El Matadero

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EL MATADERO
Autor:
Esteban Echeverría
Era hijo de la porteña doña María Espinosa y del español vizcaíno José Domingo
Echeverría.
A temprana edad perdió a su padre y fue iniciado en sus primeras letras por su madre.
Comenzó la escuela primaria en la escuela de San Telmo, pero al poco tiempo queda
también huérfano de su madre, quien falleció en 1822. Desamparado, comenzó una azarosa
vida adolescente, que agravó ciertos problemas cardíacos que lo aquejaban y, con el tiempo
lo obligaron a cambiar de vida y asentarse.
Ingresó en el recientemente creado Departamento de Estudios Preparatorios de la
Universidad de Buenos Aires y en la Escuela de Dibujo de la misma, a la vez que, en 1823,
comenzó a trabajar como dependiente en el comercio de los hermanos Lezica, que ya por
entonces tenía representación en países de Europa y América.
A los veinte años, resolvió completar su educación en Europa. Parte desde Buenos Aires el
17 de octubre de 1825 a bordo de “La Joven Matilde” y, tras un viaje accidentado, recala en
el puerto de El Havre, Francia. Años más tarde, en El ángel caído, un poema épico con
fuertes influencias de Lord Byron y José de Espronceda, Echeverría deja testimonio de esa
travesía.
La ausencia de la patria (1825-1830) le fue provechosa. En el comienzo de su viaje, en el
trayecto entre el Río de la Plata y Brasil, escribe Peregrinaje de Gualpo. Ya instalado en
París, en el barrio de Saint-Jacques, desde el 6 de marzo de 1827, estudia ciencias en el
Ateneo, dibujo en una academia y economía política y derecho en La Sorbona. Allí mismo
se interesó por las tendencias literarias de la época, y estudió con afán ejemplar, logrando
una sólida educación.
En junio de 1830, regresó a Buenos Aires, e introdujo en la zona del Río de la Plata el
romanticismo literario. En 1831, publicó sus primeros versos breves en el periódico La
Gaceta Mercantil y también los versos de La Profesía del Plata en el periódico El Diario
de la Tarde. Al año siguiente, en 1832, editó en forma de folleto, Elvira o La novia del
Plata considerada la primera obra romántica en lengua castellana. En 1834 publicó el
primer libro de versos de la literatura argentina (Anteriormente se publicaron poemas
sueltos), Los Consuelos.
En 1838, Juan Manuel de Rosas ordenó la clausura del Salón Literario de Marcos Sastre, y
Echeverría funda y preside la "Asociación de la Joven Generación Argentina", luego
"Asociación de Mayo", inspirada en las agrupaciones carbonarias italianas, como La Joven
Italia de Giuseppe Mazzini. Fue en esta asociación donde expuso su ideal de recuperar el
espíritu de la Revolución de Mayo, redactó y leyó el Credo de esta Asociación, compuesto
por quince Palabras Simbólicas, y que servirán de base para la redacción posterior de El
Dogma Socialista de 1846. Presumiblemente, entre 1838 y 1840, mientras residía en la
estancia "Los talas", cerca de Luján, Provincia de Buenos Aires, escribe El matadero, que
se publicará póstumamente.
En 1839, Echeverría, a pesar de estar de acuerdo con la toma del poder por métodos no
violentos, adhiere al fracasado "Levantamiento de Dolores" o de los Libres del Sur contra
el gobierno rosista, por el cual se dicta la "Ley del 9 de noviembre de 1839" que, entre otras
cosas, identifica a los unitarios como autores de la intentona.
A finales de 1840, se autoexilia en la República Oriental del Uruguay. Primero vive en
Colonia del Sacramento y en 1841 se instala en Montevideo, donde vivió dedicado a la
literatura. Durante ese periodo oriental, escribe A la juventud argentina, un poema
revolucionario y redacta, además, Avellaneda, El ángel caído y La guitarra.
Esteban Echeverría falleció el 19 de enero de 1851, victima de una dolencia pulmonar. Fue
el más importante poeta del primer período romántico en el Río de la Plata e introductor de
este movimiento. Impuso la temática del indio y del desierto en la manifestación poética y
es considerado por muchos teóricos como el autor del primer cuento argentino El matadero,
aunque, por carecer de una única unidad temática, una parte de la crítica señala que este
escrito, como cuento, no puede considerarse dentro de los cánones tradicionales.
Obras:
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Elvira o la novia del Plata (1832)
Don Juan (1833)
Carlos
Mangora
La Pola o el amor y el patriotismo
Himno del dolor (1834)
Los consuelos (1834)
Al corazón (1835)
Rimas (1837, en GB)
La cautiva
El Matadero
Canciones
Peregrinaje de Gualpo
El Dogma Socialista
Cartas a un amigo
El ángel caído
Ilusiones
La guitarra
Avellaneda
Argumento:
Los hechos relatados tienen lugar años después la Revolución de Mayo, durante el período
en que Juan Manuel de Rosas gobernó la provincia de Buenos Aires, en Argentina. Más
concretamente, el marco temporal se ubica en algún momento de la década de 1830, luego
de la muerte de la esposa de Rosas, doña Encarnación Ezcurra, y durante la época de la
cuaresma católica. La acción se desarrolla en un matadero vacuno localizado en un sector
marginal de la ciudad de Buenos Aires, la cual en aquél tiempo integraba con la provincia
del mismo nombre una misma jurisdicción política y administrativa.
El relato, que hace una descripción de la sociedad y la situación política de la época,
comienza dando cuenta de un gran diluvio que duró 15 días y afectó la economía del país.
Se produjo una crisis en la provisión de alimentos, dado que por la imposibilidad de
movilizar la hacienda hasta el matadero durante ese período, hubo falta de carne. Esta
carencia, que por otra parte venía a coincidir fortuitamente con los mandatos cuaresmales
de la iglesia, en lo referido a la abstinencia de carne, produjo un aumento en los precios de
otros productos tales como aves, pescados y rosquillas, y la muerte de mucha gente. Sin
embargo, aunque la institución religiosa se cuidó de advertir que no se debía comer carne
por constituír ello pecado, no fue igual de rígida con los gobernantes y el cuerpo religioso,
lo que dejó en evidencia la hipocresía del gobierno y del clero.
Echeverría narra que ante la crisis, Rosas -"el Restaurador"- envía una reducida cantidad de
novillos al matadero. Estos animales son recibidos con algarabía por la gente más
marginada de la zona.
Sucede que las vísceras, llamadas "achuras" y lógicamente mucho menos apreciadas que la
carne, eran usualmente desechadas. Estas personas, en su afán de conseguir comida,
acostumbraban a asistir a las matanzas de reses y se apropiaban de dichas partes,
habitualmente protagonizando fuertes disputas. Como es de suponer, en este caso en que la
escasez de alimentos estaba haciendo estragos la expectativa era aún mayor que la habitual.
El último de los animales que queda vivo de aquella tropa resulta ser un toro, que ofrece
feroz resistencia a los faenadores que intentan reducirlo. Luego de una violenta contienda la
bestia se escapa. Echeverría cuenta que por esta refriega se produce indirectamente la
muerte de un niño, decapitado por el chicotazo de un lazo al romperse. No obstante, esta
tragedia es rápidamente olvidada por los asistentes, obsesionados por que se dé muerte al
animal. El brioso ejemplar es perseguido por varios jinetes, que al final de una tenaz y
accidentada persecución logran atraparlo y matarlo.
Luego del episodio del toro tiene lugar la parte culminante del relato. Acierta a pasar
cabalgando por el lugar un joven, al que la muchedumbre identifica rápidamente como
unitario, por no llevar luto -por la muerte de la esposa de Rosas- ni la divisa punzó y por su
apariencia en general. El mozo es atrapado y llevado a la casilla del "Juez del Matadero"
(especie de comandante del lugar), donde es interrogado y torturado por varios de los
personajes de esta historia, todos ellos simpatizantes del partido federal.
El joven unitario (personificación de Echeverría en el relato de ficción) se resiste en todo
momento durante este injustificado calvario, manteniendo una actitud digna y desafiante
ante las crueldades de los federales. Finalmente, en un momento en el que pensaban
continuar torturándolo, el joven literalmente estalla de rabia, muriendo heroicamente sin
haber sido desmoralizado por la tortura, y luego de haber expresado abiertamente sus
pensamientos acerca del régimen gobernante.
Personajes:
A los personajes del matadero parece casi imposible asignarles un rosto. En cambio en la
breve descripción del unitario, el rostro y el resto del cuerpo, parecen delinearse y tomar
forma humana.
El orden que el narrador impone al escenario del matadero, es en el joven unitario la
encarnación. Mientras las características del caos serán la multiplicidad, la fealdad, lo
grotesco; en el ámbito del orden lo serán lo uno, lo bello, lo refinado.
En este punto lo apolíneo se enfrenta a con lo dionisíaco, se miran de frente en el relato de
“El Matadero”, los lenguajes cultos de uno se enfrentan a los gritos de los otros. Lo que
sigue de la narración es lo paradójico: la realidad pareciera, al menos desde el sentido
común, tender o aceptar el establecimiento de un orden como elemento indispensable para
el desarrollo del ser humano y de una nación, pero aquí el caos consume, diluye, todo
orden.
Opinión personal:
Pude entender que la época en la que vivió Echeverría fue lo que lo inspiró a expresar tanta
violencia en "El Matadero".
A parte pude informarme más sobre lo que vivió nuestro país algún tiempo atrás y sobre la
vida del autor.
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