emitir contenido autorreferente corrobora las cifras obtenidas sobre los tipos de autorreferencia preferidos por cada cadena. Es decir, en el caso de Tele 5 predominan las imágenes de archivo para promover los contenidos del propio programa; en el caso de Antena 3 las promociones de la cadena, ya que es de los tres canales el más corporativista y, por último, cuando se trata de TVE1, el formato estrella es la promoción de programas, tipología a la que la cadena concede un protagonismo que en ciertas ocasiones resulta excesivo. Respecto a las sinergias que se establecen entre las diferentes empresas que forman parte del mismo grupo empresarial que las cadenas estudiadas, hemos constatado la presencia de multitud de ejemplos: Tele 5 promociona especialmente a la cadena Cuatro y al diario El País, mientras que Antena 3 lo hace a Onda Cero y la editorial Planeta. Las cadenas se convierten en escaparates de ellas mismas y de sus propios dueños, con la consecuente pérdida de importancia que sufre su función de ventana de la realidad. 5.2. Conclusiones generales El fenómeno de la autorreferencia en los medios de comunicación ha sido descuidado o poco atendido en general, tanto desde el ámbito académico como desde el profesional. Desde el académico -creemos- porque el interés del investigador se ha volcado 1) bien sobre los géneros, los formatos y los contenidos de la prensa o de los programas de la radio y la TV, es decir, sobre aspectos contenidistas (Carlón, 2006) o, si queremos, con más atención sobre las dimensión semántica que sobre la sintáctica y la pragmática (Rodríguez Ferrándiz: 2001); 2) bien sobre la publicidad insertada en prensa radio y televisión. Raramente la investigación se ha preguntado sobre ese terreno liminar de lo que ni es superficie redaccional o programa adscrito a un género ISBN: 978-84-939337-6-0 / D.L.: TF: 1.111-2011 Página 26 Actas – III Congreso Internacional Latina de Comunicación Social – III CILCS – Universidad de La Laguna, diciembre 2011 (en el que la reflexión sobre la publicidad parece estar ausente), ni son módulos, bloques o spots publicitarios (en los que es el medio quien parece estar ausente, como simple soporte de creatividades encargadas, confeccionadas, colocadas y pagadas por instancias ajenas al mismo). Pero también desde el mundo profesional se ha obviado la autorreferencia. En este caso, porque a las consultoras les interesa precisamente cuánto se invierte en publicidad por anunciante y por medio, cuál es la audiencia o la difusión de esos medios y por tanto cuál es el retorno de dicha inversión. Y aquí la autorreferencia (autopublicidad) es definida negativamente como aquello que, adoptando los formatos publicitarios (el módulo, el promo o la cuña en prensa, televisión y radio, respectivamente) y rodeados de otros espacios o tiempos contratados por anunciantes, no responden sin embargo a una transacción económica. Si esto es así con la autopublicidad explícita, menos interés despierta todavía la autorreferencia implícita, que es asimilada a acciones de relaciones públicas o a acciones de publicidad below the line del propio medio, y no son tomadas en cuenta. Nuestro estudio ha constatado que el fenómeno es mucho más complejo de lo que podría resultar a primera vista: 1) la autopublicidad no son sólo formatos publicitarios cuyo anunciante es el propio medio (house ads: promos en TV o radio, o promociones de artículos de toda clase en prensa), sino que también se introduce en los contenidos mismos (redaccionales en prensa, informativos o de entretenimiento en radio y TV); 2) la autopublicidad es a menudo intermedial, pues también publicita a los demás medios del grupo de comunicación (y viceversa), vinculación muchas veces desconocida para el gran público y 3) la autorreferencia, en una situación de crisis profunda y de competencia feroz, no puede atribuirse tan sólo a la necesidad del medio de vender ejemplares, conseguir cuotas de audiencia y atraer con todo ello anunciantes, sino también como estrategia, digamos de continuidad: rellenar páginas o minutos de programación de los que se han fugado los anunciantes de pago y que cuesta mucho completar con producción de contenidos originales. 6. 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