Lealtad significa confianza, fidelidad y unidad La lealtad es un valor que refiere a una profunda de fidelidad y de unidad. Recordemos la máxima de Alejandro Dumas en su obra, Los Tres Mosqueteros: “Todos para uno y uno para todos”, en la cual se expresa esa deliberación mental de unidad y lealtad. Y es que ese espíritu de unidad que está implícito en la lealtad es el que nos permite dejar de vernos a nosotros mismos como algo separado del grupo y nos ayuda a integrarnos y cooperar con los demás. La lealtad también significa constancia y sinceridad en lo pactado. Por lealtad, una persona permanece en su empresa en tiempos adversos y corresponde con honestidad y empeño; por lealtad, un amigo te ayuda en momentos difíciles; por lealtad los padres se sacrifican por sus hijos; por lealtad un soldado da la vida por su país. La fuerza espiritual implícita en la lealtad, compromete a otros valores de la empresa, los cuales interactúan para reforzar a la lealtad. Así, la lealtad actúa en armonía con la persona o institución con la cual se encuentra vinculada; la cuida, la protege y se involucra para profundizar en sus valores y buscar las mejores soluciones. De esta manera, la lealtad se convierte en una confianza sagrada; en algo que no debe ser traicionado; en un valor extraordinario. Las personas que manifiestan ese compromiso de lealtad en las empresas, lo hacen con sus jefes; con los objetivos y la misión de la organización, con clientes y proveedores responsables, con la comunidad y con los valores y principios. Y es que todos esperamos lealtad de los demás, porque sabemos que es el antídoto que contrarresta la traición, la alevosía, la infidelidad, las divergencias, las rupturas, la rebeldía, la desconfianza y la hostilidad; todos esos trastornos que debilitan el principio de unidad, la consecución de los objetivos y el logro de las metas. Lealtad significa compromiso para defender lo que creemos y en quien creemos. Por eso es que cuando alguien nos ha dado algo bueno, le debemos algo más que agradecimiento, y eso es, lealtad. La lealtad coadyuva a conducir una amistad hacia una relación más profunda; con esto quiero decir, a estar con el amigo, con la esposa, con la empresa, cuando las cosas van bien y cuando las cosas van mal. Lealtad también significa trabajar porque tenemos un deber profundo con la empresa, y no sólo porque nos pagan. No sólo se trata de tener la camiseta bien puesta, ¡hay que sudarla! La lealtad requiere de conciencia, por ende, la espiritualidad está inmersa en ella, pero no se manifiesta como un sentimiento afectivo, sino como el resultado de una reflexión de la mente para elegir lo que es correcto. Las personas desleales manifiestan actitudes contrarias a lo que es correcto. Por ejemplo: Hablan mal de los jefes y de su desempeño en lugar de apoyarlos con alternativas. Se quejan de algunos compañeros de trabajo, y critican sus defectos y lo mal que realizan sus tareas, en lugar de ayudarlos. Realizan poco esfuerzo para llevar a cabo su trabajo y son indolentes. Con frecuencia violan la confidencialidad. Desprecian a una persona por su manera de hablar, expresarse, vestir y actuar en público, o bien, porque sienten celos y envidia de un compañero, o viven con un complejo de inferioridad que los hace actuar con indiferencia, prepotencia y desdén. Critican a la empresa cuando las cosas van mal en lugar de apoyarla. Tergiversan la información, producen chismes y alteran el orden. Se saltan las líneas de autoridad y se atribuyen el mérito del trabajo del equipo. Se guardan para ellos información que puede ser vital para la empresa. Traicionan a sus jefes y a la empresa, y por ende, se traicionan así mismos. De estas manifestaciones opuestas a la lealtad, podemos deducir cuales son las maneras correctas de comportarnos para ser leales, pero, no hay que olvidar lo anteriormente expresado: “La lealtad es una reflexión de la mente para elegir lo que es correcto”. La lealtad hacia fines negativos, pérfidos y perniciosos, trae consigo consecuencias nefastas. Muchas cabezas han rodado en consecuencia a lealtades desviadas. Así pues, ser leales es ser respetuosos, responsables, honestos, fieles, justos, constantes, buenos padres, buenos hermanos, buenos cónyuges, buenos compañeros de trabajo, buenos amigos.