En la ciudad de La Plata a los primer días del mes de noviembre del año dos mil cuatro, reunidos en Acuerdo Ordinario, los Señores Jueces de la Sala Segunda del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, doctores Fernando Luis María Mancini y Jorge Hugo Celesia, desinsaculados para resolver en esta causa nro. 17.371 del registro de esta Sala, caratulada “R. O. M. s/ Recurso de Casación”. Practicado el sorteo de ley, resultó que en la votación debía observarse el orden siguiente: MANCINI- CELESIA. ANTECEDENTES Llegan las presentes actuaciones a conocimiento de este Tribunal en virtud del recurso de casación deducido Dr. Germán José Kiefl contra lo resolución que deniega las salidas transitorias respecto de R. M. Cumplidos los trámites de rigor, esta causa se encuentra en condiciones de ser resuelta, por lo que el Tribunal decidió tratar y votar las siguientes: CUESTIONES Primera: ¿Es formalmente admisible el presente recurso? Segunda: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar? A la primera cuestión planteada, el Señor doctor Mancini, dijo: Sin perjuicio de señalar que la resolución dictada por la Sala I de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal del Departamento Judicial de Bahía Blanca en cuanto confirmó el rechazo del pedido de salidas transitorias, no puede encuadrarse en aquellas contempladas por el artículo 450 del Código Procesal Penal, a partir de lo resuelto por este Tribunal en Acuerdo Plenario del día 23 de noviembre del 2000, en causa registrada bajo el número 3419 caratulada “Saez, miguel Angel s/ Recurso de Casación” donde se dipuso la irrecurribilidad de resoluciones que deniegan salidas transitorias por no resultar equiparables a sentencia definitiva a los efectos del recurso de casación, y digo sin perjuicio de ello, el recurso no puede prosperar por carecer el secretario del área de ejecución de legitimación para recurrir. Al respecto considero que sólo una interpretación del artículo 25 de la ley de Ministerio Público (Ley 12.061 Del Ministerio Público) contraria al texto constitucional y a las normas del código Procesal Penal pueden derivar en el reconocimiento de capacidad recursiva para el secretario del área de ejecución penal. En primer lugar es meridianamente claro que el camino del reconocimiento sólo resulta viable a partir de una interpretación excesivamente amplia del texto contenido en el artículo 25, pues su capacidad recursiva no esta expresamente contemplada y en todo caso podría desprenderse de la general y abstracta disposición que les permite actuar procesalmente como abogados (Art. 25 1er párrafo – Ley 12.061). Esta postulación por su latitud lesiona principios constitucionales y contraviene las normas procesales inherentes a la defensa del imputado. Lo cierto es que la mencionada latitud del texto del artículo 25 recibe contornos definidos, en el asunto en concreto, con el código ritual. La participación de un profesional del estado (Defensor Oficial) en el ejercicio de la defensa cuando se trata de asegurar a todos los ciudadanos un adecuado cumplimiento de la garantías, ha sido estipulada –reglamentada- en la constitución provincial entiendo con el propósito de alcanzar un estándar mínimo de idoneidad y lograr, a través de los mecanismo estipulados en el texto, un adecuado control de su función. Aunque esto pueda aparecer como una formalidad opera como imperativo de seguridad, tanto para sobre quien recae la obligación de asegurar la garantía –el estado- como para quien se sirve de la herramienta proporcionada por éste para el cumplimiento de sus obligaciones. En este sentido, la Constitución de la provincia de Buenos Aires en el artículo 189, requiere para ser defensor de pobres y ausentes reunir las mismas condiciones que para ser juez de primera instancia. Dice en el 178 que para ser juez de primera instancia deberá alcanzar tres años de práctica en la profesión de abogado, seis años de ciudadanía y veinticinco años de edad. Por último resulta menester señalar que para la designación en cualquiera de los cargos mencionados se debe someter al postulante al procedimiento estipulado constitucionalmente por el Consejo de la Magistratura (Art. 175 C.P.). Es cierto que el cumplimiento de la totalidad de los requisitos y la designación del magistrado no es “per se” prueba de idoneidad, pero el avance en el proceso de designación cumpliendo con todas las etapas hasta alcanzar la magistratura, es cuanto menos un indicador de cumplimiento del estándar mínimo referido y garantía de responsabilidad en su actuación en relación a la posibilidad de reclamo por un eventual mal desempeño (mecanismo del juicio político). Sin menoscabo de las capacidades que eventualmente puedan reconocerse a los funcionarios letrados auxiliares del Ministerio Público su actuación, al no derivar su nombramiento del sistema referido sino de criterios propios del funcionario jerárquicamente superior que los designa, no puede suplir, en casos como el presente, la necesaria intervención del Defensor Oficial, pues además de la modalidad referida para acceder al cargo no es el sujeto contemplado por el estado para ejercer el ministerio y eventualmente no tiene obligación de responder funcionalmente como aquel a quien representa. En consonancia con la disposición constitucional el código Procesal Penal establece en su artículo 89 que el imputado tendrá derecho a hacerse defender por abogados de la matrícula o por el Defensor Oficial y a lo largo del articulado relativo a la intervención de este sujeto procesal (Art. 88/98 del C.P.P.), no hay ninguna referencia a la posibilidad de sustituir su ejercicio por los auxiliares estipulados en la ley de Ministerio Público. Tampoco traen mención alguna laos normas relativas a los recursos en general o específicamente las relacionadas con el recurso de casación (Libro IV – Impugnaciones – en particular Título IV – Recurso de Casación). A partir de las disposiciones citadas queda limitado el margen de interpretación posible del artículo 25 de la ley 12.601 a aquellos casos en que la intervención de los funcionarios letrados auxiliares no venga contrariada por la exigencia constitucional de oficiosidad del defensor público (oficial). De lo contrario oblicuamente podrían sortearse los requisitos establecidos como garantía al permitir la actuación como defensor de alguien constitucionalmente inhabilitado para el ejercicio del cargo. Por lo expuesto corresponde declarar formalmente inadmisible el recurso de casación interpuesto. Así lo voto. A la misma cuestión planteada, el señor Juez doctor Celesia dijo: Adhiero al voto del doctor Mancini en igual sentido y por los mismos fundamentos.Así lo voto.A la segunda cuestión planteada el señor Juez doctor Mancini dijo: Conforme fuera expresado en la cuestión planteada precedentemente corresponde declarar inadmisible el recurso de casación interpuesto por carecer el secretario del área de ejecución de legitimación para recurrir (Art. 25 de la Ley 12.061, Artículos 89/98, 450 y concordantes del C.P.P., plenario en causa 3419 “Saez Miguel Angel s/ Recurso de Casación”, Artículos 175, 178, 189 y concordantes de la Constitución Provincial).Así lo voto.A la misma cuestión planteada, el señor Juez doctor Celesia dijo: Adhiero al voto del doctor Mancini en igual sentido y por los mismos fundamentos. Así lo voto. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente: SENTENCIA Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, la Sala II del Tribunal de Casación Penal resuelve: I.- DECLARAR FORMALMENTE INADMISIBLE el recurso de casación deducido por el Dr. Germán José Kiefl por carecer el secretario del área de ejecución de legitimación para recurrir (Art. 25 de la Ley 12.061, Artículos 89/98, 450 y concordantes del C.P.P., plenario en causa 3419 “Saez Miguel Angel s/ Recurso de Casación”, Artículos 175, 178, 189 y concordantes de la Constitución Provincial).Regístrese, notifíquese y remítase a la Presidencia del Tribunal para su devolución a la instancia de origen. Fernando Luis María Mancini – Jorge Hugo Celesia Ante mí: Rafael Sal-Lari