Cómo causar buena impresión el primer día de trabajo Ser capaz de detectar la dinámica y los roles dentro del equipo en el que nos vamos a integrar puede ser de gran ayuda. Por el contrario, preguntas inconvenientes o contestar al móvil pueden causar una imagen negativa. La primera imagen es crucial a la hora de adaptarse a un nuevo entorno laboral. Puede abrir puertas o cerrarlas. Incluso ser decisiva en la trayectoria dentro de una empresa. En ese sentido, conviene tener algunos puntos en mente, para desenvolverse adecuadamente y brillar en una jornada importante. Es fundamental tener capacidad de observación para detectar cuál es la dinámica del grupo en el que nos vamos a integrar y los roles que desempeñan cada uno de los trabajadores. En un grupo de trabajo siempre hay un líder natural, que es el que acepta a las personas, las ayuda o no. Es importante identificar a las personas que pueden ser de ayuda en el proceso de adaptación. Una vez detectadas, es importante trabajar las relaciones personales y la empatía para que las personas perciban que eres una persona que merece la pena integrar. En este sentido, lo más importante cuando uno se incorpora a un equipo de trabajo es tener una gran capacidad de escuchar, que es una de las cualidades más valoradas por el grupo, así como la facilidad de aprendizaje. Uno puede llegar técnicamente muy preparado, pero lo principal es ser capaz de aprender y, sobre la base de la organización de la cultura de la empresa, empezar a desarrollar los conocimientos. Lo principal de entrada no es ser el listo del grupo. Es ser humilde y tener las antenas encendidas. Da muy buena imagen mostrar proactividad, que vean que te interesas, preguntas, buscas quién te puede ayudar, enseñar. Preguntar qué puedes hacer. Asimilar un montón de información nueva, por lo que lo más importante es mantener una actitud de escucha activa, en el que las preguntas se planteen con naturalidad, a medida que vayan surgiendo. En ese sentido, no es buena idea guardarse preguntas por miedo a quedar mal. Aunque sin duda hay preguntas que es mejor no hacer un primer día, como por ejemplo “¿A qué hora se sale?”. Preguntar a qué hora se sale no es una pregunta especialmente inteligente. Hay muchas maneras de enterarte sin necesidad de recurrir a ella, como por ejemplo preguntar por la organización de los turnos. Una mala idea es mantener el móvil encendido. El primer día mucha gente querrá saber cómo te ha ido y no es conveniente ir mensajeando, contestar llamadas o que suene continuamente. Lo mejor es no usarlo en los primeros días. Otras ideas básicas para un primer día, como llegar con una puntualidad escrupulosa o elegir una imagen acorde con el puesto. Ya en las entrevistas habrás observado cómo van vestidas las personas de la empresa, así que conviene adaptarse. Fuente: trabajemos.cl