Perfil del joven animador escolapio

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GJE de Buenos Aires
Animadores’ 2002
Perfil del joven animador escolapio
El animador escolapio es un joven de 17 a 25 años que, encontrándose en las
etapas de profundización (Peregrinos) o discernimiento y opción (Servidores):

se identifica con Calasanz, de quien aprende a ser animador;

tiene unos acompañantes, los escolapios, con quienes trabaja conjuntamente
en el Plan Provincial de Pastoral Juvenil Vocacional;

se integra con los otros animadores y trabaja en equipo con ellos;

en la Escuela Pía, su espacio de crecimiento y servicio, descubre y madura su
pertenencia y misión eclesiales;

ha optado por Cristo a través de un camino de educación escolapia;

Cristo le ha abierto un camino de maduración humana;
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
con capacidad de escucha y diálogo, dominio de sí, reflexión y sensibilidad y
paciencia ante las situaciones personales y grupales; con aptitudes de
liderazgo juvenil;
procura a través de la tarea sencilla de la animación responder a las
necesidades sociales que le interpelan;

busca en todo la gloria de Dios y la utilidad del prójimo.

ha explicitado su compromiso libre -pero firmemente- en los grupos juveniles
escolapios;

es llamado a dedicarse a los jóvenes al modo de Calasanz, continuando su
misión;
Criterios para la selección de los animadores
Es claro que un proyecto de formación de animadores se dirige a personas
necesitadas de formación. Dentro de esta necesidad hay diversos grados. Y
vemos necesario establecer ciertas condiciones mínimas que sirvan como criterios
de referencia a la hora de seleccionar a los nuevos animadores:

se le encomienda una tarea específica con metas claras, a la que llamamos
animación escolapia;

responde generosamente a este
preparándose para esta misión;

evita que la tarea de la animación le impida cumplir con sus responsabilidades
personales, familiares y sociales;

alegre y creativo, responsable y constante en la misión que se le encomienda;

capaz de asumir las limitaciones y los fracasos;

es un joven entre los jóvenes, un testigo ante los jóvenes, un servidor entre los
jóvenes;
b) Contar con la confianza y aprobación del escolapio asesor del
Centro (y eventualmente del Superior Local, Director o Párroco). Esto asegura que
el joven efectivamente podrá desarrollar su trabajo apoyado por su asesor.

procura abrirse siempre a la acción del Espíritu Santo, al que tiene como guía y
principal animador;
c)Que el joven asegure una cierta continuidad futura en su trabajo
como animador, al menos por unos 2 o 3 años.

cuenta con la presencia y ayuda de María, Madre y Educadora de Cristo y
nuestra;
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llamado
dedicándole
su
tiempo
y
a) Los jóvenes deben tener como mínimo 17 años o estar cursando
5º año. Se trata de asegurar que hayan resuelto los principales problemas de la
adolescencia temprana y, por tanto, logrado una relativa identidad personal. Es
necesario que hayan superado los logros que definen la etapa de Iniciación
(Buscadores) y estén transitando las etapas siguientes.
d)Que el joven haya tenido experiencia de participación en un grupo
juvenil, preferentemente de ambiente escolapio. Esto permite asegurar una
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formación básica, una maduración mínima de su fe y una identificación-cercanía
con la Escuela Pía.
e)Que el joven tenga vida de oración, participe en los sacramentos y
manifieste coherencia de fe y vida en sus actitudes.
f)Que el joven presente una vocación y aptitudes mínimas para el
trabajo de animación escolapia: interés apostólico, responsabilidad en su
compromiso, capacidad de servicio y trabajo en equipo, apertura para revisar sus
actitudes y capacidad para la comunicación empática.
g)Asegurar que el joven disponga del tiempo necesario para
desarrollar su servicio, evitando la improvisación a la que puede llevar el recargo
de otras obligaciones y responsabilidades.
h)Que el joven haga una opción clara y definida por la animación
escolapia, como forma de pertenencia y servicio en la Iglesia que excluye el
compromiso y la participación en otras propuestas y grupos análogos.
i)Que el joven manifieste, aún en la problemática propia de su edad,
una adecuada capacidad de resolver sus conflictos, utilizando sus recursos
personales y aquellos que le ofrece el medio (familia, amigos, asesores, etc.). Ello
significa: capacidad para reflexionar las propias experiencias, estar abiertos a las
propuestas de los demás, en búsqueda de respuestas creativas para él y su
medio. Debe haber logrado una identidad sexual que le permita una relación fluida
consigo mismo, con las personas de su propio sexo y con las del otro.
j)Que el joven muestre sensibilidad social: apertura a la realidad,
sentido de pertenencia y actitud de compromiso.
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acepta a los otros
valora el estudio y el trabajo y el ámbito de la escuela o universidad
es crítico hacia los valores que le propone la sociedad
en lo cristiano:
se va identificando con Jesucristo como Señor
gusta de leer la Palabra
acepta a María como Madre y Educadora, en una alianza de servicio
tiene momentos fuertes de oración
participa de los sacramentos
en lo eclesial-vocacional:
madura su conciencia de pertenencia a la Iglesia
se afianza en la dirección espiritual
profundiza en los distintos estados de vida
busca la voluntad de Dios para su vida (planteamiento vocacional)
comprometido en la vida de su grupo
consolida su plan de formación personal y grupal
da pasos hacia un compromiso social
en lo calasancio:
tiene a Calasanz como su modelo de vida
le atrae la misión de Calasanz entre niños y jóvenes especialmente pobres
realiza un apostolado calasancio
toma como referencia a la Escuela Pía
Al final de esta etapa se pretende un Grupo que:
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Exprese abiertamente los conflictos interpersonales latentes;
descubre las condiciones y los condicionamientos grupales para resolver los problemas;
aprende las dinámicas y condiciones de la acción grupal;
experimente la necesidad de un proyecto grupal redefiniendo sus objetivos;
asuma consciente y explícitamente la identidad cristiana del grupo;
experimente la necesidad de un compromiso apostólico grupal y se abre a la dimensión eclesial y social;
crezca en la identificación con Calasanz y las Escuelas Pías.
Sepa acompañarse mutuamente en las dificultades que genera la propuesta del ambiente.
Peregrino:
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en lo humano:
se acepta a sí mismo tal como es
integra afectividad-sexualidad
experimenta su libertad
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