LOS LÍMITES EN LA EDUCACIÓN INICIAL El establecimiento de las normas y los límites se constituyen no como un medio para controlar a los niños/as o conseguir que éstos obedezcan a los adultos, sino un método que les ayuda a integrarse en la sociedad mostrándoles patrones de conductas socialmente admitidas y, por consiguiente, también las que no lo son. Por esto, es necesario que tanto en casa como en el colegio se establezcan patrones de conducta que les permita a los niños no solo sentirse seguros sino que logren desarrollar el autocontrol. La percepción de límites tienen que enfocarse desde otra perspectiva, no la del castigo sino la de la enseñanza, marcan lo que se espera de nosotros y de esta manera nos es más fácil agradar a los demás, establecer buenas relaciones interpersonales y un buen ambiente de convivencia. En los niños, la comprensión y ejecución de los límites les permiten desarrollar el autocontrol y la responsabilidad. Por tanto, podemos estar seguros de que los niños/as de todas las edades deciden cómo se comportan y ajustan su comportamiento en función de las respuestas que reciben o de las consecuencias de sus actos. Para lograr desarrollar los límites con los niños es necesario fomentar un ambiente cálido, amoroso y reflexivo. Esto le proporcionará elementos suficientes para comprender que quienes están alrededor esperan lo mejor de él y que creen que son capaces de emprender cosas y llevarlas a cabo. Es necesario implementar diferentes estrategias que nos permitan trabajar sobre las conductas inapropiadas como oportunidades de mejorar. Para ello, debemos resaltar las conductas positivas, muchas veces nos enfocamos más en criticar, exaltar lo inadecuado y dejamos de lado las conductas o acciones positivas que éste haga. Del mismo modo es necesario: Establecer normas claras y específicas le permite al niño saber que esperamos de él, el espacio, tiempo y las consecuencias que traerá el cumplimiento o incumplimiento de los acuerdos establecidos. Brindarle argumentos que comprenda, por qué hacer o no alguna acción, como se afectará él mismo o afectará a los que están a su alrededor. Cuando los niños logran comprender que los limites no son imposiciones de los adultos sino elementos que les permitirán tener bienestar en su entorno las ejecutan sin mayor problema. Establecer rutinas y hacer seguimiento de las mismas, les permitirá a los niños tener un papel participativo en la implementación de las acciones a seguir y a los adultos la posibilidad de autoevaluar si las metas establecidas están acordes a la edad o si se puede incrementar. Permitir el error como una oportunidad para aprender y mejorar. Cuando el niño logra equivocarse e intentar de nuevo desarrollamos en el su capacidad de persistir sobre los objetivos que se proponga, diferente a realizar las cosas por él, esto solo genera debilidad y dependencia. Finalmente lograr implementar los límites es un trabajo que se puede llevar a cabo de manera efectiva siempre y cuando haya un compromiso por parte de los padres de familia y del colegio, es necesario que los padres y maestros comprendan que es imperativo el hacer uso de la disciplina con la finalidad de propiciar el mejor desarrollo en los niños., ya que será una herramienta que no sólo utilizarán ahora sino en el futuro para llegar a ser adultos eficaces y responsables. Por consiguiente, no es una responsabilidad que atañe a las instituciones educativas y maestros sino a toda una comunidad; los ítems mencionados anteriormente son tan solo un abrebocas a lo que implica nuestro papel en la formación de nuestros líderes… Liliana Lozano Ramírez, Docente de Pre Escolar