Membresía sin miembro María Scharbay Martínez Nació conmigo y se murió primero Reflexiones sobre el Falocentrismo e Identidad Masculina en RD. Ese muchacho es responsable, mira ese bimbolo! Ese si que va a ser un macho de hombre! No me toques a la niña, ponle pantíes y ropas, no me la saques así a la calle! Esas son solo algunas de las tantas expresiones que se utilizan para sobreproteger a una niña, sin embargo al varón desde su nacimiento lo mandan a la calle a buscar o a ver que encuentran. Corroboro con los autores que entienden que para la sociedad, poseer o nacer con un pene es sinónimo de fuerza, poder, autoprotección, seguridad en si mismo y rectitud, pero que todo ello son construcciones sociales o mal formaciones. Entonces, que significa ser mujer? la desprotegida, la débil, la insegura que debe estar siempre a la sombra y controlada por el más fuerte, el poseedor, dueño y señor del Falo. La posesión de este órgano junto a todas las propiedades sociales y culturales que le han sido asignadas ejerce sobre el hombre mas fuerza que el tener el órgano mismo, no podría asegurar cuantos hombres mueren o se matan por depresión al saber que ya no le funciona o que no tienen la misma capacidad de erección que antes. Los hombres que aparentemente lo toman más suave optan por unas pastillas que no solo levantan el pene sino que también eleva la autoestima del que la consume. En la medida en que el pene se mantiene con la fuerza que su poseedor lo requiere en esa misma medida se mantendrá la autoestima y el ego del hombre para vender la imagen de virilidad. La erección, la penetración, la homofobia y el tamaño del pene son características fundamentales para que los hombres compitan entre si, sin que haya duda de su heterosexualidad. Esto no pasa con los que se definen como homosexuales, no se preocupan porque se les erecte el pene o que tan grande lo puedan tener y la masturbación al parecer no es su prioridad, sino encontrar quien le realice una penetración anal pero, que preferiblemente tenga todas las características de un hombre fuerte, ósea que lo tenga grande, para sentirse el “sexo débil” o la mujer en este caso. La identidad sexual masculina siempre ha estado asociada a la posesión del falo y al rol dominante en tanto la penetración es lo que decide y marca quien es el masculino. Hombres que tienen prácticas sexuales con otros hombres afirman que si ellos penetran al otro y que por tanto son la parte activa en el intercambio, ellos no se llaman homosexuales, sino que los son quienes se dejan penetrar, poseer, dominar. Desde su construcción son homosexuales quienes asumen papeles femeninos. Pastillas, inyecciones, herbajes, ungüentos y cualquier toma preparada por los mayores son asumidas como potenciadores de la sexualidad masculina, sin pensar sobre todo en los que son elaborados con químicos, en la dependencia o efecto secundario que le pueda generar. “Yo tengo el poder” Es una oración de muchos hombres que quieren ejercer su fuerza sexual sobre la mujer. Reflexionando sobre la misma expresión recuerdo unos muñequitos que transmitían por la televisión llamados “He-Man” que en español significa “El Hombre”. Aquí se percibe toda la expresión del falocentrismo ya que a esta frase le seguía “y yo tengo el poder” y ello era dicho con una espada levantada a todo lo alto. El pene se convierte en lo más importante de un hombre desde el momento en que nace, tal vez hasta en lo imprescindible porque tenerlo significa poseerlo todo. No tenerlo o que pierda su capacidad de erección, es sentir que con el se le va apagando la vida y viene el llanto, la queja y el por qué sino hay razón. “Seria lo mismo que no tenerlo o, peor aun, tenerlo y que no funcione. “Si el hombre no renuncia a la utilización del falo como medio de apropiación, la orquiectomia, castración que amenaza y atenta contra su vulnerabilidad, iniciara un desencadenamiento de procesos psicosomáticos que lo postran, lo llevaran a la inutilidad y quedara condenado a una muerte triste y deshonrosa”. Pichardo 180. Aunque para la mayoría de la sociedad el falocenctrismo seria un comportamiento normal se puede percibir como se deteriora la vida de un hombre que por demás pierde la capacidad de compartir con normalidad entre mujeres y otros hombres. Abordar el tema lleva a reflexionar un poco, si toda esta construcción (elaboración) de fuerza para “la masculinidad” y que despierta el interés sobre las féminas, cuando este miembro de su cuerpo no funciona cien por ciento y el hombre se descarta así mismo y se sale del juego yo me pregunto, toda esta patología que crea el descontento ¿podría llevar a muchos hombres a la violación sexual infantil? Creo que seria digno de análisis.