La calle maldita parte II Por Ignacio Muñoz Agradezco el interés mostrado en la publicación de la primera parte de este artículo extraído del mundo paranormal con el que tenemos que vivir día con día, muchas veces sin darnos cuenta. En el artículo anterior les platiqué la desgracia que llegó a una familia que sin saberlo estableció su hogar en lo que ahora es conocido como la calle maldita. Después de aquel multihomicidio ocurrido en la casa No.9 y que escandalizó a todo el vecindario, transcurrieron apenas ocho meses cuando en la acera de enfrente, exactamente en el predio No.12 para mayor referencia, vivía un matrimonio maduro con dos hijas Roxana de 28 y Teresa de 25 años, ésta última había suspendido sus estudios a los 17, para retomarlos cuatro años después. Ella estudiaba filosofía, iba en el sexto semestre pero fue alcanzada por el mundo sobrenatural cuando en una reunión de amigos y compañeros de escuela alguien llevo una ouija “para jugar” ,como decían ellos, ya que no era la primera vez que lo hacían, sin embargo, esta vez fue diferente porque alguien propuso hacerlo en medio de un altar construido por ellos mismos siguiendo las indicaciones de un libro de ocultismo, así pues, dibujaron en el suelo varias figuras y signos incluyendo un gran pentagrama que junto con la luz de veladoras facilitaría la comunicación con un ser a través de la tabla ouija. Entonces comenzaron la sesión, alguien tomó la batuta dirigiendo a los demás, les pido seriedad además de tratar de poner su mente en blanco, después de unos minutos ya estaban todos concentrados aceptando que todo lo que se manifestara a través de la tabla sería tomado con todo respeto, el joven que dirigía la sesión les pidió que depositaran su fe en el instrumento de comunicación y comenzaron las preguntas ¿ hay alguien ahí?, el indicador se movió “SI”, ¿cuál es tu nombre? -preguntaron -, el indicador se movió hacia las letras formando la palabra “ KAN “, le cuestionaron ¿quieres jugar con alguien?, el indicador se movió deletreando la palabra “TERE”, no había otra solo una de las presentes concordaba con el nombre, ella se acercó y colocó sus manos sobre el indicador preguntando “¿porque me escogiste a mí?”, fue entonces que el indicador ya no se movió, pero todos esperaban una respuesta sin darse cuenta de que Tere estaba viviendo una situación muy extraña los ojos se le pusieron en blanco y no se movía hasta que uno de sus compañeros volteo y al verla le empezó a hablar “Tere, Tere, Tere... ya deja eso no estés jugando” pero ella no se movía, entonces todos se empezaron a asustar y uno de los presentes le pateó las manos botando el cursor fuera del tablero, prendieron las luces, Tere estaba confundida, no entendía lo que estaba pasando, después de un rato todo volvió a una aparente normalidad, poco a poco se fueron sus amigos quedando sólo ella y su hermana, Roxana le preguntó si recordaba algo a lo que Tere contestó que no, sin embargo, a partir de esa tarde las noches se volverían un infierno, las pesadillas, sombras y extrañas manifestaciones acompañadas de ruidos no la dejarían dormir por varios meses provocando en su organismo varias alteraciones, su apariencia cambio terriblemente, con ojeras muy obscuras, su cara se transformó en algo cadavérico, perdió el apetito ya no quería comer, no le gustaba asearse, solo quería estar encerrada en su cuarto, los vecinos que la conocían le dieron miles de recomendaciones a sus papás. Visitaron médicos especialistas de todo y cada uno daba un diagnóstico diferente, psicólogos, psiquiatras, pero nadie entendía la naturaleza del problema. Cuenta su madre que cuando asistían a la Iglesia se ponía muy inquieta o le daban ataques de risa con carcajadas muy macabras obligándolos a salir del recinto. Con el paso del tiempo los vecinos que pasaban por la casa No.12 decían “aquí vive la loquita”, con tristeza su hermana recordaba que Tere era una chica normal y se resistía a creer que todo estaba pasando por causa de la ouija que inclusive tenían guardada en un cuarto donde arrumbaban las cosas viejas o en desuso. Finalmente después de haber visitado infinidad de brujos, encontraron a alguien que les ayudó haciendo una liberación, lo mas extraño es que en esa misma calle en el No.42 una familia sufrió una desgracia al perder a dos de sus hijos en un horrible accidente en la carretera cuando un autobús de pasajeros se quedó sin frenos impactándose de frente contra ellos que iban de regreso de la Ciudad de México, accidente en el que solo hubo dos muertos, los tripulantes del auto compacto. Esto sucedió el día de la liberación que regresó a Tere a la normalidad casi completa. Me gustaría decir que con este relato termina la historia de esta calle que encierra tantos misterios, sin embargo no es así, hay dos casas más con hechos sobrenaturales que les contaré en el siguiente artículo.