LAS EXTERNALIDADES

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LAS EXTERNALIDADES
El término externalidades se refiere a todos los costes o beneficios de una actividad de mercado que recae en
terceros, es decir, en otras personas distintas del productor o consumidor inmediato. El mercado produce una
cantidad insuficiente de los bienes que generan beneficios externos y produce una excesiva de los que generan
costes externos y por ello puede ser necesaria la intervención del estado para acercar mas la combinación de
productos al punto optima de la sociedad.
El economista A.Marshal es quien introdujo la noción de externalidad a quien le siguió Arthur C. Pigou y J.M
Keynes.
A) Tipos de externalidades
Las externalidades pueden ser positivas o negativas:
Una externalidad positiva se produce cuando los individuos o la sociedad disfrutan de utilidades o beneficios
adicionales que no han pagado. Esta puede darse, por ejemplo, entre dos formas de producción. Supongamos
que existe un cultivo de árboles frutales y vecino a este se encuentra una empresa que extrae miel de abejas.
Las abejas, para producir miel, necesitan del néctar de las flores; a su vez, para que los árboles den frutas, es
necesario que exista una polinización, lo cual se facilita por el movimiento del insecto de flor en flor. Por lo
tanto, sin haber pagado por ello, el dueño de los árboles esta beneficiándose de una externalidad positiva por
el hecho de que el vecino produzca miel de abejas y tenga abejas cercanas a su cultivo. De la misma forma, el
vecino esta recibiendo una externalidad positiva, producida por el cultivo de árboles, por el hecho de tener
cerca las flores de estos. Este ejemplo pedagógico es del economista John Meade.
Una externalidad negativa se produce cuando los individuos o la sociedad sufren de unos costes adicionales
que no han consumido. Por ejemplo, existe un criadero de truchas en cualquier lugar y cerca hay un cultivo de
flores que utiliza químicos para controlar las lagas de flores. Para que las truchas se desarrollen y crezcan
correctamente el agua debe mantenerse limpia pero por causa de los vientos y las condiciones climáticas estos
químicos contaminan el agua y por lo tanto el criadero de truchas se ve gravemente afectado por el cultivo de
las flores. En este caso, esta sufriendo un efecto negativo externo a el.
Las externalidades se dan con más frecuencia en actividades relacionadas con el medio ambiente. Los activos
no son mercadeables, es decir, no existe un mercado para ellos por lo tanto no existen unos derechos de
propiedad definidos. Como consecuencia de lo anterior el mercado tampoco puede generar compensaciones
económicas a los afectados por las externalidades.
La acción de las instituciones y una regulación ambiental aparecen como las soluciones para el problema de
las externalidades negativas de origen ambiental. Tanto las instituciones como las regulaciones deben buscar
el bienestar de la sociedad en general, sin comprometer el bienestar de generaciones futuras. Aparece aquí la
necesidad de que el estado intervenga.
B) Soluciones privadas para resolver las externalidades
Una de las formas en que el sector privado puede resolver las externalidades sin la ayuda de la intervención
directa del estado consiste en internalizarlas, formando unidades económicas que tengan suficiente tamaño
como para que las consecuencias de sus acciones ocurran dentro de la unidad.
El teorema de Coase dice que puede resolverse el problema de las externalidades reasignando los derechos de
propiedad, con unos derechos de propiedad debidamente diseñados, los mercados podrían hacerse cargo de las
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externalidades y el Estado asignar correctamente estos derechos con lo que su intervención seria
prácticamente esa y lo demás lo haría el mercado. De manera mas sencilla podríamos decir que el teorema de
Coase establece que los agentes económicos privados puedan resolver el problema de las externalidades entre
ellos. Cualquiera que sea la distribución inicial de los derechos, las partes interesadas siempre pueden llegar a
un acuerdo en el que mejore el bienestar de todo el mundo y el resultado sea eficiente.
Supongamos que una fábrica que emite humo contaminante pretende instalarse cerca de una zona residencial
y el estado interviene concediendo a los habitantes de las viviendas el derecho de la propiedad sobre el aire
puro. El dueño de la fábrica podría averiguar cuanto vale el aire puro de cada vecino y el total que tendría que
pagarles, luego lo compararía con el coste del equipo para eliminar humos y si este fuese mayor pagaría a los
vecinos por contaminarles el aire.
El teorema es bastante atractivo, asignando un papel mínimo al Estado, pero es muy difícil saber los costes
causados al medio ambiente, por lo que su aplicación es muy limitada. Por eso, actualmente los autores están
de acuerdo en exigir una mayor intervención del Estado.
Fallos de las soluciones privadas
A veces las partes interesadas no resuelven el problema de externalidades debido a los costes de transacción,
que son los costes en que incurren las partes en el proceso de llegar a un acuerdo y de velar por su
cumplimiento.
En otras negociaciones el acuerdos se rompe simplemente. La frecuencia con que hay huelgas y otros
problemas muestra que llegar a un acuerdo puede ser difícil. El problema suele hallarse en que cada parte trata
de resistir para conseguir un acuerdo mejor.
Llegar a un acuerdo eficiente es especialmente difícil cuando el numero de partes interesas es alto, ya que
coordinar a todo el mundo tiene costes.
Cuando la negociación privada no da resultado, a veces el estado puede desempeñar un papel importante ya
que el estado es una institución destinada a la acción colectiva.
C) Soluciones publicas para resolver las externalidades
La regulación
El estado puede resolver una externalidad exigiendo o prohibiendo determinados conductas. Sin embargo, en
la mayoría de los casos de contaminación la situación no es sencilla ya que a pesar de los objetivos declarados
por los ecologistas, sería imposible prohibir todas las actividades contaminantes. Por lo tanto, en lugar de
tratar de erradicar totalmente la contaminación, la sociedad tiene que sopesar los costes y los beneficios con el
fin de decidir los tipos y las cantidades de contaminación que permitirá.
Las reglamentaciones sobre el medio ambiente pueden adoptar muchas formas. Algunas veces, la EPA
establece el nivel máximo de contaminación que puede emitir una fábrica. Otra obliga a la empresa a adoptar
una determinada tecnología para reducir las emisiones.
En todos los casos, para elaborar buenas normas, los organismos públicos necesitan conocer los detalles de las
industrias y las distintas tecnologías que estas podrían adoptar.
Los impuestos pigovianos
El estado puede adoptar medidas basadas en el mercado para ajustar los incentivos privados y la eficiencia
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social. Los impuestos aprobados para corregir los efectos de las externalidades negativas se llaman impuestos
pigovianos, en honor al economista Pigou.
La razón por la que los economistas prefieren el impuesto se halla en que reduce más eficientemente la
contaminación ya que pone esencialmente un precio al derecho de contaminar.
Los permisos transferibles de contaminación
Para entenderlo mejor vamos a poner un ejemplo: tenemos dos fábricas, una papelera y una acería. Según la
regulación vigente solo pueden emitir cada una de ellas 300 tonelas de residuos al año. Un día las dos
empresas acuden al organismo encargado de la protección del medio ambiente con una propuesta; la papelera
reduce 100 tonelas de residuos para cederlas a la acería que aumentaría 100 toneladas de residuos a cambio de
pagarle a esta 5 millones de euros. ¿Debe permitir este trato el organismo?
Desde el punto de vista de la eficiencia económica, permitir el trato es una buena política y mejora el bienestar
de los propietarios de las empresas ya que lo hacen de mutuo acuerdo. Además no produce ningún efecto
externo, ya que la cantidad total de contaminación sigue siendo la misma. Por tanto, el bienestar social
aumenta permitiendo a la papelera vender a la acería su derecho de contaminar.
D) Conclusiones
Cuando los compradores y los vendedores de un mercado son las únicas partes interesadas, este resultado es
eficiente desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto. Pero cuando hay efectos externos, como la
contaminación, para evaluar un resultado del mercado hay que tener en cuanta también el bienestar de terceras
partes. En este caso, la mano invisible del mercado puede no asignar eficientemente los recursos.
En algunos casos, los individuos pueden resolver por si solos el problema de la externalidad como se explica
en el teorema de Coase. Sin embargo, a veces no es posible llegar a un acuerdo eficiente y en este punto es
cuando el estado debe intervenir.
Las fuerzas del mercado, debidamente reorientadas, suelen ser la mejor solución para resolver los fallos del
mercado.
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