REPRESENTACIÓN ESCULTÓRICA DE MELPÓMENE. Signatura: VE.98.H8.1-26 Localización: Museo Municipal de Antequera. Procedencia: Hallada en la Villa de la Estación, durante la intervención arqueológica de urgencia (4 de septiembre de 1998) en el ángulo NW del peristilo o pasillo musivario que rodea el gran estanque . (H8) Nivel de derrumbe. Material: Sin analítica realizada. Mármol calcáreo blanco, de grano fino. Dimensiones: Alt.: 17 cm; mentón-cráneo: 12 cm; anch.máx: 10,5 cm ; gr.: 13 cm. Estado de conservación: a) Abundantes acumulaciones de polvo y suciedad adherida. b) Presencia de sales carbonatadas por toda la superficie. c) Daños de origen mecánico: Una pequeña esquirla en la nariz, y pequeña fractura antigua en la parte superior izquierda del tocado con pérdida de materia. El tratamiento de conservación propuesto por los especialistas en restauración radica en una eliminación del polvo y los depósitos de suciedad con medios mecánicos; limpieza de acumulaciones carbonatadas con medios químicos y mecánicos; capa de protección final. Descripción: Melpómene, musa de la Tragedia griega, pieza singular al tratarse de una de las pocas representaciones de ésta índole halladas en España en una actuación arqueológica y única aparecida prácticamente íntegra. Por lo general, se han encontrado reaprovechadas e incrustadas como adornos en muros o lienzos de muralla, pero no en una intervención con metodología arqueológica. La pieza tiene 0,29 ms. De altura y 0,20 de ancho. Ofrece una cara estilizada de patética expresión , pronunciado y carnoso mentón, , la nariz de tabique rectilíneo con aletas anchas , boca exageradamente abierta (según los especialistas en iconografía la boca se esculpe así con la intención de representar la alegoría del terrible esfuerzo del hombre por exhalar, por su boca abierta, el último soplo vital). Los ojos almendrados de tal forma que recuerda, sorprendentemente, los tipos arcaicos helenísticos, pero con la pupila , iris y membranas profundamente marcados (lo que le confiere un grado de singularidad en toda la Península Ibérica). Lleva un peinado de elevado onkos que cae en tirabuzones y se coloca simétricamente a ambos lados de la cara. Interpretación y contexto arqueológico: Las musas de la Tragedia y de la Comedia, las escenas teatrales y, por ende, las representaciones de máscaras, fueron temas utilizados ampliamente, aunque con significados muy diversos, en los repertorios figurativos de época romana. El tipo de la máscara trágica que se reproduce en época imperial suele repetir el modelo de larga tradición en el mundo griego y helenístico, aunque es característico en este tipo de máscara un elevado y complicado peinado (onkos) y unos rasgos fisonómicos que traslucen el dolor y las situaciones dramáticas de los individuos. La máscara traducía, pues, el mundo de la tragedia anímica de los hombres. Al margen de todo ello, las máscaras fueron un motivo, como la generalidad de los temas teatrales, que sirvieron como elementos decorativos en los más diversos ambientes , públicos y privados, en el mundo romano. La pintura pompeyana es un buen ejemplo de esta multiplicidad de usos. La máscara teatral, trágica o cómica, se utilizó como mascarón en fuentes y ninfeos y es motivo bastante común en la vajilla, cerámica o broncínea, y en el mobiliario de la casa. También fueron utilizadas las máscaras teatrales como oscilla : su propio nombre hacía, en cierto modo, referencia a la máscara (os,”cara”, “rostro”) y a su destino (cillere, “mover”) que era el de ser colgados, generalmente, en los intercolumnios de los peristilos como vemos, entre otros muchos ejemplos pompeyanos, en la Casa de los Amorcillos Dorados. Su utilización respondería a la idea de que, como saturica signa (PLIN., N.H., XIX, 50) que eran, servían en su oscilación para ahuyentar a los malos espíritus . Su carácter dionisiaco contribuía a favorecer ese destino y a su relación con la máscara teatral. De todas esta posibilidades, sin duda alguna, la que parece más probable en el caso antikariense, es su utilización con carácter apotropáico en el espacio intercolunio del peristilo de la villa. La razones de nuestra elección son , por un lado arqueológicas: la escultura se exhuma en el nivel de derrumbe formado por la las cubiertas del peristilo, además, aparece in situ en un espacio intercolunio. El segundo de los argumentos que podemos utilizar para justificar nuestra elección es el estilístico : la pequeña rotura que se describe en el estado de conservación de la pieza tiene forma semicircular , lo que nos induce a pensar que la rotura se ha producido por la perforación de sección circular realizada en el peinado de la pieza con la intención de ser colgada entre dos columnas. La representación de los ojos , en lugar de presentarlos en hueco relieve , como suele ser normal en los casos hispanos, acentuando su carácter de máscara teatral, es otro argumento que nos confirma en nuestra interpretación. Cronología propuesta: Los caracteres formales de la pieza inducen a datarla en el siglo II, y más concretamente en su primera mitad. REPRESENTACIÓN FOTOGRÁFICA.