UN NUEVO GIRO EN EL TRATAMIENTO DIFERENCIADO

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UN NUEVO GIRO EN EL TRATAMIENTO DIFERENCIADO
LAS NEGOCIACIONES DE CAFTA ENTRAN EN UNA ETAPA DIFICIL
El Gran Caribe Esta Semana
Norman Girvan
La 5ta. ronda de negociaciones del Acuerdo de Libre Comercio EE.UU.-América
Central-CAFTA-tuvo lugar en Tegucigalpa, la capital de Honduras, del 16 al
20 de junio pasado. Las negociaciones se han vuelto más difíciles y
complicadas que lo que en un inicio se esperaba.
En la 4ta. ronda de negociaciones en abril, ambas partes hicieron propuestas
iniciales sobre el acceso al mercado. La oferta de los EE.UU. fue de
conceder acceso libre de impuestos al 75 porciento de sus importaciones
desde América Central en un primer paso. Luego, tras cinco años, se añadiría
otro 2.5 porciento, y a los diez años, un 9 porciento.
Alrededor de un 11 porciento de las importaciones de los EE.UU. estarían
excluidas del libre comercio. En este caso se trata fundamentalmente de
productos agrícolas que reciben subsidios dentro de los Estados Unidos:
entre ellos se incluyen la leche y productos lácteos, carne de res y cerdo,
atún, sardinas y calzado. Los productos que estarían exceptuados del régimen
de libre comercio incluyen varios renglones en los que América Central
espera ampliar sus exportaciones hacia el mercado estadounidense.
Hay que añadir que el 75 porciento listado para acceso inmediato
beneficiaría significativamente a algunos países de América Central más que
a otros. Costa Rica disfrutaría de acceso libre de impuestos al mercado
estadounidense en más del 80 porciento de sus exportaciones, lo cual es una
consecuencia de la inclusión de los microprocesadores. Pero para aquellos
países en los que la agricultura ocupa una porción mayor de sus
exportaciones, el beneficio sería menor. Los estimados indican que la oferta
cubre solo el 69 porciento de las exportaciones de El Salvador, el 59
porciento de las de Honduras y menos del 50 porciento en el caso de
Nicaragua, que es el país más pobre de la subregión.
Algunos analistas sugieren que este hecho le imprime una nueva e irónica
vuelta de tuerca al significado de trato diferenciado en un acuerdo de libre
comercio.
Uno de los resultados es que los países que recibirían menos beneficios se
ven presionados a incrementar sus propias propuestas a los EE.UU. sobre el
acceso al mercado. La posición conjunta de Centroamérica sobre el acceso al
mercado libre de impuestos cubre el 75 porciento de las importaciones; con
un 13 porciento liberado en un periodo de 5-10 años, y un 12-15 porciento
excluido en total.
Pero en vísperas de la 5ta. ronda, Guatemala aumentó su propuesta
individual, para abarcar el 80 porciento de sus importaciones
estadounidenses. Se dice que otros países están preparando proposiciones
individuales, lo cual pone en entredicho la viabilidad de una posición
conjunta Centroamericana.
Otra cuestión es que la propuesta de EE.UU. no toma en cuenta las
disposiciones existentes sobre el acceso libre de impuestos para las
exportaciones de América Central, contenidas en la Iniciativa de la Cuenca
del Caribe (Caribbean Basin Initiative - CBI) y el Sistema de Preferencias
Generalizado (Generalised System of Preferences - GSP). Si se considera que
estos esquemas cubren ya tanto como un 90 porciento de las exportaciones de
la subregión, la proposición de EE.UU. bajo CAFTA puede quedarse corta con
respecto a lo que ya existe.
Para la 5ta. ronda, Estados Unidos anunció su disposición de liberar el 65 y
el 92 porciento de su mercado agrícola y de sus mercados industriales,
respectivamente. Pero Centroamérica mantiene que el incremento con relación
a su propuesta anterior es mínimo, y que los productos que se excluyen son
los más importantes. Los textiles y las confecciones son objeto de una
negociación aparte.
Los últimos acontecimientos han dado lugar a tensiones entre los países, y
entre los Gobiernos y el sector privado. Es evidente que desde que se
develara la propuesta de los EE.UU., el entusiasmo de la comunidad
empresarial de Centroamérica con respecto a CAFTA ha disminuido.
El curso de las negociaciones demuestra las dificultades para mantener un
frente unido en las negociaciones regionales cuando: (i) existen grandes
diferencias entre los países en cuanto a la estructura económica y los
niveles de desarrollo, (ii) no se ha consolidado un bloque económico
regional, y (iii) se manifiesta una pronunciada asimetría en el poder de
negociación con respecto a la otra parte.
El reto que enfrenta América Central es mantener, ante estos últimos
sucesos, la unidad y la cohesión en su posición negociadora.
El Profesor Norman Girvan es el Secretario General de la Asociación de
Estados del Caribe. Las opiniones que aquí se expresan no son necesariamente
los puntos de vista oficiales de la AEC. Los comentarios pueden ser enviados
a mail@acs-aec.org.
(fin)
21 de junio, 2003
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