Siglo nuevo C ada vez que en las películas aparece un grupo de motociclistas, en el fondo musical se escuchan guitarras eléctricas estridentes, como señalando que habrá problemas. En muchas de estas escenas, el o los protagonistas se topan con un grupo de renegados a los que se tendrán que enfrentar para demostrar quién es más fuerte, o para salir bien librados de una situación peligrosa. También en la publicidad vemos a motociclistas rockeros, enfundados en cuero y con la barba hasta medio pecho, que recorren los caminos de cualquier país extranjero, y nos dan a entender que cada vez que ven un trailer transportando cerveza mexicana, los malencarados jinetes motorizados empiezan a cantar Parece que va a llover... Esta imagen ha permeado en la sociedad desde hace varias generaciones, trayendo como consecuencia que se tilde de ‘peligrosos’ o de ‘gente sin qué hacer’ a toda persona aficionada a los viajes grupales en motocicleta. Esta actividad es sólo una de las favoritas de amantes de dichos vehículos, y a quienes se les conoce como choppers, ya que para ellos no basta con tener una moto, sino que es importante saber de mecánica, de diseño y de tener un gusto especial para dedicar tiempo a darle un toque personal a su máquina. De hecho, el sobrenombre de chopper viene de cortar y quitar, y su origen se remonta a los motociclistas que participaron en la Segunda Guerra Mundial, quienes vieron que sus motos eran muy pesadas y que tenían muchos elementos que estaban de más. Así, fue- Ser chopper es adquirir un estilo de vida, en el que se comparten grandes momentos con compañeros que también aman la velocidad y la aventura que representa montarse sobre una motocicleta. Todo es cuestión de querer darse la libertad de gozar un buen viaje sin mayor objetivo que disfrutar el camino ron modificándolas tratando de darle cada uno una identidad propia, según fuera el gusto del dueño. Entre las modificaciones más importantes están el ma- nillar elevado, cambios en el asiento y en las ruedas, así como eliminar el freno delantero. Esto último en realidad es para darle cierto toque de riesgo, pero se compensa con otras características que le dan seguridad, sin quitarle nada a la emocionante sensación de subirse y disfrutar un recorrido en estas motos. Hay que señalar que la marS n • 49 Sn