292 F ERNANDO A RIAS GARCÍA Las servidumbres antes citadas pueden verse combinadas. En tal sentido podrán existir servidumbres continuas y aparentes a la vez, como la de acueducto mediante canales superficiales a la vista pública; continuas e inaparentes a la vez, como la misma de acueducto, pero ejercida por canales subterráneos no perceptibles a la vista; discontinuas y aparentes a la vez, como la servidumbre de tránsito realizada en un camino perceptible y discontinuas inaparentes, como la servidumbre de tránsito realizada en caminos ocultos y clandestinos. Sólo las servidumbres continuas y aparentes son protegibles por acción posesoria (artículo 973 del C.C.) y ellas podrán adquirirse por prescripción, entre otras razones, porque para que sea susceptible de adquirirse por este modo, la servidumbre debe ser ante todo pública. En tal sentido, el artículo 939 del C.C., modificado por el artículo 9 de la ley 95 de 1890 establece: “Las servidumbres discontinuas de todas clases y las continuas inaparentes sólo pueden adquirirse por medio de un título; ni aún el goce inmemorial bastará para constituirlas. Las servidumbres continuas y aparentes pueden constituirse por título o por prescripción de diez años, contados como para la adquisición del dominio de fundos”. Según el artículo antes expuesto y por exclusión, las servidumbres discontinuas, inaparentes, continuas inaparentes y discontinuas inaparentes pueden constituirse exclusivamente por medio de acto jurídico dispositivo, bien sea inter vivos o mortis causa. La protección de las servidumbres, vía normas administrativas de policía, puede darse frente a todas y cada una de las categorías antes expuestas. En tal sentido, la Corte Constitucional en Sentencia T-048 de 1995. M.P. Antonio Barrera Carbonell, estableció: “En este orden de ideas, el amparo policivo cobija sin distinción todas las especies de servidumbres (continuas, discontinuas, aparentes e inaparentes), sin excluir aquellas que solamente pueden adquirirse por medio de un título –discontinuas y continuas inaparentes– porque la necesidad o exigencia de la protección no la constituye el virtual derecho real existente sobre el inmueble, sino su ejercicio como simple expresión material de manifestación o efecto externo; por lo tanto, en caso de usurpación, negación o perturbación en el goce de una servidumbre es procedente el amparo policivo con la finalidad de restablecer la situación o las cosas al estado en que se hallaban antes del despojo o perturbación por la actividad de un tercero. Es por ello que el artículo 128 del Código de Policía, al referirse a la circunstancia de «amparar el ejercicio de una servidumbre”, no advierte nada sobre la protección del derecho real que ella eventualmente conlleva. Sólo frente al juez competente puede plantearse el debate en torno al derecho sustancial en conflicto, es decir, sobre la titularidad del respectivo derecho real o personal