Directores exitosos Para que ese liderazgo sea efectivo el director debe contar con su cuota de autonomía: "Los directores en las escuelas británicas tienen el control de su presupuesto y de su equipo o "staff" de personal, lo que les otorga capacidad para generar los cambios que puedan resultar necesarios en la escuela. Características de un líder Cualidades del "líder" Positivos y optimistas, los directores deben estar abiertos a ideas nuevas, trabajar bien en grupo y delegar responsabilidades sin que ello signifique dejar de velar por el correcto cumplimiento de las tareas encomendadas a otros miembros de su equipo. Establecer metas y prioridades claras, relacionadas con las necesidades de los estudiantes. Monitorear en terreno el trabajo de los docentes y hacer clases como si fuera un docente más, aunque en menor cantidad de horas. Esto le permitirá tener una idea clara e informada de las necesidades del colegio, siempre centrada en las necesidades de los alumnos. Poner énfasis en el rendimiento escolar. Participación activa en la creación de equipos de trabajo. El director debe tener atribuciones para elegir a sus colaboradores en materias administrativas y técnicopedagógicas. Encauzar los conflictos que se producen dentro de la comunidad escolar. Papel protagónico cuando se aborden temas como la introducción de innovaciones curriculares y la evaluación del rendimiento de los alumnos. Capacidad para irradiar valores y autoridad moral. Tener y expresar altas expectativas sobre el profesorado, los/as alumnos/as y hacia sí mismo. Se apoya en las fortalezas y no en las debilidades de la comunidad escolar. Por lo tanto, trabaja en base a las fortalezas del grupo escolar y no se limita a enumerar las debilidades de ese grupo. Consensuar, tener presente y recordar los fines educativos al profesorado, padres y estudiantes. Es decir, se compromete y compromete a la comunidad escolar con la línea educativa del colegio. Ser un buen administrador de los recursos y contar con mayores facultades en esta área, no puede ser que un director desconozca el aporte que el Ministerio de Educación hace al establecimiento, vía subvención y otros recursos. También el director tiene que participar en las decisiones de compra de materiales, mantenimiento de infraestructura y otras inversiones asociadas al funcionamiento del colegio. Política de puertas abiertas: rendir cuenta de la gestión, en las instancias que correspondan. Directores hoy en día No administran sus recursos, no tienen la capacidad de conformar sus equipos directivos. No intervienen en la designación de los profesores de su establecimiento. Precisan un ingreso económico que motive seriamente a aquéllos con más condiciones para liderar un establecimiento que se interesen en hacerlo. Directores democráticos Este deberá asumir un liderazgo racional, democrático, adecuado para promover la participación colegiada en la toma de decisiones y en la organización de la gestión de la calidad escolar. Así se involucra a todos en el compromiso, objetivos y metas de la calidad. En el liderazgo democrático una autoridad racional debe sustituir al autoritarismo arbitrario. Se trata de dialogar, convencer y concertar voluntades en lugar de simplemente ordenar. Lo arbitrario se deriva del arbitrio de una persona. Lo racional tiene como base la razón, el razonamiento. Así no se pierden los objetivos comunes de la calidad, la eficiencia y la eficacia. Algunos rasgos y funciones del líder escolar democrático son los siguientes: Identifica las características de los elementos que conforman la comunidad educativa a su cargo a fin de asumir las actitudes adecuadas con cada uno de los diferentes grupos de trabajo. Promueve una coordinación constante entre los miembros de la comunidad educativa para la realización de acciones, sin invadir el ámbito de trabajo que cada elemento tiene asignado. Estimula la participación de todos en los propósitos de la calidad. El líder establece mecanismos de participación, a fin de que se tomen las decisiones más adecuadas para el desarrollo del trabajo en el plantel. Analiza e interpreta aquellas situaciones que afecten el desarrollo del trabajo escolar, procurando dar solución satisfactoria. Corrige las actividades o prácticas erróneas del grupo de trabajo. Establece una comunicación abierta y cordial con todos los miembros del personal a su cargo. El director democrático fomenta la participación del personal en las decisiones para mejorar el proceso educativo y aprovecha inteligentemente las opiniones de todos par asegurar la calidad de la educación. El líder democrático no es prepotente. Alienta con naturalidad a todos a participar colectivamente en la realización del programa de gestión de la calidad escolar. Trata al personal con respeto, paciencia y en forma amistosa. Sabe ganarse la estimación y respeto no sólo de sus colaboradores, sino también de sus superiores. Tiene confianza en su personal y crea un ambiente de libertad en el que todos expresen sus opiniones sin temor a represalias. Se interesa por darles oportunidad a todos los integrantes del personal del plantel para que cada uno desarrolle su personalidad y busque su propia superación y progreso. El líder moderno y democrático comprende al personal y no lo desprecia. Estimula a todos y no los persigue. Logra que se realice el trabajo y procura el progreso de todos y no su explotación. Pregunta cómo hacer el trabajo todos juntos y no ordena que se haga como él arbitrariamente lo determina. Le explica al personal cómo mejorar sus labores y muestra cómo hacer el trabajo, en lugar de infundir temor mediante amenazas. Habla de nosotros en lugar de decir yo. El buen líder asume responsabilidades en lugar de transferirlas. No culpa a los demás de los errores sino que determina las causas. Reconoce la buena labor de los demás y no se atribuye ante los superiores como personales los aciertos colectivos. Le da su lugar a cada uno de los miembros del personal y no tiene preferidos. Un buen director sabe escuchar a todos. Toma las ideas útiles y forma su propio criterio en acuerdo colectivo. El verdadero director considera que tener criterio propio, aceptar la idea de otro en un momento dado o discrepar de ella es algo normal en un buen ambiente escolar. Los líderes establecen la unidad de propósitos, de dirección y el ambiente interno adecuado de la organización. Ellos crean el ambiente en el cual el personal se involucra completamente en el propósito de alcanzar los objetivos de calidad de la organización. Se “liderea” con el ejemplo y además hay que entender y responder a los cambios del ambiente externo. Se consideran las necesidades de todos los interesados incluyendo clientes, dueños, personal, proveedores y comunidades. Es creada una visión clara del futuro de la organización. Se establecen valores compartidos y modelos de conducta éticos en todos los niveles de la organización. Se crea confianza y se eliminan temores. Otorga al personal la libertad para actuar con responsabilidad. Se inspira, alienta y reconoce las contribuciones del personal. En la escuela es necesario establecer un liderazgo democrático para asegurar la calidad de la educación. Se ha señalado que la calidad de los servicios escolares está determinada por la calidad del liderazgo que se establece en el plantel como centro de una comunidad dedicada a la educación. La calidad es un proceso participativo de directivos, maestros y alumnos que se da en una organización con objetivos comunes, compartidos en un compromiso colectivo.