A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 19 de setiembre de 2007, habiéndose dispuesto en siguiente el orden establecido, Acuerdo de 2078, de que votación: conformidad deberá con observarse doctores lo el Roncoroni, Pettigiani, Kogan, Genoud, Negri, Hitters, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 84.622, "Caferra, Héctor Arnaldo contra Laboratorios I.Q.P. S.R.L. Indemnización por despido. Ley 24.013". A N T E C E D E N T E S El Tribunal del Trabajo Nº 5 de La Plata rechazó la demanda deducida por Héctor Arnaldo Caferra contra "Laboratorios I.Q.P. S.R.L." en la que pretendía el cobro de indemnizaciones derivadas del despido y las previstas por la ley 24.013 para el supuesto de falta de registro de la relación laboral, con costas a la parte actora. Ésta dedujo recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley. Dictada la providencia de autos y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente C U E S T I O N ¿Es fundado inaplicabilidad de ley? el recurso extraordinario de V O T A C I O N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Roncoroni dijo: I. El tribunal del trabajo que intervino en autos consideró acreditado que "las partes se vincularon a través de un contrato de locación de servicio por lo que no se dieron en la especie las notas que tipifican la relación de dependencia" (vered. fs. 334), plataforma a partir de la cual desestimó los reclamos formulados bajo los términos de un contrato de linaje laboral (sent. fs. 337). II. La parte actora impugna la decisión mediante recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en el que denuncia infracción de doctrina legal y de los arts. 4, 12, 21, 22, 23 y 29 de la Ley de Contrato de Trabajo; 44 inc. "d", 47 y 63 de la ley 11.653; 34 inc. 4º, 163 inc. 6º, 354 inc. 1º, 375 y 474 del Código Procesal Civil y Comercial y 14 bis, 17 y 18 de la Constitución nacional. Sostiene en lo sustancial que el tribunal de grado invirtió el esquema de cargas probatorias al considerar no acreditado que el actor se hubiera desempeñado para la demandada en relación de dependencia cuando, verificada la prestación de tareas, era a esta última a quien incumbía demostrar que los mismos fueron desempeñados en los términos de una locación de servicios, extremo no cumplido en autos. Endilga, asimismo, absurdidad al pronunciamiento a partir del análisis que exhibe respecto efectivizada a con que la la sola contratación finalidad de del actor fue cumplimentar una exigencia legal y descarta la existencia de una relación subordinada por la escasa prestación temporal, la liberalidad horaria, falta de habitualidad y de sujeción a órdenes e instrucciones, aspectos que -aduce- además de contraponerse con los elementos probatorios que resultan de la causa -que analiza-, no obstan a la existencia de un vínculo laboral, aun cuando se trate de una prestación de carácter profesional, en el caso, farmacéutico, en la que se atenúa o desdibuja el ejercicio del poder de dirección por parte del empleador. III. El recurso ha de prosperar. 1. Liminarmente, cabe señalar que no asiste razón a la demandada en cuanto sostiene que el recurso traído por la actora no reúne los requisitos de admisibilidad exigidos por el Código ritual (ver memorial, fs. 364 y vta.). Ello así, pues si bien es cierto que, en la decisión del a quo, el accionante no logró acreditar la invocada calidad de trabajador en relación de dependencia, no lo es menos que ha dirigido el embate bajo análisis a cuestionar, precisamente, tal conclusión del tribunal de grado. Siendo -contrariamente ello a lo así, que se impone plantea la concluir recurrida- que el accionante goza del beneficio de gratuidad consagrado en el art. 22 de la ley 11.653, por lo que se encuentra eximido de efectuar el depósito regulado en el art. 280 del Código Procesal Civil y Comercial. Luego, requisitos de resultando que admisibilidad, el recurso corresponde reúne los abordar los agravios en él contenidos. 2. Como se desprende de los antecedentes expuestos, la cuestión radica en establecer la naturaleza de la relación que vinculó a las partes, es decir, si se trata de una locación de servicios, como sostuvo la parte demandada, o encuadrable de en una la relación regulación de carácter normativa del subordinado contrato de trabajo, bajo cuyas pautas estableció, la parte actora, el fundamento de su reclamo. Con el señalado objetivo propuesto, corresponde examinar las características con las que se desarrolló la prestación de servicios y a tal fin advierto que en el fallo de los hechos el tribunal de grado tuvo por acreditado que la actividad de la demandada se encuentra reglada por la ley provincial 10.606 -Ley de Farmacias- y sus modificatorias leyes 11.328 y 13.054, que establece como requisito funcionamiento medicinales el para de los contar la habilitación laboratorios con un de Director y consecuente especialidades técnico y un Codirector técnico al frente del mismo "con bloqueo de título y ocupación efectiva" (art. 43, ley cit.) lo que implica -también a criterio del juzgador- que el profesional "debe necesariamente integrar el plantel del establecimiento en forma permanente para que pueda funcionar" (sic, fs. 333). Pese a la terminante afirmación contenida en el párrafo precedente y a partir de los señalados datos, concluyeron los sentenciantes que la designación de Caferra se efectivizó "exclusivamente para la mera cobertura de la exigencia legal" y con base en esta premisa individualizó los elementos según los cuales propuso descartar la existencia de un vínculo de naturaleza laboral, entre los que computó: a) la falta de inclusión del actor en los libros laborales; b) la liberalidad horaria y falta de presencia del profesional durante el proceso productivo -a cargo de la señora Rivero Musaubach- datos que extrajo de las declaraciones comprobado, testimoniales, asimismo, la con asistencia las que esporádica juzgó y en oportunidad de las fechas de pago, coincidentes con las asentadas en los recibos por honorarios. Formó, en definitiva, convicción, respecto a que la contratación del actor obedeció al requerimiento legal y sólo para cubrir las formas, y también evaluó: que el libro de asistencia fue llevado en forma irregular, que los controles de calidad no se efectuaban y las condiciones ambientales desoían el mandato legal con los requerimientos impuestos al profesional responsable, que la prestación no fue habitual, que no hubo sometimiento a recibir órdenes e instrucciones ni se halló, el accionante, bajo la supervisión y contralor de la accionada, ni sujeto al poder disciplinario (fs. 333 vta./4), elementos con los que concluyó en la existencia de una locación de servicios y la falta de acreditación de las notas tipificantes de la relación de dependencia. 3. He detalladamente guiaron porque el los hilo encierran considerado factores reflexivo en sí que, de mismos los la necesario colectados juzgadores exponer en autos, de grado, autocontradicción que permite y alimenta su descalificación, y habilita de tal modo el reexamen en casación de las circunstancias fácticas verificadas. En primer lugar es dable recordar que, como tiene dicho este Tribunal, si bien respecto de los profesionales médicos, en situaciones equiparables a la de autos, no resultan válidos los conceptos que puedan establecerse en abstracto, sino que es necesario examinar los presupuestos que en cada caso se verifican a fin de desentrañar la característica de la vinculación habida con la otra parte del sinalagma contractual (conf. causas L. 50.579, sent. del 8-VI-1993; L. 67.793, sent. del 13-IV-1999; L. 77.443, sent. del 28-V-2003; L. 78.040, sent. del 10-IX-2003) en orden a la determinación subordinación jurídica, de la eventual económica y existencia técnica que, de aún atenuada en ciertos aspectos, caracteriza la relación de dependencia laboral y que la decisión es privativa de los tribunales del trabajo, salvo absurdo (L. 53.803, sent. del 4-X-1994; L. 67.314, sent. del 16-III-1999; L. 59.030, sent. del 4-III-1997; L. 73.056, sent. del 5-XII-2001; L. 73.583, sent. del 18-IX-2002; L. 77.157, sent. del 28-V-2003; L. 79.251, sent. del 17-XII-2003). 4. Acierta el recurrente en cuanto denuncia la configuración del señalado vicio, a partir de la comprobación de las siguientes circunstancias fácticas que se desprenden de la causa: que Caferra se desempeñó para la demandada en calidad de Director técnico en el establecimiento dedicado -en lo que interesa y si bien con un objeto social mucho más amplio (fs. 31/2)- a la elaboración y venta de productos medicinales, entre ellos, gasa estéril para contraprestación dicho recibió uso un (fs. importe 11, 67); mensual que bajo como la denominación de "honorarios", que del libro de registro de asistencia se desprende la signatura del actor -y por ende, cabe inferir su efectiva presencia- desde el día 18 del mes de agosto de 1989 (en la pág. 112 hasta la pág. 169 del día 31 de agosto de 1998; pericia contable fs. 158 vta.). No obstante, la contrapuesto prueba a lo testimonial formalmente arrojó establecido, resultado señalando la falta de concurrencia real, y de permanencia durante el proceso productivo -realizado por otra persona-, así como una gran liberalidad horaria, comprobación de insatisfactorio cumplimiento que llevó a los sentenciantes a la conclusión de estar en presencia de una locación de servicios civil. Juzgo, señaladas contrariamente, permiten desentrañar que una las figura circunstancias en la que se perfilan las notas tipificantes de un vínculo de naturaleza laboral determinado por una prestación que, aunque insuficiente o irregular, presenta las características de normalidad y habitualidad, bajo la sujeción -ejercida o node la voluntad y directivas de la accionada, mediante el pago de una retribución, esbozo que no sucumbe frente al insatisfactorio cumplimiento de las obligaciones contractuales y legales. En desarrollado efecto, por como los se advierte sentenciantes del de análisis grado, la calificación de locación de servicios fue tomando cuerpo a partir de la verificación de comportamientos que revelan notorios -y por cierto inadmisibles-incumplimientos del actor consentidos por la demandada, más que de la auténtica naturaleza de la relación establecida entre las partes. Desde esta tesitura debe descartarse como relevante, en orden a la determinación de un vínculo de naturaleza laboral, la falta de inclusión del actor en los libros de la demandada señalada en el pronunciamiento, en tanto es producto convicción de la de la propia obligada -acertada acerca del o errónea- carácter de la relación mantenida, o de deliberada omisión inoponible al trabajador. Por otra parte, el escrito de contestación de demanda no sólo acerca el reconocimiento de la asistencia como Director técnico del actor, y por ende de su prestación de servicios -aunque alegando los límites de una locación civil y de una prestación profesional de carácter independiente- (fs. 67 vta./8), sino que -inexplicablemente- ilustra también -si bien con miras a la demostración de los incumplimientos del profesional- respecto de su necesaria presencia en el laboratorio, y en oportunidad en que se lleva a cabo la tarea de corte y envase del producto de uso medicinal elaborado, destacándolo "como delicada obligación legal rectora de su actividad" (sic) y respecto del riesgo derivado de su inconducta profesional (fs. 69/vta.), debidamente observada y sancionada 141/2). por la autoridad de aplicación (fs. 70; 5. Partiendo de otra perspectiva, del examen de la regulación legal vigente en materia de laboratorios de especialidades medicinales normado en el Título II de la ley 10.606 -que no registró modificaciones en lo que resulta de interés- se observa que deben contar con un Director -además técnico de un y un Codirector farmacéutico por al cada frente 40 del mismo empleados- con bloqueo de título y "ocupación efectiva" (art. 43) y que el mismo es el "responsable de la pureza, legitimidad y expendio al por mayor de las drogas y especialidades que elabore (art. 44), de los protocolos y productos elaborados (art. 52); de los ensayos y comprobaciones para determinar pureza de los productos y de su adecuada conservación y comercialización (art. 57)". Edicta asimismo la normativa bajo análisis que "la preparación, fraccionamiento, envasado y toda otra etapa de elaboración será bajo el control directo y estricto del farmacéutico Director Técnico" (art. 54, el destacado me pertenece). Concluyo entonces, que del examen de la prueba colectada se desprenden las notas tipificantes de un vínculo de naturaleza laboral, habida cuenta que Caferra fue contratado por Laboratorios I.Q.P. S.R.L. como Director técnico en las condiciones y bajo las previsiones contempladas por la ley 10.606 que requiere la presencia efectiva, permanente y habitual del profesional, quien de tal modo se insertó en una organización empresaria que le es ajena, como también lo es el riesgo de la actividad asumida y se desempeñó recibiendo como contraprestación el pago de una retribución. No opaca el precedente aserto la responsabilidad profesional asumida por el director técnico y de la que hizo mérito el tribunal de origen, desde que aquél, como tal -como director técnico y no desempeñando otro rol- fue pasible de sanción por incumplimiento a deberes propios de su función. Tampoco lo logra el atenuado o nulo ejercicio del poder de dirección o disciplinario por parte del empleador en tanto ha sido voluntaria e inexcusablemente resignado. 6. Por otra parte es dable recordar que si la demandada admitió el hecho de la prestación de servicios, pero negó la argumentando servicios-, existencia una a de ella de distinta incumbía una relación naturaleza la prueba laboral -locación de la de alegada vinculación en virtud de lo dispuesto por el art. 375 del Código Procesal Civil y Comercial y no habiéndolo hecho -toda vez que ni siquiera fue cumplido el extremo, y sin abrir capítulo sobre la hipotética gravitación que pudiera haber revestido sobre las circunstancias particulares de autos, con el alcance de mostrar una actividad profesional de carácter independiente a través del ejercicio de la misma en otras oficinas farmacéuticas y/o laboratorios, como se invocó en el escrito inaugural del proceso-, rige la presunción que los trabajos se efectuaron en relación de dependencia (art. 23, L.C.T.; conf. causas L. 50.658 sent. del 10-XII-1992; L. 75.821 sent. del 18-XII-2002; L. 72.996 sent. del 20-VI-2001; L. 73.699 sent. del 19-II-2002; L. 79.303 sent. del 29-XII-2003), presunción que no alcanza a contrarrestar o desvirtuar los elementos considerados por el a quo como factores reveladores de notorio incumplimiento contractual, los que -sin desconocerlos con ese alcance- no son útiles para establecer la naturaleza, a partir de los mismos, del tipo de relación habida entre las partes, signada por lo demás, por senda y contumaz inobservancia de las previsiones de la ley 10.606. De manera que verificada -en el caso- la dependencia jurídica y la subordinación económica, típicas notas caracterizantes de la relación laboral, aun atenuada o prácticamente neutralizada la de carácter técnico dado el nivel profesional responsabilidad del asumida trabajador en tales y la propia condiciones, resulta irrelevante el carácter de locación de servicios que se consideró establecida sin relación de dependencia, en tanto la calificación o vínculo que las partes hayan querido o creído establecer no puede desnaturalizar ni modificar la verdadera modalidad que se infiere de las condiciones con que se desenvolvió -o pudo y debió desenvolverse- dicha vinculación contractual (conf. causas L. 47.477, sent. del 3-IX-1991), y es a los jueces a quienes corresponde establecer la calificación jurídica de la relación habida entre las partes, conforme al material probatorio acumulado, que debe evaluarse en su integridad y no de manera aislada (conf. causas L. 80.616, sent. del 27-IV-2004; L. 74.675, sent. del 2-X-2002; L. 47.294, sent. del 5-XI-1991). 7. Considero necesario agregar finalmente que, en mi opinión, resulta impropio que desde estos u otros estrados se avale o convalide el flagrante incumplimiento de la exigencia permanente impuesta contralor del legalmente director de técnico contar en un con el diseño normativo claramente orientado a resguardar la salud de la población, admitiendo el fraude que implica llevar un registro sólo formal de dicha pieza fundamental del proceso productivo en la elaboración de especialidades medicinales, resultado al que indefectible e irremisiblemente contribuye la decisión del tribunal de origen. Estimo, por lo demás, que la eventual tolerancia respecto de la falta de presencia y liberalidad horaria exhibidas por Caferra pertenecen a la esfera de la propia decisión y responsabilidad de la demandada -pasible, incluso, por la referida circunstancia de las sanciones contempladas por el art. 77 de la ley citada por actuar en contravención de las exigencias establecidas- de admitir una insatisfactoria e insuficiente prestación por parte de su dependiente que, por requerimiento legal, debe guiar y controlar personal y estrictamente el proceso productivo (arts. 43, 44, 52, 53, 54, 57, ley 10.606). Por ello, tampoco es relevante en manos de quién estuviera efectivamente realizado el señalado proceso, habida cuenta que la tarea del actor -insisto, por imperativo legal- es la de asesor técnico, que implica la verificación, control y responsabilidad en el ensayo y comprobación de la pureza y calidad y hasta de la comercialización -como vimos- de los productos elaborados para uso medicinal (art. 57, ley 10.606). 8. Por lo tanto descalificada la conclusión del fallo que tuvo por acreditada la existencia de una locación de servicios habida cuenta la verificación de un vínculo de naturaleza laboral, debe revocarse el pronunciamiento y, atento la necesarias ausencia para de tratamiento resolver la de las controversia, cuestiones evidentemente derivados de la solución que en definitiva se daría al pleito deberán (ver vered. fs. devolverse al nuevamente integrado 334, último tribunal renueve de los párrafo), origen actos los para autos que procesales necesarios y dicte el pronunciamiento que corresponda de conformidad a lo que aquí se decide. IV. Con apego a lo expuesto en el punto precedente, debe hacerse lugar al recurso deducido. Costas de esta instancia a cargo de la demandada (art. 289 del C.P.C.C.). Voto por la afirmativa. Los señores jueces doctores Pettigiani, Kogan y Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Roncoroni, votaron también por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: Corresponde resolver en este caso si fue acertada la decisión del a quo de definir, a partir del desempeño de tareas de director técnico en un laboratorio por parte del actor, la existencia de una locación de servicios en la que no se dieron "...las notas que tipifican la relación de dependencia" (v. veredicto fs. 334). Entiendo, como lo han hecho los magistrados que me preceden en la votación, que no lo ha sido y, en razón de ello, adelanto mi adhesión en todo cuanto concuerde con las consideraciones que a continuación desarrollo. a. nuestro Sobre ordenamiento el ha particular pautado el cuadra modo recordar de probar que la existencia del contrato y así es que a la libertad de formas que lo caracteriza en orden a su celebración (art. 48, L.C.T.) la complementa una igualmente amplia libertad de prueba (art. 50, L.C.T.) y la facilitación de la comprobación de su existencia a través de la presunción que regula el art. 23 de la Ley de Contrato de Trabajo, en cuyos términos "...el hecho de la prestación de servicios hace presumir la existencia del contrato de trabajo...". Norma esta última de cuyo ámbito de aplicación no corresponde excluir a los profesionales del arte de curar, como lo es el farmacéutico. Sobre el art. 23 de la Ley de Contrato de Trabajo, esta Corte ha sentado doctrina en el sentido que la prestación de servicios que torna operativa a la presunción que contiene es la de servicios desarrollados en relación de dependencia (L. 34.473, sent. del 26-III-1985; L. 39.519, 8-IX-1992; sent. L. del 25-X-1988; 58.626, sent. del L. 48.193, 7-VII-1996; sent. L. del 60.351, sent. del 11-III-1997; L. 87.444, sent. del 6-VIII-2003; L. 82.046, sent. del 1-IX-2004, entre muchas otras). Doctrina aisladamente de que, la que sin embargo, la complementa no y puede tomarse determina sus verdaderos alcances, esta es, la que afirma que admitido el hecho de la prestación de servicios por la demandada pero negada su naturaleza laboral, incumbe a esta última la prueba de la particular vinculación alegada en virtud de lo dispuesto por el art. 375 del Código Procesal Civil y Comercial y no habiéndolo hecho, rige la presunción de que los trabajos fueron realizados en relación de dependencia (L. 32.808, sent. del 29-V-1984; L. 80.713, sent. del 11-VIII-2004, entre varias otras). Ahora bien, la regla básica del art. 23 de la Ley de Contrato de Trabajo admite su propio desplazamiento cuando "por las circunstancias, las relaciones o causas" que motiven la prestación de los servicios "se demostrase lo contrario" de "la existencia de un contrato de trabajo". Y el mismo texto legal vuelve a exceptuar su regla general "en tanto por las circunstancias no sea dado calificar de empresario a quien presta el servicio". Y, según se aprecia, fue en dicha zona de excepción donde se ubicó el tribunal a quo cuando declaró que "Toda la prueba entonces arrimó convicción en cuanto a que la contratación del actor obedeció al requerimiento legal y sólo para cubrir las formas y aún así el respectivo libro de asistencia se halló llevado en forma irregular -Acta de infracción cit.-, los controles de calidad no se efectuaban debidamente y las condiciones ambientales desoían el mandato legal por cuanto la labor fuera prestada en forma que no cumplimentó los requerimientos que la norma de aplicación imponen al profesional responsable, no fue habitual, con ausencia de sometimiento a recibir órdenes e instrucciones, de hallarse bajo la supervisión y contralor de la accionada, como también falta de sujeción al poder disciplinario de ella", en definitiva, "...que las partes se vincularon a través de un contrato de locación de servicio." (fs. 333 vta./334). Desde la perspectiva de la norma y su doctrina, no advierto conducido que a el una razonamiento, absurda en sí aplicación de mismo, las haya cargas probatorias pues, por natural derivación del principio de adquisición procesal, al juez le resulta indiferente establecer a cuál de los litigantes correspondía probar si, en definitiva, los hechos esenciales de la causa han quedado acreditados. b. Sin embargo, el pronunciamiento debe ser, de todos modos, casado. Digo ello porque la acreditación de servicios no dependientes por parte de la actora fue declarada por el tribunal mediando violación del art. 44 inc. d) de la ley 11.653 habida cuenta que la reconstrucción de los hechos realizada en el fallo, en el caso la de un vínculo no dependiente, es el producto de su inadecuada valoración. Concluir como se hace que la contratación del actor obedeció a un requerimiento legal y sólo para cubrir las formas, no avanza sobre la naturaleza de esa contratación, dato este último en torno al cual, como se dijo, gira el conflicto y demanda elucidación. 2. En segundo lugar, el deficiente cumplimiento por parte del actor de las específicas tareas para las que fue contratado, como la ausencia de efectivo ejercicio a su respecto de los poderes de dirección y disciplinario, no son suficientes para tener por acreditada la prestación de servicios independiente en condiciones de desplazar la presunción de la existencia del contrato de trabajo. Digo ello porque el cumplimiento irregular de las obligaciones a cargo del actor en su calidad de director técnico del laboratorio demandado, en todo caso, le es imputable a Caferra más allá de su calidad de trabajador dependiente o independiente y no es útil para derivar de él la calidad autónoma de la prestación. Y, en relación a las facultades jerárquicas, porque basta, a los fines de identificar la dependencia jurídica, con la posibilidad de que el titular de la organización empresaria, ajena al trabajador, determine la prestación de servicios y actúe el poder disciplinario del que se encuentra relevancia de investido. cara a un Extremo trabajador que posee especial especializado como Caferra que se desempeñaba, según quedó acreditado, con importantes márgenes de autonomía en aspectos técnicos y de organización. En razón de lo dicho y las concordantes razones expuestas en los puntos 6 y 8 del voto emitido en primer término, debe hacerse lugar al recurso interpuesto, con costas (art. 289, C.P.C.C.). Voto por la afirmativa. El señor Juez doctor Hitters, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Roncoroni, votó también por la afirmativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se hace lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley traído, y en consecuencia, se revoca la sentencia impugnada con el alcance establecido en los aps. III, punto 8 y IV del voto emitido en primer término. Vuelvan los autos al tribunal de origen para que, integrado con otros jueces, renueve los actos procesales necesarios y dicte el pronunciamiento que corresponda de conformidad a lo que aquí se decide. Con costas de esta instancia a cargo de la parte demandada (art. 289, C.P.C.C.). Notifíquese.