Proyecto de Ley de modificación de la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina Referencias: Carta Orgánica: Ley N° 24.144 Ley de Convertibilidad: Ley N° 23.928 La crisis financiera mundial desatada en 2008 puso en evidencia la necesidad de replantear el rol de los bancos centrales en todo el mundo. Frente al estallido de la crisis financiera internacional resultó indispensable redefinir el rol de la autoridad monetaria para garantizar la estabilidad financiera y el estímulo monetario por la vía del rescate de las entidades financieras en problemas, la inyección de liquidez al sistema financiero y la ampliación del tipo de garantías permitidas, en un esfuerzo de coordinación de la política económica con las autoridades fiscales para evitar un colapso aún mayor de la economía real. Producto de ello, numerosos países impulsaron reformas de la ley que rige el accionar de sus bancos centrales entre los que pueden mencionarse Estados Unidos, Inglaterra, Uruguay, Rusia, México y también el Banco Central Europeo. En el caso argentino, el proceso de liberalización financiera y desmantelamiento de las capacidades y herramientas del Estado fue más extremo que en otros países hasta alcanzar su estadio superior con el régimen de convertibilidad, que supuso la pérdida de la soberanía monetaria y cambiaria. En el caso extremo que significó para la Argentina la instauración de una caja de conversión se produjo un divorcio definitivo de las esferas monetaria y cambiaria respecto al devenir de la economía real. Así, los antecedentes de esta iniciativa se encuentran tanto en la experiencia internacional—reciente y pasada—donde los bancos centrales jugaron un rol fundamental en la defensa del valor de sus monedas, en la contribución a la estabilidad financiera así como en la promoción del desarrollo económico, a través de las políticas monetaria y cambiaria y de la provisión y el estímulo del crédito para la inversión de largo plazo y, también, en los textos de las Cartas Orgánicas que rigieron al BCRA antes de su reforma en 1992. 1 Las principales modificaciones impulsadas por el proyecto de ley del PEN son: 1) Se pasa del objetivo único de preservar el valor de la moneda a un triple mandato, donde se incorporan la estabilidad financiera (objetivo que muchos países han incorporado explícitamente luego de los efectos devastadores de la crisis financiera) y el desarrollo económico con equidad social, concepto que, con diversas redacciones había estado presente en todas las CO previas a la redacción de 1992 y que también está presente en la normativa de numerosos países tales como los Estados Unidos, Inglaterra y Canadá, entre otros. 2) Congruentemente con los cambios del punto anterior se propone un conjunto de modificaciones destinadas a eliminar resabios de la convertibilidad, tanto de la Carta Orgánica del Banco Central como de la Ley N° 23.928 (Ley de Convertibilidad), incorporándose preceptos consistentes con el régimen macroeconómico vigente que, a su vez, están alineados con la experiencia nacional e internacional en materia de crisis financieras. Entre los conceptos cuya modificación se propicia se encuentra la obligación de mantener una relación entre la base monetaria y la cantidad de reservas internacionales, concepto que demostró su ineficacia ante la crisis de 2001 y que, por cierto, dejó de utilizarse en el mundo luego del abandono hace años del patrón oro o sus sucedáneos. Dada la adopción de un régimen de tipo de cambio flexible aunque administrado, aquella relación también fluctúa y son otras consideraciones las que deben definir, por un lado, la política de acumulación de reservas internacionales y, por el otro, la expansión del crédito y del dinero. Se establece en cambio que el Directorio de la institución deberá definir el nivel de reservas que garantice el normal funcionamiento del mercado cambiario tomando en consideración la evolución de las cuentas externas. 3) Se faculta a la autoridad monetaria a regular y a orientar el crédito a través de las instituciones del sistema financiero, de forma tal de promover la inversión productiva de largo plazo. Así, el BCRA podrá otorgar adelantos a los bancos para que estos a 2 su vez otorguen préstamos de largo plazo para la inversión productiva (Línea del Bicentenario). El BCRA también podrá regular las condiciones de crédito, en términos de plazos, tasas de interés, comisiones y cargos y orientar su destino—cuando este le parezca necesario—por medio de encajes diferenciales y otros mecanismos. Con ello, el BCRA recuperará su rol histórico en la promoción del crédito productivo, que constituye una función estratégica tanto para garantizar la estabilidad monetaria como para sostener el crecimiento económico y propender al desarrollo y la plena ocupación de los recursos de la economía. Con características idiosincrásicas y determinantes históricos particulares, no existen ejemplos en el mundo de despegue económico exitoso donde el crédito a la inversión de largo plazo no haya jugado un papel trascendental en el proceso de desarrollo económico. Estas facultades le permitirán contar con herramientas para, por ejemplo, llevar adelante políticas específicas destinadas a impulsar la inversión o atender las necesidades de PYMES o de economías regionales de forma de ayudar a lograr un crecimiento armónico y sostenible de nuestra economía. Existen numerosos ejemplos de Bancos Centrales que regulan el crédito tales como Brasil, México y Perú. 4) En línea con la regulación financiera internacional post crisis se amplia el llamado “perímetro” de la regulación para incorporar en la órbita del BCRA actividades cuyo accionar tiene directa o indirectamente efectos sobre el sistema financiero, tales como los sistemas de pagos, las cámaras compensadoras, las remesadoras de fondos y las transportadoras de caudales. 5) En forma taxativa se propician cambios para prevenir el abuso en las relaciones entre el sistema financiero y sus clientes (defensa de los usuarios) apuntando a impedir abusos y, al mismo tiempo, velar por un sistema financiero con un adecuado nivel de competencia. 6) El Banco deberá informar antes del inicio de cada ejercicio sus objetivos y planes en relación a las políticas monetaria, financiera, crediticia y cambiaria, y en caso de producirse cambios significativos deberá explicar las causas y las medidas 3 adoptadas en consecuencia. Esto reemplaza lo obligación respecto a la comunicación de una meta de inflación y la confección de un programa monetario con metas de agregados monetarios. 7) Se potencia el rol de la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias integrando sus funciones mas estrechamente con la política monetaria en línea con lo que es la experiencia internacional reciente. DE este forma se concentra en una misma cabeza, (el Directorio de la institución) algunas decisiones referidas a la política monetaria y de estabilidad financiera. De forma tal de incrementar la eficiencia de la gestión y la supervisión. Esta modificación se inscribe en lo observado en el mundo luego de la crisis iniciada en el 2007 en términos de consolidar la regulación del sistema financiero con la política monetaria, tal como se observara, por ejemplo, en el caso inglés. 4