MENSAJE DE NAVIDAD 2009-2010 Sabemos que las funciones corporales originadas por La Divinidad requieren de las adaptaciones previamente establecidas. Así se manifiestan como facultades o dones del Espíritu Santo los atributos del YO SOY en las Altas Esferas de la Creación y en los cuerpos materiales, como Conciencia en el Alma Divina; Voluntad en el Alma Humana; Pensamiento en el Cuerpo Mental; Deseo en el Cuerpo Astral; Vitalidad en el Cuerpo Etérico; y Sentimientos en el Cuerpo Físico o Denso. Pero también es cierto que todos y cada una de estas manifestaciones no se limitan exclusivamente a determinado cuerpo, sino que su poder de desplazamiento se generaliza anímicamente en cada uno de los cuerpos mencionados, los cuales ya poseen las minuciosas condiciones naturales. Por lo arriba expuesto, podemos fácilmente intuir que el Supremo Creador Invisible, a través del Absoluto, genera hacía todos los Planos o Estratos Cósmicos fuerzas energéticas que penetran los estados materiales sin lesionarles sus constituciones moleculares y sin interferir en lo mas mínimo sus propiedades o características. Estos fenómenos en el estado humano, que es realmente un microcosmos entre el Macrocosmos de la Creación, se verifican a todo nivel. Así, aunque los científicos Astrónomos enseñan por televisión que el mundo fue creado mediante una explosión y que las Galaxias poseen en el centro un “agujero negro” que traga planetas y estrellas, no podemos acogernos a esa teoría, pues hasta experimentalmente toda explosión es causa de destrucción sin originar forma de vida, y la desaparición de planetas lo es realmente en este plano físico, pero para pasar a un inmediato Plano Interior no perceptible desde el físico. Esto es el principio del llamado fin del mundo, que consiste en el regreso hacia el centro de Origen de la Creación (Absoluto). La parte espectral del físico denso como vestidura del Alma es despojada, como ocurre en las serpientes con la piel desgastada, para verificarse una renovación en la evolución. Aquí es donde juega un papel importantísimo la sangre redentora del Cristo Cósmico a través de Jesús, ya que al fructificarse o multiplicarse el hombre Cristificado ha absorbido los extractos anímicos del cuerpo para completarse en los estratos y niveles vacíos de su interior, relacionados e identificados con los estratos Cósmicos en el misterio de la Resurrección de la Carne. Las funciones mencionadas arriba como Dones del Espíritu Santo, se ramifican en nuevos Cuerpos Crísticos con identidades variadas o independientes dentro de la Divina Unidad, multiplicando su cualidad de YO SOY. Hice referencia a las teorías de los Astrónomos, porque se sorprendieron de que no obstante el magnetismo de todo astro o planeta como fuerza de gravedad hacía su centro esferoide, existe otra fuerza misteriosa y opuesta que sin lesionar los átomos en su núcleo y electrones de la materia, las Galaxias con sus Constelaciones se han venido distanciando de los “agujeros negros”. Nadie puede definir ni descifrar las grandezas del Divino Creador. Por último hago una invitación como Mensaje Navideño, a que forméis al Niño Cristo en vuestro interior, siguiendo los Mandamientos o Decálogo. Gloria a Dios en las Alturas, y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad. Feliz Navidad y Próspero Año 2010. Tiboni (Pavejeau). Soberano Comendador de FECGLA. Santa Marta, Colombia, Diciembre 20 de 2009.