MUJER Y CIENCIA EN MÉXICO: DIFUSIÓN Y DIVULGACIÓN DE LAS CIENTÍFICAS MEXICANAS Virginia López Villegas México Son dos los objetivos que pretendo en este trabajo: el primero de ellos es presentar los resultados obtenidos a través de la investigación de campo sobre la participación, productividad y creatividad de las científicas mexicanas en las actividades científicas y tecnológicas y su expresión en el ámbito de la difusión y divulgación de la ciencia en cuatro áreas del conocimiento: medicina, física, antropología y agronomía.1 1 Esta investigación forma parte de un estudio más amplio, apoyado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), años 2000-2003; titulada “Participación y creatividad de la mujer científica en México; un acercamiento a su estudio: áreas del conocimiento: medicina, física, agronomía y antropología. Coordinadora y responsable de la investigación: Virginia López Villegas. Coordinación trabajo de campo área de Física: Lic. Silvia Hernández García, Medicina: Dra. Judith Licea de Arenas, Antropología: Mtra. Cristina Martínez Vendrell. - Para este trabajo consideramos como científico/a aquella persona que se dedica a la investigación y que labora en una facultad, instituto o centro perteneciente al sector de la enseñanza superior y que tiene además un nombramiento de investigador/a o de profesor/a de carrera de tiempo completo. - Se entiende por “actividad productiva” aquella que de manera directa o indirecta realiza el trabajo humano en beneficio de la sociedad mediante la creación de bienes materiales o intelectuales. - La creatividad queda comprendida por: la selección de los temas a investigar; la selección de los marcos teóricos o enfoques utilizados; las líneas de investigación desarrolladas; las aportaciones en las disciplinas involucradas en su campo; estudios interdisciplinarios, multidisciplinarios. la posibilidad de crear nuevos conocimientos y metodologías. la aceptación de los resultados de la investigación. el reconocimiento profesional o académico de las(os) investigadoras(es). 1 El segundo objetivo es analizar cómo el conocimiento difundido y divulgado producto de la actividad científica y tecnológica se inscribe no sólo en el proceso de modernización y globalización de los países que lo generan, sino también contribuye a preservar, acrecentar la cultura, los valores y la identidad nacional. En relación al primer objetivo cabe mencionar que México, como en la mayoría de los países latinoamericanos, es una nación multiétnica, multicultural en sus diferentes provincias o regiones geográficas tanto urbanas como rurales. Variaciones culturales que se traducen en valores, normas, símbolos y representaciones sociales que se significan en patrones de comportamiento que varían de una región a otra –variaciones étnicas, lingüísticas y sociales– que a su vez dan forma o contenido a los diferentes patrones de vida, a los diferentes sistemas de actividades (Piaget) realizados por hombres y mujeres de la sociedad mexicana actual. Contextos sociales que han definido la actividad femenina en el ámbito del hogar –lo privado– la reproducción, el cuidado y la educación de los hijos, la administración de los recursos familiares y demás artes del hogar. Elementos que explican su tardía incorporación a la educación formal. La presencia o no de la mujer en la ciencia está condicionada entonces a su acceso a la educación en todos los niveles –básica, media y superior– por lo tanto, la actividad científica está restringida a un sector social –hombres o mujeres– que a través de una formación académica se capacita para desempeñarlo. Esta adquisición está estrechamente vinculada con el proceso educativo; no podemos, por tanto, hablar de la presencia de la mujer en la ciencia sin vincularlo a la educación. En México es hasta 1960-1970 cuando las mujeres logran acceder de manera sistemática e ininterrumpida a la educación superior en las diferentes disciplinas. Acercarnos a estudiar su participación en la ciencia, se requiere también considerar el entorno sociocultural, político y jurídico –pues es en él donde se enmarca su acceso a la educación– y su actividad queda inscrita en el proceso histórico que consideraron la tardía participación de las mujeres en la educación en nuestro país. El cambio en la fuerza de trabajo femenino se da entre 1950-1970, periodo que se caracteriza por una disminución de la participación femenina en las labores agrícolas y su incorporación al sector manufacturero y de servicios. Es en este marco de referencia donde se ubica el hecho de que, tanto en América Latina como en México, los estudios históricos, sociológicos y antropológicos sobre las mujeres, sus vidas, sus intereses y actividades no han sido consideradas como prioritarias. Un reflejo de este hecho es el reciente interés de analizar la gradual incorporación y participación de las mujeres en las actividades científicas y tecnológicas. No hay duda que en México, la mujer se ha venido desenvolviendo en las diversas profesiones en las últimas décadas; sin embargo su incorporación ha sido menor que en países industrializados. La mujer dedicada a las actividades científicas y tecnológicas se hace cargo en la mayoría de los casos de las 2 labores domésticas, de la crianza de los hijos, además de responsabilizarse de su trabajo remunerado y contribuir al ingreso familiar. Así la mujer que trabaja en instituciones de educación superior como investigadora, docente, o ambas tiene una doble o triple jornada de trabajo, tal y como sucede con otros grupos de mujeres que se han integrado al mercado de trabajo. En otro orden de ideas; en relación al segundo objetivo es necesario resaltar la importancia y urgencia de contar con mecanismos de comunicación idóneos que faciliten la adquisición, asimilación, adaptación, difusión y divulgación de los conocimientos científicos y tecnológicos que se generen en el contexto nacional; contribuyendo de esta manera a un mejor entendimiento de nuestra realidad y a la solución de problemas nacionales a fin de que el conocimiento obtenido, difundido y divulgado no sólo contribuya a instrumentar el proceso de modernización y globalización social y económica del país, sino a preservar y acrecentar la cultura, los valores y la identidad nacional. La ciencia y tecnología que progresan a un ritmo sin precedente en el mundo contemporáneo, modificando los estilos y formas de vida de la sociedad, de la cultura, de las empresas, de las industrias y de los países en general. En el caso latinoamericano –y de México en particular– hay una falta de sensibilidad y reconocimiento por parte de los gobiernos a la importancia del papel de la ciencia y la tecnología en el proceso de transformación socioeconómica y cultural de los pueblos; aunado a esto no se tenía una comunidad científica consolidada, debido en la mayoría de los casos a factores económicos y políticos que relegaron la preocupación, por la ciencia y la tecnología a un segundo plano, situación que ha ido cambiando paulatinamente. Apoyar la ciencia y la tecnología, entendidas como expresión del conocimiento y de la cultura, resulta vital ante las nuevas circunstancias mundiales en las que México participa. La ciencia y la tecnología como producto de la acción social no es un discurso neutro; es parte de la cultura y la economía e incide en la política, de tal manera que el conocimiento queda inserto en lo social. Así entendida –la ciencia y la tecnología– es creación e innovación de acuerdo a las propias necesidades y es el camino que reducirá la brecha entre los países industrializados y las naciones como la nuestra. Es en este sentido que pretendo presentar la difusión y divulgación de las científicas mexicanas en cuatro áreas del conocimiento: medicina, física, antropología y agronomía. Científicas que en su actividad de investigación y docencia estudian, analizan, crean teorías y conceptos en un contexto social que influye en su creación y desarrollo pero que a la vez a través de su actividad logra hacerse visible a fin de lograr una sociedad más equitativa y democrática, que brinde a las mujeres –en igualdad de condiciones socioeconómicas, educativas, culturales y políticas– la oportunidad de desarrollar sus capacidades y habilidades en la creación y recreación no sólo del conocimiento, sino su presencia en los diferentes ámbitos de la sociedad.2 2 Sabemos que en el SIN no se encuentran presentes todas las mujeres que realizan actividades científicas y tecnológicas; sin embargo, por lo amplio del universo de estudio se tomó como muestra selectiva que bien no es representativa, es indicativa para los fines de la investigación. 3 4