364 FERDINANDO CASADIEGOS CÁCERES La actio commodati directa. Primero in factum, posteriormente in jus, otorgada al comodante contra el comodatario. El comodante posee también la reivindicación, puesto que continúa siendo propietario, y tiene, por otra parte, los interdictos posesorios. Pero la acción comodati de buena fe podía serle más ventajosa para obtener una condena mayor; por otra parte la prueba era más fácil. La actio comodati contraria. En sentido inverso, otorgada al comodatario en contra del comodante para que reclamara los gastos que había efectuado en la conservación de la cosa y cuya cancelación debe el comodante de común acuerdo con la justicia. El comodato o préstamo de uso es, pues, un contrato que consiste en permitir gratuitamente una cosa a una persona, para que ella retire de ella alguna ventaja durante un tiempo que es determinado de antemano. Este contrato supone una convención de las dos partes y la entrega de la cosa, que muy a menudo será un mueble, un animal, un coche y a veces un inmueble; pero en principio, el comodato no puede recaer sobre cosas que se consuman con el primer uso, salvo algunas excepciones al respecto. El comodato es un contrato real de buena fe y sinalagmático imperfecto que implica: • La obligación para el comodante de entregar la cosa, quedando con la possesio ad interdicta, ya que el comodatario solo tiene la nuda possesio. • La obligación para el comodatario de restituirla; si la cosa perece, la obligación de restituirla se extingue, salvo que la responsabilidad del comodatario se manifieste claramente. Como él va a reportar beneficios inmunerables del uso del objeto, debe comportarse como buen padre de familia, respondiendo hasta de la culpa levis in abstracto. • Tiene derecho a usar de la cosa conforme a su naturaleza y dentro de los límites del contrato, en una palabra, tiene el derecho de usarla de buena fe. El depósito-depositum. Era el contrato real por el cual una de las partes, depositante, consignaba una cosa mueble a otra persona, depositario, que se obliga a custodiarla gratuitamente y restituirla cuando le fuese exigida. El elemento constitutivo del contrato de depósito era la entrega de la cosa de la cual, sin embargo, el depositante transfería al depositario tan solo la simple tenencia