UNIDAD DE AUTO ENSEÑANZA. TEORÍA DE LAS CATÁSTROFES. (...) el reconocimiento de un mismo ser bajo la infinita multiplicidad de sus aspectos pone para él un solo problema (el clásico problema filosófico del concepto), que sólo los psicólogos de la escuela de la Gestalttheorie han puesto en una perspectiva geométrica accesible a la interpretación científica. No se puede dejar de admitir que el espectáculo del universo es un movimiento incesante de nacimiento, de desarrollo, de destrucción de las formas. El objeto de toda ciencia es el de prever esta evolución de las formas y, si es posible, explicarlas. Thom, R. (1972): Stabilité structurelle et morphogén PRESENTACIÓN. Esta es una unidad de auto-enseñanza, que tiene como propósito que conozcas, de manera general, la teoría de las catástrofes. Para lograrlo te sugerimos leer el siguiente texto hasta 3 veces de manera que el tema se llegue a comprender, siguiendo las preguntas de estudio, y para que se alcance la comprensión del tema y se conteste el cuestionario de auto evaluación. Una de las obsesiones de la ciencia actual es aproximarse a la realidad, en sus diversas manifestaciones sin reducirla en su complejidad. Varias teorías recientes, procedentes de las ciencias duras, se dirigen, explícita o implícitamente, en este sentido. Una lectura epistemológica de las mismas muestra que estas teorías acercan paradójicamente las ciencias naturales y las ciencias humanas. Algunas de las principales aportaciones de estas teorías son descritas y algunas de sus aplicaciones al comportamiento son sugeridas. El concepto de complejidad, entendido tradicionalmente en un sentido cuantitativo, es revisado, proponiéndose una visión cualitativa de aquélla, dada por ciertas propiedades de la realidad, en nuestro caso de la realidad comportamental, como es el ser borrosa, catastrófica, fractal y caótica. Se trata de una nueva visión de carácter operativo, apuntándose cómo puede ser aplicada al estudio y tratamiento del comportamiento humano,(Munné, F. 1995).En esta unidad se hará referencia principalmente al tema de la teoría de las catástrofes RENE THOM. René Thom, el matemático que pretendía controlar las catástrofes que acompañan el devenir evolutivo, murió en Francia el pasado 25 de octubre a los 79 años sin llegar a establecer una metodología que permitiera prever la evolución de una ola, un motín carcelario o los desastres económicos. Profesor del Instituto de Altos Estudios Científicos, Thom publicó libros como Théorie des catastrophes et biologie (1979), Paraboles et catastrophes (1983) y Prédire n'est pas expliquer (1991). En reconocimiento a sus trabajos en topología, recibió en 1958 la prestigiosa medalla Fields, una especie de Premio Nobel de matemáticas que se otorga desde 1936. En filosofía es un personaje asociado al impulso humano por comprender los fenómenos en sus más profundos significados y a la crítica de la modernidad tecnológica, que prioriza las aplicaciones científicas en detrimento de la comprensión de la naturaleza. Incursionó con su teoría no sólo en el campo de las matemáticas, sino también en el de la filosofía, la lingüística y la poesía. El intento de controlar las catástrofes, continuado no sin polémica por Christopher Zeeman, no resultó del todo baldío porque favoreció el desarrollo de nuevas ideas en matemáticas y contribuyó significativamente a la formulación de la teoría del caos de la que a René Thom se le considera uno de sus progenitores. Christopher Zeeman (1977), ha hecho de esta, que en principios es descriptiva, una teoría predictiva y en este sentido la ha aplicado a la comprensión de comportamientos sociales, tanto animales como humanos, desde la agresión en el perro, los motines en las cárceles y las reacciones en la bolsa de valores, hasta conflictos internacionales. TEORÍA DE LAS CATÁSTROFES. Una de las teorías matemáticas que describen los cambios bruscos, es la Teoría de las catástrofes. Como disciplina científica ésta apareció en los años 70 del siglo pasado. Una importante cualidad de esta teoría es que no exige modelos matemáticos detallados y puede describir situaciones no "cuantitativamente", sino "cualitativamente", además sus resultados y conclusiones se ilustran mediante sencillos modelos geométricos. Fue desarrollada a finales de los años 60s y presentada completa en 1972, por el ya mencionado matemático Rene Thom, en su libro “Structural Stability and Morphogenesis”. Thom esperaba poder predecir el comportamiento de sistemas caóticos complejos. Fue desarrollado más a fondo en un nivel más pragmático por Zeeman más tarde en los años 70s. La teoría de las catástrofes condujo a un rápido crecimiento del número de publicaciones y, paralelamente con trabajos serios dedicados, por ejemplo, al equilibrio de los barcos, a la descripción de los fenómenos psicológicos y de los procesos sociales y económicos. Sobre una base topológica pero también filosófica, esta teoría escribe los cambios repentinos que ocurren en un sistema sin perjuicio de su estabilidad o continuidad; expresado con otras palabras, que el sistema consigue mantenerse gracias a una maniobra de subsistencia. La teoría de las catástrofes forma parte de las matemáticas y explica abstractamente la discontinuidad de los procesos. Cuando el agua se congela o hierve, cambiando de estado, cuando un edificio se derrumba, cuando una gota colma el vaso, o cuando un terremoto sacude la tierra, se produce lo que Thom denomina una catástrofe porque interrumpe los procesos normales de las cosas. Los procesos discontinuos que generan cambios de estados, son explicables mediante la teoría de las catástrofes. Transformados en términos matemáticos estos fenómenos, lo que llamamos "catástrofes" no son más que formas geométricas abstractas que simbolizan los procesos evolutivos que generan discontinuidades en la realidad. El concepto matemático no significa tragedia, sino cambio brusco o discontinuidad. Hay dos conceptos clave en la teoría de las catástrofes. Uno es el de estabilidad o equilibrio, que se refiere a un sistema que permanece estable aunque registre un cambio. El segundo concepto es el de cambio cualitativo o discontinuidad, que aparece cuando lo que son simples cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa diferente. En ese momento el sistema se transforma internamente de modo radical en una nueva realidad. Modifica su situación de equilibro interno y se crea una situación nueva. La Teoría de las Catástrofes muestra modelos de evolución básicos a partir de estos dos conceptos clave y contabiliza intentos rigurosos de crear modelos cuantificados de estos procesos naturales. El ámbito de aplicación de la teoría de las catástrofes se extiende a todas las ciencias naturales, incluidas las ciencias humanas. René Thom dijo en una ocasión taxativamente que el formalismo de la teoría de las catástrofes puede suponer una ayuda enorme para la comprensión del orden jerárquico de la complejidad biológica. Uno de sus mayores esfuerzos consistió, precisamente, en construir modelos dinámicos simples capaces de engendrar formas biológicas singulares. René Thom pensaba al respecto que las formas que existen en la naturaleza necesitan cuatro parámetros básicos para ser descritas. Estos cuatro parámetros se corresponden con las cuatro dimensiones elementales de las cosas: longitud, anchura, altura... y tiempo. A nivel psicosocial, la teoría de las catástrofes podría contribuir a un esclarecimiento de procesos como la toma de decisiones o los cambios bruscos de opinión Y parece especialmente aplicable al proceso de socialización, entendido este como una sucesión de crisis cuyas alternativas van desarrollando socialmente al sujeto, esto es, forman su personalidad en el doble aspecto individual y social. La teoría de las catástrofes describe la morfogénesis de la estabilidad y, en este aspecto, procesos no caóticos; con todo, es relacionable con la teoría del caos, porque este "se cuela" a través de la catástrofe. Además, la teoría de las catástrofes probablemente pueda ser reentendida a través de una teoría más general de las bifurcaciones e incluso de las oscilaciones. FORTALEZAS DE LA TEORÍA DE LAS CATÁSTROFES. Las ideas ayudan a entender la verdadera experiencia de la gestión del cambio y las ideas de la teoría del caos. Elimina el pensamiento que las organizaciones se pueden variar a lo largo de “espectros” de valores variables. Hay probablemente solo unas pocas combinaciones disponibles de verdadera estabilidad. Esta teoría muestra que el cambio no se puede “manejar” como tal, pero puede ser influenciado. LIMITACIONES DE LA TEORÍA DE LAS CATÁSTROFES. La significación del trabajo para entender el comportamiento de organización es más cualitativa que cuantitativa en el momento. El comportamiento de sistemas complejos mas simples todavía siguen siendo un desafió difícil. Falta alcanzar su aspiración de describir los sistemas complejos donde hay demasiadas variables significativas (mas de 5).Predecir el comportamiento de los sistemas complejos (organizaciones) es probable que siga siendo imposible por siempre. Hay 7 catástrofes elementales: doblez, intersección, autoconsumo, mariposa, hiperbólica central, elíptica central y parabólica central. Las subespecializaciones de la teoría de las catástrofes incluyen: Teoría de la bifurcación, termodinámica del desequilibrio, teoría de la singularidad, sinergeticas y dinámica topológica IMPLICACIONES DE LA TEORÍA DE LA CATÁSTROFE EN PSICOLOGÍA. Irreversibilidad. Lo irreversible es lo que puede funcionar sólo en un sentido, a diferencia de lo invertido, que funciona en el sentido contrario. En efecto, el tiempo no puede representarse sólo de manera lineal, mucho menos cada uno de esos puntos que lo conforman llamados instantes. Un instante es un momento sin extensión que une dos espacios, algo que no posee dimensiones, pero sí temporalidad: algo que dura, pero no ocupa lugar en el espacio. Una línea recta, por ejemplo, está hecha de puntos sin dimensión. El conocimiento, la alegría, los celos, el amor, el odio, la tristeza y el olvido son siempre temporales, nunca duran para siempre. Aunque tienen duración, carecen de dimensiones. El instante es como un puente que conecta lo dicho con lo dicho, pero jamás con lo que no se dijo; es decir, la copia con la copia, pero no con lo copiado o, más elegantemente, la metáfora con la metáfora, pero no con la metonimia. Ese sentido de realidad hecho de hileras de instantes lleva una dosis de falsedad, adquiere un valor veritativo porque no se piensa como desconexión sino como su contrario. A decir de algunos, se convierte en pensamiento sin objeto, o lo que es lo mismo, pensamiento sin espacio. Sin embargo, especializar el tiempo es trivializar las relaciones y, en efecto, es hacer lo opuesto, convertir el pensamiento en objeto, lo que de alguna manera significa perdernos en los atributos de las cosas: mientras los biólogos piensan que estudian la vida analizando las propiedades físicas de los organismos vivientes, los psicólogos suponen que estudian el pensamiento analizando comportamientos o lenguaje. El tiempo especializado es intemporal, estático. La psicología y la biología que conocemos son disciplinas de estados, no de procesos; suponen una suspensión del tiempo, como muchas otras disciplinas (desde la antropología social, pasando por la neuro-psicología, hasta la lingüística ortodoxa). (Soto,J. 2002). Incertidumbre. Las consecuencias de nuestras acciones siempre se mueven en los dominios de la incertidumbre y aunque las podemos prever, dicha previsión no garantiza, jamás, que las cosas vayan ocurrir tal como los previmos. Para poder estar en una situación de incertidumbre, hay que dejar de entender que es lo que sucede, pero, aunque sea de manera vaga, entender que eso mismo es lo que esta sucediendo. En las formas del habla cotidiana, la incertidumbre aparece en frases o palabras ha fincado sus propios dominios de lenguaje sin que esto quiera decir que la incertidumbre es una extraña forma colonizadora y oscura que conspira contra nosotros y con nuestras vidas, si no que es algo que se encuentra en la vida de las sociedades. La incertidumbre aparece en expresiones como: “quizás”, “probablemente”, “ya veremos”, etcétera. La incertidumbre es una falta como un agujero en cualquier parte. Es la ausencia de seguridad y claridad al mismo tiempo. Aquello que le da de vueltas a los amnésicos cuando recuperan el conocimiento. La falta de certeza es la pérdida de un trozo de sociedad medida con el tiempo, una suspensión espacial y temporal en la que cae el espíritu. La incertidumbre pasea por las sociedades como lo hace el aire que respiramos. Estar en incertidumbre es como entrar en estado de coma, es decir, en un estado en donde se pierde la motricidad y la conciencia conservando las funciones vegetativas. La incertidumbre, por tanto, es una probadita de muerte en vida. Quien no sabe qué pasó, qué pasa o qué pasará, está en incertidumbre. De una u otra forma todos la hemos experimentado y es bastante incómoda, es como los invitados que se cuelan a las fiestas y que nadie quiere que estén ahí. Acostumbrados a confiar en el mundo en que vivimos, la incertidumbre se convierte en el dominio predilecto de la inseguridad. Cuando uno sale de su casa no duda en encontrarla al regreso, mucho menos espera que le caiga una bomba o se incendie porque es más cómodo así. En los dominios de la incertidumbre las certezas no existen y como no contamos con estrategias que permitan manejarla ni reducirla, termina por asustar a cualquiera. La precaución se ha convertido en la mejor arma para ahuyentarla y en un mundo repleto de incertidumbre todos tratan de ser precavidos en el momento de realizar cualquier actividad cotidiana (ir al banco, al trabajo, manejar por el periférico e incluso salir a divertirse, deben hacerse con precaución). No es gratuito que hoy en día las personas se despidan diciendo: cuídate, sin importar que uno esté de vacaciones. El riesgo se ha metido en todas partes. La pérdida de confianza, que es la pérdida del ánimo, el aliento y el vigor, todo al mismo tiempo, implica la aniquilación simbólica del sí mismo y del otro conjugados, lo complicado del asunto es que la solidaridad no se puede imponer y por ello se inventan formas inservibles que alienten la confianza. Los compromisos sirven para eso, para jugar a que se puede confiar en uno mismo y en el otro. Son una manera de encarar la incertidumbre y ganarle terreno con la certeza simulada, puesta en contratos con reglas, apartados y artículos por todos lados. Los contratos, que son siempre colectivos, sirven de intermediarios a quienes pretenden materializar las promesas entre ellos, pero hacen evidente que se les necesita donde la incertidumbre merodea, donde vuela como ave de rapiña en espera de comer carroña, es decir, sociedad en estado de descomposición. La incertidumbre generalizada, que se divierte como niño en los columpios de lo político, lo económico y lo social, más que ser un problema es un desafío, pero también una herida profunda que sangra y nadie sabe qué hacer al respecto. Imprecisión: el caso del error Una de las grandes confusiones en las que ha caído nuestra psicología es en dar un tratamiento a los acontecimientos verdaderamente históricos como si fueran históricamente verdaderos. La falsa creencia de que el universo giraba en torno a la tierra se apegaba mas a una serie de condiciones o situaciones de control y su misión ideológica que a una vedad científica. El error es una forma mental en contradicción con una “verdad” establecida. Los errores se detectan hasta después de que son cometidos. No puede detectárseles antes. Todos los errores son históricos en ese sentido. Siempre son cosa del pasado. No hay errores que se cometen en el futuro ni en el presente. Los errores apuntan en una dirección diferente de las verdades establecidas. Pero las verdades pueden ser entendidas como conjuntos de convenciones a las que llegan distintos grupos humanos. Las verdades psicológicas atraviesan por serias dificultades, por que su crecimiento es un consenso y no un descubrimiento. En cada situación y suceso cotidianos, nada garantiza que la certeza aparezca como un atributo de verdad; por ende, no se necesita contar con un doctorado en meteorología para saber que el verano será más cálido que el invierno, como tampoco haber leído un millar de volúmenes acerca de la afectividad para descubrir que uno es capaz de despertar breves pasiones en algunas personas. En el caso de las relaciones afectivas, se da por sentado que las sonrisas resplandecientes, las miradas furtivas, la erubescencia y otras cosas, pueden ser el indicio de un bello romance y, por tal motivo, las predicciones que se realizan en torno al fenómeno también pueden ser orientadas de la misma manera como se hace en el caso del clima. Lo cierto es que, tanto en uno como en otro, se puede fallar. Tanto el clima como el comportamiento son impredecibles al ciento por ciento y no responden a cuestiones de regularidad, ya sea porque la predicción no fue correcta o los sucesos que aparecieron después de su formulación cambiaron el sentido. Los errores son como un contrasentido, y sólo pueden ser descubiertos hasta que el sentido en el cual se mueve la verdad encuentra resistencia y oposición. Al hablar de un sentido, para este caso en particular, se hace hincapié en el trasfondo hermenéutico del asunto: construcción, consumo y circulación de los símbolos y significados de la verdad. Pero no a la manera de la lógica tradicional, en la que todo parece estar hecho de premisas y el valor de verdad de la premisa final depende del valor de verdad de cada una de ellas. El error no aparece en el hecho, pero tampoco en el enunciado, sino en el sentido de contradicción que se pueda generar cuando estos dos elementos no demuestran coincidencia. Un error es situacional en tanto que depende de muchos más elementos que los mecanismos del razonamiento lógico y los acontecimientos que lo circundan, pero como casi todo, no dura para siempre, aunque se escuche decir que alguien ha estado en el error toda su vida. Los errores tienen tamaño, y los históricos son más grandes que los cotidianos; por ello, confundir la voz de alguien al teléfono no es un gran error, como lo es haber desarrollado un proyecto de modernización económica como el nuestro, generando niveles de pobreza extremos. Pero también los hay leves y graves, superficiales y profundos, por algo las situaciones tenebrosas y oscuras que tratan de ocultarse a toda costa llevan, dentro de sí, errores graves y profundos que, por deducción, deben ser muy grandes también. PREGUNTAS DE EVALUACIÓN. 1. ¿En que fecha y quien propone la teoría de las catástrofes? 2. ¿Qué fue lo que surgió entre Rene Thom y Zeeman en relación a la teoría de las catástrofes? 3. ¿En que consiste la teoría de las catástrofes? 4. ¿En que otras ciencias ha destacado la teoría de las catástrofes? 5. Menciona las fortalezas y limitaciones de la teoría de las catástrofes 6. ¿Cuales son las catástrofes elementales y menciona en que consisten? 7. ¿Cuales son las subespecializaciones de la teoría de las catástrofes? 8. A nivel psicosocial de que manera interviene la teoría de las catástrofes? 9. Menciona dos ejemplos sobre la teoría de las catástrofes con relación en la psicología.