ENSÉÑAME A REZAR Jesús, maestro y amigo bueno, enséñame a rezar como Tú lo hacías. XXIX Domingo del Tiempo Ordinario - 17 de octubre Orar siempre sin desanimarse Prepara mi corazón y mis labios para decir contigo: ¡Papá! Al Dios Bueno que está en los cielos y en la tierra, cerca de nosotros acompañándonos y cuidándonos mucho y siempre. Ayúdame a buscar un momento en el día para hablar con Dios, tranquilo, contándole mi vida, mis cosas, mis problemas y mis alegrías. Enséñame a hacer silencio para escuchar su Palabra. Enséñame a oír, entre el ruido que nos rodea, la voz del Padre que nos expresa su amor. Jesús, amigo bueno, enséñame a decir Padrenuestro con fe, con ganas, con alegría y confianza. acción católica general SECTOR DE NIÑOS www.accioncatolicageneral.es Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan E n aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”. Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara”». Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?» 8, 1-8 lo que somos... con nuestras cosas buenas y con nuestras limitaciones. Para poder poner en marcha lo que nos pida... con entrega y generosidad. Para que se haga su voluntad. Tampoco la oración es cosa de “contabilidad”... y digamos “ya llevo rezados 40 Padre Nuestros esta semana... ¡cuánto rezo!”. Sino de que toda nuestra vida sea una oración... que sepamos que Jesús nos acompaña en todo lo que hacemos... y que tengamos siempre presente qué es lo que haría nuestro mejor Amigo en nuestro lugar: en casa, en la parroquia, en el colegio, con los amigos... Lucas 1 C ¿ ómo tenemos que orar? ¿Cómo tiene que ser nuestra oración? ¿Qué debemos hacer... para orar cómo Jesús nos pide? z ¿Crees que hay alguna diferencia entre “rezar”... y “orar”? ¿Entre un “rezo”... y una “oración”? Debemos orar... dejando un poco de lado las ocupaciones y preocupaciones de cada día... para no distraernos... para poder estar con Jesús sin tener la cabeza en otras cosas. No puede ser el momento en el que descarguemos el rencor que sentimos hacia el que nos cae mal... como diciendo “Mira... lo que me ha hecho este... ya no le aguanto... es que es...”. Al contrario, debe ser un momento para, a través del diálogo con Jesús... encontremos la manera de reconciliarnos con nuestros hermanos. Tampoco es “ir al mercado”... a decir “si Tú, Jesús... me ayudas con esto, yo me comprometo a esto otro”. Nuestro Padre ya nos conoce... y sabe lo que necesitamos. Debemos, con el corazón abierto, aceptar z ¿Qué es lo que más haces tú... “orar” o “rezar”? ¿Cómo lo haces? ¿Qué podrías hacer para orar... más y mejor? z Seguro que le pides cosas a Dios... ¿Las pides sólo para ti o para los demás?