La vida es sueño. La vida es sueño es una obra dramática de Calderón de la barca. Se trata de un auto sacramental con tintes tragicómicos, muy típicos del barroco, muy reflexivo y existencialista. Argumento: El argumento de la obra presenta hasta dos historias paralelas y relacionadas entre si. La trama principal se centra en Segismundo, un príncipe encarcelado en una torre desde niño. El rey Basilio, su padre, lo encierra allí motivado por el miedo a la predicción del oráculo que auguraba que su hijo sería un tirando y llevaría la desgracia a su reino. Más tarde el monarca lleva a su hijo a palacio, dándole la oportunidad de que demuestre el error de la predicción. Este se comporta de manera cruel y vengativa, por lo que es vuelto a encerrar y persuadido de que lo sucedido en la corte fue solo un sueño. Finalmente es liberado por una rebelión popular, se convierte en un rey justo y perdona la vida a su padre. La trama secundaria se centra en el personaje femenino de Rosaura que llega a la corte en busca de Astolfo, que la ha deshonrado. Se hace pasar por una criada y Astolfo está enamorado de ella, aunque rechaza casarse con ella debido a que aspira a ocupar el trono casándose con la infanta Estrella. Finalmente Segismundo, a pesar de estar enamorado de Rosaura, la casa con Astolfo, tras descubrirse que ella es en relidad una noble, hija de Clotaldo. Temas: Los temas principales de la obra son: La libertad frente al destino, reflejado en la profecía del oráculo y la cárcel (tanto física como psicológica) en la que se ve encerrado Segismundo y de la cual finalmente consigue escapar, así como de su destino de convertirse en un rey tirano y déspota. En esta obra de Calderón triunfa, por lo tanto, la libertad. La vida como ilusión. Tema desarrollado en los más diversos ámbitos y épocas, literarios y filosóficos, desde la mística persa, el budismo, el pensamento hindú o la filosofía griega. Según Platón, el hombre vive en un mundo sensible y engañoso de sombras, cautivo en una cueva de la que sólo podrá librarse a través de las ideas perfectas, es decir el bien. Calderón utiliza aquí la imagen de la torre a modo de caverna y Segismundo alcanza el ideal platónico renegando de su destino cruel y su sentimiento de venganza, liberándose así de la prisión de las tinieblas. Personajes: Segismundo: personaje principal de la trama, es salvaje aunque culto y reflexivo, esto último debido a su encierro. Se muestra vengativo y cruel, auque evoluciona a lo largo de la obra y finalmente se revela compasivo perdonando la vida a su padre y convirtiéndose en un gobernante justo. Rosaura: personaje principal femenino. Es inteligente y astuta. Busca venganza por la deshonra de Astolfo. Basilio: débil, crédulo y amedrentado por la superstición, aunque finalmente admite el error de encerrar a su hijo. Clotaldo: lacayo de Segismundo. Le ha enseñado a este todo lo que sabe, es un personaje prudente y supersticioso, padre secreto de Rosaura. Astolfo: Duque de Moscovia, está dispuesto a casarse con Estrella a pesar de su amor por Rosaura. Estrella: infanta de la corte de Basilio, dispuesta a casarse con Astolfo para mantener el trono. Finalmente contrae matrimonio con Segismundo. Clarín: compañero de Rosaura. Arquetipo de personaje cómico, es avispado graciosillo e interesado. Busca siempre sacar provecho de una situación. El monólogo de Segismundo. Con este monólogo se aprecia una de los grandes temas de la obra, la libertad frente al sino o el encierro. En este soliloquio, Segismundo se compara con diversas criaturas que él considera indignas de una libertad que él mismo sí merece y le es negada. SEGISMUNDO:¡Ay mísero de mí, y ay infelice! Apurar, cielos, pretendo, ya que me tratáis así, qué delito cometí contra vosotros naciendo. Aunque si nací, ya entiendo qué delito he cometido; bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor, pues el delito mayor del hombre es haber nacido. Sólo quisiera saber para apurar mis desvelos --dejando a una parte, cielos, el delito del nacer--, ¿qué más os pude ofender, para castigarme más? ¿No nacieron los demás? Pues si los demás nacieron, ¿qué privilegios tuvieron que no yo gocé jamás? Nace el ave, y con las galas que le dan belleza suma, apenas es flor de pluma, o ramillete con alas, cuando las etéreas salas corta con velocidad, negándose a la piedad del nido que dejan en calma; ¿y teniendo yo más alma, tengo menos libertad? Nace el bruto, y con la piel que dibujan manchas bellas, apenas signo es de estrellas --gracias al docto pincel--, cuando, atrevido y crüel, la humana necesidad le enseña a tener crueldad, monstruo de su laberinto; ¿y yo, con mejor instinto, tengo menos libertad? Nace el pez, que no respira, aborto de ovas y lamas, y apenas bajel de escamas sobre las ondas se mira, cuando a todas partes gira, midiendo la inmensidad de tanta capacidad como le da el centro frío; ¿y yo, con más albedrío, tengo menos libertad? Nace el arroyo, culebra que entre flores se desata, y apenas sierpe de plata, entre las flores se quiebra, cuando músico celebra de las flores la piedad que le dan la majestad del campo abierto a su huída; ¿y teniendo yo más vida, tengo menos libertad? En llegando a esta pasión, un volcán, un Etna hecho, quisiera sacar del pecho pedazos del corazón. ¿Qué ley, justicia o razón negar a los hombres sabe privilegios tan süave excepción tan principal, que Dios le ha dado a un cristal, a un pez, a un bruto y a un ave?