Dictamen de la Procuración General: La Sala I de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Mercedes, en el marco del juicio por rendición de cuentas promovido por José D´amico contra Roberto González, confirmó el pronunciamiento dictado por el juez de primera instancia por el impugnaciones que luego promovidas de por admitir el parcialmente accionante, aprobó las en cuanto hubiera lugar por derecho la rendición de cuentas practicada por la parte demandada, condenándola a abonarle a la actora la suma de $224.971,68 (pesos doscientos veinticuatro mil novecientos setenta y uno con 68/100) con más intereses que también determinó, imponiendo las costas al apelante vencido (v. fs. 179/183). Contra dicho pronunciamiento se alza el demandado -por apoderado- a través del recurso extraordinario de nulidad de fs. 188/192 vta, concedido en fs. 193, que funda en la violación de las mandas contenidas en los arts. 168 y 171 de la Constitución local. Sostiene el recurrente, que el fallo carece en forma total y absoluta de citas legales, jurisprudenciales y doctrinarias, carencia que a su juicio lleva a la insanable nulidad de la sentencia por falta de fundamentación, puntualizando que tal falencia hace al interés del nulidicente, por la dificultad que supone a los fines de cuestionar jurídicamente el decisorio adverso a sus intereses. A Cámara interviniente cuestión esencial; ha tal, su omitido la vez, denuncia que la tratamiento a una a de dar relativa la carga la prueba, tópico que llevado a conocimiento del tribunal a través del memorial de agravios, y de carácter esencial -en su consideración-, debió ser abordado por el Tribunal para ensayar toda posible conclusión fáctico-jurídica vinculada con la rendición de cuentas pretendida. Habré de abordar en primer término el análisis de la concurrencia del primer vicio invalidante respuesta invocado que a su en la protesta, respecto se dado obtenga, que de la dependerá la necesidad de ingresar o no en el tratamiento de la restante objeción formulada. Y en ese discurrir, anticipo que le asiste razón al recurrente en su alzamiento, por lo cual corresponde hacer lugar al recurso de nulidad incoado. Corte, que para que En efecto. Tiene dicho esa pueda dejarse sin efecto un pronunciamiento en virtud de la violación de las normas previstas en los arts. 168 y 171 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires, debe haberse producido omisión de tratamiento de cuestiones esenciales, falta de fundamentación legal, de voto individual de los jueces o de coincidencia que permita alcanzar la mayoría de opiniones requerida (Conf. S.C.B.A. Ac. 93.908 sent. del 3/IX/2008 e.o.). Pues bien, el art. 171 de la Constitución de Buenos Aires impone que las sentencias sean "fundadas en el texto expreso de la ley; y a falta de éste, en los principios jurídicos de la legislación vigente en la materia respectiva, y en defecto de éstos, en los principios generales del derecho, teniendo en consideración las circunstancias del caso". Y este requisito, lejos de establecer una solemnidad secundaria y dispensable, constituye una de las más trascendentes garantías de la justicia (conf. S.C.B.A., Ac. 53.040, sent. del 13-2-96; Ac. 80.106 sent. del 1-IV-2004 e.o), de la cual no puede privarse al litigante. Y ello es precisamente lo que sucede en la especie con el pronunciamiento impugnado, en el que pese a la prédica que de manera dogmática se formula al inicio de la parte dispositiva del fallo, no existe la más mínima cita normativa, doctrinaria o jurisprudencial que permita tener por constitucional señalado. satisfecho el requerimiento Por precedentemente transcriptas, las aconsejo a razones esa Corte sea declarado procedente el recurso extraordinario de nulidad que dejo examinado, eximiéndome –tal como adelanté- de abordar el análisis del restante motivo de impugnación que fuera invocado por el recurrente (conf. art. 298 del C.P.C.). Tal es mi dictamen. La Plata, 29 de octubre de 2008 - Juan Angel de Oliveira A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 12 de octubre de 2011, habiéndose dispuesto siguiente Lázzari, en establecido, el Acuerdo orden de Hitters, 2078, de que votación: Negri, conformidad deberá doctores Kogan, se con observarse Pettigiani, reúnen los lo el de señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 102.546, "D’Amico, José contra González, Roberto. Incidente de rendición de cuentas por parte del demandado". A N T E C E D E N T E S La Sala I de la Cámara Primera de Apelación en lo Civil Mercedes y Comercial confirmó, en lo del Departamento sustancial, la Judicial resolución de que admitió parcialmente las impugnaciones formuladas por la actora y aprobó la rendición de cuentas practicada en autos, condenando al demandado a abonar una suma de dinero (fs. 179/183). Se interpuso, por la parte demandada, recurso extraordinario de nulidad (fs. 188/192 vta.). Oído el señor Subprocurador General, dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado el recurso extraordinario de nulidad? V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Pettigiani dijo: 1. En el marco de un incidente de rendición de cuentas promovido por José D’Amico contra Roberto González, la Sala I de la Cámara Primera de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Mercedes confirmó la resolución recurrida (de fs. 152/160), por la cual se decidió en lo sustancial admitir parcialmente las impugnaciones formuladas por la actora; aprobar la rendición de cuentas, con las rectificaciones ordenadas y, por último, ordenar al demandado hacer efectiva la suma establecida, con más los intereses dispuestos bajo apercibimiento de ejecución (fs. 179/183). 2. Contra lo así resuelto, la demandada -por apoderado- interpuso recurso extraordinario de nulidad (fs. 188/192 vta.). En lo que interesa para la vía impugnativa traída, la incidentada reclama la nulidad del resolutorio que confirmó el de la instancia de origen, considerándolo violatorio de los arts. 168 provincial y, apontocándose y en 171 el de art. la Constitución 296 del Código procesal, articula como causales de invalidez la falta de fundamentación legal y la omisión de tratamiento de una cuestión esencial (v. fs. 191/192). 3. En coincidencia con lo dictaminado por el señor Subprocurador General, considero que el recurso debe prosperar. Dando respuesta en forma ordenada a los agravios citados y, tal como los presenta el impugnante, he de expresar que, en relación a la alegada falta de fundamentación legal, asiste razón al presentante. De la detenida lectura del fallo en crisis se desprende que la Cámara interviniente ha omitido toda cita de norma legal o principio jurídico en respaldo de lo resuelto (fs. 179/183), por lo que considero que al resolver de esta forma ha vulnerado la garantía consagrada en el art. 171 de la Constitución de la Provincia (conf. causas Ac. 94.349, resol. del 15-VI-2005; Ac. 99.006, resol. del 11-IV-2007; C. 85.799, sent. del 20-II-2008; Ac. 100.610, resol. del 22-X-2008; C. 100.009, sent. del 18III-2009; entre otras). 4. En razón de lo expuesto, verificándose entonces la infracción denunciada, el tratamiento de la segunda cuestión planteada se ha vuelto abstracto, correspondiendo hacer lugar al recurso traído, anular la sentencia recurrida y devolver los autos al tribunal de origen para que, integrado como corresponda, dicte nuevo pronunciamiento (arts. 296 y 298, C.P.C.C.). Las costas se imponen por su orden (conf. art. 298, in fine, a contrario sensu, C.P.C.C.; Ac. 64.422, sent. del 28-IX-1999 y su aclaratoria del 22-XII-1999). Voto por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo: Adhiero a los fundamentos del voto del doctor Pettigiani, aunque considero que además corresponde aplicar la sanción establecida en el art. 298 del Código Procesal Civil y Comercial prevista para el caso. En efecto, el art. 171 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires impone que las sentencias sean "fundadas en el texto expreso de la ley; y a falta de éste, en los principios jurídicos de la legislación vigente en la materia respectiva, y en defecto de éstos, en los principios generales del derecho, teniendo en consideración las circunstancias del caso". Esta exigencia responde a los parámetros establecidos por el constitucionalismo moderno, que procura brindar un sistema de garantías fundamentales de la administración de justicia. Al respecto cabe recordar, conforme a la doctrina de este Tribunal, que constituye garantía de los derechos de las partes la obligación judicial de fundar las sentencias de modo que se perciba claramente el itinerario lógico jurídico del que deriva la resolución final, porque la deficiencia en tal sentido se erige en obstáculo al control de legalidad (conf. causas Ac. 53.976, sent. del 15-IV-1997; Ac. 79.135, sent. del 20-IV-2005; véase también mi voto en las causas Ac. 56.599, sent. del 23-II-1999; C. 94.257, sent. del 13-V-2009). En este sentido ha sostenido Acuña Anzorena -de grata memoria en esta Suprema Corte- comentando un viejo fallo de la Cámara Civil 1ª de la Capital Federal y con cita de Mortara: "En la dilucidación de las controversias jurídicas no le está permitido al magistrado abandonarse a su propio arbitrio, ni tampoco a la más extraña aplicación de la ley, debiendo todo pronunciamiento judicial representar un razonamiento fundado en el hecho y en la norma de derecho que le sea atinente. Pero, la misma posibilidad de la diferente interpretación de un texto de la ley, o de una distinta apreciación de los hechos, hace necesaria una completa demostración de cómo y porqué la mente del juez ha llegado a decidirse por una u otra resolución, presentando así un concepto elaborado sobre la base de la lógica y del derecho ... Si las resoluciones de los magistrados pudieran estar eximidas de este elemento que tiene por objeto demostrar el porqué de sus decisiones, todo quedaría abandonado a su arbitrio y cuando no fuese posible controlar los motivos que inspiraron su pronunciamiento, vendría en menos una de las principales garantías de la recta administración de la justicia" (en "Jurisprudencia Argentina", t. 49, p. 62 y sgtes.; conf. mi voto en las causas Ac. 56.599, sent. del 23-II-1999; C. 94.257, sent. del 13-V-2009). Además, la obligatoriedad de la motivación de las sentencias constituye requisito ineludible de validez constitucional. Desde la perspectiva federal, lo consagra indirectamente la Constitución nacional. De acuerdo con su art. 18 es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. Esta garantía comprende para el justiciable la posibilidad de obtener una sentencia "que sea derivación razonada del derecho vigente", en la feliz expresión acuñada por la Corte Suprema de la Nación al elaborar la doctrina de las sentencias arbitrarias. Y una sentencia es derivación razonada del derecho vigente cuando, entre otros recaudos, está fundada. De allí que la defensa en sentencia juicio involucra fundada. Porque el derecho también a hay lograr una una garantía innominada a la "no arbitrariedad", que fluye del art. 33, y que constituye un derecho a la exigencia de razonabilidad en los pronunciamientos judiciales. Lo que en definitiva se subsume en el valor Justicia, enunciado en el Preámbulo de la Constitución, porque "afianzar la justicia" solamente se satisface obligación con en la debida examen motivación. comporta un En deber resumen, la constitucional, porque posibilita el control externo sobre el modo como el juez ejercita el poder jurisdiccional. En un Estado de Derecho el poder no es absoluto, y fundamentalmente, no es oculto, por conocimiento órgano, pues el contrario, público coadyuva resguardando una ha también legalidad no de ser en la el transparente. imparcialidad principio controlable (a de El del legalidad, través de la motivación) equivale a una no legalidad, y es precisamente en la fundamentación de la decisión en donde el juez demuestra que la ley ha sido válidamente aplicada al caso (Morello, "El proceso justo"). Desde el marco propio de la Constitución provincial, debe recordarse, en primer lugar, que el art. 10 de la Constitución de la Provincia asegura a todos los habitantes el derecho perfecto de defender y de ser protegidos en su vida, libertad, reputación, seguridad y propiedad. Nadie puede ser privado de estos goces sino ... previa sentencia legal del juez competente. Y el art. 15, luego de la reforma de 1994, consagra la tutela judicial continua y efectiva. En el caso, la infracción a la exigencia constitucional que se viene referenciando es palmaria. La sentencia no contiene una sola cita de norma legal. Si el incumplimiento por el recurrente de la carga del art. 279 del Código Procesal Civil y Comercial genera consecuencias insuperables, no puede tolerarse que los jueces obren con ligereza, inaplicándose la manda del art. 298 del Código citado. A partir de estas consideraciones, teniendo en cuenta la repercusión que produce la falta de una debida fundamentación para con la sociedad, estimo que debe aplicarse la multa prevista en la mentada disposición. Voto, pues, por la afirmativa. Los señores jueces doctores Hitters, Negri y Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Pettigiani, votaron también por la afirmativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, de conformidad Subprocurador con General, lo por dictaminado mayoría, se por hace el señor lugar al recurso extraordinario interpuesto y se anula la sentencia impugnada, remitiéndose los autos al tribunal de grado para que, debidamente integrado, dicte nuevo pronunciamiento. Costas por su orden (conf. art. 298, in fine, C.P.C.C.; Ac. 64.422, sent. del 28-IX-1999 y su aclaratoria del 22-XII1999). Regístrese, notifíquese y devuélvase. EDUARDO JULIO PETTIGIANI EDUARDO NESTOR DE LAZZARI HECTOR NEGRI JUAN CARLOS HITTERS HILDA KOGAN CARLOS E. CAMPS Secretario