A diez años de la transferencia Comenzando a tematizar los diez años de la transferencia (que se cumplieron el 1º de enero del corriente año), en esta editorial nos gustaría plantear cómo estamos perfilando en la actualidad la integración de las instituciones formadoras en las políticas educativas de la Ciudad de Buenos Aires. Es evidente que, en 1994, la transferencia de las instituciones de la órbita nacional a la Ciudad generó una enorme movilización institucional y personal. Hubo que comenzar a adecuar cuestiones normativas, salariales, organizacionales y curriculares. Y también, no está de más decirlo, tradiciones y algún que otro prejuicio... Un proceso trabajoso que hizo necesario poner mucho esfuerzo y energía y que aún nos interpela con tareas inconclusas... Sin embargo, rápidamente comenzaron los procesos de acreditación institucional para el nivel terciario en las escuelas e institutos que cuentan con más de un nivel educativo y para todo el establecimiento en el caso de los restantes IES. La energía entonces se volcó a realizar diagnósticos de fortalezas y debilidades institucionales, a construir proyectos que atendiesen esas realidades, a llevarlos adelante creando nuevas estructuras institucionales y a reflexionar sobre sus resultados... Nuevamente una intensa actividad interna. La acreditación sentó las bases para cambios normativos: muchas instituciones comenzaron la construcción de nuevos Reglamentos Orgánicos. Y también para los cambios curriculares necesarios en el mejoramiento de la calidad pedagógica en la formación docente. Entonces, en el marco de los criterios de carácter nacional y jurisdiccional, los esfuerzos se dirigieron hacia la recuperación de experiencias exitosas, la construcción de propuestas, muchas discusiones y, desde 2002, el comienzo de la implementación de nuevos diseños curriculares para la formación docente. Un proceso todavía en curso... Esta revisión riesgosamente sintética permite sin embargo ubicar el contexto de lo más importante que queremos presentar en esta nota editorial. Hoy pensamos que, además de seguir trabajando intensamente en sus desafíos normativos, organizacionales y curriculares, las instituciones formadoras se encuentran en un muy buen momento para ampliar los procesos de interlocución con los debates y las políticas, proyectos y programas de los otros niveles del sistema educativo de la Ciudad de Buenos Aires; niveles para los cuales se forman docentes. El encuentro de formadores-as del año pasado mostró la presencia de los desafíos que la cruda y cambiante realidad educativa está planteando a la formación docente. Por supuesto, estamos convencidos-as, que formar docentes con un título de validez nacional no se reduce a formar sólo para una jurisdicción y , menos aún, para una gestión de gobierno. Sabemos que estamos formando a docentes que van a trabajar en los próximos treinta o cuarenta años en cualquier lugar del país. Pero también estamos convencidos-as de que las discusiones político-educativas jurisdiccionales no deberían estar ausentes en los debates pedagógicos que se dan en las instituciones formadoras. Por ello, en coordinación con otras dependencias de la Secretaría de Educación – en particular con la Dirección de Currícula, estamos profundizando una línea de trabajo sistemático dirigida a la presentación y análisis de diferentes iniciativas que están en marcha. Proyectos y programas que apuntan a fortalecer la capacidad de las escuelas de ofrecer experiencias educativas ricas, de disminuir las tasas de deserción o repitencia, de interpelar a quienes están afuera de la escuela para que reingresen a sus aulas y terminen la escolaridad obligatoria... En suma, contribuir a consolidar una escuela inclusiva con calidad creciente. Esta línea de trabajo que comenzara en 2003 con las jornadas sobre políticas plurilingües de la Ciudad de Buenos Aires y la formación docente en el área de Lenguas Extranjeras, continúa a través de las actividades que seguirán tematizando las nuevas formas de evaluación de desempeños docentes, las hipótesis de trabajo y los logros del programa de “Deserción Cero" (Becas estudiantiles, Cursada por materias, Clubes de Jóvenes, etc.), y muchos otros proyectos (“Grados de aceleración”, “Puentes escolares”, “Aprender trabajando”, etc.) en los cuales se están jugando definiciones sobre la escuela que sería más que interesante debatir con formadores-as de docentes y que estos-as a su vez, los integren como contenidos o como espacios de pasantías o prácticas. Además, en esta misma dirección, algunos-as docentes de nuestras instituciones formadoras serán convocados-as a participar en el análisis de los resultados de la evaluación de desempeños de alumnos-as primarios-as realizada durante el período 2001- 2003 en tercero, quinto y séptimo grado del nivel primario en la Dirección de Investigación de la Dirección General de Planeamiento. Se trata de un profundo trabajo de interpretación sobre las pruebas tomadas, cuestionarios a docentes y mapas curriculares coordinado por especialistas de esa Dirección y de la Dirección de Currícula. Esta es una apretada síntesis de una línea de trabajo que iremos desarrollando en conjunto. Este proyecto, entre otros de la DGESu, se propone fortalecer a nuestras instituciones formadoras en su papel de referentes de los debates pedagógicos de punta y la producción crítica de nuevos interrogantes. Graciela Morgade